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El M23 y su vinculación con Ruanda

Análisis

Rubén Asenjo
Rubén Asenjo
Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.

El grupo armado M23, activo en el este de la República Democrática del Congo, está señalado por sus vínculos con el gobierno de Ruanda, que niega categóricamente cualquier apoyo. Este movimiento insurgente, conocido por sus ofensivas en Kivu del Norte, ha desatado tensiones regionales y crisis humanitarias. Analizamos su origen, objetivos y las implicaciones geopolíticas de su relación con Kigali.

El Movimiento 23 de Marzo (M23) es un grupo rebelde activo en el este de la República Democrática del Congo (RDC) desde 2012. Surgió como una escisión militar de antiguos miembros del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), quienes acusaron al gobierno congoleño de incumplir un acuerdo de paz firmado el 23 de marzo de 2009. Conformado principalmente por tutsis congoleños, el M23 justifica su lucha alegando discriminación étnica y la necesidad de proteger a su comunidad frente a milicias hutus, como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). Sin embargo, su misión y objetivos están vinculados a intereses económicos y geopolíticos, especialmente por su presunta conexión con Ruanda, país señalado de brindarles apoyo militar y financiero.

Ubicación de la provincia Kivu Norte en República Democrática del Congo, que limita con Uganda y Ruanda.

En la actualidad, el conflicto se ha intensificado, con avances territoriales del M23 hacia Goma, capital de Kivu Norte. Esta región, estratégica por sus ricos yacimientos de coltán, cobalto y oro, resultan fundamentales en la industria tecnológica y en la fabricación de dispositivos electrónicos. Esta escalada de las tensiones ha desplazado a millones de personas en el este del país y amenaza con desestabilizar la región de los Grandes Lagos, reviviendo tensiones históricas entre la RDC y Ruanda. Además, la ONU ha alertado en varias ocasiones sobre el riesgo de una guerra en la región, mientras exige el cese de hostilidades y la retirada de fuerzas extranjeras, en un momento donde la violencia persiste pese a múltiples intentos de mediación internacional.

Historia del M23

  • Antecedentes (2006-2009). El Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), formado principalmente por tutsis, se establece para combatir a las fuerzas hutus en el este de la República Democrática del Congo (RDC).
  • Acuerdo de paz (23 de marzo de 2009). El CNDP y el gobierno congoleño firman un acuerdo de paz. Los miembros del CNDP se integran en las Fuerzas Armadas congoleñas y se comprometen a convertirse en partido político.
  • Formación del M23 (abril de 2012). Exmiembros del CNDP, descontentos con el incumplimiento del acuerdo de paz, se rebelan contra el gobierno y forman el M23, adoptando como nombre la fecha del acuerdo.
  • Primeras acciones (2012). El M23 inicia operaciones en la provincia de Kivu del Norte, enfrentándose a las fuerzas gubernamentales.
  • Toma de Goma (noviembre de 2012). El M23 captura Goma, la capital de Kivu del Norte, en su acción más destacada.
  • Derrota y acuerdo de paz (2013). Las fuerzas del M23 son derrotadas tras presiones internacionales y una ofensiva gubernamental. Se firma un nuevo acuerdo de paz y el grupo se desarma.
  • Periodo de inactividad (2013-2021). El M23 permanece inactivo durante casi una década.
  • Resurgimiento (marzo de 2022). El grupo reanuda sus actividades militares en el este de la RDC alegando marginación étnica y falsa de seguridad. Sin embargo, su expansión se vincula a conflictos e intereses por recursos naturales gracias al presunto apoyo externo que lo sustenta.
  • Nueva ofensiva (2022-2025). El M23 lanza ataques significativos hacia áreas estratégicas de Kivu Norte, desplazando a cientos de miles. La ONU y la comunidad internacional exigen diálogo, pero la violencia persiste sin soluciones concretas.
  • Situación actual (enero 2025). El M23 mantiene su presencia en el este de la RDC y busca el control total de Goma, la capital de Kivu Norte.

