El mes de junio tuvo lugar la octava revisión de la Estrategia Global de la ONU contra el Terrorismo. En este artículo te explicamos en qué consiste esta Estrategia, cómo ha ido evolucionando a lo largo de los años y qué se acordó en la revisión de este año.
La contraofensiva de Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York (Estados Unidos) que dejó alrededor de casi 3.000 muertos, propició las llamadas “guerras del 11-S” y la incursión estadounidense en Irak en 2003. Así se propició un punto de inflexión para el resurgimiento de grupos terroristas como Al Qaeda y el ISIS a nivel mundial, según explica el experto en terrorismo, Juan Avilés Farré, en su libro «Historia del Terrorismo Yihadista de Al Qaeda».
Para enfrentar esta amenaza, en 2006 todos los Estados miembros de las Naciones Unidas, acordaron por consenso y, por primera vez, una estrategia común para luchar contra el terrorismo. Así nació la Estrategia Global de la ONU contra el Terrorismo, que cada dos años es revisada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, lo que la convierte en un documento vivo y en constante evolución. Hasta la fecha se han realizado siete exámenes de la Estrategia, el último en 30 de junio de 2021. La octava revisión de la Estrategia tuvo lugar en junio de 2023.
¿Cuáles son los pilares de la Estrategia de la ONU contra el Terrorismo?
La Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el Terrorismo está basada en cuatro pilares fundamentales:
Medidas para hacer frente a la proliferación del terrorismo
- Aprovecha el papel de las Naciones Unidas en la prevención de conflictos, negociación, conciliación y marco normativo internacional, entre otros.
- Promover una cultura de paz, tolerancia y respeto.
- Puesta en marcha de la Iniciativa de la Alianza de las Civilizaciones.
- Prevenir conductas terroristas mediante leyes amparadas en el derecho internacional.
- Cumplimiento de objetivos referentes a cumbres y conferencias de las Naciones Unidas, así como los del Milenio.
- Establecer a nivel nacional la asistencia a víctimas del terrorismo.
Medidas de prevención y estrategias de lucha contra el terrorismo
- No participar, instigar, financiar, tolerar o colaborar en ninguna actividad terrorista, y adoptar medidas para proteger los territorios de los países, sus instalaciones y su población.
- Cooperación internacional contra el terrorismo y todas sus formas.
- Asegurar la captura, sanción y condena de todos los actores involucrados en ataques terroristas según las normas recogidas en el derecho internacional.
- Aumentar la cooperación y coordinación entre los Estados y las Naciones Unidas.
- Crear una base de datos única sobre incidentes elaborada por INTERPOL.
- Producir mecanismos y centros de lucha antiterrorista en los países.
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Medidas destinadas a aumentar la competencia de los Estados para prevenir el terrorismo y aumentar el papel de las Naciones Unidos
- Contribuir de forma voluntaria mediante proyectos por parte de los Estados a las Naciones Unidas en la materia.
- Promover las medidas necesarias para el intercambio de información y asistencia entre Estados.
- Coordinarse con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el intercambio de información y asistencia de la salud pública de los estados ante posibles ataques biológicos.
- Coordinarse con otras organizaciones para redoblar esfuerzos, información y asistencia en materia de armas químicas o nucleares que puedan ser utilizadas en ataques terroristas.
- Coordinarse con otras organizaciones e instituciones para reforzar la seguridad de las fronteras.
Medidas para garantizar los derechos humanos
- Seguir la normativa fijada por la Asamblea General de Naciones Unidas en cuanto a protección de los derecho y libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo.
- Todos los Estados deben promover las medidas adoptadas en esta Estrategia en materia de lucha antiterrorista, conforme al derecho internacional y a la normativa fijada por la Asamblea en la protección de los derechos y libertades.
¿Cómo han sido las revisiones de la Estrategia de la ONU contra el Terrorismo?
Desde la primera revisión de la Estrategia de la ONU contra el Terrorismo en 2008 hasta la última en 2021, se sigue haciendo hincapié en el Equipo Especial sobre la Ejecución de la Lucha contra el Terrorismo y en su misión de cooperación con los Estados miembros en materia de prevención y lucha contra el terrorismo. Además, se sigue poniendo en valor los esfuerzos por parte de los Estados de ajustar las medidas previstas en la Estrategia contra el terrorismo, a las obligaciones del derecho internacional y otras normas de la Unión, de acuerdo con los principios de la Carta de Naciones Unidas de 1945.
