La organización yihadista que nace en el estado de Borno, al norte de Nigeria, es uno de los grupos terroristas con más repercusión internacional en el siglo XXI. Desde 2004 ha matado alrededor de 27.000 personas y ha expandido sus ataques más allá de las fronteras del país hasta alcanzar Níger, Chad, Camerún o Benin.
Boko Haram, también conocido como Grupo de la Gente de la Sunnah para la Predicación y la Yihad —JAS, por sus siglas en árabe—, es uno de los grupos yihadistas con más repercusión internacional del siglo XXI. Esta organización yihadista tiene su origen en Nigeria, en el estado de Borno y más tarde —concretamente en 2014—, abren sus fronteras para expandir su objetivo a países vecinos en el Sahel, tales como Níger, Chad, Camerún o Benín.
El propósito de esta expansión no es otro que aprovecharse de la inestabilidad de las instituciones públicas, pudiendo así establecer la sharía o ley islámica en todo su ámbito de control y frenar los valores occidentales. La expansión yihadista en el Sahel es uno de los mayores problemas de la región, potencialmente preocupante en el espectro internacional.
Te puede interesar: Educación y guerra: qué está pasando en Ucrania, Nigeria y Yemen
El nombre de Boko Haram ha sido traducido como “la educación occidental es pecado”. No obstante, esta lectura se ha cuestionado a lo largo de los años por no ser lo suficientemente precisa en su objetivo. En la lengua hausa, mayoritariamente hablada por musulmanes en el norte de Nigeria, Haram significa todo lo prohibido para los musulmanes mientras que Boko significa falso o fraude.
Todavía no está claro cuál es la terminología correcta para denominar este conjunto de palabras, pero sí podríamos traducirla por “la cultura occidental es pecado” o “la cultura occidental está prohibida”.
Orígenes y objetivo de Boko Haram
El origen de Boko Haram se remonta a 2002 y se fundamenta en la ideología salafista. El fundador de Boko Haram fue Mohammed Yusuf, un predicador religioso cuyo objetivo era derrocar el gobierno laico nigeriano bajo una yihad y concentrar a los musulmanes del norte de Nigeria bajo un mismo régimen.
Nigeria es un país formado por muchas comunidades, con más de 250 etnias coexistiendo en un mismo territorio. Las más relevantes son los hausa-fulani en el Norte de Nigeria —musulmanes—, los yorubas en el Sudoeste de Nigeria —de religión cristiana o musulmana— y los igbos en el Sudeste —de religión cristiana—. Estas tres, son las comunidades más numerosas constituyendo un 29%, 21% y 18% de la población respectivamente, concediendo la mayoría a los hausa-fulani.
Te puede interesar: Curso sobre Protocolos de Autoprotección en Atentados Terroristas Yihadistas
Todas las demás son minorías, sin embargo, no dejan de ser importantes, puesto que todas juntas forman el porcentaje total de musulmanes –50%— y cristianos –40%— en la región. La mayoría de los integrantes de Boko Haram pertenecen a las etnias kanuri, alrededor del 75%, a los hausas, con un 20% y a otras convertidas al islam.
En el estado de Borno, al norte de Nigeria, surge Boko Haram. Desde la época de la colonización hasta la independencia de Nigeria, los ingleses propiciaron conflictos entre las distintas etnias del país, provocando aún más división interna para evitar el surgimiento de un sentimiento nacional. Desde la independencia en 1960, encontramos una gran división entre el norte y el sur. Las élites políticas siempre han dado mayor atención al sur, lo que ha motivado un desarrollo económico mayor que en el norte. La desigualdad económica y las diferencias étnicas, culturales y religiosas, dieron a Yusuf un motivo para fundar Boko Haram.
Las fases de Boko Haram
Boko Haram no ha tenido siempre los mismos objetivos, y por eso distinguimos cuatro fases en el desarrollo de la organización.
La primera fase (2002-2009) se caracteriza por el origen de Boko Haram hasta la muerte de su fundador, Mohammed Yusuf. En esta fase, Yusuf apostó por la imposición de la ley islámica en el norte de Nigeria, centrándose en el estado de Borno, cuna de Boko Haram. En 2009, tras algunos enfrentamientos y divisiones internas, tuvo lugar una represión militar entre la policía nigeriana y Yusuf. Finalmente, ese mismo año, Yusuf fue ejecutado por la policía nigeriana dando paso a una nueva etapa en la evolución de Boko Haram.
Te puede interesar: ¿Por qué Burkina Faso ya no quiere a Francia?
