spot_img

¿Cómo identificar las operaciones de influencia y desinformación utilizadas por Rusia?

Análisis

Mike (pseudónimo)
Mike (pseudónimo)
Alumno certificado del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute.

El Trabajo Final de Máster (TFM) del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute consiste en la elaboración de un Informe de Inteligencia profesional, en forma y contenido, aplicando las técnicas y métodos de obtención y análisis aprendidas, simulando un entorno profesional real, con un destinatario concreto en una empresa o una institución pública de elección del alumno.

Esta metodología docente inmersiva, simulando entornos profesionales reales, permite al alumno desarrollar habilidades clave y obtener un aprendizaje único que le servirá a nivel profesional.

En LISA News difundimos de forma limitada los TFM’s de los alumnos, destacando los resultados y conclusiones a los que han llegado los alumnos en sus Informes de Inteligencia. Por tanto, no se muestran todas las fases realizadas del Ciclo de Inteligencia: Fase de Dirección y Planificación, Fase de Obtención, Fase de Tratamiento de la Información, Fase de Análisis, Fase de Difusión y Fase de Retroalimentación.

Si quieres saber más sobre cómo se redacta un Informe de Inteligencia o la importancia del Ciclo de Inteligencia te recomendamos esta Masterclass, una de las más de veinte Másterclass organizadas por LISA Institute en el contexto del Máster Profesional de Analista de Inteligencia.

Si quieres formarte en Inteligencia a nivel profesional puedes realizar el Curso de Experto en Análisis de Inteligencia (2 meses) o el Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute (9 meses).


Título: ¿Cómo identificar las operaciones y tácticas de influencia y desinformación utilizadas por Rusia?

Alumno: Mike (pseudónimo)

Tutora: Sonia Gogova. Experta en Inteligencia Competitiva. Competitive Intelligence Senior Consultant en Axis Corporate. Fundadora y directora de la Unidad de Inteligencia Competitiva de Telefónica, primera unidad de este tipo en España. Profesora del Máster Profesional de Analista de Inteligencia y del Curso de Inteligencia Competitiva e Innovación de LISA Institute.

Fecha de entrega: Diciembre 2022

Itinerario: Inteligencia Competitiva y Económica


Fase previa y destinatario del Informe de Inteligencia

Vivimos en una era donde actores maliciosos recurren a las medidas de influencia y a la difusión de propaganda para influir en la opinión pública. Entre sus principales objetivos se encuentran la división y polarización social y desacreditación de la reputación de los Estados, empresas e individuos con el consiguiente impacto negativo en procesos electorales, alianzas estratégicas y daños económicos y reputacionales, entre otros.

Identificar las herramientas, técnicas y procedimientos utilizados por estos actores, así como las potenciales medidas que permitan mitigar estos riesgos permite:

  • Conocer la magnitud y consecuencias de las medidas de influencia;
  • tener una visión más objetiva de la realidad;
  • implementar estrategias mitigantes de las mismas;
  • reducir la probabilidad de ser víctimas de ellas;
  • e, interpretar objetivamente situaciones actuales y futuras en el ámbito empresarial y geopolítico.

El peticionario de este Informe de Inteligencia es el Consejero Delegado de cualquier Compañía en base a la necesidad de conocer, como responsable último de la planificación estratégica, todas aquellas amenazas que puedan suponer un riesgo relevante. De esta forma, contará con la antelación suficiente para permitirle evaluar las potenciales implicaciones y respuestas posibles a la misma, de cara a poder implementar las medidas mitigantes pertinentes.

Rusia es una de las principales amenazas de Estados Unidos, aliado de España en la OTAN. Entre sus objetivos, están la división y el enfrentamiento interno de los países miembros de la OTAN y de la Unión Europea. Para ello, utiliza medidas de influencia en general y la desinformación en particular contra países y empresas. La desinformación, tal y como establece el Departamento de Seguridad Nacional de España en su estrategia de 2021, es una de las principales amenazas contra la Seguridad Nacional en el país.

El uso de la desinformación, derivado de su bajo coste, carácter anónimo y alto impacto, se ha extendido al campo de batalla corporativo por actores maliciosos que manipulan las percepciones de la opinión pública a través de las redes sociales y otros medios. Tal manipulación puede tener consecuencias catastróficas para una Compañía, dado el poder de la opinión pública en la sociedad interconectada en la que vivimos.

🌐 Informe de Inteligencia 🌐

PUNTOS CLAVE

  • El uso de las operaciones de influencia, usadas por actores como Rusia, se ha trasladado al mundo corporativo como arma contra competidores, de fácil acceso, anónima y de bajo coste en internet.
  • Prejuicios y sesgos, los hábitos de consumo de información de la población y avances en el ámbito tecnológico pueden ser utilizados para manipular a la opinión pública, perjudicando a gobiernos, compañías e individuos. En el caso de España, cerca del 90% de la población entre 16 y 65 años puede ser víctima de desinformación.
  • El uso de la desinformación como arma puede acarrear graves consecuencias económicas, estratégicas, operativas y reputacionales para la empresa. Pérdidas de clientes, operaciones corporativas y de valor de mercado son algunas de ellas.

