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Moldavia, en jaque con la guerra de Ucrania

Análisis

Nacho Montes de Oca
Nacho Montes de Oca
Escritor y periodista especializado en relaciones internacionales.

El periodista y escritor, Nacho Montes de Oca (@nachomdeo) publica un hilo en Twitter sobre el recorrido histórico de Moldavia y su papel en la actual invasión rusa en Ucrania. Además, de Oca analiza la fuerza militar del país, la injerencia rusa en la región y el papel de la OTAN en el conflicto.

El origen de Moldavia: todo empieza con Transnistria

Transnistria es una franja de 200 km de largo y 30 km de ancho que ocupa 4.163 km² al noreste de Moldavia. Desde diciembre de 1990 pretende independizarse con el auspicio y el apoyo militar de Rusia. Como el Donbás, pero antes y más pequeña.

Desde 1989, Moldavia atravesaba una transición hacia su propia independencia tras la disolución de la URSS. Cuando impuso el idioma moldavo en reemplazo del ruso y el alfabeto latín en lugar del cirílico en todo el territorio, los transnistrios de origen ruso reaccionaron con ira.

La guerra civil empezó cuando desde Chisináu, la capital moldava, se enviaron tropas para poner orden en Transnistria. Los habitantes de esa región respondieron cortando la energía que abastecía al resto de Moldavia y proclamando la secesión con el auspicio de Rusia.

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Rumanía, que aún no era parte de la OTAN, auxilió a los moldavos con armas e instructores para crear un ejército desde cero. Rusia hizo lo mismo con los transnistrios. Ucrania, gobernada por el cauteloso Kravhuck, permitió el paso de los refuerzos rusos por su territorio.

Luego empezaron los combates que se extendieron desde marzo de hasta julio de 1992. En junio, el ejército moldavo intentó llegar a la base rusa en Transnistria para frenar la entrega de armas a los rebeldes. Un violento ataque de la artillería rusa fue suficiente para frenarlos.

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En ese momento el general ruso Aleksander Lebed a cargo del 14° ejército estacionado en Transnistria afirmó que su deber era acabar con los “fascistas moldavos”. Era un anticipo de la retórica que luego iba a aplicar Putin en Ucrania. Todo lo que sucedió, anticipó ese conflicto.

La división y rusificación de Moldavia

Desde entonces Moldavia quedó dividida. El 12% de sus 33.581 km² de superficie sigue en manos de secesionistas y un quinto de los 2,7 millones de habitantes residen en esa región montañosa. Para terminar de entender el conflicto, hablemos un poco de historia y etnias.

Moldavia nace con un antiguo principado establecido en 1346. En 1512 fue ocupado por los turcos, una parte fue cedida a los rusos en 1812 y desde entonces se intentó rusificar por la fuerza a su población. En 1918 logró independizarse y se unió a Rumanía por un tiempo.

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Por el Pacto Molotov-Ribbentrop, Alemania le pidió a Rumanía que le cediera Moldavia a la URSS en junio de 1940. Cuando Hitler se enfrentó con Stalin, el país fue ocupado por Rumanía y en 1944 volvió al redil soviético con un severo mareo de identidad.

Stalin ordenó rusificar Moldavia y su colonización mediante el trasplante de población rusa y ucraniana. Por eso hoy el 80% moldavos hablan el idioma oficial que es el moldavo —y que en realidad es el idioma rumano—, pero también el ruso y el ucraniano o ruteno.

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La rusificación implicó además reemplazar el alfabeto cirílico por el latino. De allí que el nuevo gobierno independiente regresara a las letras originales en 1991 y que los prorrusos lo tomaran como una afrenta y un desafío a su identidad.

¿Qué papel tienen Ucrania y Rusia en Moldavia?

En Ucrania residen unos 260.000 moldavos, pero a su vez hay 500.000 refugiados de guerra ucranianos en Moldavia. El 6,5% de los moldavos son originarios de Ucrania. En Rusia residen 156.00 moldavos y el 4% de los moldavos son de origen ruso.

Por eso Moscú argumentó que defendía a la minoría rusa y la seguridad de las bases que conserva en Transnistria. Pero en realidad, buscaba crear un estado satélite que desde entonces se mantiene autónomo de Moldavia, pero en los hechos es un protectorado ruso.

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Para darle una pátina de legitimidad, en 2006 se organizó un referéndum en Transnistria para decidir si se independizaban de Moldavia y pedía la unión con Rusia. Bajo la vigilancia de Moscú, la opción separatista ganó con el 98,7% de los votos. Como en Ucrania, pero mucho antes.

Para ese momento, Rusia había reforzado a su 14° Ejército en Transnistria y quedaba claro que cualquier intento moldavo por recuperar el control sobre su territorio iba a enfrentar una respuesta implacable. Rusia aún no estaba luchando contra los tractores ucranianos abductores.

