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Política cero COVID en China: qué es y cuál es su repercusión global

Análisis

María Belén Agüera Martínez
María Belén Agüera Martínez
Estudiante de Relaciones Internacionales con gran interés en análisis de los conflictos armados, tecnología y ciberseguridad.

Desde que apareció el coronavirus a finales de 2019 y se convirtió en pandemia global, China ha creado una política que busca la completa erradicación de la COVID-19. Tras casi 3 años, la política cero COVID está empezando a pasar factura al gobierno chino y sus ciudadanos están al límite. 

¿Qué es la política cero COVID?

La política cero COVID surgió en China en un intento de controlar el brote inicial con el confinamiento en la ciudad de Wuhan. Así, toda persona infectada por el coronavirus o que había estado en contacto con algún infectado debía (y debe) ser aislada o trasladada a un hospital en función de su estado de salud. Cuando el gobierno chino considera que los brotes son demasiado grandes decide confinar la ciudad entera en la que se produce. En este sentido se han visto casos tan extremos como el confinamiento de los ciudadanos de la provincia de Jilin, 24 millones de personas, por 5.000 casos.

China aún mantiene un periodo de cuarentena para las personas que viajan desde el extranjero. Ya sean turistas o residentes éstos deben pasar este periodo en unas instalaciones públicas, para pasar otros días más de cuarentena en sus residencias habituales en el caso de ser ciudadanos chinos.

Esta estrategia se mantiene de forma similar desde 2020 y solo varía en cuanto que las restricciones aumentan o se flexibilizan en función del número de positivos registrados. La política cero COVID se desarrolla en el país de forma radical y, tres años después, se intensifican las consecuencias de la misma: la economía china se ralentiza y la población cada vez se moviliza más en contra de los confinamientos.

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El pasado 10 de mayo, el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, junto al Director Ejecutivo, Michael Ryan, avisaron durante una conferencia que esta política china era insostenible y que necesitaba un “gran cambio”. Ambos mencionaron que el país debía establecer políticas dinámicas y no tan anticuadas como es la política de cero COVID. Además, Ryan destacó que estas políticas “deben centrarse en respetar los Derechos Humanos individuales” en vez de priorizar el intentar acabar con la pandemia de la manera más rápida posible.

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Por su parte, Pekín censuró estas declaraciones para que no se divulgaran en el país impidiendo, incluso, publicar artículos sobre esta conferencia de la OMS. Además, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Zhao Lijian, desacreditó las opiniones de los directores de la OMS, diciendo que sus comentarios eran subjetivos e “irracionales”. A pesar de los continuos avisos que ha recibido el gigante asiático de diferentes organizaciones internacionales las restricciones han continuado, al igual que las protestas y ralentización de la economía sin terminar de conseguir ese objetivo de cero COVID.

Repercusiones de la política cero COVID en China

Repercusiones económicas de la política cero COVID en China

Una de las mejores formas de conocer qué está pasando en la economía china es revisar los análisis realizados por Caixin Services PMI. Esta empresa china recopila los datos más recientes gracias al continuo seguimiento del sector de servicios del país observando variables como ventas, empleo, inventario y precios. Estos resultados se basan en las respuestas a cuestionarios realizados cada mes a ejecutivos de ventas de más de 400 empresas. 

Según el valor que den estos cuestionarios se indicaría cuál es la situación económica del país: si la puntuación está por encima de los 50 la economía se está expandiendo, si es menor implica una contracción. Toda esta información sobre el sector terciario es realmente importante, ya que constituye el 47,2% del PIB y un 48% de la población empleada según datos del ICEX 2020.

El último informe de Caixin es de julio e indica que hubo una recuperación en la actividad del sector. Sin embargo, la demanda exterior cayó, se redujeron los niveles de personal, los costos de bienes de producción aumentaron y, con ello, los precios aunque de forma más leve. La puntuación de ese mes fue del 55,5 una gran subida tras la enorme caída a 36,2 puntos que se sufrió en abril.

Esta subida coincide con la flexibilización de algunas de las medidas de la política cero COVID. De todas maneras, en los últimos meses han aumentado algunas restricciones debido a la nueva ola de Ómicron. China ha registrado un récord de contagios con 31.527 positivos en un solo día el 23 de noviembre, por lo que habría que esperar los resultados de los nuevos informes.

