Un informe ejecutivo sobre la política exterior y de seguridad común de la Unión Europea realizado por Araceli Luque en el contexto del Curso de Experto en la Unión Europea de LISA Institute.
La política exterior y de seguridad común de la Unión Europea se concibe para resolver conflictos y promover el entendimiento internacional basándose en la diplomacia y el respeto de las normas internacionales. Al recabar información la sobre política exterior de la Unión Europea se puede comprobar que, desde 2009 con el Tratado de Lisboa la Unión Europea, se ha ido reforzando su política exterior y de seguridad. Un ejemplo ello sería, por ejemplo, la creación de la figura del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y del Servicio Europeo de Acción Exterior. Aun así, todavía no se ha materializado de una forma coherente y centralizada a pesar de no cesar la demanda de los Estados miembros.
Esta situación motiva que la política exterior de la Unión sea improvisada y guiada por los Estados miembros, principalmente por las capitales de Francia y Alemania, que son los dos motores de la cooperación europea en política exterior. Así se suma una complicación adicional a la hora de elaborar políticas conjuntas por la visión tan diferente que tienen en cuanto al empleo de la fuerza militar.
Por un lado, para Francia, el envío de tropas al exterior no es algo inusual ya que ve la fuerza militar tanto de manera defensiva y disuasoria, como un medio para avanzar en sus intereses en política exterior. Para Alemania la dimensión militar suele estar considerada como un último recurso defensivo y no lo concibe como un instrumento de su política exterior.
Estas profundas y estructurales diferencias entre los principales miembros de la Unión sobre el uso de la fuerza y las prioridades de la política exterior han vislumbrado durante estos años que ningún acontecimiento externo ha dado lugar a la aparición de una UE verdaderamente estratégica hasta ahora. Con la invasión rusa a territorio ucraniano, Rusia ha sido identificada como la principal amenaza para Europa al romper el período más largo de paz, estabilidad y progreso que había permitido el multilateralismo, demostrando por qué sigue siendo relevante y necesario trabajar junto a socios internacionales como las Naciones Unidas.
En noviembre del pasado año, el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad presentó el proyecto de la “Brújula estratégica” que se espera que sea adoptado durante el primer trimestre del presente año. Este proyecto quiere llevar a la práctica la necesidad de un cambio radical en la seguridad y la defensa de la UE y lo hace con cuatro líneas de trabajo principales.
Estas son el actuar con la mayor rapidez y decisión ante las crisis; proteger a nuestros ciudadanos contra las amenazas que cambian rápidamente; invertir en las capacidades y tecnologías que necesitamos; y asociarse con otros para lograr objetivos comunes. Esta idea fue impulsada por los diplomáticos franceses y alemanes y se pone como objetivo de la UE establecer una fuerza de intervención conjunta de 5.000 soldados para 2025. Será el segundo ciclo (2021-2022) de la Revisión Anual Coordinada de la Defensa (CARD) quien se encargará de analizar las tendencias y desafíos específicos de la ya mencionada “Brújula Estratégica”.
Del mismo modo, para cumplir su función de dar una visión general y pionera del panorama de capacidades de defensa existente en Europa, se sucederán una serie de reuniones bilaterales de cada estado miembro con la Agencia Europea de Defensa (AED) y el Estado Mayor Militar de la UE (EUMS) para debatir su perfil de defensa y los planes conexos para el futuro en el contexto de la Unión Europea.
Por otro lado, volviendo a la “Brújula Estratégica”, hay que tener en cuenta que el liderazgo estratégico de Estados Unidos que era “tranquilizador” en un sentido político en 2018 no tiene cabida en la misma. Aun así, no se habla del paraguas de protección nuclear estadounidense; es más, no se da ninguna indicación sobre si los europeos tienen intención de desarrollar su propia disuasión nuclear en un futuro.
A pesar de ello, esto no quiere decir que la UE quiera reemplazar a la OTAN, pero sí que aquella podrá ser vista como un socio global más fuerte que trabajará con las Naciones Unidas, la OTAN y otros para la paz y la seguridad internacional. Llegados a este punto, es importante ser conscientes de lo que se puede y no se puede esperar de la defensa europea ya que hay cuatro áreas relacionadas con la defensa en las que sí puede hacer una importante contribución como son:
- Facilitando la cooperación entre los Estados miembros.
- Llevando a cabo sus propias operaciones expedicionarias en el vecindario sur y en los espacios públicos internacionales.
