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¿Qué pasó en las protestas de Tiananmén (China) en 1989?

Análisis

María Belén Agüera Martínez
María Belén Agüera Martínez
Estudiante de Relaciones Internacionales con gran interés en análisis de los conflictos armados, tecnología y ciberseguridad.

A pesar de haber pasado ya 33 años de la conocida popularmente como la masacre de Tiananmén, en China continúa siendo un tabú y la campaña de censura sobre lo que ocurrió sigue vigente. En este artículo te explicamos el origen de las protestas que terminaron en la Plaza de Tiananmén, sus repercusiones y hasta qué punto se pueden comparar con las protestas que vive China hoy.

En 1976, tras la muerte del líder del Partido Comunista chino, Mao Tse-tung, comenzó un proyecto que tenía como objetivo la modernización y el crecimiento económico del país. Esto provocó una serie de diferencias ideológicas dentro del propio Partido Comunista chino que se dividió en dos grupos principales. Por un lado, la línea izquierdista que prefería continuar con las ideas radicales de Mao (el colectivismo en la agricultura, la autosuficiencia, la oposición a Occidente, la anteposición de la política a la economía, y la lucha de clases). Por el otro, la línea pragmática que, aunque mantenía puntos en común con la izquierdista, deseaba que las cuestiones económicas se abordasen de manera preferente.

La línea pragmática era consciente del grave retraso económico que la política de Mao había provocado en el país, sumiendo en la pobreza a gran parte de su población. Es por ello que entendieron que, para mejorar el nivel tecnológico y económico, el país debía abrirse dentro del mercado internacional, aplicando desde 1978 una política reformista con una apertura hacia el exterior. 

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Estas reformas cumplieron con el objetivo de un avance económico, conllevando a un aumento del bienestar social. Se trató de una revolución socio-económica tan fuerte que hizo que China escalase posiciones rápidamente hasta convertirla actualmente en la potencia que es.

Sin embargo, con todos estos grandes cambios también aparecieron otras consecuencias como un aumento de la inflación, de la corrupción, de las desigualdades y de la delincuencia, que comenzó a minar un profundo malestar dentro de una parte de la sociedad que estaba siendo afectada por esta transformación.

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Algunas protestas comenzaron a verse desde la segunda mitad de la década de 1980. Los movimientos estudiantiles que se dieron entre 1986 y 1987 tenían como objetivo pedir al gobierno chino que intensificase las reformas. Sin embargo, acabaron abandonando las protestas al no lograr ningún tipo de avance.

Por aquel entonces, el Secretario general del Partido Comunista, Hu Yaobang, fue acusado de liberal por sus planes de apertura política, y de haber sido incapaz de refrenar las protestas estudiantiles, por lo que el propio líder de China, Deng Xiaoping, le dio la orden de dimitir en 1987. Más tarde, el 15 de abril de 1989, con la muerte del exsecretario, marcaría el comienzo de la nueva ola de protestas por todo el país, pero sobre todo en la capital china de Pekín, que durarían el resto de la primavera.

El mismo día de su muerte, los estudiantes, queriendo honrar la menoria de Hu Yaobang, fueron a la plaza de Tiananmén, colocando coronas de flores en una estatua conmemorativa. A partir del día siguiente, comenzaron las primeras marchas estudiantiles en la plaza y sus alrededores.

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Cómo se llegó a la masacre de Tiananmén

En la tarde del 22 de abril, después del funeral de Hu Yaobang, se dieron algunos episodios de violencia en la capital de la provincia de Shaanxi (Xian). Ese día 150 policías acabaron heridos por el enfrentamiento contra varios manifestantes de grupos no identificados que estaban realizando actos de pillaje y quemando vehículos poco tiempo después de que terminase una manifestación pacífica universitaria en favor de la democracia.

Por otra parte, en Pekín, las protestas estudiantiles, a pesar de no tener una organización previa, fueron creciendo paulatinamente y tomando el control de las calles de Pekín. A medida que su número aumentaba, su organización también lo hacía. Esto ocurría de manera bastante “sorprendente” para algunos ya que, en esos momentos, la libertad de expresión y de prensa estaba limitada por el propio gobierno, teniendo que ser los propios estudiantes quienes difundieran toda la información sobre lo que estaba ocurriendo.