Con el paso de los años, se ha ido reafirmando en la Estrategia el concepto que engloba al terrorismo y al extremismo violento, y como nunca debe vincularse con la religión, grupo étnico, nacionalidad o civilización, evitando así cualquier estereotipo.
Tras la segunda revisión de la Estrategia en 2014, se activó la Prevención del Extremismo Violento (PEV) como respuesta a la campaña de ataques procedentes del Estado Islámico a nivel mundial. También, pudo verse como el terrorismo seguía aumentando y se aplicaron medidas para contrarrestar la atracción del terrorismo, realizando programas de prevención contra la radicalización, aumentar el apoyo a las víctimas del terrorismo, seguir protegiendo los derechos y libertades fundamentales, promover el diálogo entre las distintas religiones e ideologías del mundo, fomentar el respeto y la tolerancia, entre otros.
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Más adelante, en la revisión de 2016, se puso énfasis en el enfoque “Toda la ONU”, que consistió en seguir de forma unitaria la lucha contra el terrorismo con colaboración y cooperación internacional, como por ejemplo, a través de medidas que reforzaran la seguridad de los países. Aquí juega un papel crucial la INTERPOL, ya que todos los países enviaban información a este organismo, y este a su vez elabora instrumentos y recursos para reforzar la seguridad de las fronteras entre los países.
En la revisión de 2018, se pone de manifiesto las dificultades encontradas por los países en la lucha antiterrorista con el avance de las nuevas tecnologías, y como el terrorismo se adapta a ellas. Además, se aborda la violencia sexual como táctica terrorista y cómo esta inflige dolor en las víctimas y en sus familias, y la atención deficiente por parte de los Estados sobre esta problemática. Como consecuencia, se pusieron en prácticas medidas de índole digital para atraer a las jóvenes y así prevenirles en radicalización, reformar la estructura en materia antiterrorista de las Naciones Unidas, forjar nuevas alianzas internacionales y seguir promoviendo los derechos y libertades fundamentales.
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Según datos del Índice Global de Terrorismo del 2023, desde el 2015 se ha producido un descenso del 38% de muertes por ataques terroristas en el mundo, como puede observarse a continuación:
Podemos deducir que las medidas a nivel mundial de los países y de la ONU de lucha antiterrorista están dando sus frutos, las cifras lo avalan, pero no está erradicado y por eso debe seguirse manteniendo el nivel de alerta y actualizar los protocolos según los nuevos cambios que se produzcan.
En la última revisión de 2021, se abordaron temas relacionados con la COVID-19 y como las restricciones en derechos y libertades fundamentales a la población civil, disminuyeron la ofensiva contra el terrorismo a nivel mundial. Además de ser un elemento susceptible de usar por los grupos terroristas para radicalizar a más gente en momentos donde se les restringe sus derechos y libertades, y donde las emociones están a flor de piel.
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Además, pudo observarse el cambio de paradigma en cuanto a zona geográfica donde se están produciendo más ataques, concentrándose en África y disminuyendo en Occidente, avalados y recogidos en el Índice Global de Terrorismo de 2023:
Logros y fracasos de la Estrategia de la ONU contra el Terrorismo
Uno de los pilares fundamentales de la Estrategia de la ONU contra el Terrorismo es sin duda, la prevención del extremismo violento, “mejor es curarse en salud, que luego lamentarse”, y en ese sentido los Estados y las Naciones Unidas tienen mecanismos suficientes para poder adelantarse a los ataques, ya que cuentan con multitud de instituciones, agencias y expertos que día a día realizan labores de inteligencia para buscar posibles amenazas. También, en sí mismo, este modelo de prevención acarrea efectos negativos, puesto que cada Estado interpreta el concepto de extremismo violento al no haber una definición exacta, y además, puede usarse para limitar y/o restringir derechos y libertades fundamentales.
Aun así, otros logros de la Estrategia han sido establecer normas recogidas en el derecho internacional, y que son de aplicación de forma unitaria para todos los Estados, y aplicar sanciones y condenas a grupos terroristas. Así como, la adecuación del panorama geopolítico a la lucha antiterrorista y su extensión a otras zonas como África y Asia, la creación y continuidad de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo y la atención a las víctimas del terrorismo. Cabe destacar que este último aspecto es prioritario para nuestro país, ya que se recoge como prioridad en la Estrategia Nacional contra el Terrorismo.