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Por otra parte, la Consejera Económica y Directora del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, comentó en enero de este año que esta política estaba afectando demasiado a la economía del país. “El crecimiento de China está perdiendo fuerza con un patrón intermitente, lo que refleja los bloqueos de COVID, la debilidad en el sector inmobiliario y un consumo más débil de lo esperado. Prevemos un 4,8% en 2022”, avisó por Twitter.

Además, no solo la política cero COVID está impactando en la economía del país. Expertos de la BBC también mencionan la crisis inmobiliaria que está viviendo el país, sumado a las tensiones geopolíticas relacionadas por el acercamiento del presidente chino a Rusia por la guerra. También la tendencia al proteccionismo y a la intervención del gobierno con campañas reguladoras sobre el sector privado se suman a esta aglomeración de circunstancias que están alejando a los inversores extranjeros.

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A principios de noviembre el FMI visitó China y, tras evaluar la situación que acontece en el país, recomendó a que debería reevaluar su estrategia contra el virus. También le instó a tomar medidas para acabar con la crisis que está sufriendo el sector inmobiliario para así aumentar su crecimiento económico. 

El aumento de los bloqueos provoca una disminución en el consumo y las ventas, además de la inversión privada. Por ello ha sugerido que añadan mecanismos para terminar proyectos inmobiliarios y proteger a los nuevos compradores del riesgo de incumplimiento. También el FMI instó al gigante asiático a impulsar el ritmo de vacunación en el país como parte de la estrategia para mejorar la protección contra el virus.

Pekín, especialmente blindada contra los rebrotes desde 2020, experimenta a finales de noviembre sus niveles más altos de contagios. Según el último parte oficial, el sábado 26 de noviembre fueron detectados más de 4.300 nuevos casos, de los que el 82% son asintomáticos.

Repercusiones sociales de la política cero COVID en China: protestas en aumento

En este contexto de aumento de las cifras de contagio en el gigante asiático también se vive en el país un aumento de las protestas contra la estricta política cero COVID. Las últimas se registraron este sábado 27 de noviembre en importantes ciudades como Pekín, Shanghái, Wuhan o Nanjing, tras la muerte de 10 personas en el incendio en un edificio aparentemente confinado en Urumqi (noroeste). Algunos residentes han denunciado que las restricciones de movilidad obstaculizaron los esfuerzos de rescate.

Otras de las protestas que ocuparon las portadas de los medios a nivel internacional fueron las ocurridas en la mayor fábrica de Apple en China. A finales de octubre la ciudad de más de 10 millones de habitantes de Zhengzhou fue confinada por un aumento de casos de coronavirus. En esta ciudad se encuentra la fábrica de uno de los mayores proveedores de Apple, Foxconn Technology Group, de la que huyeron gran parte de los trabajadores para así evitar la cuarentena. Vídeos difundidos en redes sociales muestran como éstos abandonaron el lugar a pie, teniendo que cargar con todas sus pertenencias a mano.

La fábrica continúa cerrada, después de casi un mes, a pesar de eso sigue manteniendo a empleados que siguen aislados. Es por ello que el 23 de noviembre estos trabajadores comenzaron una protesta, no solo por las duras restricciones, sino que también por el impago de sus salarios y de las malas condiciones en las que se encontraban. Los obreros tuvieron que enfrentarse a los guardias de la fábrica y a los antidisturbios, dejando a algunos heridos.

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Foxconn, por su parte, se ha defendido diciendo que nunca ha incumplido con los pagos, que los dormitorios de dentro de la fábrica habían pasado el control gubernamental, y que ofrecían hasta 10.000 yuanes (1.300 euros) a los empleados de reciente contratación que quisieran regresar a su casa.

Otra de las mayores noticias de los últimos meses fue el cierre abrupto de Disneyland Shanghái la mañana del lunes 31 de octubre, prohibiendo la entrada y la salida de cualquier persona. Muchos videos y fotos fueron subidos en Weibo y Douyin de personas intentando correr antes de que cerrasen las puertas, y de cómo se vivió la situación dentro del parque.

Para poder marcharse del complejo, los visitantes debían antes dar negativo en una PCR. Personas que hubieran estado en el parque cualquier otro día desde el 27 de octubre también debieron hacerse la prueba. Aunque esta noticia al final tuvo un buen resultado, ya que, al parecer no hubo positivos, los habitantes de Shanghái llevan desde principios de este año sufriendo confinamientos de larga duración.

