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Por qué el Flanco sur debe ser una prioridad para la OTAN

Análisis

Lucía Carbayo
Lucía Carbayo
Colaboradora en LISA News. Especializada en el ámbito de los Estudios Internacionales y de la Ciencia Política. Interesada en el ámbito de la Seguridad Internacional, los procesos de paz y de resolución de conflictos internacionales.

Analizamos por qué el Flanco sur debería ser una prioridad para la OTAN y de cara al nuevo Concepto Estratégico de Madrid con el terrorismo como una de las principales amenazas para la seguridad transatlántica.

El Flanco sur está integrado por las regiones del norte de Africa, el Sahel, los Balcanes y Oriente Medio. Los principales motivos por los que el conocido como Flanco sur debe ser prioritario para la OTAN están relacionados con la inestabilidad creciente en la región.

Esta, en su mayoría, está motivada por el auge del terrorismo influyendo también en la seguridad transatlántica. Es por este motivo que el nuevo Concepto Estratégico que se definirá en la Cumbre de Madrid debe reafirmar la importancia del Flanco sur en el plano estratégico de la Alianza.

El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró en la rueda de prensa previa a la Cumbre de Madrid el pasado lunes, que “los aliados debatirían las amenazas y los desafíos que provienen del sur”. “Volveremos a comprometernos en la lucha contra el terrorismo. Abordaremos la crisis alimentaria provocada por la invasión rusa de Ucrania. Y consideraremos nuestra respuesta a la creciente influencia de Rusia y China en nuestra vecindad meridional”, declaraba Stotelberg.

Por otro lado, el pasado miércoles el ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, compareció en rueda de prensa junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles, para informar sobre la próxima Cumbre Mundial de la OTAN y reiterar la importancia de que el nuevo Concepto Estratégico hiciera frente a las amenazas del Flanco oeste, “sin olvidar el Flanco sur”.

La importancia del Flanco sur para la OTAN también fue constatada en el Discurso de S.M el Rey en la ceremonia del 40 Aniversario de la adhesión de España a la OTAN. “España comparte plenamente, y en este preciso momento todavía más, la importancia crucial de mantener una sólida disuasión y defensa en nuestro flanco oriental. Como saben, España está haciendo efectivo dicho compromiso, no sólo sobre el papel, sino también sobre el terreno”, aseguraba Felipe VI.

El Rey además declaró que la seguridad colectiva también requiere que la Alianza preste cada vez más atención a los desafíos de la dirección estratégica Sur, “donde el terrorismo de matriz yihadista amenaza directamente a nuestras sociedades” y, además, donde “otros actores -estatales y no estatales-, que no comparten los valores presentes en la Carta de las Naciones Unidas, lo intentan hacer de forma indirecta”.

Flanco sur: el origen de la problemática en el norte de África y el Sahel

Las regiones del norte de Africa y el Sahel presentan una serie de problemas políticos, especialmente de Seguridad, que pueden afectar a los países que integran la Alianza. Para comprender las amenazas provenientes de estas dos regiones, debemos realizar un análisis previo del origen del conflicto.

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En la década de 2010, los países del norte de Africa presenciaron las “Primaveras Árabes”. En muchos de los escenarios, las protestas derivaron en conflictos armados, aumentando la inestabilidad en los Estados. Estos son los casos de Siria, Yemén o Libia, donde las rivalidades siguen latentes.

En la región del Sahel, la situación es aún más complicada. La problemática de esta zona tiene su origen en el conflicto tribal, previo a la colonización europea del S.XIX. En él, las tribus ganaderas nómadas del norte se enfrentaban a las del sur, dedicadas a la agricultura. En las disputas, las primeras vencieron sobre las segundas y de esta forma, se creó una jerarquía donde las tribus nómadas se consideraban superiores.

Otro de los factores que originan el conflicto, son las diferencias religiosas de las tribus. Las tribus norteñas eran seguidoras de la religión musulmana, mientras que las del sur, eran partidarias del cristianismo.

Con la colonización europea, la situación se agravó. Los colonizadores apoyaron a las tribus descontentas del sur. De este modo, aseguraban su autoridad sobre el territorio, en una región que había estado dominada históricamente por las tribus norteñas (nómadas). La descolonización de estos países provoca aún más inestabilidad.

Los colonizadores europeos otorgan la admistración de los Estados a las tribus norteñas, a las que habían brindado su apoyo. De esta forma, comienzan una serie protestas y movimientos independistas por parte de las tribus norteñas, que habían ostentado el poder anteriormente. Así surgen los grupos insurgentes y terroistas en la zona, que están relacionados con las tribus del norte.

