Las elecciones presidenciales de Somalilandia del 13 de noviembre de 2024 vuelven a tener el reto fundamental de asentar la democracia en un contexto mundial complejo y en una región dominada por la inestabilidad. Uno de los retos a los que se enfrentará el nuevo es el reconocimiento internacional de este territorio, tema central de este artículo del alumni del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, David García Pesquera, en el que además se realizará un recorrido histórico por los hechos más importantes de este enclave.
¿Qué es Somalilandia?
Somalilandia o autoproclamada República de Somalilandia es un territorio situado en pleno Cuerno de África compartiendo frontera con Yibuti, Etiopía y Somalia. Se trata de un pequeño enclave que desde hace casi treinta años funciona de forma independiente de Somalia, país del que forma parte de forma legal. Cuenta con una población aproximada de seis millones de habitantes, una extensión de 137.600 kilómetros cuadrados, hablan somalí, practican el islam y su capital es Hargeisa. Se trata de un territorio ocupado en su mayor medida por desierto que también cuenta con un papel geopolítico importante en el comercio internacional a orillas del Golfo de Adén y cercano al Estrecho de Bab el-Mandeb.
Su recorrido histórico moderno se inicia como protectorado británico hasta su independencia el 26 de junio de 1960. Sin embargo, este periodo apenas se extendió en el tiempo, ya que al poco se fusionó con la recién independizada Somalia (anteriormente italiana). Desde entonces, la República de Somalia ha experimentado años muy turbulentos marcados por las diferencias territoriales y de proyecto de país junto con las dificultades socioeconómicas de su población y la penetración de la piratería en la región.
Tras la aprobación de la Constitución del país sin el debido consenso, en 1967 Abdirashid Ali Shermarke fue elegido presidente y designó al somalilandés Mohamed Haji Ibrahim Egal como primer ministro. Dos años más tarde, el presidente murió a manos de su guardaespaldas como parte de un golpe de Estado liderado por el general Mohamed Siad Barre.De esta forma, Somalia se transforma de forma oficial en la República Democrática de Somalia.
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Este nuevo gobierno de Siad Barre cuenta con menos apoyo todavía desde Somalilandia. Este líder, militar marxista-leninista, llegó a declarar a finales de los años 80 que «cuando me vaya de Somalia, dejaré edificios, pero no gente». Tras años de bombardeos y persecución sobre los somalilandeses su gobierno cae en 1991, lo que da paso a una guerra civil y la declaración unilateral de independencia de Somalilandia.
Desde entonces y durante estos más de 30 años, Somalilandia cuenta con su propio sistema electoral definido en el que la participación política y pluralismos son vistos como un ejemplo a seguir dentro del propio continente africano. Somalilandia también ostenta su propia moneda, ejército y un cierto orden social y político difícil de ver en la vecina Somalia. Sin embargo, no ostenta el reconocimiento internacional necesario para articularse como Estado soberano de forma que oficialmente y legalmente sigue perteneciendo a Somalia, una de las naciones más pobres e inestables del mundo, considerado un Estado fallido.
El reconocimiento internacional de Somalilandia
El motivo de su no reconocimiento ha sido fuente de diversas interpretaciones. La más repetida entre los países africanos es el hecho de que en la carta fundacional de la Organización para la Unidad Africana, actualmente Unión Africana, se incluía que las fronteras coloniales debían ser respetadas tal como se encontraban en el momento de las independencias para evitar futuros conflictos secesionistas.
No obstante, este consenso ya ha sido roto por la Unión Africana hasta en tres ocasiones: la creación de los Estados de la República Árabe Saharaui Democrática, de Eritrea y de Sudán del Sur (este último país soberano más joven del mundo). Por lo tanto, otros motivos subyacen dentro de esta situación, como por ejemplo la falta de reservas de minerales e hidrocarburos en el territorio que al menos hayan sido descubiertas.
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Pese a esta situación, se vislumbran pequeños cambios. La comunidad internacional reconoce al completo la unidad total del territorio de la República de Somalia, pero son varios los países que han iniciado relaciones de carácter económico con el Estado autónomo de Somalilandia, tales como la vecina Etiopía o los Emiratos Árabes Unidos. Además, Turquía y Reino Unido han dado un paso en el terreno diplomático, ya que cuentan con oficinas de representación en Hargeisa.
Más allá de estos primeros pasos, en la actualidad ni Naciones Unidas, ni la Liga Árabe ni la Unión Africana reconocen el territorio de Somalilandia como un país independiente soberano. De hecho su caso es a menudo comparado con el de Taiwán, lo cual ha acercado a ambos a firmar acuerdos y cooperar, algo que ha molestado profundamente a China y Somalia.