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El más restrictivo fue el encierro de 76 días que comenzó en abril y terminó el 1 de junio, que había mantenido a más de 22,5 millones de personas en sus casas, sin posibilidad de libre circulación por la ciudad. Este confinamiento llevó al comienzo de varias protestas y enfrentamientos por toda la ciudad como el golpeo de cacerolas y el derribo de vallas que se pusieron en los complejos residenciales o el enfrentamiento que los habitantes tuvieron contra la policía que intentaba impedir que se rompiesen las barricadas impuestas en la ciudad para evitar la circulación.

Como Shanghái otras grandes ciudades han sido confinadas como es el caso de Chengdu, la capital de la región de Sichuan, que en septiembre fue la segunda ciudad más grande en ser sometida a un completo confinamiento. Los de 21 millones de habitantes tuvieron prohibido abandonar la ciudad y solo podían salir de sus casas a comprar provisiones si tenían un test negativo.

A principios de ese mes, la región sufrió un terremoto, pero los residentes no pudieron huir debido a que las salidas estaban cerradas. En la región de Xinjiang las quejas de los ciudadanos añadían la imposibilidad que tenían de encontrar alimento, ya que decían que no podían salir a comprar, y que el servicio de reparto tampoco funcionaba.

Estas últimas semanas se han difundido en redes sociales vídeos sobre las condiciones en las que vive la población china en los que se muestran desde las barreras impuestas en medio de las calles evitando el paso entre barrios de las propias ciudades hasta sobre el pobre estado de algunos de los centros de cuarentena que solo aumentan la indignación en la población del país. 

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Repercusiones globales de la política cero COVID en China

Más allá de las repercusiones económicas y sociales en el gigante asiático, según expertos como la investigadora de Bruegel Institute, Alicia García Herrero, cree que toda esta situación provocada por la política cero COVID se verá reflejada en la economía global, constituyendo un gran problema por ser una de las mayores potencias mundiales. Según esta experta, junto a la guerra de Ucrania esta es la causa del continuo aumento de la inflación en el mundo debido a la alta dependencia del mundo hacia Pekín.

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Por otro lado, expertos como el investigador principal del Real Instituto Elcano, Mario Esteban, intentan buscar una respuesta al por qué de que China se empeñe en continuar con esta política a pesar de las repercusiones. Esteban destaca la posibilidad de un miedo a no tener realmente la capacidad sanitaria para satisfacer la demanda que se pudiera producir en caso de un aumento desbordado del número de casos. 

Esta opinión fue confirmada por el propio líder chino durante el XX Congreso del Partido Comunista, en el que reconoció no tener la misma capacidad de gestión que Occidente. Además, en este Congreso también se dejó claro que, a pesar de todas las nuevas iniciativas que está buscando China para seguir manteniéndose en cabeza de la economía, como es la Nueva Ruta de la Seda, sus planes se están estancando por sus estrictas medidas y su posición política centrada ante todo en la seguridad nacional.

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A pesar de que el país ha rebajado algunas de sus precauciones, como la eliminación de la prohibición de vuelos internacionales, y la reducción de los tiempos de cuarentena para los viajeros que vienen desde el extranjero (de 7 días en las instalaciones públicas más 3 días en casa, a 5 días en las instalaciones más 3 días en casa,) las continuas quejas que se siguen observando en la población y las varias protestas que han surgido a causa de la política cero COVID, indican que no son suficientes. 

El funcionario de control de enfermedades de China, Hu Xiang, comentó que se debía dar prioridad a las personas y a las vidas. Sin embargo, mantienen a parte de la población encerrada en casa, con grandes restricciones, e incluso en ocasiones, como hemos visto anteriormente, sin acceso a comida.

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Los ciudadanos chinos están cansados y esto se ve reflejado en las protestas masivas y consideradas inusuales en el país. Estas últimas semanas las universidades también han sido escenario de las protestas. Las manifestaciones contra el gobierno chino y la estrategia cero COVID ya se comparan con las protestas de la Plaza de Tiananmén, en junio de 1989. Según los expertos, la situación actual podría derivar en el inicio de más levantamientos en contra de las restricciones por todo el país.

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