Despliegue del SADC

Desde diciembre de 2023, el contingente de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), encabezado por Sudáfrica, desplegó la misión SAMIDRC en el este de la RDC para apoyar al ejército local contra el avance del M23. Inicialmente, las tropas sudafricanas, malauíes y tanzanas centraron sus operaciones en zonas estratégicas como Goma y Sake, claves para controlar rutas de suministro. Sin embargo, la resistencia rebelde, respaldada por tácticas guerrilleras y supuesto apoyo externo, complicó las operaciones. Pese a ello, lograron estabilizar temporalmente áreas críticas, aunque con bajas significativas de varios soldados de la SADC en enero de 2025.

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Además de la superioridad militar del M23, la misión enfrenta problemas como la falta de recursos logísticos y la complejidad del terreno montañoso. Las acusaciones a Ruanda de armar a los rebeldes agravan las tensiones, mientras la SADC intenta mediar sin éxito. No obstante, el contingente mantiene su presencia, extendida hasta noviembre de 2025, aunque la violencia continúa y el desplazamiento masivo de civiles sigue aumentando.

Despliegue de la MONUSCO

La Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO), creada por el Consejo de Seguridad de la ONU, está desplegada desde 1999 para estabilizar un país marcado por grandes conflictos. Su mandato principal es proteger a civiles, apoyar el desarme de grupos armados y facilitar la consolidación institucional mediante asistencia técnica y logística. Además, integra fuerzas militares y civiles que operan en zonas críticas, colaborando con autoridades locales para mitigar la violencia. Sin embargo, la gran extensión geográfica congoleña y la fragmentación de las milicias complican su labor, requiriendo estrategias adaptativas y coordinación con actores regionales.

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Frente a grupos como el M23, la MONUSCO implementa operaciones conjuntas con el ejército congoleño para neutralizar amenazas, priorizando la protección de poblaciones vulnerables en áreas como Kivu Norte. A través de patrullas e inteligencia sobre el terreno, busca reducir la influencia rebelde. No obstante, la capacidad del M23 para reagruparse, su movilidad en territorios remotos y los presuntos apoyos externos limitan los avances. Pese a esto, la misión mantiene esfuerzos para desarticular redes logísticas y promover procesos de reintegración, aunque reconoce que la paz depende de soluciones políticas más amplias, más allá de su alcance operativo.

¿Por qué el M23 está vinculado con Ruanda?

Históricamente, el M23 está señalado por organismos internacionales y el gobierno congoleño por sus lazos con Ruanda. Esto se debe principalmente a su composición mayoritariamente tutsi, grupo étnico que también domina el poder en Ruanda. Se argumenta que esta conexión étnica facilita apoyo logístico o militar encubierto, aunque Ruanda lo niega oficialmente. Además, el origen del grupo se remonta a excombatientes del CNDP, una milicia previamente respaldada por Kigali, lo que refuerza las sospechas de continuidad en las alianzas. Por otro lado, los intereses geopolíticos, como el control de recursos minerales en el este congoleño, alimentan teorías sobre una estrategia ruandesa para influir en la región.

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De igual forma, la ONU y grupos de investigación documentaron presuntas incursiones de tropas ruandesas en apoyo al M23, así como entrenamiento y suministro de armas. Estas acusaciones se basan en testimonios locales, interceptaciones de comunicación y movimientos transfronterizos. Sin embargo, la falta de acceso directo a zonas de conflicto dificulta verificaciones claras. Paralelamente, Ruanda justifica su postura alegando inseguridad por milicias hutus opuestas a su gobierno, como las FDLR, operantes en la RDC. Pese a las negativas, la tensión persiste, ya que la vinculación del M23 con Ruanda explica, en parte, la capacidad del grupo rebelde para resistir frente a ejércitos nacionales e internacionales desplegados en la zona.

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