El Gobierno ucraniano ha destituido el martes 24 de enero a seis de sus miembros y ha aceptado la dimisión de otros cinco gobernadores regionales debido a las polémicas de corrupción que le rodean. Estos ceses constituyen la mayor reorganización de la administración desde que comenzó la invasión rusa del país.
Las destituciones abren la “semana de decisiones” prometida por el presidente Volodímir Zelenski como reacción las acusaciones de corrupción vertidas sobre representantes del Gobierno y como muestra de rechazo a estas actividades en una situación en la que Ucrania necesita unidad interna y ayuda internacional.
Han sido destituidos cinco gobernadores, cuatro viceministros, un asesor de Presidencia y un fiscal general adjunto. Zelenski también ha informado de la prohibición de los funcionarios de “viajar al extranjero por vacaciones o por cualquier otro propósito no gubernamental”.
Todo empezó el domingo 22 de enero con la confirmación de las autoridades ucranianas de la detención de Vasil Lozinski, viceministro Infraestructuras y Desarrollo Comunitario, por supuestamente aceptar sobornos. El nuevo titular de la cartera, Oleksander Kubrakov, afirmó que “recibía sobornos por valor de 400.000 dólares obtenidos por su ayuda a la hora de finalizar contratos para la compra de equipamiento y maquinaria”.
El escándalo sobre el fraude en la adquisición de alimentos para las Fuerzas Armadas ha desembocado en la destitución del viceministro de Defensa, Vyacheslav Shapovalov. Según recoge AFP, el alto cargo era responsable de suministrar alimentos y equipos a las tropas y han salido a la luz los altos precios pagados por el Ministerio para la alimentación de los soldados. Transparencia Internacional situó a Ucrania 2021 en el puesto 122 de un total de 180 en su estudio sobre percepción de la corrupción.
