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¿Cómo ha votado Francia? 

Análisis

Lucía Carbayo
Lucía Carbayo
Colaboradora en LISA News. Especializada en el ámbito de los Estudios Internacionales y de la Ciencia Política. Interesada en el ámbito de la Seguridad Internacional, los procesos de paz y de resolución de conflictos internacionales.

El pasado domingo, 24 de abril, tuvo lugar la segunda vuelta en las elecciones francesas. En este artículo te explicamos las claves para entender este proceso electoral y cómo ha votado Francia.

En el contexto de las elecciones presidenciales francesas, es importante entender el sistema electoral y el proceso de selección del presidente de la República. Para ello, es necesario comprender cómo funciona el sistema y cuáles son las normas que lo sustentan.

La Constitución francesa de 1958 establece que la elección es el medio de expresión a la democracia, a través de la cual el pueblo elige a sus representantes, siendo estos el Presidente de la República, los diputados, los senadores y los concejales. Cabe destacar que, aunque la Constitución sea el texto que recoge los principios fundamentales en lo referido al sistema electoral, las normas propias del sistema -tales como la composición de la asamblea, la votación o las condiciones para la elección de los representantes- están descritas por la ley y los reglamentos. 

Sin embargo, el proceso de elección del Presidente de la República, no está regido por la normativa del código electoral, sino por una regulación específica del artículo 6 de la Constitución del año 2001. Esta disposición establece que el presidente es elegido cada cinco años por sufragio universal directo.

Esto quiere decir que los ciudadanos electores votan directamente a una candidatura, y que en caso de que esta fuera vencedora, ocuparía el cargo sin necesidad de otro proceso selectivo. Este proceso se diferencia del caso español en que la selección del presidente se realiza por sufragio universal indirecto: el elector elige a los representantes -en este caso a los diputados del Congreso- y son estos los autorizados para elegir después al presidente. 

La Constitución francesa también establece el principio de igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, y para su pleno cumplimiento el ejercicio del voto se encuentra delimitado por las circunscripciones electorales. En la elección del presidente de la República francesa, la circunscripción es uninominal lo que significa que es única para todo el territorio y sólo se elige un solo representante. Este tipo de elección también difiere del sistema español, en el cual, la circunscripción para las elecciones generales es plurinominal: los votantes españoles eligen varios representantes en sus provincias para el Congreso de los Diputados.

Debemos añadir también que las elecciones presidenciales en Francia obedecen al sistema mayoritario. Es decir, es el candidato que recibe más votos el que gana el proceso electoral, al contrario que en el sistema electoral español, que es proporcional.  

Cabe mencionar que los sistemas mayoritarios consiguen amplificar los resultados para los partidos más grandes y disminuyen la oportunidad de vencer a los partidos minoritarios. Esto se explica porque las opciones triunfadoras obtienen la total eficacia de sus votos, mientras que los votos al resto de las candidaturas se pierden. De hecho, hasta el momento, este funcionamiento electoral había bloqueado el acceso a la presidencia a los candidatos de ultraderecha en Francia, como Marine Le Pen. 

En definitiva, podríamos resumir que el Presidente de la República francesa se elige por mayoría absoluta y sufragio universal directo, a través de un sistema mayoritario de votación de dos vueltas. 

¿Cómo funciona el sistema de dos vueltas en las elecciones presidenciales francesas? 

Las elecciones presidenciales francesas se estructuran en las denominadas como “vueltas electorales”. Los candidatos se enfrentan en un primera vuelta, en el cual, si uno de ellos obtuviera más del 50% de los votos, se proclamaría vencedor y no sería necesaria otra segunda vuelta. Sin embargo, y como ha ocurrido en las elecciones actuales, si no hubiera un candidato ganador en el primer turno, se celebraría otro segundo. En este último, se enfrentarían los candidatos que hubieran obtenido la mayor suma de votos en el primero.

En relación al tiempo establecido entre las vueltas, la norma constitucional establece que la elección del nuevo presidente -o primera vuelta- se celebrará entre los veinte y los treinta y cinco días antes de que se termine el mandato del presidente en ejercicio. Por otro lado, la segunda vuelta tendrá lugar catorce días después de la primera.