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Fue el 13 de mayo cuando más de 100 estudiantes empezaron una huelga de hambre en la Plaza de Tiananmén. Número que fue aumentando según el paso de los días, a la vez que también surgían protestas en otras grandes ciudades del país como Shanghái. El 17 de mayo comienzan a unirse a las manifestaciones de Tiananmén grupos a favor de la democracia. Es por todo esto que, el 20 de mayo, el primer ministro Li Peng proclamó la Ley Marcial. Sin embargo, todas las tropas que intentaron entrar en Pekín fueron detenidas por los estudiantes.

El 22 de mayo, el gobierno tuvo que hacer uso de helicópteros militares para avisar a todos los manifestantes de que debían desalojar el lugar, pero como poco o nada de efectividad. Al día siguiente incluso se atrevieron a cubrir el retrato de Mao Tse-tung que colgaba encima de la Puerta de la Paz Celestial de la Plaza de Tiananmén. Además también erigieron a finales de ese mismo mes una estatua a la que llamaron “Diosa de la democracia” en la entrada de la Ciudad Prohibida inspirada en la Estatua de la Libertad estadounidense.

Durante los 10 días siguientes a este suceso, las fuerzas militares siguieron intentando avanzar por las calles de Pekín hasta la Plaza de Tiananmén de forma pacífica. Finalmente el 2 de junio recibieron la orden de que estaban autorizados a usar cualquier medio con el fin de despejar la plaza. 

Entre la noche del 3 y del 4 de junio los soldados utilizaron una serie de túneles subterráneos para rodear la Plaza de Tiananmén y, en las calles, se utilizaron vehículos blindados para llegar hasta el lugar. Fue entonces cuando comenzó la matanza: los vehículos atropellaban y arroyaban a todo el que estuviera por delante, los soldados comenzaron a disparar sus armas de fuego, había heridos y muertos tirados en el suelo.

Según el testimonio de Juan Restrepo, un enviado especial de TVE en Pekín esa misma primavera, él y su equipo fueron los únicos periodistas que pudieron presenciar en persona toda la violencia y masacre que ocurrió en esa madrugada del 4 de junio. Los demás periodistas internacionales fueron desalojados horas antes del comienzo de los asesinatos.

Restrepo menciona que cuando comenzó a amanecer se le dio la orden a los estudiantes que aún permanecían en la zona de abandonar el lugar, pero que éstos se negaron. Fue entonces, cuando los soldados a pie comenzaron su camino hasta el núcleo de estudiantes que quedaba, mientras por el camino iban quemando las tiendas de campañas que habían servido de refugio para todos los manifestantes que llevaban semanas ahí.

Ese desalojo, según Restrepo, fue mucho menos violento que el de las calles de los alrededores, donde se produjo el mayor número de muertes, sobre todo en la avenida principal Chang An que los estudiantes intentaron retomar junto a la Opera de Pekín, hasta que los soldados comenzaron a disparar contra ellos.

Hay varios expertos que intentan dar una respuesta a cuál fue la cantidad exacta de víctimas mortales que hubo en ese momento. En el año 2017, Reino Unido desclasificó unos documentos, específicamente unos telegramas mandados desde el 3 al 5 de junio de 1989 por Alan Donald, embajador británico en China durante ese momento.

En ellos no solo se informaba que la masacre había sido planeada por el gobierno desde un primer momento, sino que además confirmaba por lo que él llamaba “fuente fiable”, que la cifra de muertos ascendía hasta “una estimación mínima de 10.000 civiles“. Antes de que los telegramas salieran a la luz, la gran mayoría de profesionales hablaban de cifras mucho más pequeñas que no llegaban a las 1.000.

El 5 de junio, Jeff Widener, fotógrafo de la agencia Associated Press, tomó una de las fotografías más famosas que recorrió el mundo junto a la noticia de la matanza. Capturó un hombre que paró una hilera de tanques que abandonaba la Plaza de Tiananmén y que impidió su marcha durante unos minutos hasta que dos soldados terminaron por llevarselo. Esta imagen se convirtió en el símbolo de las protestas y le dio una visión al mundo de lo que acababa de ocurrir en el país.

Repercusiones de Tiananmén y similitud con las protestas actuales

Tras la masacre de Tiananmén, las manifestaciones fueron completamente suprimidas y no consiguieron lograr ninguno de los objetivos que proponían. Sin embargo la dura represión china sí manchó su reputación a nivel internacional. 

