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La problemática de la demografía en Asia

Análisis

María Belén Agüera Martínez
María Belén Agüera Martínez
Estudiante de Relaciones Internacionales con gran interés en análisis de los conflictos armados, tecnología y ciberseguridad.

Por primera vez en 61 años, China ha experimentado un descenso en su población. El gigante asiático lleva varios años luchando contra la sobrepoblación, la tasa de natalidad y la migración de los entornos rurales a las grandes ciudades. Pero su caso no es único. El 70% de la población mundial vive en Asia, y otros países de la región como Japón, Corea del Sur o la India, también están sufriendo el seísmo poblacional.

En 2022 se registró en China un descenso de población de 850.000 personas según la Oficina Nacional de Estadística (ONE) del país, la primera reducción que vive su población en 61 años. Entre los motivos se encuentra su antigua política de un solo hijo, la disminución de la tasa de nacimientos por cada mil habitantes y el aumento del porcentaje de muertes en el contexto de la pandemia global de COVID-19. Es por esto que, algunas predicciones apuntan a que China cederá próximamente su puesto de país más poblado a la India. Pero ¿qué está ocurriendo en el resto de Asia?

¿Cuál es la situación demográfica en Asia?

El 70% de la población mundial vive en el continente asiático, centrándose principalmente en India y China, que recoge el 40%. Como consecuencia, más de la mitad de las ciudades con mayor densidad de población están también en este continente. El primer puesto lo ocupa Dhaka en Bangladesh, con alrededor de 44.500 personas por kilómetro cuadrado y le sigue Mumbai en India, con 31.700 personas.

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Aun así, el resto de las capitales de Asia oriental están extremadamente pobladas. Es el caso de Tokio en Japón, que en 2022 volvió a ser la ciudad con más habitantes del mundo con alrededor de 37 millones, seguida por Nueva Delhi en la India, que alberga a aproximadamente 33 millones. Hay otras zonas de Asia que también concentran grandes cúmulos poblacionales, como es el caso de la ciudad china de Shanghái. La tercera ciudad más poblada del mundo incluye a 29 millones de habitantes, Otros lugares a destacar son el área metropolitana de Seúl en Corea del Sur o la isla de Java en Indonesia, la isla más poblada del mundo.

Sin embargo, la concentración poblacional puede derivar en varios problemas demográficos. Uno de los más importantes es la sobrepoblación en algunas áreas, especialmente en las grandes ciudades, lo que está causando problemas en las infraestructuras, en el mercado de inmuebles y en la saturación de los servicios públicos. Otro reto a tener en cuenta es el envejecimiento de la población, ya que la tasa de natalidad ha disminuido y la esperanza de vida ha aumentado en muchos países asiáticos.

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Las consecuencias de la sobrepoblación en Asia

La concentración poblacional en las ciudades es un reto común en muchos países de Asia: el crecimiento económico, la mejora de las condiciones de vida en las ciudades y la migración rural-urbana, podrían ser los principales motivos por los que grandes sectores de la población deciden vivir en las áreas metropolitanas.

El crecimiento económico ha impulsado a los ciudadanos asiáticos a trasladarse a las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades laborales, mejor acceso a la educación, a la salud y a los servicios públicos. La migración rural-urbana también ha contribuido al aumento de la población en las ciudades por estos mismos motivos.

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En Japón, las zonas rurales están siendo rápidamente despobladas. En 2018 había más de 3 millones de viviendas abandonadas en el país, sobre todo en el área campestre. En el caso de la India, la migración rural y el crecimiento masivo de las desigualdades económicas provocó que en 2020, 1 de cada 5 habitantes era pobre.

Aun así, la ciudad asiática con la mayor tasa de crecimiento demográfico anual es Xiongan en China con un 5.69%. La segunda es Hosur en la India con un 5.38%, ocupando el octavo y décimo tercer puesto, respectivamente, en la escala internacional.

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A pesar del incremento demográfico en algunas zonas del continente, las desigualdades económicas persisten. Por ejemplo, China es el sexto país del mundo con la mayor tasa de desigualdad económica, con un 85% de la población bajo el umbral de la pobreza, es decir, menos de un dólar al día. En cambio, si tomamos los datos del coeficiente de Gini (un número entre 0 y 1, donde 0 es la perfecta igualdad y 1 la perfecta desigualdad), los países que se acercan más a la desigualdad de ingresos entre su población son Filipinas con un 0’43 y Malasia con 0’41.

A su vez, el aumento de población en las ciudades está provocando otros problemas como la falta de vivienda, el estrés en la infraestructura y los servicios públicos, y la contaminación del aire y del agua.

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Diez ciudades asiáticas lideran el ranking de metrópolis con peor calidad de aire, según la organización IQAir. El primer puesto lo ocupa Dhaka con 243 puntos —siendo <50 considerado como bueno y >300 considerado como peligroso para la salud—, seguido de Pakistán con 234 puntos.