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Junto a las circunstancias anteriores, también nos encontramos con la presencia de recursos naturales en la zona, que ha originado numerosas luchas entre las tribus por su dominio. Todos estos factores han producido una situación de gran inestabilidad en las regiones del norte de Africa y del Sahel. Esta última ha derivado en el desarrollo de numerosos conflictos y en la creación de grupos armados, que suponen una amenaza para la Seguridad de los Estados de la región y en último lugar, para la Seguridad transatlántica.

Amenazas del Flanco sur para la OTAN

Con relación a este último apunte, cabe señalar que, a finales de 2020, los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN aprobaron un primer informe, donde se desvela que “el deterioro de la situación de Seguridad en el Sahel y las amenazas terroristas que desestabilizan a varias naciones de la región tienen el potencial de afectar la seguridad transatlántica”.

En la actualidad, son varios los factores causantes de la inseguridad del Flanco sur. Entre ellos, los conflictos derivados de los Estados frágiles, la inestabilidad en el Sahel y en Irak, el crecimiento del terrorismo transacional del Daesh y el Estado Islámico -que aunque desapareciera en Siria e Irak, sigue activo en otras regiones- el crímen organizado, el tráfico ilegal de armas, la migración ilegal y las campañas de desinformación.

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Hay que tener en cuenta también la inseguridad alimentaria presente en el Sahel, así como las consecuencias de la guerra civil de Libia. Entre todos estos factores, el terrorismo es el causante de la mayor inseguridad en la región.

Aún no existe acuerdo sobre el origen del terrorismo internacional que opera en el norte de Africa y en el Sahel. Para algunos académicos, su aparación se remonta a la caida del régimen de Muamar al Gadafi en Libia, mientras que para otros surge con la creación del Estado Islámico en 2014.

En el norte de Africa, destaca su presencia actual en Túnez y en Egipto, en la zona del Sinaí. Sin embargo, la región más preocupante es el Sahel, en concreto en Mali, donde operan grupos terroristas de distinta indóle, como tuareg o el Estado Islámico. En la actualidad, el terrorismo también se está extendiendo a otras zonas como la frontera entre Mali y Burkina Faso o la región del lago Chad. También destaca su presencia en Benín, Togo y Costa de Marfil.

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Para enfrentar estas amenazas, la comunidad internacional ha intervenido en algunos de estos países a través de operaciones militares, como la Operación Barkhane, liderada por Francia, la misión de paz MINUSMA (Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas) en Mali, establecida en 2013 para estabilizar la situación ocasionada por el terrorismo de los tuareg, y finalmente, las misiones de adiestramiento de las fuerzas militares en Mali (EUTM Mali) y Niger de la Unión Europea.

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Finalmente, debemos subrayar que en los Balcanes Occidentales las tensiones políticas siguen latentes, sobre todo entre Serbia y Kosovo, y en el interior de Bosnia y Herezegovina.

Influencia de Rusia y China en el Flanco sur

Como hemos mencionado con anterioridad, el terrorismo se sitúa como una de las principales amenazas reconocidas por la OTAN. Otra de ellas es el dominio de Rusia, que también opera en el Flanco sur. Además, la guerra en Ucrania puede incrementar la inestabilidad las regiones del norte de África y de Oriente Medio.

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Países como Siria, Etipoía, Egipto o Líbano están sufriendo una situación de inseguridad alimenticia, ocasionada por la caída de las exportaciones de trigo provenientes de Ucrania y Rusia. Esta situación podría dar lugar a una mayor inestabilidad política en la región.

Por otro lado, Rusia ha ampliado su presencia militar en el Sur, sobre todo en países como Siria, Libia y Mali. En este último Estado, el Grupo Wagner -grupo paramilitar de origen ruso- ha consolidado su presencia, que provoca una mayor inestabilidad en el lugar. De este modo, la presencia de Rusia en los países de la región, dificulta la lucha de Occidente contra el terrorismo.

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Finalmente, China también representa una amenaza para el desarrollo de la estrategia de la OTAN en estas regiones. China ha incrementado su influencia política y económica en el Sur, a través del desarrollo de tecnologías como el 5G o la expansión de sus fuerzas militares en países de la región.

Implicación de la OTAN en el Flanco sur

En el último Concepto Estratégico de 2010, la OTAN desarrolló los tres pilares – conocidas como core tasks– que sostienen su estrategia y que hay que tener en cuenta para comprender el desarrollo de sus operaciones. Estos son las operaciones de gestión de crisis, la seguridad cooperativa y la defensa colectiva.

