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¿Cuál es la influencia del evangelicalismo en América Latina?

Análisis

Amanda Osuna Pérez
Amanda Osuna Pérez
Periodista y estudiante del Máster en Periodismo Internacional por la Universidad Rey Juan Carlos, con gran interés en la Historia mundial del siglo XX y su influencia en las relaciones internacionales actuales. Autora de la novela "Desde mi trinchera" y del Podcast "PANGEA".

El auge del evangelicalismo, especialmente la rama del neopentecostalismo, está provocando cambios sustanciales en la política en América Latina. En este artículo te explicamos por qué en la región históricamente con más católicos del mundo está surgiendo con tanta fuerza una doctrina evangélica.

En esta nueva era de revolución tecnológica y su visibilidad más reciente con la Inteligencia Artificial, se podría pensar que hablar de religión en el campo de la geopolítica es cosa del pasado y que la religión ya no es un actor determinante en las relaciones internacionales como podría serlo el Vaticano hace siglos. Sin embargo, el fenómeno de evangelicalismo en América Latina está influyendo en la política de estos Estados.

Pero antes: ¿qué es el evangelicalismo?

Antes de analizar el impacto del evangelicalismo en América Latina, resulta fundamental conocer exactamente de qué estamos hablando. El evangelicalismo es una rama del protestantismo, corriente cristiana que se separa de la Iglesia católica en el siglo XVI y cuyos mayores exponentes son el alemán Martín Lutero y el francés Juan Calvino. De estas reformas surgieron muchas otras ramas aparte del evangelicalismo, como el calvinismo (a raíz del ya mencionado Calvino) o el anglicanismo, la Iglesia oficial de Inglaterra que fue fundada por Enrique VIII y, aunque se consideran católicos, no reconocen el liderazgo del Papa, sino el del rey como cabeza de la Iglesia anglicana y el del arzobispo de Canterbury como máximo representante espiritual.

El número de protestantes que hay en el mundo no se conoce con exactitud, pues distintos investigadores barajan cifras entre los 500 y los 800 millones. Lo que sí se conoce es que el número de católicos es mayor; aunque esto está cambiando en algunas zonas del mundo, como América Latina. Históricamente, los países de la región han sido católicos por los siglos de ocupación de los españoles y los portugueses, que impusieron la doctrina de la Iglesia católica en la región. Sin embargo, el auge de Iglesias evangélicas podría alterar lo que consideramos parte de la estructura de los países latinoamericanos.

El evangelicalismo se diferencia del catolicismo en varias particularidades que, a rasgos generales, podemos explicar como que su doctrina se basa esencialmente en la fe en la Biblia. Los cristianos evangélicos reconocen a la Virgen María, pero niegan sus atributos divinos. Es decir, que la ven como una mujer mortal. Muy parecido ocurre con la figura de los santos.

Además, la Iglesia evangélica rechaza los rituales y la institucionalización de la Iglesia, lo que propicia la aparición de líderes. Y aunque esto último es cierto, una de las razones por las que el cristianismo se extendió y consolidó tan rápidamente por todo el Imperio romano fue gracias a las instituciones. La estructurada verticalidad del poder, el Papa y todo su séquito de obispos y arzobispos, ofrecía un orden y una organización con la que no podía combatir la tradición de dioses romanos.

Entre toda esta amalgama de catolicismo y las distintas ramas del protestantismo, la que verdaderamente está triunfando en Latinoamérica es una corriente evangélica conocida como neopentecostalismo. Esta religión centra su doctrina en los dones de la fe en el propio individuo, es decir, cómo el poder de Dios se materializa en las personas. Los pastores neopentecostalistas exigen a sus fieles que busquen a Dios, que sean proactivos en hallar el contacto con Él.

Este es el contenido, cuyo continente suele ser con frecuencia sermones muy pasionales, con bastante efusividad. Los pastores y los fieles neo pentecostales están intentando volver a poner sobre la mesa el debate sobre el laicismo del Estado, un discurso que está aprovechando ciertas facciones de la derecha en Latinoamérica.

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¿Cuáles son los orígenes del evangelicalismo en América Latina?