Otros desafíos demográficos en Asia

El envejecimiento y la disminución de la tasa de natalidad en Asia son problemas demográficos que se están convirtiendo en un desafío. La tasa de envejecimiento está aumentando debido a una combinación de factores, como el aumento de la esperanza de vida y el declive de la tasa de natalidad. A medida que la población envejece, los países asiáticos tienen más dificultades para proporcionar servicios de atención médica y de seguridad social a personas mayores, así como para mantener un equilibrio en la estructura de edad de la población.

Japón enfrenta varios problemas demográficos, incluyendo un envejecimiento de la población. El 28% de los japoneses son mayores de 65 años, la tasa de natalidad baja hasta el 7% y la migración está limitada y en su peor cifra desde hace 20 años.

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El envejecimiento de la población es uno de los problemas demográficos más importantes del país nipón. El rápido envejecimiento tiene un impacto económico negativo, ya que hay menos jóvenes para trabajar. A esto se suma que, la tasa de natalidad en Japón es una de las más bajas del mundo debido al alto costo de criar a un hijo, la falta de apoyo para las familias y el estrés laboral.

Este problema se podría solucionar con un aumento de la inmigración, sin embargo, la tasa de inmigración en Japón y de países vecinos, es relativamente baja. A pesar de que el gobierno ha tomado medidas para aumentar la inmigración, todavía hay desafíos culturales y políticos que hacen que sea difícil para los inmigrantes establecerse en Japón.

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Por otro lado, Corea del Sur también enfrenta problemas demográficos similares a los de Japón. En 2021 se constituyó como el país con la menor tasa de natalidad con un 5,10% y el menor índice de fecundidad de 0.81 hijos por mujer. Ese año, el país registró por primera vez más muertes que nacimientos. Un dato que directamente provoca un aumento de la presión sobre el gasto público, a raíz del incremento de la demanda de los sistemas de salud y de las pensiones, y a una escasez de jóvenes trabajadores.

¿Cómo solucionar la sobrepoblación y qué precauciones se están tomando?

Para abordar estos problemas, muchos países del continente han recurrido a políticas que fomentan la natalidad, además de incidir en la mejora del crecimiento económico. Por ejemplo, cuando China comprendió en 2016 que casi el 20% de su población era envejecida, permitió a las familias tener 2 hijos, acabando definitivamente con su política de un solo hijo. Sin embargo, no era solo el límite del propio gobierno quien impedía a las familias tener más niños, sino que además, estaban condicionados por barreras económicos como por ejemplo, los altos precios de la vivienda o la alimentación.

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Aun así, en 2021 el gigante asiático dio un paso más. China decidió aumentar el número de hijos por familia a tres. Aun así, las críticas no tardaron en llegar bajo la premisa de que dejaban a las familias sin grandes responsabilidades financieras el futuro de la población, en vez de intentar cambiar sus políticas para incentivar a las familias a tener hijos.

Por otra parte, desde 2022 Corea del Sur está intentando solucionar su baja natalidad a base de bonos en efectivo de 1.800 dólares estadounidenses para cubrir gastos prenatales y, un pago mensual de 300 dólares hasta que el recién nacido cumpla el año de vida. En 2025 planean incrementar esta última bonificación hasta los 500 dólares estadounidenses al mes.

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Por otro lado, algunos gobiernos de Asia han implementado políticas para fomentar el desarrollo económico en áreas rurales, mejorar las condiciones de vida en las ciudades y reducir la migración rural-urbana. Además, se está invirtiendo en la construcción de viviendas y la mejora de la infraestructura y los servicios públicos en las ciudades para aliviar la presión de la población.

En Japón, por ejemplo, para evitar la despoblación de las zonas rurales y aliviar la presión de los servicios públicos en Tokio y otras grandes ciudades del país, han ideado una serie de ayudas económicas. Una de las más recientes ha sido la de ofrecer 7.000 euros por hijo a cada familia que decida mover su domicilio fuera de la capital. Además, el gobierno nipón también está ofreciendo casas con muy bajo alquiler o con un precio mínimo de venta para conseguir así repoblar pueblos y zonas rurales. Por ejemplo, en las ciudades de Tochigi y Nagano existen sitios web que venden las casas abandonadas, algunas por tan solo 50.000 yenes, lo equivalente a 455 dólares estadounidenses.

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Además, durante 2020, China estuvo persiguiendo a lo que llaman mingong —o campesinos obreros—, que abandonaron sus pueblos natales para ir a las grandes ciudades del país en busca de una vida mejor. Desde 1979, se estima que alrededor de 280 millones de trabajadores migrantes se han trasladado a zonas metropolitanas.

La persecución de este grupo de personas se realizó a través de operaciones policiales y planes urbanísticos como las demoliciones. Estos retos se abordaron desde la óptica de los territorios, que cada vez más soportan el peso demográfico, es decir, desde el punto de vista de las grandes ciudades en vez desde el punto de vista de las zonas que están siendo despobladas, por lo que no es una solución totalmente efectiva.

Editado por:

Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.

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