El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se enfrenta a su posible disolución tras 40 años de conflicto con Turquía y alrededor de 45.000 muertos entre combates y atentados. En este artículo, Francisco Javier Peña, alumno del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute, explica el motivo detrás de esta decisión de abandonar las armas y por qué podría ser clave para futuras negociaciones de paz.
Desde su formación en 1978, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha experimentado cambios en sus objetivos y acciones. Esto lo ha convertido en uno de los principales desafíos para el gobierno turco, especialmente tras el aumento de las hostilidades en 1984, con combates en el este del país y ataques terroristas contra objetivos civiles y militares.
A pesar de haber alcanzado varios acuerdos con el gobierno turco y vivir etapas de relativa paz, el pueblo kurdo nunca ha logrado garantizarse seguridad plena ni un territorio definido. Sus aspiraciones abarcan diferentes regiones de Turquía, Siria, Iraq e Irán.
La captura del fundador y líder del PKK, Abdullah Öcalan, en 1991, a través de una operación conjunta entre la CIA y el MIT (el servicio de inteligencia turco), supuso un punto de inflexión. Este hecho cambió las relaciones entre el gobierno de Ankara y los dirigentes del PKK. Öcalan está sentenciado actualmente a cadena perpetua, aunque inicialmente se le condenó a muerte.
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Tras la llegada al poder de Recep Tayyip Erdoğan en agosto de 2014, las negociaciones entre ambas partes se tensaron. Esto provocó un aumento de las acciones militares tanto del ejército turco como de la rama armada del PKK. Las operaciones militares del ejército turco se han llevado a cabo tanto en territorio nacional como en suelo sirio e iraquí.
Motivos de la disolución del PKK
Tras 47 años de actividad, Öcalan compartió con una delegación del Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM), a la que dio audiencia en la cárcel, una carta titulada «Llamado a la paz y a una sociedad democrática». En ella, llamaba a la disolución completa del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, así como a sus filiales en el extranjero.
La disolución del grupo terrorista proviene de la propuesta del aliado ultranacionalista del presidente Erdoğan, Devlet Bahçeli. Este sugirió darle la libertad condicional a Öcalan si conseguía el desmantelamiento del PKK. Bahçeli es un aliado clave en el mandato de Erdoğan.
Tras 25 años entre rejas y con un distanciamiento entre sus directrices y las acciones reales del PKK, Öcalan aboga por el abandono de las armas y la búsqueda de una solución diplomática.
Algunos de los argumentos que expone el dirigente en la carta para la disolución del Partido de los Trabajadores del Kurdistán son los siguientes:
- El debilitamiento de la agrupación por dinámicas internas.
- El aumento de la concienciación social sobre la identidad kurda en el país.
- La necesidad de alcanzar una sociedad democrática.
Aliados y enemigos del PKK
A pesar de no tener un Estado propio, el PKK ha conseguido tener la suficiente notoriedad como para contar con aliados importantes a nivel internacional, especialmente en la región de Oriente Medio:
- Las Unidades de Protección Popular (YPG): son una milicia kurda en territorio sirio, formada durante la Guerra Civil Siria (2011-actualidad). Su mayor aportación ha sido combatir al Estado Islámico (ISIS) con el apoyo de Estados Unidos. Además, han sido una amenaza para la dictadura de Bashar al Assad y el principal objetivo militar turco en territorio sirio.
- Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS): una coalición militar que combatió contra al Assad en la Guerra Civil Siria liderada por las YPG. Destacan por contar en sus filas con miembros de diferentes minorías étnicas y religiosas de la zona y por haber sido un aliado estratégico muy importante en la lucha contra el Daesh.
Por otro lado, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán tiene varios enemigos en la zona, ya que lo consideran una organización terrorista con presencia en varios países.
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- Turquía: es el principal actor interesado en la disolución del PKK. Desde su origen, el PKK ha sido un elemento disruptivo en la política turca, llegando incluso a encontrar representación en el parlamento turco a través del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que evolucionó al Partido de la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (DEM).
Existe una opinión dividida entre la población turca hacia el pueblo kurdo. Los sectores más nacionalistas y conservadores, como el propio Erdoğan, consideran que debe eliminarse esta amenaza para la soberanía del Estado turco. El hecho de haber realizado ataques terroristas durante décadas es un factor de peso en la opinión pública turca. Sin embargo, en los sectores de izquierdas se busca dar visibilidad a las demandas de la minoría kurda en el país y conseguir una solución diplomática.