La pregunta que surge de manera natural es la siguiente: ¿a qué se debe que en la región con más católicos del mundo esté surgiendo con tanta fuerza una doctrina evangélica? Nos apoyamos en la Historia reciente para poder brindar una explicación a este fenómeno. A mediados del siglo XX, los sacerdotes latinoamericanos llevaron a cabo lo que se conoció como teología de la liberación, por la que ayudaron a las comunidades rurales más necesitadas y ganó a muchos fieles.

El final de la Guerra Fría coincide con el papado de Juan Pablo II y la urbanización de Latinoamérica, que dejó a los habitantes de esas ciudades sin una fe a la que acogerse. Las corrientes evangélicas aprovecharon este declive del catolicismo para extenderse por la región. El caso paradigmático es el de Brasil, el país con más católicos del mundo con casi 180 millones, que se estima que en un corto plazo los evangélicos superarán en número a los católicos y serán más de la mitad de los cristianos en el país.

Lo que preocupa a la comunidad internacional no es este cambio del catolicismo al neopentecostalismo, sino los patrones que siguen los discursos de estos pastores. Con esa visión de los dones que el Espíritu Santo provoca en el individuo, para los neopentecostalistas el fracaso personal se debe a que no se ha buscado lo suficiente a Dios, entendiéndose fracaso como una paupérrima situación económica. Así, la pobreza es pecado al asimilarse a la falta de proactividad en encontrar a Dios y ser bendecido. Esta idea del hombre hecho a sí mismo, tan característica de la cultura estadounidense, encaja más con la agenda conservadora que con el socialismo del siglo XXI.

La beligerancia del neopentecostalismo no se reduce al plano de lo que puede hacer el individuo, sino también a lo que es. Cada vez resulta más común la viralización de sermones de pastores de esta Iglesia que se suman a movimientos contrarios a la globalización, niegan la violencia de género y demonizan el colectivo LGBTQ+. Así, en mayo de 2018, la Iglesia evangélica cubana recogió firmas contra la reforma de la Constitución para permitir el matrimonio homosexual en el país. Pese a la difusión masiva de determinados discursos, estos no han de ser representativos de la totalidad de creyentes.

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Evangélicos políticos y políticos evangélicos

Quizás la relación entre neopentecostalismo y el auge de los partidos ultraconservadores no es causal, pero en parte sí resulta consecuencia en el sentido de que un gran número de estos fieles identifican sus valores religiosos con las ideas políticas de estos partidos. Esto se puede apreciar observando la historia política reciente de varios países de América Latina, como es el caso de Brasil. Desde que en 1986 las grandes iglesias evangélicas, en su mayoría pentecostales, participaran en las elecciones constituyentes del país, la relación entre pastores y políticos no ha cesado.

En todo el continente latinoamericano, 2018 fue el año de consolidación de la influencia de las iglesias evangélicas y el momento en el que muchos estudiosos comenzaron a mirar con otros ojos este movimiento. Siguiendo con Brasil, Jair Bolsonaro ganó las elecciones con un discurso que cautivó a los fieles evangélicos en términos de reforzamiento de la seguridad, de economía con la privatización de empresas estatales, de educación con la prohibición de enseñanzas en materia de igualdad de género, LGBT… así como un discurso que colocó en el foco a la familia tradicional.

Ese mismo año, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se hizo con la victoria en las urnas gracias al apoyo de un partido evangélico y de corte muy conservador, el Partido Encuentro Social. La formación de Gonzalo Moreno obtuvo en el Congreso de México el mayor número de escaños en su historia, pero no los suficientes como para preservar en Instituto Nacional Electoral (INE) como partido político.

También en 2018, el diputado evangélico Fabricio Alvarado ganó la primera vuelta electoral en Costa Rica, con propuestas políticas contrarias al matrimonio homosexual y al aborto en cualquier circunstancia. Un año después, la expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez, ahora condenada por la Justicia boliviana a 10 años de prisión por golpe de Estado, entraría a la sede del Gobierno con la Biblia en la mano. Con frecuencia ha hecho uso de su cuenta de Twitter para cargar contra los indígenas bolivianos y la fe de estos.

Es por ello que una mayor influencia y participación del evangelicalismo en la política supone un verdadero peligro para las democracias latinoamericanas, más aún dada la naturaleza populista de sus discursos. Sin embargo, cada vez son más comunes las voces que abogan por una vuelta a la asimilación entre Estado y religión y que ponen en duda la legitimidad del laicismo.

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