Se cumple un año de guerra en Ucrania y en LISA News recordamos aquellos acontecimientos que han marcado el transcurso de la invasión rusa.
La madrugada del 24 de febrero de 2022, Rusia lanzaba la invasión que siempre había negado querer emprender. Putin ordena la invasión de Ucrania en un discurso largo y airado, con afirmaciones infundadas.
El Ejército ruso ataca por tierra y aire e intenta avanzar en Kiev, en el noreste y al sur. Muchos expertos esperan que el ataque tenga éxito pronto y las tropas ucranianas están superadas en armamento y número, pero, sin embargo, demuestran ser eficaces en la defensa de la capital. Los primeros días están marcados por los envites militares en distintos frentes, con ataque en el este para intentar ganar terreno en el Donbás pero también en la zona norte, con accesos desde Bielorrusia.
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Un año después, la invasión rusa ha dejado a su paso un reguero de destrucción, ha obligado a huir a millones de personas y se ha cobrado miles de vidas. Se han registrado más de 7,8 millones de refugiados de Ucrania en toda Europa. Naciones Unidas ha confirmado que al menos 6.826 civiles han muerto, 428 menores de edad, y 10.769 han resultado heridos.
El conflicto, en curso, continúa teniendo consecuencias significativas para la economía y la estabilidad política de la región, y sigue siendo una fuente de tensión geopolítica con implicaciones potenciales para los mercados globales.
La toma de Jersón
Un mes después del comienzo de la invasión, las fuerzas rusas capturan la primera gran ciudad de su ofensiva: la sureña Jersón, a orillas del río Dniéper y cerca del mar Negro, donde se producen protestas contra la ocupación. Odesa, un objetivo mucho más valioso, sigue bajo control de Ucrania.
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Semanas más tarde, la central nuclear más grande de Europa, ubicada en Zaporiyia, cae en manos rusas. Un proyectil impacta en un edificio en las proximidades de una de las unidades del reactor de la central, provocando un incendio. En los meses venideros, la planta se verá envuelta a menudo por los combates, alimentando las preocupaciones de una catástrofe.
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Por otro lado, se produce un cambio de prioridades de Rusia. Las tropas rusas se retiran en la zona norte y Kiev ante la fuerte ofensiva ucraniana, con el Donbás como nuevo objetivo. Esta retirada permitió descubrir decenas de cadáveres de civiles y sitios de tortura en localidades como Bucha. La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional abre una investigación por crímenes de guerra.
Cae la ciudad de Mariúpol
Los últimos combatientes ucranianos se rinden en Mariúpol, devastada tras semanas de incesantes bombardeos que se cobraron muchas vidas civiles. La ciudad, ubicada en el Mar de Azov, es estratégicamente importante para ambos lados, ya que brinda acceso a redes económicas y de transporte vitales. Los combates terminan con el asedio de la planta siderúrgica de Azovstal, lugar de refugio subterráneo de cientos de civiles desde el inicio de la guerra y símbolo de la resistencia ucraniana. Tomarla da a Moscú una victoria muy buscada, pero principalmente simbólica.
En el mes de junio también tuvo lugar la Cumbre de la OTAN en Madrid que finalizó con dos principales acuerdos: la expansión de la OTAN tras el fin del veto de Turquía (que más tarde volvería) a la adhesión de Finlandia y Suecia y la aprobación del Concepto Estratégico de Madrid. En LISA News estuvimos cubriendo en directo toda la actualidad de Cumbre en este especial.
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Primera contraofensiva ucraniana en Járkov
Ucrania comenzó en agosto un duro golpe a Rusia recuperando rápida e inesperadamente miles de kilómetros cuadrados de territorio ocupado en la región de Járkov. La retirada rusa no parece controlada. La bandera azul y amarilla vuelve a ondear en localidades como Kupiansk o Izium, donde las autoridades ucranianas hallan cientos de tumbas.
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La guerra cuenta ahora con tres frentes abiertos: el primero, el Donbás, más cerca de las líneas de suministro de Rusia, pero donde el progreso ruso es mínimo; el segundo en Járkov y sus alrededores, donde los ucranianos resisten y ahora avanzan; y el último, Jersón.
El mes de septiembre concluye con Rusia declarando, en una nueva escalada, la anexión de cuatro zonas ocupadas a su territorio, donde se organizaron pseudorreferéndums denunciados como ilegítimos y falsos: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.
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Putin llama a la movilización parcial para reforzar las Fuerzas Armadas con unos 300.000 nuevos efectivos, lo que da pie a la huida de miles de personas.
En el terreno energético, septiembre está marcado por una serie de explosiones en tuberías submarinas del Nord Stream 1 y el Nord Stream 2. Todas las partes, incluida Rusia, coinciden en que fue un sabotaje, sin que se haya esclarecido aún su autoría. Finalmente, en octubre, las tropas rusas se retiraron de Járkov.
Ucrania recupera Jersón
En una importante victoria para Kiev, sus soldados entran en Jersón tras la retirada de las tropas rusas a la orilla opuesta del río Dniéper. Es el fin de ocho meses de ocupación. Jersón era la única capital regional capturada por Rusia en la invasión y un enclave vital para el control del sur. Pero los rusos aún controlan una valiosa franja de la región al otro lado del río, una gran barrera natural.
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El temor a una escalada internacional del conflicto se dispara tras el impacto de un misil y la muerte de dos personas en Polonia, territorio de la OTAN. Las investigaciones atribuyen el proyectil a los sistemas de defensa ucranianos, que ese día respondían a una ola indiscriminada de bombardeos rusos.
El frente de combate se estanca, sin grandes avances o retrocesos por parte de ninguno de los bandos en disputa. Zelenski redobla la presión sobre sus socios internacionales, a los que pide más y mejores armas para evitar un nuevo envite ruso. Estados Unidos confirma el envío de sistemas de misiles Patriot y el país norteamericano es el primer destino elegido por Zelenski para viajar al exterior desde el inicio de la invasión.
Hasta el momento, Ucrania ha liberado alrededor del 54% de la cantidad máxima de territorio que Rusia tomó desde el 24 de febrero, mientras que Moscú controla ahora alrededor del 18% del país —incluidas el Donbás y Crimea—, según la Inteligencia británica.
2023: ¿nueva ofensiva rusa?
En el ámbito internacional, se redobla de nuevo el debate sobre el envío de armas a Ucrania, ante los temores de una nueva gran ofensiva rusa, cuando se cumple un año del inicio del conflicto. Por el momento, parece que cientos de miles de soldados rusos adicionales “están completando su entrenamiento en la frontera con Ucrania”, declaró Oleksii Reznikov, ministro de Defensa ucraniano, el pasado 3 de febrero.
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Los ucranianos no son los únicos que agitan la bandera roja apuntando a una gran ofensiva que se prepara en Moscú. Julianne Smith, embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, también lo mencionó a principios de febrero para insistir en la “urgencia” de enviar tanques a Ucrania lo antes posible para contener el asalto ruso.
Aunque no se conocen muchos detalles sobre las intenciones de Moscú, se anticipa que el Kremlin no se plantearía abrir un nuevo frente sino más bien aumentar la presión sobre la actual línea de frente. Una táctica que también va en consonancia con el objetivo de Putin de controlar la región de Donetsk para primavera.
