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El ascenso del antieuropeísmo en la Unión Europea

Análisis

Lucía Carbayo
Lucía Carbayo
Colaboradora en LISA News. Especializada en el ámbito de los Estudios Internacionales y de la Ciencia Política. Interesada en el ámbito de la Seguridad Internacional, los procesos de paz y de resolución de conflictos internacionales.

La ideología antieuropeísta asciende en Europa y forma parte de algunos Ejecutivos, como el de Austria. En Francia, Suecia e Italia, aumenta su popularidad. Mientras tanto, Alemania se mantiene firme.

Tras el referéndum sobre el Brexit de 2016 y la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, se predijo un aumento del apoyo a los partidos nacionalistas y euroescépticos. Así fue que, actualmente, en muchos de los Estados europeos, la extrema derecha ha obtenido escaños y está presente en las instituciones públicas.

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Entre las razones que explican el apoyo electoral de los votantes a los partidos antieuropeos, nos encontramos con la preocupación por el coste de la vida y la crisis energética, la guerra de Ucrania, la inmigración y la delincuencia armada. Este último, de hecho, es un tema muy comprometido en algunos países, como en Suecia.

Francia, Suecia, Hungría, Polonia y Austria

En Francia, Marine Le Pen, quién ha defendido políticas en contra de la UE, obtuvo un récord de 13,3 millones de votos, más del 41% del total de votos escrutados, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

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En Estocolmo, los Demócratas Suecos, un partido con una férrea postura anti inmigración, obtuvieron el segundo puesto en las elecciones generales de la semana pasada. Los Demócratas Suecos comparten el escepticismo de sobre la crisis climática.

Cabe destacar que su apoyo político es crucial para la nueva coalición de centro-derecha, que sustituirá a los socialdemócratas.

En Hungría, el primer ministro, Viktor Orbán, ostenta el cargo desde 2010. Aunque su partido, Fidesz, no se encasille estrictamente en la derecha más radical, sí defiende políticas propias de esta ideología. Así, el partido se posiciona ferozmente contra la inmigración o la homosexualidad. Orbán ha interrumpido la acción de la UE sobre Ucrania y ha socavado las libertades judicial, académica, de las minorías y de los medios de comunicación. De hecho, la semana pasada, el Parlamento Europeo declaró que Hungría había dejado de ser una democracia.

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En Polonia, uno de los países más conservadores de Europa, el partido ultraderechista Ley y Orden, del primer ministro Mateusz Morawiecki, se ha consolidado en el poder. En los últimos años, ha destacado su euroescepticismo y ha socavado libertades como la libertad de prensa o los derechos de la comunidad LGTBI. También ha impedido la independencia judicial, lo que le ha llevado a enfrentarse con la UE.

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Sin embargo, en el país existe una fuerza aún más radical, denominada KORNWIN. Participó en las últimas elecciones generales bajo una coalición, que logró el 6,8% del total de votos escrutados y 11 asientos en el Parlamento polaco, situándose como la quinta fuerza mayoritaria. Uno de sus líderes es Janusz Korwin-Mikke, es un europarlamentario que defendió públicamente la brecha salarial.

Finalmente, Austria, es otro de los países europeos que ha contado con representantes euroescépticos en su Gobierno. La última vez fue entre 2017 y 2019, fruto del acuerdo entre el Partido Popular (ÖVP) y el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ). El FPÖ obtuvo hasta cinco asientos en el Consejo de Ministros, con carteras clave como Interior, Exteriores o Defensa.

Alemania, firmeza ante el antieruopeísmo

En Alemania, existe una postura firme respecto al partido radical Alternativa para Alemania (AdF). El resto del espectro político evita pactar con sus representantes. Prueba de ello fue la crisis política sucedida en 2020, tras las elecciones regionales en Turingia. En el plebiscito, el candidato liberal Thomas Kemmerich tuvo que dimitir un día después de ser elegido con los votos favorables del partido de Angela Merkel, Unión Demócrata Cristiana de Alemania y el apoyo de la AdF. El escándalo también provocó la salida de la ex secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Kareembauer.

El partido, que promulga políticas antieuropeas, tiene representación en el Bundestag, el Parlamento alemán, desde 2017, así como en la mayoría de los parlamentos regionales del país. Sin embargo, todavía no encabeza ningún gobierno y se encuentra bajo vigilancia de los servicios secretos alemanes.

Incertidumbre en las elecciones italianas

En Italia, las elecciones generales, tendrán lugar el próximo fin de semana. En ellas, participarán partidos con fundamentos antieuropeístas. A día de hoy, las encuestas sugieren que los Hermanos de Italia, un movimiento populista insurgente cuyo legado se remonta al dictador Mussolini, liderará el próximo gobierno. El partido está encabezado por Giorgia Meloni, y cuenta con el apoyo de dos figuras de la derecha más populares, el ex primer ministro Silvio Berlusconi y Matteo Salvini, de la Liga.

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Al igual que los Demócratas Suecos y la Agrupación Nacional de Le Pen, los Hermanos de Italia han sido cautos a la hora de presentar sus propuestas electorales. Meloni ha moderado su postura antieuropea y se ha distanciado de Rusia.

Cabe destacar, que la ultraderecha italiana comparte otras características con otros partidos preexistentes en Europa. Estas son, la hostilidad hacia las “élites”, las tendencias autoritarias, el rechazo al multiculturalismo y los derechos de género, y una férrea identidad nacional.

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