Elecciones presidenciales en Somalilandia y retos globales
El 13 de noviembre de 2024 se celebran las elecciones presidenciales en Somalilandia, en un contexto de incertidumbre ante la búsqueda del reconocimiento internacional en un mundo actual profundamente dividido. Están serán las cuartas elecciones presidenciales desde su independencia unilateral en 1991. En todas las anteriores acudieron observadores internacionales que verificaron su correcto desarrollo y destacaron su validez en comparación con otros países y regiones del continente africano, muy particularmente en el Cuerno de África.
Entre los candidatos se encuentra el actual presidente Musa Bihi Abdi, líder del partido Paz, Unidad y Desarrollo, también conocido simplemente como Kulmiye (“Solidaridad”). Abdi, que tiene 76 años, fue elegido por primera vez en 2017 y busca en un hipotético segundo mandato consolidar la frágil democracia de la región, estimular el crecimiento económico y obtener el reconocimiento internacional buscado durante 33 años.
Como rival se enfrentará al presidente saliente Abdirahman Mohamed Abdullahi, conocido como “Irro” y cuyo partido es Waddani. El tercer principal candidato es Faisal Ali Warabe del Partido por la Justicia y el Desarrollo (UCID). El sistema somalilandés establece un sistema de carácter multipartidista en el que existe un límite constitucional de hasta tres formaciones a nivel «nacional» para concurrir a las elecciones y obtener el mandato de la ciudadanía por 10 años.
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En agosto 2022, tuvo lugar un aplazamiento de los comicios tras conversaciones fallidas entre los partidos opositores y el gobernante, lo cual generó gran malestar social y una oleada de protestas que se cobraron la vida de cinco personas. Por lo tanto, y pese a que la ley somalilandesa marca un máximo de dos mandatos presidenciales de cinco años, el cambio en la fecha electoral trae consigo la permanencia del presidente Bihi Abdi en el poder durante siete.
El caso de Somalilandia es muy particular, porque su relativa estabilidad en una zona tan conflictiva es palpable no solo a nivel electoral. Por lo tanto, este análisis incluye también al terrorismo internacional. El grupo Al-Shabab leal a Al Qaeda ha perpetrado numerosos atentados en Somalia, tales como el ataque contra la sede del Ministerio de Educación en la capital Mogadiscio en octubre de 2022, que dejó más de 100 muertos y 300 heridos. Sin embargo, no se han reportado ataques de este grupo en territorio de Somalilandia.
Sin embargo, existen retos y conflictos a afrontar, como el que apunta al Estado autónomo proclamado de Puntlandia, vecino de Somalilandia. Al contrario que el territorio que nos ocupa, Puntlandia no quiere la independencia y su reconocimiento internacional, sino gobernarse de forma autónoma dentro de una Somalia federal. Se autoproclamó en 1998 en medio de la fragmentación territorial de Somalia y está dominado por el clan Darood, mientras que Somalilandia está dominado por el clan Isaaq.
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Las provincias fronterizas de Sool, Sanaag y Cayn forman parte administrativamente de Somalilandia, pero la mayoría de la población pertenece al clan Darood y, por lo tanto, concuerdan con la visión política de Puntlandia y no desean su separación de Mogadiscio. Estas diferencias son la causa principal de recurrentes enfrentamientos como los que en 2018 dejaron una treintena de muertos.
Además, debemos destacar otros conflictos que implican a las fuerzas de seguridad de Somalilandia y a civiles armados antigubernamentales. Un buen ejemplo de ello es el 6 de febrero de 2023, cuando un enfrentamiento de estas características en la ciudad meridional de Las Anod, en zona fronteriza con Puntlandia, se saldó con más de 100 muertos y 600 heridos.
¿Cuál es el futuro de Somalilandia?
La contención de estos conflictos es esencial para que el nuevo gobierno gane enteros en su proceso de reconocimiento internacional. Solo la visión de Somalilandia como proyecto de país fuerte hará que las grandes potencias se arriesguen a una operación diplomática como esta una zona tan conflictiva como el Cuerno de África.
Por otro lado, la independencia de Somalilandia también podría convertirse en un pretexto para las regiones secesionistas somalíes de Puntlandia, Jubbalandia e Hiranlandia. De esta forma, el reconocimiento internacional de este enclave profundizaría en la balcanización de Somalia, lo cual conduciría a graves tensiones regionales, incluso a largo plazo, como las enemistades entre somalíes y etíopes. A su vez, se profundizaría en las luchas entre clanes, con un fuerte reinicio de las hostilidades entre el norte y el sur, haciendo imposibles en la práctica las negociaciones de paz que desde hace años se intentan llevar a cabo en el país tras la ruptura en mil pedazos con guerras y hambrunas de por medio.
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