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Con el avance de las tecnologías y el mundo en constante cambio, surgen nuevos problemas que hacen que los Estados miembros de las Naciones Unidas, deban crear nuevos mecanismos para poder protegerse ante el terrorismo.
El compromiso de cooperación entre los Estados, y el papel fundamental de las Naciones Unidas en el proceso debe seguir siendo el eje fundamental de la Estrategia, además de analizar el impacto de las nuevas tecnologías, la ciberseguridad y protección de las infraestructuras críticas que tienen un especial potencial de ser atacadas, así como la protección de objetivos y lugares estratégicos y de interés.
Sigue existiendo preocupación por la cantidad de personas que son captadas a través de las redes sociales o internet, y que son radicalizados para ejercer la violencia extrema, el resurgimiento de grupos armados que ejercen violencia contra la sociedad civil, la situación de inestabilidad que se crea en los Estados donde se produce un conflicto armado o donde existen conflictos políticos, sociales y/o económicos, teniendo que estar en constante alerta ante la posibilidad de amenazas emergentes.
Ante el avance del terrorismo yihadista en el mundo y tras las cifras recogidas por el Índice Global de Terrorismo de 2023, donde se registran los ataques terroristas desde el 1 de enero de 2007 hasta el 2022, puede concluirse que la región del Sahel en África es ahora mismo el epicentro de los ataques terroristas. Lo que no quiere decir que haya que bajar la guardia en el resto de países, ya que siempre hay que estar alerta y prevenir futuras amenazas.
¿Qué se acordó en la revisión de la Estrategia de la ONU contra el Terrorismo de 2023?
En la Estrategia de 2023, se deberá seguir abordando el cambio geopolítico de la lucha antiterrorista y sus efectos en las zonas donde se están concentrando los ataques —sobre todo África, sin olvidar Occidente, Oriente Medio y Asia—, seguir aplicando, modificando e incorporando las medidas que sustentan la Estrategia, así como analizar el impacto de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, y como poder utilizarlas para la lucha antiterrorista.
Fue el pasado 22 de junio cuando la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por unanimidad la resolución titulada «Estrategia global de las Naciones Unidas contra el terrorismo: octavo examen». En esta nueva revisión, la Asamblea reiteró su condena enérgica e inequívoca del terrorismo y el extremismo violento y reafirmó la Estrategia Global de 2006, la piedra angular de las actividades de la ONU contra el terrorismo.
El llamamiento a que todos los países de la ONU se unan contra el terrorismo y el extremismo violento así como a que se adopte un enfoque común para evitar su propagación tuvo un papel principal. En este sentido se subrayó la importancia de la participación de la sociedad civil y el importante papel de las mujeres.
La resolución también recogió las preocupaciones de la Asamblea por la evolución del uso de las nuevas tecnologías por parte de los terroristas, así como la grave amenaza que siguen planteando los combatientes terroristas extranjeros y, en particular, la financiación del terrorismo.
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Por último, la Asamblea reconoció el importante papel que desempeña la Oficina de Lucha contra el Terrorismo (UNOCT), que se esfuerza por aumentar su presencia a nivel regional a través de sus oficinas de programas. En este sentido, desde noviembre de 2022, Madrid acoge una nueva Oficina de Programas de la UNOCT, que se centra especialmente en las áreas de protección de objetivos, la prevención del extremismo violento, la promoción y protección de los derechos humanos, y el apoyo a las víctimas del terrorismo, además de aprovechar la experiencia y las buenas prácticas de España en la lucha contra el terrorismo para ayudar a implementar estos programas en otros países.
Según se destaca desde el Departamento de Seguridad Nacional de España algunas consideraciones internacionales relevantes son que Estados Unidos enfatizó que la revisión no abordaba la amenaza del uso de sistemas aéreos no tripulados (UAS) con fines terroristas; que la Unión Europea consideró relevante el riesgo de los actores solitarios que atentan en suelo europeo y del uso de las nuevas tecnologías por parte de los terroristas; o que China incidió en la necesidad de que la lucha contra el terrorismo se traduzca en voluntad política y acciones concretas, al tiempo que recordó la necesidad de combatir a las organizaciones terroristas utilizadas como proxys para interferir en los asuntos internos de otros países. Por su parte Arabia Saudí, en representación de la Organización de Cooperación Islámica, expresó su pesar porque esta revisión no incluyese una condena explícita por la instigación a la violencia contra los musulmanes.