- El Ejército Nacional Sirio (ENS): contrario a la familia Assad y apoyado militarmente por Turquía. Han combatido contra las YPG y las FDS, así como tratado de tomar el control de algunas zonas kurdas en Siria, como la ciudad de Manbij. Combatieron junto a HTS para derrocar a Basher al Assad.
- Hayat Tahrir al-Sham (HTS): el grupo terrorista, liderado por Ahmed Hussein al Sharaa (también conocido como Abu Mohamed al Yolani), exmiembro de Al Qaeda, se hizo con el gobierno de Siria en diciembre de 2024 tras derrocar al dictador Bashar al Assad, quien se refugió en Rusia bajo la protección de Vladímir Putin. Recientemente, han realizado ataques contra minorías religiosas en el país, como los cristianos alauitas. El PKK podría ser uno de sus principales objetivos debido a su influencia en el norte del país.
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- El Estado Islámico (ISIS, Daesh): es un enemigo transversal al resto de actores de la zona. El ISIS, de ideología yihadista salafista, busca establecer un califato regido por la sharía (la ley islámica) en Siria e Irak, derrocando a los gobiernos establecidos y eliminando a las minorías religiosas de la zona.
- Estados Unidos: mantienen una relación complicada. Turquía es un miembro importante de la OTAN y ejerce presión contra las demandas kurdas. Por otro lado, el PKK y, sobre todo, las YPG, han demostrado ser aliados clave contra el Estado Islámico.
La posición de Turquía
La relación entre el gobierno de Turquía y el PKK ha vivido múltiples episodios de acercamientos y distanciamientos. Especialmente desde la llegada de Erdoğan a la presidencia turca, el PKK ha sido combatido en suelo turco, sirio e iraquí. Además, Turquía ha contado con el apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea, actores que también reconocen al PKK como organización terrorista.
La última ofensiva militar turca a gran escala comenzó en agosto de 2024, cuando Turquía realizó múltiples bombardeos sobre diferentes objetivos estratégicos. El gobierno turco ha contado con el apoyo del Ejército Nacional Sirio sobre el terreno, contrario a la recientemente derrotada dictadura de Bashar al Assad. Con el debilitamiento del país, han buscado incrementar su influencia en las zonas de control kurdo.
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Por otra parte, a pesar de ser miembro de la OTAN y de la Unión Europea, Turquía mantiene buenas relaciones con Rusia. Ambos países han realizado operaciones militares conjuntas en territorio sirio y cerrado múltiples acuerdos comerciales, especialmente en los sectores energético y armamentístico. Sin embargo, a finales del año 2024 la postura del Kremlin cambió y se opuso a permitir más ataques turcos contra las posiciones kurdas. Esto ocurrió por la posibilidad de aumentar la inestabilidad en una zona volátil. En ese momento, Gaza y Líbano estaban ocupados por Israel, y poco después, cayó el régimen de Bashar al Assad.
Posibles consecuencias de la disolución del PKK
La disolución del Partido de los Trabajadores del Kurdistán supondría el fin de más de 40 años de enfrentamiento directo entre el ejército de Turquía y la población kurda. Aunque la decisión de los dirigentes de la organización aún está por confirmarse, todo parece indicar que la disolución del PKK, así como la de sus filiales fuera de Turquía, será una realidad en el corto plazo.
Si la posición de Erdoğan es la correcta, el desmantelamiento del PKK podría ser el primer paso para el inicio de unas negociaciones de paz. Estas negociaciones buscarían satisfacer tanto las exigencias del gobierno turco como las necesidades de la población kurda. Sin embargo, es importante señalar que el pueblo kurdo cuenta con más de 35 millones de personas, distribuidas principalmente entre Turquía, Siria, Iraq e Irán. Esto complicaría alcanzar unos términos definitivos próximamente.
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Los enfrentamientos entre el PKK y el gobierno turco han dejado más de 45.000 muertos entre militares, combatientes y civiles. Tantos años de combate pueden motivar a una parte de los militantes kurdos a no deponer las armas de forma inmediata. Esto podría llevarlos a buscar una reorganización, aunque implique reformular sus aspiraciones.
El caso de las YPG es especialmente relevante, ya que han sido un punto de tensión entre Estados Unidos y Turquía durante años. Tras la llegada de al Sharaa al gobierno sirio, Erdoğan amenazó con retomar las acciones militares contra las posiciones de las YPG en el norte del país. Estas se verían debilitadas seriamente si se mantuvieran contrarias a la disolución del PKK.
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