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¿Tendrá la sequía en China consecuencias globales?

Análisis

Lucía Carbayo
Lucía Carbayo
Colaboradora en LISA News. Especializada en el ámbito de los Estudios Internacionales y de la Ciencia Política. Interesada en el ámbito de la Seguridad Internacional, los procesos de paz y de resolución de conflictos internacionales.

La sequía en China puede llegar a provocar una crisis de desabastecimiento a nivel mundial en un contexto ya afectado por la inflación causada por la pandemia, los precios de la energía o la guerra en Ucrania.

El río Yangtsé es el más largo de china y el tercero del mundo en cuanto a longitud (detrás del Amazonas y del Nilo africano). Este río provee a un tercio de la población del gigante asiático posicionándose así como crucial para la economía y la cadena de suministros tanto nacional como global. La sequía en China puede llegar a provocar una crisis de desabastecimiento a nivel mundial en un contexto ya afectado por la inflación causada por la pandemia, los precios de la energía o la guerra en Ucrania.

Según analistas internacionales como Eduardo Saldaña, co-director de EOM y Profesor del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute la sequía en China no solo impacta en el país. Entre los motivos de preocupación estarían, según el analista, el posible impacto en los precios de los alimentos, la influencia en los precios de la energía y los problemas derivados en la producción y cadenas de suministro global.

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Aunque China ocupa el cuarto lugar en cuanto a reservas de agua dulce, es el segundo país del mundo con menor suministro de agua per cápita. El nivel del agua ha descendido una media de 1,5 metros al año desde 1990. En 1997, el río Yangtsé, que recorre el este asiático, se secó 780 kilómetros. Al mismo tiempo, la contaminación producida por la industria y los fertilizantes agrícolas han ocasionado qué gran parte del agua del río no sea apta el consumo.

Este verano, la ola de calor y el aumento de la demanda energética, y, como ya hemos mencionado, ha ocasionado la sequía del río Yangtsé, del que dependen varias regiones chinas. El Yangtsé, fluye a través de 19 provincias, abasteciendo a casi 600 millones de personas. En su rivera, están localizadas muchas de las compañías exportadoras en China, como Volkswagen, Toyota o Foxconn.

Además, el Yangtsé es el combustible de miles de centrales hidroeléctricas. Debido a la sequía del río, muchas de las centrales se han cerrado. Como resultado, varias empresas que dependían de la energía hidroeléctrica han tenido que parar su producción. Con la falta de flujo original, el extenso sistema hidroeléctrico de China ha ocasionado problemas en Sichuan, provincia cuya generación de energía depende en un 80 % del río

China lanzó la semana pasada la primera alerta nacional de sequía del año después de que regiones como Shanghái experimentaran temperaturas extremas. Según el Centro Nacional del Clima la ola de calor que se está viviendo en China es la más larga desde que existen registros y ya dura dos meses.

Esta situación obliga a las autoridades del país a buscar métodos innovadores para tratar de garantizar el suministro de alimentos clave (como el arroz o la soja) en zonas del centro y suroeste de China. Entre ellas se encuentra la de los conocidos como “cazadores de nubes”. Distintos departamentos meteorológicos de las provincias de Hubei y Hunan ya están utilizando esta técnica que consiste en aviones que disparan hacia el cielo cohetes con sustancias condensadoras como varillas de yoduro de plata para sembrar nubes y provocar lluvias.

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El impacto global de la sequía en China

Las altas temperaturas y la sequía presente en China, podrían provocar una crisis de desabastecimiento a nivel global. Los falta de suministro energético, ha provocado que las empresas que detienen la producción. Además, la escasez de agua influye en la producción de alimentos y en su suministro. Teniendo en cuenta los 1.400 millones de habitantes de China, lo que ocurre políticamente en el país es un problema mundial. La escasez agua de agua en China tiene consecuencias a nivel mundial.

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En primer punto, la escasez de agua y su impacto en la economía podría afectar a la estabilidad política de la nación. China produce aproximadamente el 24% de la producción mundial de cereales. Por lo tanto, la caída de la producción acrecentará la crisis alimentaria actual, ocasionada por la pandemia y la guerra en Ucrania.

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Además, la gestión del agua, está cada vez más relacionados con la calidad de los alimentos. También con los problemas de salud dentro y fuera del Estado chino, gran exportador de productos alimentarios. En la actualidad, China produce alrededor del 70% de todo el pescado de piscifactoría del mundo y se ha convertido en el mayor exportador de pescado del mundo. La escasez de agua, sumado a los residuos municipales e industriales, han sido fuentes de contaminación del agua de las piscifactorías chinas.

China y “la torre de agua de Asia”

Cabe destacar que en China los glaciares del Himalaya y el manto de nieve de la meseta tibetana son la fuente que nutre a los ríos chinos. El deshielo del Himalaya y la escasez de nieve en el Tíbet, sucesos ocasionados por el cambio climático, tendrá graves consecuencias para los ríos chinos. Estos alimentan y riegan la población de China y a la de los países del Sur y del Sudeste de Asia.

Los principales ríos que recorren Asia tienen su origen en la meseta tibetana. Sus cauces abastecen a un total de 1,3 millones de personas en el Sur y Sudeste asiático. Por lo tanto, la sequía, traería consecuencias no solo para China, sino también para el resto de países de la región.

Por este motivo, se dice que China controla la “torre del agua de Asia”. El “control” del agua, otorga al Estado poder estratégico en el continente asiático. La Academia de Ciencias china, especula que el deshielo de los glaciares y las nevadas anuales de la región alimentan ríos que abastecen al 47% de la población mundial.

También sugiere que la región del Himalaya se verá afectada por el aumento de las temperaturas. Según las estimaciones, el deshielo incrementará los caudales en un primer momento. Sin embargo, a largo plazo, la escorrentía acabará disminuyendo, lo que resultará en la escasez de agua.

Según un estudio chino de 2007, los glaciares del Himalaya podrían disminuir en un tercio para 2050 y en la mitad para 2090. La pérdida prevista de recursos hídricos tendría un impacto negativo en el abastecimiento de agua, la producción de alimentos de China y la inflación mundial.

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La gestión ineficiente del agua comenzó durante el periodo maoísta (1949-1978). A partir de 1949, el gobierno de la República Popular China, trató de promover el rápido desarrollo agrícola e industrial.

La expansión de las instalaciones de regadío dio lugar a la explotación masiva de los suministros de aguas superficiales y subterráneas. Sin embargo, el gobierno no dio importancia con a la conservación de la calidad del agua. Desde 1978, año en el que China comienza a expandir su economía, la gestión del agua ha sido cada vez menos eficiente.

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