Empezaría así la segunda fase (2010-2013). La muerte de Yusuf paralizó la actividad de Boko Haram hasta 2010, con la sucesión de Abubakar Shekau. Este nuevo líder, seguidor del takfirismo, aumentó las represiones y los ataques extendiendo su actividad geográficamente con nuevos discursos internacionales. Es aquí cuando Boko Haram comienza a tener atención internacional.
A partir de 2014, se produce la tercera y cuarta fase, esta última se alarga hasta hoy. En 2014, tras haberse proclamado el Estado de emergencia en Nigeria, Boko Haram empezó a atacar formalmente objetivos más allá de las fronteras de Nigeria, así como Chad o Níger. En esta fecha, Shekau proclama un Estado Islámico en la zona norte de Nigeria, controlada por la organización. Tras haber llamado la atención internacional, Shekau juró lealtad al Estado Islámico —Dáesh— y la organización cambia su nombre a Iswap —Provincia Occidental del Estado Islámico—.
Te puede interesar:
Las 5 noticias sobre África que han pasado desapercibidas en 2022
En 2016, se creó una nueva facción de Boko Haram en contra de Shekau, fulminando así la cuarta fase, que aún está por determinar.
¿Cómo se financia Boko Haram?
Los grupos terroristas consiguen financiarse de distintas maneras y por distintas vías, tanto legales como ilegales. Las fuentes ilegales más características son el tráfico de drogas, tráfico de personas o extorsión, entre otros.
Boko Haram no tiene fuentes de financiación exclusivas, ni mucho menos desarrolladas, como pueden contar otros grupos terroristas como el Dáesh. Algunas de las fuentes más utilizadas por Boko Haram para conseguir fondos son los secuestros para pedir rescate, robo a entidades financieras o la extorsión a empresas. Además, Boko Haram cuenta con alianzas en diversas organizaciones terroristas que le permiten financiarse y recibir dinero.
Te puede interesar: Los petroestados y la maldición de los recursos
Por ejemplo, en 2011 se encarceló al dueño de una empresa de telecomunicaciones nigeriana por haber usado los beneficios del negocio para la financiación de Boko Haram y más tarde, en 2013 la organización recibió 3 millones de dólares por el rescate de un secuestro.
Pese a la ayuda de la Fuerza Conjunta Multinacional, una fuerza militar conjunta entre Benín, Nigeria, Camerún, Chad y Níger que lucha para frenar la financiación de Boko Haram, la organización continúa financiándose, fomentando el miedo entre sus rivales.
¿Qué podemos hacer con Boko Haram?
Boko Haram es una de las organizaciones terroristas más letales de África. En 2014, el número de víctimas de terrorismo aumentó significativamente comparado con el resto de los años.
Desde 2004, Boko Haram se ha atribuido la muerte de más de 27.000 personas en Nigeria, según ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados. Desde entonces, los ataques de Boko Haram son indiscriminados contra la población civil, siendo más vulnerables mujeres y niños para su reclutamiento.
Te puede interesar: Curso de Análisis Interno de Procesos de Radicalización en Terroristas Yihadistas
Actualmente, Boko Haram cuenta con tres facciones dentro de la organización: JAS, Iswap y Ansaru. De estas tres, la segunda es la facción más poderosa de todas. No podemos saber con exactitud lo que pasará en un futuro con Boko Haram, pero sí plantearnos dos posibles escenarios.
El primer escenario sería beneficioso para Boko Haram, ya que contemplaría la unión de las distintas facciones para fortalecer y unir los objetivos de cada una. Pese a que actualmente el hecho de que existan tres facciones dentro de Boko Haram, beneficia de forma indirecta a la organización, puesto que abarcan una zona geográfica más amplia de ataque, la descentralización de Boko Haram hace que cada vez sea más complicado el objetivo. Por otra parte, podría haber una posible unión entre varios grupos terroristas como el Dáesh o el Estado Islámico, que coordinaría los distintos objetivos en uno solo.
Te puede interesar: Por qué el Sahel debería preocupar a Europa
El segundo escenario, no tan favorable para Boko Haram, sería la resistencia interna del gobierno nigeriano. El gobierno nigeriano tiene que tomar decisiones a largo plazo para poder aplacar a las distintas facciones de Boko Haram. A su vez, el Ejecutivo del país, que cada vez se está mostrando más fuerte ante la inefectividad de Boko Karam de controlar políticamente el norte de Nigeria, debe fortalecer sus alianzas en las fronteras de los países colindantes como Benín, Chad, Níger o Camerún. Simultáneamente, el choque de objetivos entre las distintas facciones de Boko Haram e incluso de otras organizaciones terroristas, pueden hacer que en un futuro la organización terrorista nigeriana se vea en conflictos, mitigando así su actividad en la zona.
Editado por:
Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.