- Fomentando la construcción de capacidades en Estados frágiles sobre todo en su propio territorio.
- Articulando una red de partenariados de seguridad con países relevantes.
Un ejemplo que estos puntos es la cooperación en materia de seguridad que se está llevando a cabo con América Latina tras la firma del Comité Latinoamericano de Seguridad Interior (CLASI), en Bruselas a principios de marzo de este año.
Este Comité es una estructura de diálogo entre funcionarios de políticas de seguridad de alto nivel de los países latinoamericanos, cuyo objetivo es definir conjuntamente estrategias y articular políticas públicas contra el crimen organizado transnacional. Para ello contará con el apoyo del Programa de Asistencia Europa-América latina contra el crimen organizado transnacional (PACcTO) que proporcionará asistencia técnica y permite compartir experiencias y buenas prácticas entre ambos, siendo el primer programa que cubre todo el sistema de justicia penal.
En este punto es preciso mencionar que todo el sistema de justicia penal comprende cooperación policía, cooperación entre la justicia y los sistemas penitenciarios. Este se centra en cinco áreas transversales prioritarias como son la ciberdelincuencia, la corrupción, los derechos humanos, el género y el lavado de dinero. En este programa participan los países de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana.
Mencionar que en el marco de la cooperación estructurada permanente (CEP/PESCO), se han agregado 14 nuevos proyectos que son otro paso hacia la inversión y el desarrollo conjunto en materia de defensa en particular en lo ámbitos aéreo y espacial de entre los que cabe destacar: Elementos Esenciales de Escolta Europea (4E) para el área marítima; Potencia Aérea para los sistemas aéreos; el Centro Principal de Simulación y Pruebas de Tanques de Batalla (MBT-SIMTEC) incluido en el área de sistemas terrestres; y por último la Modelización Automatizada, Identificación y Evaluación de Danos del Terreno Urbano (AMIDA.UT) incluido en los sistemas de ciberdefensa y C4ISR (Comando, Control, Comunicaciones, Computadoras).
Para finalizar, poniendo nuestra atención en España, hemos podido ver que la experiencia internacional de los líderes españoles es limitada ya que según nos recuerdan una y otra vez los sondeos, la política internacional no está entre las principales preocupaciones de los españoles. Aun así, Francia y Alemania ven a España como un aliado importante en la lucha contra el “euroescepticismo” populista lo que se debería de aprovechar para mostrarse como un socio fiable a lo que en Seguridad y Defensa se refiere.
Para ello, España debería atender a las exigencias actuales de la OTAN como duplicar la inversión. Según el documento que la Alianza hizo público el pasado mes de junio España apenas invertía el 1% de su PIB en Defensa en 2021. Así el Gobierno tendría que invertir un total de 23.000 millones de euros al año para cumplir con el compromiso del 2% que exige la Alianza, mientras que su inversión actual es de 11.729 millones de euros.
Sería interesante aprovechar que la Cumbre de la OTAN este año se celebra en Madrid para demostrar ese compromiso de España porque la alianza encuentre un equilibrio sólido, fundado en la confianza entre los Aliados, sobre el que sentar las bases sobre el futuro de la OTAN, tal y como declaró el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, el pasado 8 de octubre.
En definitiva, con respecto a la actual política exterior de la UE es necesario destacar que sigue siendo relevante y necesario trabajar junto a socios internacionales como las Naciones Unidas y que la adopción e implantación del proyecto de la “Brújula Estratégica” para conseguir que la Unión Europea sea vista como un socio global y estratégico más fuerte.
Además es necesario cuestionarse qué pasará respecto a la protección nuclear de la Unión tras el proyecto de la “Brújula Estratégica” y explotar las cuatro áreas relacionadas con la defensa en las que Europa puede hacer una gran contribución para que lo vean como ese socio estratégico a nivel internacional.
También es clave implantar las políticas públicas contra el crimen organizado transnacional en todos los países participantes y llevar a cabo los nuevos proyectos incluidos en el CEP para conseguir la visión de socio global y estratégico de la que antes se hablaba.
Con respecto a España, podríamos tomar ejemplo a Alemania y su inversión en defensa ya que este se ha comprometido a invertir 100.000 millones de euros, lo que elevaría su gasto sobre el PIB al 3% este año. Esta sería una de las formas de convertirnos en un socio en cuanto a seguridad y defensa se refiere. Del mimo modo y para concluir, es necesario aprovechar la oportunidad de que se celebre en España la Cumbre de la OTAN.