Actualmente, los actos de conmemoración para las protestas están prohibidos dentro del propio país. Según Amnistía Internacional el gobierno chino ha bloqueado cualquier tipo de información sobre Tiananmén convirtiéndolo en un tema tabú. Incluso aún se sigue persiguiendo a las personas que se atreven a alzar la voz sobre la verdad de lo que ocurrió esos días.

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Un ejemplo de ello es el del disidente chino, activista político y premio Nobel de la Paz en 2010, Liu Xiaobo. El activista fue encarcelado por subversión al escribir un manifiesto que abogaba por el derecho a la libertad de expresión y la democracia. Años después dedicaba el premio a las víctimas de Tiananmén.

Otro disidente, Bao Tong, un funcionario que fue testigo de los hechos de 1989, defiende que el gobierno debería permitir que se revelase la verdad sobre lo ocurrido, y que para ello, debe dejar a la gente hablar libremente sobre el tema.

En Hong Kong se llevaba celebrando un acto conmemoración a las víctimas cada aniversario desde el suceso. Esto cambió en 2020 por la implantación de la Ley de Emergencia Nacional que impide a los ciudadanos de la isla cualquier tipo de manifestación. Ese mismo año y en 2021 intentaron saltarse la prohibición para recordar a los muertos, situación que solo llevó a múltiples encarcelamientos. Este 2022 solo quedaba el intentar recordar a las víctimas de Tiananmén de manera particular. 

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El supuesto culpable de ordenar la masacre de Tiananmén, Li Peng, falleció el 22 de julio de 2019 a los 91 años de edad. Mientras algunos medios de comunicación estatales chinos lamentaban la pérdida de un “gran líder” en el extranjero se hablaba de la muerte del “carnicero de Tiananmén” lamentándose que no hubiera sido traído ante la justicia antes de morir. 

En el contexto de las protestas actuales en China, las más intensas que se han vivido en el país desde Tiananmén, este 30 de noviembre falleció el expresidente Jiang Zemin, quien se encargó de llevar el país durante la era Post-Tiananmén.

Similitud entre Tiananmén y las protestas que vive China hoy

Al igual que en 1989, la gran mayoría de las manifestaciones que vive China hoy están lideradas por estudiantes universitarios. Si bien llevaban ocurriendo en diversos puntos del país el pasado 24 de noviembre se intensificaron tras el incendio de Urumqi de un edificio confinado en el que murieron 10 personas. Algunos residentes aseguraron que el motivo del fallecimiento habían sido, precisamente, las medidas contra el coronavirus impidiéndoles escapar de las llamas.

Anteriormente tuvieron lugar las protestas de los trabajadores de Foxconn que estaban hartos de las medidas de la política “cero COVID” china. Y, al igual que ellos, más grupos de la sociedad se están levantando en contra de estas medidas como te explicamos en este artículo en profundidad.

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Al igual que en las protestas de 1989, a estas también se le están sumando gritos que abogan por la democracia y por el fin de la censura en el país. En internet se difunden vídeos que muestran a manifestantes gritando “No a la dictadura, sí a la democracia”  y “Abajo Xi Jinping”. El gobierno ya ha comenzado a sofocar las protestas masivas en todo el país, enviando a las autoridades policiales a para intervenir en las manifestaciones.

El gobierno chino tiene hoy un gran dilema y esta semana de finales de noviembre, tras el estallido de las protestas del fin de semana anterior, ha comenzado a levantar parcialmente las restricciones contra el coronavirus en diversos puntos del país. De continuar estas protestas con la misma intensidad y más allá de este giro de la política “cero covid”, algunos expertos temen que ocurra en el país un nuevo Tiananmén.

Los analistas internacionales y geopolíticos no pierden de vista estas protestas y manifestaciones y aseguran que es clave fijarse en el perfil de los manifestantes y analizar hasta qué punto buscan el fin del régimen chino o de las estrictas medidas contra el coronavirus y su impacto en la economía nacional.

Aún es pronto para afirmar el recorrido que tendrán estas protestas en el país a largo plazo y su impacto en la economía global. Los expertos sí coinciden en que estas protestas son la mayor demostración de disidencia pública desde que Xi Jinping asumió el poder y, por sus características, desde Tiananmén.

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1 comentario

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