El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español ha anunciado el 17 de abril la creación de unidades específicas adaptadas a los objetivos establecidos por el Gobierno en la Directiva de Inteligencia, denominados “Centros de Misión”. El propósito perseguido es optimizar su funcionamiento y resultados.
Así lo ha explicado Margarita Robles, ministra de Defensa de España, durante una visita al CNI abierta a los medios de comunicación. También ha aprovechado para poner en valor la labor de los 3.000 hombres y mujeres “que trabajan de manera anónima en la institución, tanto a nivel nacional como internacional, para preservar y garantizar la seguridad de España”.
Arturo Relanzón, secretario general del CNI, ha detallado que esta nueva adaptación es producto del proceso de transformación digital del Centro. Esta nueva adaptación está destinada a mejorar las capacidades en materia de obtención de información, integración y análisis, así como de procedimientos para anticiparse a las nuevas amenazas e impulsar los intereses españoles en diferentes ámbitos y espacios geográficos.
Asimismo, ha resaltado la importancia de la incorporación de nuevas tecnologías en el trabajo diario del CNI: “Nuestro reto es buscar la excelencia y potenciar la retención del talento en favor de la seguridad del Estado”.
Desde el CNI se apunta que el aumento del ritmo de los cambios no solo se deben a la invasión de Ucrania por parte de Rusia: “El mundo está cambiando de una forma muy rápida, hemos pasado por una pandemia, dinámicas tremendamente fluidas y el centro se tiene que adaptar a ellas”, ha afirmado Esperanza Casteleiro, directora de Inteligencia del CNI. También ha señalado situaciones como Sahel, ciberataques o la seguridad energética.
Los servicios de Inteligencia colaboran en la defensa de los intereses nacionales y en la protección de los derechos, libertades y el bienestar de la sociedad. Por ello, se ha incrementado el personal dedicado a “la obtención de información por procedimientos HUMINT, técnicos y operativos, así como la potenciación de las capacidades idiomáticas y el aumento de expertos dedicados al análisis avanzado de la información y a la elaboración y difusión de Inteligencia”, según recoge la nota de prensa del CNI.
Casteleiro también ha desarrollado los cuatro ámbitos en los que se centran las labores del Centro: inmigración ilegal, contraterrorista, contrainteligencia y contraproliferación. En primer lugar, de la inmigración ilegal preocupan las redes que trafican con personas, el objetivo es intentar evitar que los inmigrantes abandonen las zonas de partida de la fachada Atlántica o del norte de África.
Otro propósito es evitar atentados terroristas de origen yihadista. Además, se cooperará con otros servicios de Inteligencia para impedir que grupos implantados en el Sahel puedan generar inestabilidad social que tenga efectos negativos. “Dedicamos muchísimos recursos a identificar cuáles son los servicios hostiles y a través de qué personas y entramados actúan en España”, han explicado desde el CNI sobre los recursos optimizados del ámbito de la contrainteligencia.
Por último, la finalidad de la contraproliferación es saber qué estados están intentando adquirir capacidades no convencionales: nucleares, químicas, bacteriológicas y desarrollo de misiles. El CNI expuso un análisis que mostró que en España había restos de gas sarín en zonas de combate.