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La amenaza de Turquía y el ISIS sobre el pueblo kurdo en Siria

Análisis

Alba Sanz Torres
Alba Sanz Torres
Periodista especializada en información internacional, concretamente de la región MENA y en Defensa. Graduada en Periodismo por la UC3M, Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación por la UCJC y Experta en Defensa Nacional por el CESEDEN. Ha trabajado en radio y revistas especializadas en Oriente Medio. Actualmente es redactora en Aviación Digital, revista en la que escribe temas relacionados con aviación militar y defensa.

El fin de la guerra de Siria ha dejado abierto varios frentes que el grupo terrorista ISIS y Turquía están utilizando para ganar terreno geoestratégico desplazando al pueblo kurdo. En este artículo la periodista especializada en geopolítica, Alba Sanz, analiza nuevas ofensivas y otras resistencias.

El fin del conflicto armado en Siria tras la recuperación de los principales territorios del país por parte del dictador chií, Bashar-al Asad, no ha supuesto el fin de la violencia. En el norte de Siria, las conocidas como “zonas rebeldes” controladas por las fuerzas kurdas, albergan tres millones de refugiados que se desplazaron de sus hogares tras perderlos, fruto de los bombardeos. Tanto las bombas de Al-Asad como el terror que trató de instaurar el ISIS – y que consiguió mantener durante al menos cuatro años hasta el 2019 – no han sido las únicas ofensivas que la población civil ha tenido que afrontar.

A las actuales células durmientes yihadistas que consiguieron resistir se les suma la ofensiva liderada por el presidente de Turquía, Reccep Tayyip Erdogan, después de que el Ejército turco, bajo las órdenes del propio presidente, haya desplegado una nueva operación contra el norte sirio con el objetivo de hacerse con el control del territorio y expandir, así, las fronteras del país. 

Además de los ataques a civiles, las fuerzas kurdas que tratan de controlar y estabilizar la seguridad del norte de Siria continúan siendo víctimas diarias de los ataques turcos, unas ofensivas denunciadas por la ONU por provocar “el desplazamiento de más de 130.000 personas”. Sin embargo, estas siguen sin ser denunciadas por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos. Según el experto en yihadismo, Luis de la Corte Ibáñez, los motivos por los que la Alianza no habría condenado estos ataques, a pesar de ser ataques yihadistas, son debido a que “la OTAN necesita tener dentro a Turquía en una disposición favorable”.

De acuerdo con el experto, las razones que explican la actual situación están relacionadas con que “Turquía tiene una interlocución con Rusia que no tiene ningún país miembro de la OTAN y eso es un aval para intermediar con Rusia en una situación tan complicada como la actual”. Asimismo, “la OTAN tampoco tiene una postura explícita hacia Siria con lo cual se ha desentendido de lo que ocurre en ese escenario desde que ISIS perdió su control territorial”. 

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La amenaza de Turquía y el ISIS sobre el pueblo kurdo

“Si Turquía decide invadir esta parte habrá una catástrofe humanitaria. Habrá muchas personas que abandonarán el país y otras que se quedarán”, afirma Carol —nombre ficticio para mantener su seguridad— desde Rojava. Esta veinteañera, de origen europeo, decidió viajar hasta esta región después de la caída del ISIS para hacer frente a los ataques turcos con el fin de formar parte de las Unidades de Protección Femeninas, —YPJ—, a las que actualmente sigue perteneciendo.

Junto con las Unidades de Protección Mixtas (YPG), las Fuerzas Democráticas Sirias y con la ayuda de Estados Unidos, las YPJ, compuestas únicamente por mujeres, tomaron especial relevancia por su papel a la hora de recuperar enclaves sirios que habían caído en manos del ISIS durante el desarrollo de la guerra civil.

De hecho, tal y como informan desde las YPJ, un total de 11.000 combatientes de estas tres fuerzas, a los que ellas denominan “mártires”, perdieron la vida tratando de vencer al ISIS y a otros grupos terroristas de la zona como es el caso de al-Nusra.

