La historia de Singapur no se entiende sin una ruptura inesperada. No fue una guerra ni un referéndum lo que selló su independencia. Fue una separación pactada, tensa y silenciosa, que aún hoy resuena como una rareza histórica. En este artículo, Marc Catalá, alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, y alumni del curso Analista Internacional y del Curso de Experto en Análisis de Inteligencia, analiza las claves históricas y geopolíticas detrás de este proceso.
Cuando pensamos en movimientos independentistas o soberanistas, nos vienen a la cabeza imágenes de dos bandos enfrentados dentro de un mismo territorio, lleno de antagonismos de toda clase y constantes ataques entre ellos.
Sin embargo, el caso de Singapur resuena en el mundo por ser lo opuesto: su independencia fue forzada por el país matriz, Malasia. ¿Cómo se llega a esta situación? ¿Por qué el estado archipiélago dejó ir al que probablemente era el territorio con más potencial económico? Y aún más importante, ¿qué pensaba la población singapurense de ello?
Breve historia regional de Singapur
En 1819, la Compañía Británica de las Indias Orientales pisaba por primera vez el territorio singapurense encontrándose a algunos agricultores chinos, indígenas y malayos. Con la intención de comprar el territorio, Stamford Raffles quitó su reconocimiento del sultán de la zona. Este estaba bajo la influencia neerlandesa. En su lugar, instauró dicho reconocimiento sobre su hermano mayor, el cual aceptó el trato.
En 1824, el tratado anglo-neerlandés cedió el territorio malayo y singapurense bajo la esfera anglosajona a cambio de un pago monetario. Dos años más tarde se combinarían Singapur, Penang i Malacca (Melaka) en los Asentamientos del Estrecho bajo la dependencia de la India. En 1830 pasaron a estar bajo la administración de Bengala y, dos años más tarde, Singapur se convertiría en la capital. A partir de 1851 se transfirió el control del territorio al gobernador general de la India. En 1867 se oficializó su estatus a «colonia de la corona» bajo la Oficina Colonial de Londres.
El comercio de Singapur se vio estancado desde 1842 con el desarrollo de Hong Kong por parte de los británicos. También por los puertos del sudeste asiático desarrollados por parte de los holandeses. Con la apertura del canal de Suez en 1869, se daba el tiro de salida a una nueva era de prosperidad. Esta llevaría a la construcción de 5 km de muelles y la apertura de una base naval en 1921.
El Imperio japonés entró en Singapur entre diciembre de 1941 y comienzos de 1942 y quedaron bajo su dominio hasta setiembre de 1945. Los planes de posguerra de los británicos para la zona no consideraban incluir a Singapur en una futura Federación Malaya. Su población era predominantemente de ascendencia china y podría ser causa de obstáculos para una futura ciudadanía común.
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Ya como colonia de la corona separada en 1946, Singapur avanzó en términos constitucionales. Mientras tanto, el resto del territorio malayo experimentaba una insurrección de tendencia socialista. En 1955, una mayoría de electos y una Asamblea Legislativa tomaron el gobierno de los asuntos singapurenses. Excepto en materia de defensa y política exterior, los cuales aún estaban bajo mando británico. En 1959, los oficiales y denominados por Londres fueron eliminados, llevando a Singapur al autogobierno (aun con esas dos materias bajo el control de Londres).
1963-1964, años de tensión en Singapur
El 16 de septiembre de 1963 nacía la Federación de Malasia. Era un proyecto de país que incluía los territorios de Malaya, Singapur, Sarawak y Borneo del Norte (llamado posteriormente Sabah). La adhesión de Singapur a esta federación no fue fruto casual, sino de largas negociaciones. Estas fueron publicadas en el White Paper en noviembre de 1961, en el cual se detallan las condiciones que Singapur establecía al gobierno federal para ser integrado en esta.
Si bien la oficialización de la creación de este nuevo Estado tenía que ser el 9 de julio de 1963, esta decisión se retrasó hasta el 16 de septiembre. La razón fue que las Naciones Unidas querían comprobar que la gente de Borneo realmente deseaba formar parte de Malasia. Esto no frenó a Lee, gobernante de Singapur, de declarar la independencia de su territorio dentro de la federación malasia el mismo 9 de julio. A este acto le siguieron los mandatarios de Sabah y Sarawak.
La clama no fue tomada en serio desde Kuala Lumpur ni Londres, que no enviaron a ningún representante. Cuando las Naciones Unidas confirmaron sus dudas acerca de Borneo, Malasia fue creada, pero con Singapur habiendo anticipado unas elecciones.
Dichas elecciones tuvieron lugar el 21 de septiembre de 1963 y enfrentaron a dos bloques: el People’s Action Party (PAP) de Lee y el Singapore Alliance de los representantes federales. Ganó el PAP con 37 de los 51 asientos de la Asamblea Legislativa.
