Las autoridades detienen al expresidente Yoon Suk-yeol por cargos de insurrección tras declarar la ley marcial y desafiar las órdenes judiciales.
El presidente suspendido de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha sido finalmente detenido por cargos de insurrección. Este miércoles 15 de enero de 2025, tras semanas de tensión y un intento fallido previo, las autoridades lograron ejecutar la orden de arresto contra Yoon en su residencia oficial en Seúl. La detención, que marca un hito sin precedentes en la historia política del país, se produce tras la controvertida declaración de ley marcial que Yoon proclamó en diciembre, desencadenando una crisis institucional que culminó con su destitución por parte de la Asamblea Nacional.
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El operativo de detención, que involucró a miles de efectivos policiales, se desarrolló en un ambiente de alta tensión. A pesar de la resistencia inicial, que incluyó bloqueos y la presencia de simpatizantes y opositores en los alrededores del complejo presidencial, los investigadores lograron acceder a la residencia utilizando escaleras. Sorprendentemente, y a diferencia del intento anterior, el Servicio de Seguridad Presidencial no opuso una resistencia activa esta vez, permitiendo que el arresto se llevara a cabo sin grandes enfrentamientos físicos.
Yoon se defiende
Tras su arresto, se trasladó a Yoon a la sede de la agencia anticorrupción para interrogarle. Ahí, el exmandatario difundió un video en el que, a pesar de calificar la investigación como «ilegal», afirmó haber decidido comparecer para evitar un «derramamiento de sangre». Además, Yoon insistió en que su declaración de ley marcial era un «acto de gobierno» destinado a advertir a la oposición sobre lo que él considera un abuso del poder legislativo. Sin embargo, durante el interrogatorio, optó por guardar silencio, negándose a testificar.
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Esto aumenta la crisis política que sacude a Corea del Sur desde principios de diciembre. La detención de Yoon, el primer presidente en la historia del país en ser arrestado mientras ostentaba el cargo, muestra la gravedad de los cargos que enfrenta y la determinación de las autoridades para llevar el caso hasta sus últimas consecuencias. Mientras el país observa estos acontecimientos sin precedentes, queda por ver cómo se desarrollará el proceso judicial y qué impacto tendrá en el futuro político del país asiático. La nación se encuentra cerca de una crisis constitucional que podría redefinir su política en los próximos años.
En qué consistió la ley marcial
El 3 de diciembre de 2024, el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol sorprendió a la nación al declarar la ley marcial de emergencia, una medida sin precedentes en el país. Yoon justificó esta acción alegando la necesidad de proteger el «orden constitucional» frente a lo que él consideraba actividades «antiestatales» por parte de la oposición. En su discurso televisado, acusó al principal partido opositor, el Partido Democrático, de ser una «fuerza pro-norcoreana» y de paralizar al gobierno, amenazando así la estabilidad del país. Esta decisión provocó una inmediata conmoción en la sociedad surcoreana, con miles de ciudadanos saliendo a las calles para protestar contra lo que percibían como un ataque a la democracia. La ley marcial implicaba la prohibición de actividades políticas, incluidas las de la Asamblea Nacional, y el control de los medios de comunicación por parte del mando militar.
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Sin embargo, la maniobra de Yoon se encontró rápidamente con la resistencia por parte del poder legislativo. La Asamblea Nacional, donde la oposición tiene mayoría, convocó una sesión de emergencia para votar el levantamiento de la ley marcial. Ante la presión parlamentaria y las protestas ciudadanas, Yoon se vio obligado a retirar la medida apenas unas horas después de haberla impuesto. Este episodio desencadenó una crisis política sin precedentes que culminó el 14 de diciembre, cuando la Asamblea Nacional votó a favor de la destitución de Yoon. La moción de censura se aprobó con 204 votos a favor, superando el umbral necesario de dos tercios, y contó incluso con el apoyo de algunos miembros del propio partido de Yoon. Esta decisión histórica suspendió los poderes presidenciales de Yoon, dejando su futuro político en manos del Tribunal Constitucional, que deberá ratificar o rechazar la destitución en un plazo de seis meses.
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Artículo escrito por:
Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.