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Los motivos que llevaron a Carol a dejar su vida en Europa y viajar hasta Rojava fueron la implementación del proyecto político basado en el confederalismo democrático, sistema de participación ciudadana directa en el que no existe una figura estatal —ni un Estado— y que actualmente rige políticamente el sistema del Kurdistán sirio, además del destacado papel de la mujer en la sociedad. Esta ideología fue promulgada por el político turco Abdullah Ocalan, actualmente encarcelado en Turquía tras ser condenado por “separatismo” y “traición”.

Tal y como explica, esta combatiente “no se sentía representada por los movimientos de izquierdas de su país” y en el caso de Rojava “cree firmemente en el movimiento político que se está implementado”, además del papel de la mujer en él. En 2018, explica, “Turquía invadió Afrin y en ese momento tenía muy claro que quería ir a Rojava. Fue durante la invasión turca cuando decidí ir”.

Y es que, para Turquía, los miembros tanto de las YPG como de las YPJ, así como los seguidores del Partido del Kurdistán de los Trabajadores —PKK—, son sus principales enemigos. Bajo el pretexto de estar luchando contra “una organización terrorista”, Turquía lleva años librando ataques aéreos contra los kurdos y aseguran querer originar en la zona del Kurdistán sirio “un territorio seguro para poder albergar a millones de refugiados”. 

Un año después de la llegada de Carol, el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, daba luz verde a la Operación Manantial de Paz, una ofensiva militar turca que operaba directamente contra las fuerzas kurdas. Esta “misión” fue vista por los kurdos como una nueva “traición” debido a que Estados Unidos, quien fue su aliado durante el conflicto sirio, consentía a Turquía atacar deliberadamente sus posiciones. Con este gesto, el expresidente republicano permitía a Ankara librar esta operación a la vez que pasaba el testigo a Turquía como “la responsable” de los yihadistas capturados en la zona.

Sin embargo, la realidad es que las cárceles que albergan a miles de yihadistas, al igual que los campos de desplazados, están controlados por las propias fuerzas kurdas, quienes tratan de mantener la seguridad y evitar un nuevo “despertar” yihadista. 

Carol, al igual que muchas de sus compañeras, también ha participado en las misiones de seguridad en el campo de desplazados sirio de Al-Hol, que actualmente alberga a miles de familiares de yihadistas, así como en operaciones antiterroristas en la región.

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La miliciana de las Unidades de Protección Femeninas cuenta como, en su misión de detención de células yihadistas en el campo de Al-Hol en el marco de la Operación “Seguridad y Humanidad”, Turquía no cesaba de atacar posiciones dentro del campo. Estos ataques tenían como objetivo dificultar su labor, ya que, de acuerdo con sus declaraciones, “la historia de cómo Turquía está ayudando al ISIS es muy larga. Quien actualmente esté apoyando militarme a Turquía está apoyando al ISIS ”.

En este contexto, la miliciana afirma que “cuando nuestras fuerzas vencieron al ISIS en 2019, los yihadistas se rindieron a las manos de las Fuerzas Democráticas Sirias y fue en ese momento cuando les trajimos a los campos de Al-Hol y Al-Roj. Lo que pasa actualmente en el campo de Al-Hol es que el ISIS se está reorganizando. Están entrenando a los niños y los adoctrinan para generar una nueva generación del ISIS. En el campo hay mujeres que están muy convencidas de la ideología del grupo yihadista, pero no son todas”.

De hecho, es en este campo donde la violencia del ISIS no ha dejado de reproducirse a lo largo de los años. “Ha habido muchos asesinatos. Ha habido múltiples casos de tortura, las mujeres que no vivían de acuerdo con la ideología del ISIS eran atacadas. Por eso decidimos realizar la operación de Seguridad y Humanidad”, afirma.

Carol recuerda como, en el marco de esta operación antiterrorista librada en el año 2022, las fuerzas de las YPJ consiguieron liberar a unas adolescentes yazidíes. Estas jóvenes, de origen kurdo y seguidoras de la minoritaria religión yazidí, se encontraban secuestradas por los terroristas en el campo de Al-Hol desde la caída de su intento de Califato.