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El UMNO y el SUMNO, miembros del Singapore Alliance y con el ex primer ministro Tunku al frente, no se tomaron la derrota con buen pie. Se «sorprendieron» de que los malayos del territorio singapurense hubiesen dado la espalda a la federación. Los acusaron de traidores y les recordaron que el gobierno central de Singapur estaba en Kuala Lumpur, no bajo el gobierno del PAP. Incluso algunas facciones nacionalistas malayas extremas (con Albar al frente) instigaron a «arreglar» a Lee con palabras y «puños».
Por otro lado, y con un discurso totalmente opuesto al de sus contrincantes, Lee aseguró el 28 de septiembre de 1963 que Kuala Lumpur seguía siendo la autoridad máxima de Malasia. También afirmó que era necesario y en beneficio de todos que el jefe de Estado fuera malayo.
Este discurso fue tomado como una extensión de mano para cooperar a ambas instituciones dentro del marco de la federación Malasia. Pero debía hacerse en igualdad de condiciones entre ambas partes. Tunku finalmente aceptó la propuesta de Lee con garantías de que el PAP no se extendería a Kuala Lumpur. Esto llevó incluso a la cooperación en la misión africana «Truth Mission».
La cooperación no duró mucho, ya que el 1 de marzo de 1964 el PAP anunció que mandaría a 11 candidatos a participar en las elecciones generales de Malasia. Lee, incluso no estando del todo de acuerdo con esta decisión, acabó argumentando que en las elecciones de 1963 el gobierno federal participó a través del Singapore Alliance. Eso rompía el acuerdo con Tunku.
El resultado fue de tan solo 1 escaño para el PAP. Aunque Tunku propuso a Lee liderar la oposición, este rechazó y señaló que las políticas del gobierno federal no apuntaban de buena manera a una posible solución a la diversidad étnica. Como contrapartida, Tunku dejó claro a Lee que se concentrase en hacer de Singapur «la Nueva York del Sudeste Asiático». También prometió dejar a las autoridades federales fuera de Singapur.
Este trato entre ambos líderes enfureció al UMNO y a los extremistas. Lanzaron una campaña difamatoria contra Lee y lo acusaron de sabotear la unidad de Malasia. La tensión llegó a tal punto que, el 12 de julio de 1964, el líder extremista Syed hacía público en una entrevista mensajes como «Aplastar a Lee» o «Matar a Lee». También estallaron revueltas en Singapur el 21 de julio de 1964 y el 3 de septiembre del mismo año, lo cual minó la estabilidad racial del territorio singapurense y malasio. El 25 de septiembre, Lee y Tunku llegaron a una tregua de dos años para tratar de calmar los ánimos.
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Sin embargo, las diferencias entre el UMNO y el PAP siguieron su curso. Los primeros se movieron para abrir nuevas sedes en Singapur. Mientras tanto, los segundos empezaron una campaña para «llegar a Malaya».
Además, estas tensiones saltaron por los aires cuando el entonces ministro de Finanzas de Malasia, Tan Siew Sin, y el ministro de Finanzas de Singapur, Goh Keng Swee, anunciaron el presupuesto malasio durante el parlamento federal el 25 de noviembre de 1964.
Los impuestos anunciados fueron tachados por Lee de «intentar saquear a los pobres», así como de «desincentivar las industrias de trabajo intensivo». Atacó al ministro Tan por no haber consultado al gobierno de Singapur sobre el tema. El National Trades Union Congress tachó este presupuesto de «ridículo» e incluso organizó una protesta el 14 de diciembre de 1964 en contra de este. Lo hicieron pese a las advertencias del gobierno central de no llevarla a cabo.
La respuesta del ministro malasio Tan no se hizo esperar. Amenazó con subir el impuesto sobre los beneficios a Singapur del 40 al 60 %. También acusó al gobierno de Lee de «manipular a grupos violentos» en contra de las medidas establecidas y del gobierno central. La ira empezó a esparcirse a otros ministerios de Singapur, en especial al de Cultura, con S. Rajaratnam al frente, que acusó a Tan de mover sus decisiones según criterio propio y no según decisiones políticas.
1965, año clave en Singapur
Con los constantes choques entre Singapur y Kuala Lumpur, Tunku empezó unas conversaciones secretas en diciembre de 1964 para reconsiderar la posición de Singapur en la federación. También para evaluar si debía tener autonomía. Las conversaciones se alargaron hasta enero de 1965, pero se estancaron en diversos temas. Más allá de estas, la posición del Singapore Alliance parecía fortalecerse para sacar al PAP del poder en Singapur. También continuaban los choques entre los ministros de Finanzas de ambas partes.