Ayer, día 24 de abril, Marine Le Pen, candidata por el partido Agrupación Nacional se enfrentó al actual presidente francés Emmanuel Macron, líder del partido La República En March, en una segunda vuelta. Esto se debe a que ninguno de los candidatos había obtenido la mayoría absoluta en el primer turno del proceso electoral. Por su parte, Macron obtuvo el 27, 85% de los votos mientras que Le Pen consiguió el 23,15%. Siguiendo la norma electoral que consagra el tiempo establecido entre los turnos, la primera vuelta tuvo lugar el día 10 de abril y por lo tanto, la segunda sucedía ayer, día 24 del mismo mes.

En este segundo turno, Emmanuel Macron ha sido reelegido como presidente de Francia, después de lograr una mayoría del 58,54% del total de votos. Mientras tanto, Marine Le Pen solo ha conseguido el 41,46%.

¿Cómo se elige a los representantes de la Asamblea Nacional y del Senado?

Las elecciones a los órganos parlamentarios están separadas de las elecciones presidenciales. Esto previene que el presidente domine también la Asamblea Nacional y el Senado. Y, de esta forma, evita además, que las decisiones políticas puedan quedar bloqueadas en ambas cámaras. 

En la Asamblea Nacional francesa los diputados son elegidos por sufragio universal directo para un mandato de cinco años, siguiendo el sistema de mayoría de dos vueltas; al igual que en las elecciones presidenciales.  

Por otro lado, las elecciones al Senado – para los 348 senadores- se llevan a cabo por sufragio indirecto y por mayoría de dos vueltas en los departamentos. Estos últimos pueden elegir hasta tres senadores, para un mandato de seis años renovable. La elección en cada departamento se lleva a cabo a través de un colegio electoral conformado por los diputados del departamento, los consejeros regionales y los concejales de los ayuntamientos.

El mapa electoral francés

En Francia, las diferencias ideológicas entre las regiones responden al nivel de urbanización en el país. En las zonas urbanas, donde la población presenta mayor poder adquisitivo y mayor nivel de formación, los ciudadanos se decantan a favor de Macron. Por el contrario, Le Pen, obtiene el mayor porcentaje de votos emitidos en las zonas rurales y obreras.

La población rural manifiesta descontento por las importaciones de productos agrícolas y por su parte, la candidata de extrema derecha se posiciona a favor del producto nacional. Esto lo hace a través de sus propuestas proteccionistas, como la de sustituir la política agraria común europea (PAC) por una política agrícola nacional.

Según los resultados de un estudio realizado por Ipsos sobre las diferencias sociales y económicas de los votantes en Francia, Le Pen recoge los votos de la clase obrera y rural, que por lo general presenta un nivel menor de formación. Mientras tanto, Macron es el candidato preferido de la población con más formación y con mayor poder adquisitivo.

El presidente francés ha superado a Le Pen en las grandes ciudades. En la segunda vuelta de las elecciones obtuvo en París el 85,10% del total de los votos emitidos en la ciudad, mientras que la candidata de Agrupación Nacional consiguió solo el 14,90%. Cabe destacar que en la capital francesa vive casi un quinto de la población francesa y que en ella se concentra la población más cosmopolita y con el nivel de formación más elevado.

Sin embargo, este hecho difiere de lo sucedido en París en las últimas elecciones presidenciales de 2017, donde la ultraderecha recogió el mayor porcentaje de votos en los suburbios obreros. Mientras tanto, los liberales ganaron peso en las zonas mas enriquecidas de la cuidad. Por el contrario, en los últimos años, Francia Insumisa, partido de izquierdas con características populistas, ha recuperado el voto obrero en París. Este giro electoral se podría explicar atendiendo a las políticas neoliberales diseñadas por Macron, que han minado a las grupos más desfavorecidas.

Fuente: El Orden Mundial

Por otro lado, el presidente francés también ha conseguido ventaja en otras ciudades como en Lyon (79,8%), Burdeos (80,06%) Nantes, (81,15%), Toulouse (77,48%) y Estrasburgo (77,85%). Por el contrario, Le Pen aunó la mayoría de votos (52,14%) en la región de la Alta Francia territorio de tradición industrial y obrera. También quedó por delante de Macron en la región de la Provenza Alpes Costa Azul (50,48%), que pese a ser un territorio urbanizado, sus ciudadanos han manifestado rechazo a la inmigración. Por último, la candidata de extrema derecha también resultó victoriosa en los territorios de ultramar, en las islas de Guadalupe (69,60 %), Martinica (60,87 %), Guayana (60,70 %), La Reunión (59,57 %), Mayotte (59,10 %).

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