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Moscú propició en 2001 la creación de la Comunidad para la Democracia y los Derechos de las Naciones que integró a Transnistria junto Osetia del Sur y Abjasia y Artsaj. Las tres primeras fueron entidades creadas por Rusia en complicidad con separatistas locales.

En este club de invadidos originado por el invasor, sus integrantes se reconocen mutuamente con entidades nacionales independientes y ni siquiera Rusia lo hace de manera formal, aunque abrió un consulado en Tiraspol, la capital del estado aparente.

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Se da una situación curiosa en los habitantes de estos países porque sus habitantes tienen documentos que no son reconocidos fuera del pequeño grupo que integran y, por lo tanto, son apátridas en casi todo el mundo. Aun así, las autoridades rusas los dejan pasar por sus fronteras.

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Putin invadió Crimea en 2014 y el presidente ficticio de Transnistria pidió a Rusia que la anexara, que la hiciera suya. Putin se ruborizó por tanta pasión, pero no contestó al pedido que le había pedido que le hiciera. Las sanciones de Occidente tornaron pecaminoso ese romance.

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En marzo de 2022, cuando las tropas rusas marchaban hacia Kiev y todo parecía favorecer a Putin, el presidente transnistrio volvió a reclamar ser anexado por Rusia. El pedido era contemporáneo con el de los separatistas ucranianos de Luhansk y Donetsk para ser devorados.

Putin buscaba avanzar hasta la región ucraniana de Odesa para establecer un puente con Transnistria. Ya había ocupado Jerson y la Isla de las Serpientes y Kiev apenas resistía los ataques rusos. Hasta que el Moskva pasó a la fuerza submarina, ese plan parecía factible.

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Quedaba claro que si Putin llegaba a Transnistria en poco tiempo Moldavia entera podría quedar bajo control de Putin y sus aliados. No era un escenario sencillo para la OTAN, que tendría a su enemigo clavado en el vientre sur amenazando a Hungría, Turquía y Rumanía.

Llegar a Transnistria le hubiera permitido rodear a Kiev lanzando ataques desde el sur, le facilitaba controlar el flanco norte del Mar Negro y estrangular la salida de productos ucranianos. Por suerte Putin tuvo la idea de ordenar “avanzar en dirección opuesta” a Jerson.

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La derrota en Jerson no calmó a la OTAN respecto a las intenciones de Putin hacia Moldavia y el corredor por el sur ucraniano. Rusia nunca dejó de amenazar con fastidiar aún más el tablero político europeo desde Transnistria. La base rusa es un grano en el traste de la OTAN.

El problema es que si Ucrania decidiera hacerse cargo del problema con su ejército, debería invadir al país y automáticamente tendría el mismo estatus que denuncia Rusia respecto al respeto de las fronteras vecinas. Y si lo hace la OTAN, sería una agresión directa a Moscú.

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Pero si no acuden en ayuda de los moldavos, las posibilidades de su pequeño ejército frente a los rusos y sus aliados transnistrios son casi nulas. Podrían bloquear el ingreso de tropas y equipos enviados por Putin, pero sería exponerse a un incidente grave que desate una guerra.

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Moldavia tiene diez tanques, 381 blindados y 69 cañones de todo calibre. Su fuerza aérea se reduce a 16 helicópteros y un avión de transporte. Y ni un mísero caza o aeronave de ataque. Tampoco tiene armada porque es un país sin salida al mar. Está desarmada.

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Del lado de Transnistria hay 20 tangues T72, 18 T64 y 35 anticuados T55 que aún son útiles en un escenario en donde el oponente es tan débil. Luego hay que contar un centenar de blindados de combate, 12 helicópteros artillados y el cuádruple de aviones de transporte.

Las fuerzas separatistas superan a las legales. Moldavia cuenta con 7.200 soldados y 27.000 reservistas. Transnistria tienen 4.800 soldados y 80.000 reservistas. Rusia llegó a desplegar en la zona unos 14.000 soldados. Hoy, tiene estacionados 1.700 soldados en la zona.

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Lavrov afirma que Hungría busca anexarse a Moldavia y que Ucrania pretende el este de ese país que perteneció a su territorio en tiempos antiguos. No hay nada que apoye sus denuncias, pero el canciller ruso es un experto nivel Tolstoi a la hora de crear ficciones geopolíticas.

Lo que sí es cierto es que ante la invasión a Ucrania, Moldavia sugirió que analizaba pedir su ingreso a la OTAN y a la Unión Europea. Es una braza caliente para la Alianza, que sabe que debe decidir sobre un país que tiene una base rusa dentro y un conflicto separatista.


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Editado por:

Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.

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