Para contrarrestar a los bandos extremistas, el PAP creó un frente de oposición que abogaría por una «Malasia». Esto era en contrapartida al discurso «Malasia malaya» de los partidos en el poder asociados con el Singapore Alliance. Para eso, el PAP entró en conversaciones con otras facciones no malayas. Esto culminó con la fundación de la Convención Malasia de Solidaridad en mayo de 1965, la cual tensó aún más las relaciones entre Singapur y Kuala Lumpur.
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La asamblea del 25 de mayo de 1965 fue la materialización de dicha tensión. Por un lado, los partidos del gobierno acusaron al PAP de «comunista», con intención de «crear una hegemonía china en el terreno económico» y de «perjudicar a los malayos de su territorio».
Lee rechazó estas acusaciones y lanzó clamas de que «con derechos especiales o la oficialización de la lengua, los malayos no saldrían de pobres». Según él, lo que necesitaban eran «programas prácticos en agricultura y educación».
Este discurso de Lee fue considerado por Tunku como la gota que colmó el vaso. Llevó a primer plano problemas que desestabilizaban el equilibrio de la política federal. En junio de 1965, durante la Conferencia de primeros ministros de la Commonwealth en Londres, Tunku decidió que quitar a Singapur de la Federación de Malasia era la única solución viable.
La semana previa al 9 de agosto de 1965 estuvo llena de negociaciones secretas entre Singapur y Kuala Lumpur. Estas fueron llevadas esencialmente por los ministros de Finanzas. El 6 de agosto, Goh y el ministro de Justicia singapurense Barker, y más tarde Lee, llegaron a Kuala Lumpur para estudiar y aprobar los documentos de la separación. La versión final de estos quedaría escrita la misma noche del 6 de agosto.
Los otros ministros llegaron el 7 de agosto, cuando Lee les dio la noticia. Aunque al principio rechazaron firmar dichos documentos, una carta de Tunku a Toh les convenció de que no había «ninguna otra salida al problema». El día 8, Lee voló de nuevo a Singapur para que los demás miembros del gabinete presidencial firmasen el documento.
La proclamación de independencia de Singapur tuvo lugar a las 10:00 (hora local) a través de Radio Singapur el 9 de agosto de 1965. Tunku, por su lado, anunció lo mismo en Kuala Lumpur casi de manera inmediata. Movió una resolución para activar la Constitución de Malasia y aprobar el Enmendamiento de Singapur de 1965. Este permitiría al pequeño territorio partir de Malasia y establecerse como un estado independiente. La enmienda se aprobó 126-0 y se dio el visto bueno real la misma noche.
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A las 16:30 (hora local), el primer ministro Lee fue entrevistado en Singapore Television. Con lágrimas en los ojos, explicó al público que la separación había sido inevitable. A pesar de haber mantenido siempre una posición de unidad respecto a Kuala Lumpur, llamó a la población a mantener la calma. Esta recibió la noticia con un sentimiento de alivio. Aunque la manera en que se hizo oficial el anuncio se tradujo en decepción y arrepentimiento por parte de los singapurenses.
Aun así, Malasia y Singapur pudieron desarrollar sus relaciones de manera pacífica y productiva. De hecho, Kuala Lumpur (junto con Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos) fue el primero en reconocer la soberanía del nuevo microestado. Incluso fue una parte vital para la promoción de Singapur como miembro de las Naciones Unidas y la Commonwealth.
A 60 años de la independencia
Este año, 2025, se celebrará el 60 aniversario del anuncio de Lee. Cabe destacar lo mucho que ha progresado Singapur a lo largo de estas décadas. Se ha convertido en un punto de referencia mundial del comercio y, como dijo Tunku, en la «Nueva York del Sudeste Asiático». Aun así, ¿es posible que se reúnan otra vez con Malasia?
No son pocos los titulares y estudios que han tratado el tema. Ciertamente, parece que ha habido acercamiento en diversas materias. Por ejemplo, la creación de una Zona Económica Especial en Singapur-Johor este año.
Sin embargo, las diferencias entre ambos países (tanto étnicas como económicas) son un distanciamiento de muy difícil salvación. En 2022, por ejemplo, se calcula que 1,13 millones de los 1,87 millones de malasios que emigraron fuera del país fueron a parar a Singapur. Además, algunos medios y estudios destacaron el año pasado una fuga de cerebros de la federación al microestado.
Por lo tanto, y aunque en algún momento se ha dejado caer el tema por parte de oficiales de gobierno tan relevantes como el propio Lee, es muy improbable que en un futuro cercano ambos países puedan reunirse. Potencialmente, volvería a crear un desequilibrio parecido al descrito en los años 60.
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