Las operaciones de gestión de crisis de la OTAN en el Flanco sur se iniciaron en los Balcanes durante el conflicto de Yugoslavia. En el siglo XXI, las misiones se trasladaron a Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2011 en Estados Unidos. Otras de ellas fueron las operaciones del Mediterráneo, la Operación NATO Unified Protector en Libia, la vigente Sea Guardian y la Misión de la OTAN en Irak (NATO Mission in Irak, por sus siglas en inglés) que continúa operativa.

Esta última misión se diseñó en 2017 bajo la petición de Irak, con el propósito de fortalecer las fuerzas de seguridad iraquíes y sus instituciones de formación, para que adquierarian formación para luchar contra el posible regreso del Estado Islámico.

Después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, el terrorismo internacional se convirtió en el enemigo más importante de la OTAN. En este contexto, la defensa colectiva adquirió gran importancia. Después de que sucedieran los atentados la Alianza invocó por primera vez el Artículo 5 del Tratado de Washington, que hace referencia a la defensa colectiva.

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Durante el trascurso de estas operaciones, y para subrayar la importancia de la seguridad cooperativa, la Alianza desarrolló los conocidos como “partenariados” o colaboraciones con los países de la zona Euro-Atlántica, el Mediterráneo y la región del Golfo. El objetivo de los partenariados es construir promover la interoperabilidad con los socios de la OTAn y brindarles apoyo en la lucha contra el terrorismo.

Las colaboraciones se han llevado acabo a través de operaciones en las que se prioriza el entrenamiento y la formación de las fuerzas armadas de los países socios, así como el refuerzo y mejora de sus capacidades.

Algunos de los parteneriados son el Diálogo del Mediterraneo, una iniciativa liderada por España desde 1994 que incluye a Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez -Estados que no son miembros de la OTAN-. Otra de las colaboraciones es la iniciativa de Cooperación de Estambul, instaurada en el año 2014 con el propósito de desarrollar una cooperación con los principales países del golfo Pérsico (Baréin, Qatar, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, aunque Omán y Arabia Saudí) para hacer frente al terrorismo. Por último, el partenariado por la paz, que está orientado a la colaboración con los países del antiguo bloque soviético, como Serbia y Bosnia y Herzegovina.

Fuente: North Atlantic Treaty Organization (NATO)

Por otro lado, cabe destacar que con la irrupción del Estado Islámico en 2014, se celebró la Cumbre de Gales, donde se definió la importancia de apoyar a los países de la región del Sahel y del norte de Africa para luchar contra el terrorismo. Tras esta Cumbre se creó la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF, por sus siglas en inglés), con el objetivo de que la Alianza contara con un dispositivo con capacidad para desplegarse con rápidez ante una amenaza o ataque terrorista.

En esta Cumbre se desarrolló también la estrategia 360 grados, con el objetivo de capacitar a la Alianza para dar respuesta a las amenazas que provengan de cualquier hemisferio del globo, y en todos los dominios operacionales (tierra, mar, aire, ciber y espacio). En el sur, el objetivo consensuado en la Cumbre de la OTAN fue la mejora de sus capacidades de Seguridad y el refuerzo de sus partenariados.

Con el fin de cumplir sus própositos en el Sur, en el año 2017 se creó el Hub, como parte del Mando de la Fuerza Conjunta Aliada de Nápoles. El objetivo de este dispositivo es aumentar el intercambio de información entre los aliados sobre la región del Sahel y del norte de África, el entrenamiento de las fuerzas especiales para mejorar las capacidades de prevencion y respuesta a las amenazas terroristas, así como la integración de las fuerzas de los países socios en las operaciones dirigidas por la OTAN.

En este contexto, Luis Simón, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas, expone en su artículo La OTAN y el Sur tras Ucrania que “la Alianza debe de mantener su enfoque de 360º en materia de disuasión con el objetivo de garantizar que la nueva postura disuasoria no deja de lado los desafíos emergentes en el Sur.

La OTAN también debe de invertir en la resiliencia y el desarrollo del Flanco sur, junto con una mayor consolidación de los lazos con los actores regionales y otras organizaciones relevantes, empezando por la Unión Europea. Por último, los aliados deben mantener los niveles de preparación para actuar en caso de crisis en el Flanco sur, donde la cooperación con la UE será necesaria.

En la actualidad, la OTAN ha comenzado a entablar conversaciones con la organización G5 del Sahel, cuyo objetivo es alcanzar la coordinación de los Estados para dar respuesta a la amenaza terrorista en la región. En la actualidad está integrada por Burkina Faso, Chad, Mauritania y Niger.

La importancia del Flanco sur para la OTAN, los desafíos y las amenazas que presenta, así como el acercamiento a esta última organización se debatirán en la Cumbre de Madrid.

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