ANÁLISIS

Las operaciones de influencia son aquellas que usan técnicas para influenciar las percepciones y comportamientos de la población, utilizando información verdadera o falsa, proveniente de una fuente real (propaganda abierta), falsa (encubierta) o sin mencionar fuente (gris). En función de su propósito, se considera desinformación (información falsa con la intención de engañar), misinformación (información falsa sin intención de engañar) o malinformación (información real difundida con el propósito de dañar). Su éxito se explica por:

Los sesgos cognitivos nos hacen más susceptibles a aceptar la información que confirma nuestras creencias previas o que meramente nos proporciona una narrativa plausible y bien estructurada. Estos atajos mentales simplifican nuestro procesamiento de la información, nuestra correcta evaluación de evidencias, la percepción de causa-efecto y la estimación de probabilidades.

Nuestros hábitos de consumo de información nos hacen más vulnerables. El 75% de la población española usa internet y el 39% de los jóvenes europeos usa las redes sociales como fuente de noticias. Es un espacio no regulado, donde coexisten datos y opiniones, fuentes legítimas y fraudulentas, sujetas a la influencia de actores maliciosos y a la de los algoritmos de buscadores y redes sociales, que filtran y recomiendan información en función de los gustos, ideología y grupos sociales del observador, así como de los intereses de su emisor y financiador.

La desinformación se distribuye con más velocidad y alcance que las noticias verdaderas. Nos proporciona narrativas plausibles y bien estructuradas, con formatos atractivos: muchas fotografías, textos cortos, con tendencia sensacionalista, mensajes sencillos, que apelan a los sentimientos (mermando la capacidad de análisis), y que son repetidos en múltiples ocasiones a través de multitud de medios y de canales (i.e. creadores de opinión, periódicos, revistas, internet, tv, redes sociales, etc).

Los avances tecnológicos en Inteligencia Artificial facilitan la creación de videos y audios falsos (deepfakes) que simulan -con un alto realismo- la imagen y/o la voz de personajes públicos y creadores de opinión, incrementando el poder de convicción de la propaganda. La aparición de medios de ciber-propaganda facilita su acceso y uso a través de herramientas anónimas, automatizadas, y de bajo coste.

Las consecuencias de la propaganda incluyen la interferencia en el proceso electoral (interferencia de Rusia en las elecciones de Estados Unidos en 2016 o en la adhesión de Ucrania a la UE), la pérdida de la confianza en las instituciones públicas (menor al 45% de la población en España) y en el periodismo y pueden representar una amenaza a la salud pública (narrativa COVID-19). Polarizan y promueven la confrontación social. A nivel corporativo, pueden suponer la pérdida de clientes, frustrar operaciones corporativas y forzar la dimisión de sus directivos.

Además, las conocidas en el ámbito militar como operaciones psicológicas, tienen el objetivo de vencer al enemigo minado su moral, propiciar su rendición o deserción. También se usan para aumentar la moral de las tropas propias. Son parte del arsenal militar y una opción más económica que la confrontación directa y multiplicadores de fuerza con mínimas bajas. Aprovechan las circunstancias particulares, debilidades, fobias, conflictos y divisiones internas de sus audiencias objetivo para el cumplimiento de los fines que persiguen (i.e. intensificar conflictos existentes, dividir países aliados, enfrentar a grupos étnicos y minorías, socavar la confianza en las instituciones e individuos, así como destruir su reputación).

Utilizan filtraciones de documentos oficiales (verdaderos, falsos y/o manipulados), rumores, memorias literarias falsas, agentes dobles y agentes de influencia, medios y páginas web falsas. Rusia, al igual que otros actores maliciosos, utiliza:

  • Comunicaciones de medios oficiales;
  • compañías de medios globales financiadas por ellos (TV, radio, web);
  • fuentes afines;
  • redes sociales con cuentas falsas;
  • y; Ciber-desinformación (páginas web clonadas, falsas, hackeos, etc).

Rusia usa estas técnicas desde 1920 para alcanzar sus objetivos. Son uno de los medios prioritarios de agresión establecidos en su doctrina militar desde el año 2000. Entre sus objetivos, se encuentran devolver a Rusia su hegemonía imperial, socavar la democracia, promover el autoritarismo y dividir tanto a la OTAN (su principal adversario) como a la Unión Europea y al resto de sus aliados.

Las técnicas de desinformación presentan características comunes que podrían permitir su identificación, tales como:

  • Titulares sensacionalistas;
  • dominios sospechosos que simulan dominios legítimos;
  • faltas de ortografía y/o gramática en el texto, o el uso inapropiado de expresiones coloquiales;
  • inconsistencias factuales y/o contradicciones;
  • falta de autor, fuente y/o fecha;
  • imágenes falsificadas;
  • o; un formato incorrecto o inapropiado (en comparación con su versión original u oficial).

Existen medidas que, junto a una buena estrategia de ciberseguridad, permiten mitigar este riesgo, tales como:

Te puede interesar:


spot_imgspot_img

Actualidad

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

spot_img