Étnicamente, los yazidíes son una población kurda seguidora del yazidismo, una de las religiones más antiguas de la región que se caracteriza por su adoración al dios Khoda, “el que se creó así mismo”. Durante la guerra civil siria, esta comunidad fue víctima de secuestros, asesinatos y violaciones por parte del ISIS. Y es que, el grupo yihadista acusaba falsamente al grupo étnico de adorar al diablo, por lo que fueron nombrados como uno de sus principales enemigos. Tanto es así que los propios yazidíes fueron víctimas de lo que la Comisión de Investigación sobre las violaciones de derechos humanos en Siria ha tildado como“genocidio”. 

Siete años después del ataque a gran escala que perpetró el ISIS contra la comunidad yazidí, al menos 2.000 menores pertenecientes a esta la comunidad continúan secuestrados por el grupo yihadista, de acuerdo con datos publicados por Amnistía Internacional. 

En este caso, las adolescentes “llevaban secuestradas por el ISIS desde que atacaron Sinyar en Irak”, relata la miliciana. “A las mujeres de allí las torturaron, las vendieron y las adoctrinaron en la violencia. Cuando el Califato fue derribado las llevaron con ellos al campo. Estas mujeres yazidíes estaban tan aterrorizadas que no podían revelar su identidad en el campo a nadie, ni siquiera a nuestras Fuerzas”. 

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Otras formas de entender la relación entre Turquía y el ISIS

Como si de un secreto a voces se tratara, las relaciones que el presidente de Turquía mantendría con el ISIS han sido denunciadas por distintas organizaciones internacionales, pero no por los Gobiernos de la Alianza Atlántica, organización a la que también pertenece el país turco. De hecho, periodistas como David Graeber denunciaron el hecho de que “el territorio controlado por los YPG en Siria se encuentra sometido a un embargo total por parte de Turquía, y las fuerzas del PKK están bajo un bombardeo continuo por parte de la fuerza aérea turca”, lo que dificulta la lucha contra el ISIS en la región. 

Junto a esto, el Instituto para el Estudio de los Derechos Humanos de la Universidad de Columbia ha recopilado diversas pruebas que demuestran la relación del Gobierno de Erdogan con el grupo terrorista, incluyendo testimonios de antiguos yihadistas.

Entre estas pruebas destacan algunas declaraciones de yihadistas que confiesan su relación con Turquía. Ejemplo de ello es la declaración que un terrorista del ISIS dió al Washington Post en el año 2014 tras afirmar que «la mayoría de los combatientes que se unieron a nosotros al principio de la guerra llegaron a través de Turquía, al igual que nuestros equipos y suministros».

En este contexto, Carol señala que la conexión de Turquía con el ISIS es “más que conocida en la zona”. Como ejemplo cuenta cuando el ISIS estaba atacando la ciudad de Tel Tamr, una región siria habitada por cristianos, en el año 2015. “Turquía controlaba el agua y lo que Erdogan hizo cuando el ISIS atacó las aldeas cristianas fue abrir el grifo de agua para que toda esa área se inundara y la gente se quedase atrapada. Muchas personas no pudieron escapar, lo que facilitó al ISIS poder hacer una masacre”. 

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Otra situación que podría escenificar la conexión de Turquía con el ISIS es, de acuerdo con la miliciana, cuando Turquía inició la invasión del cantón kurdo de Afrín en el marco de la operación “Rama de Olivo”. Tal y como cuenta, “nuestra campaña contra el ISIS no estaba concluida. Nosotras luchábamos contra los yihadistas mientras que Turquía invadía Afrín. Nuestras luchadoras tenían que decidir dejar la campaña contra el ISIS o ir a proteger Afrin de los turcos. Cada vez que Turquía ataca el norte de Siria nuestra lucha contra el ISIS se hace mayor y se complica”, denuncia. 

Asimismo, argumenta la conexión del Gobierno de Erdogan y el grupo yihadista con el asalto de la cárcel siria de al-Sinaa en el año 2022. “El ISIS trató de atacar la prisión y liberar a los yihadistas mientras que Turquía bombardeaba a los combatientes kurdos que iban a defender la prisión, dándoles soporte aéreo para que los yihadistas pudiesen escapar”. 

Artículo de Alba Sanz editado por:

Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.

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