El sistema de defensa de Israel ha alcanzado un nuevo nivel de relevancia tras el reciente ataque de Irán el 13 de abril de 2024. A través de una compleja red de sistemas de interceptación, Israel ha logrado neutralizar con éxito más del 99% de los misiles y drones lanzados, lo que refleja su capacidad para enfrentar amenazas en un entorno altamente volátil como Oriente Próximo. En este artículo explicamos qué es el sistema de escudos defensivos, su funcionamiento y las razones detrás de su éxito.
Desde los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023 contra Israel, la tensión en Oriente Próximo se ha disparado. Desde entonces, las bombas no han cesado en la franja de Gaza como respuesta a esta declaración de guerra, lo que ha provocado una situación extrema para la población civil de la zona. A su vez, tampoco han cesado las amenazas de una escalada regional por parte de Irán y sus milicias aliadas.
El bombardeo al consulado iraní en Damasco, capital de Siria, desembocaron en unos días de incertidumbre en los que el régimen de los ayatolás prometían una respuesta en forma de ataque contra Israel y en venganza de lo sucedido. Así pues, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), sus aliados y la tecnología militar puntera de la que disponen se ponían en alerta para proteger al país en caso de materializarse la amenaza iraní.
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A raíz del ataque directo lanzado por Irán contra Israel durante la madrugada del 14 de abril, se ha comprobado la efectividad del sistema de escudos defensivos que ostenta el Estado de Israel. Está compuesto de un sofisticado sistema basado en tres capas ordenadas por niveles en función de la distancia de la que proviene el ataque.
La efectividad del escudo defensivo de Israel frente al ataque iraní
El régimen de Teherán lanzó más de 300 drones y misiles (de crucero y balísticos) dirección a Israel. Es el primer ataque directo que Irán proyecta desde su propio territorio con destino Israel y no a través de sus milicias aliadas, como son Hezbolá en Líbano, Hamás en la Franja de Gaza o los rebeldes hutíes en Yemen.
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Debido a la distancia entre ambos países, mucho más amplia que el resto de amenazas directas neutralizadas por Israel (Hezbolá y Hamás principalmente), los proyectiles tardaron más tiempo en alcanzar sus objetivos pretendidos, por lo que el tiempo de reacción para la población civil y las autoridades competentes fue superior al de otros ataques recientes.
Sin embargo, no todos los misiles procedieron directamente de Irán. También hubo algunos que partieron desde Líbano, Siria, Irak y Yemen, todo ello con la colaboración de las milicias aliadas que Teherán ostenta en estos países. En total fueron 170 drones, 120 misiles balísticos y hasta 36 misiles de crucero. Se utilizaron los drones Shahid 136, capaces de alcanzar los 2.000 kilómetros de distancia, también los misiles de crucero PAVEH 351, capaz de contener 1.000 kilogramos de explosivos y alcanzar una distancia de 3.000 kilómetros y, por último, los proyectiles Emad de largo alcance, que pueden abarcar distancias de 2.000 kilómetros.
El resultado de esta operación en términos numéricos ha dejado a Israel muy fortalecido, ya que interceptó el 99% de los misiles y drones lanzados por Irán. Para ello, ha contado con la ayuda de Estados Unidos, Reino Unido, Jordania y Francia, principalmente. Los pocos proyectiles que sí que burlaron el sistema de seguridad israelí impactaron en una base aérea en pleno desierto del Néguev, en la mitad sur del país. Las cifras totales, por lo tanto, arrojan un saldo de 0 muertos y 1 herido (un menor de 10 años en una comunidad beduina cerca de la ciudad de Arad en el Négev).
La principal pregunta de cara a evaluar la evolución de este conflicto es explicar la fortaleza de Israel y su resiliencia social y militar para un país de apenas nueve millones de habitantes frente a otro país de cerca de 90 millones de habitantes, es decir, 10 veces más. La defensa de la soberanía y la integridad del Estado de Israel son el principal cometido de las FDI, el ejército con mayor entrenamiento combativo del mundo. A ello se suma el desarrollo tecnológico en materia de defensa para afrontar las continuas amenazas, obviando los altos costes como motivo de rechazo de la población, ya que las inversiones en seguridad y defensa se antojan vitales.
El sistema de defensa israelí articulado en forma de escudo aéreo se divide en tres: el Sistema Arrow, la Honda de David y la Cúpula de Hierro. El más operativo y popular de los tres es el último, también llamado Iron Dome, ya que las principales amenazas exteriores concurrían con características para ser neutralizadas por este sistema y no por los otros dos.
¿Cómo el sistema Arrow afronta las amenazas a larga distancia?
Se trata del sistema de largo alcance, dividido en dos: Arrow 2 y Arrow 3. Su desarrollo tiene una relación directa con la posibilidad de un ataque procedente de Irán, una amenaza situada a 1.789 kilómetros de distancia. El contratista principal del proyecto es la empresa Israel Aerospace Industries, de carácter estatal. Por su parte, Boeing actúa como participante en la producción de los interceptores.
El sistema Arrow (Hetz en hebreo transcrito, que significa flecha) está diseñado para interceptar misiles balísticos fuera de la atmósfera, actuando a una altitud que permite la dispersión segura de una ojiva no convencional. En concreto, se trata de una ojiva desmontable que choca con el objetivo para desarticular la amenaza. Dentro de la división de este sistema, el Arrow 2 está diseñado para objetivos lejanos, pero dentro de la atmósfera terrestre, mientras que el Arrow 3 abarca las amenazas más remotas situadas fuera de esta capa de la Tierra, llegando a alcanzar su capa superior, la exosfera.
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El sistema Arrow neutraliza ojivas de carácter nuclear, químico y biológico antes de que entren en la atmósfera, de forma que se elimina no solamente los posibles daños humanos y materiales, sino también la contaminación. Emplea el radar terrestre Green-Pine, capaz de detectar proyectiles a larga distancia y elevada altura. El sistema Arrow actúa y los tanques de propulsión impulsan el misil antibalístico procedente, que una vez avanza la atmósfera es cuando se desprende de sus ojivas con total seguridad y rastrea la amenaza para derribarla.
Tras los atentados del 7 de octubre de 2023, el sistema Arrow fue empleado por primera vez el día 31 de octubre de 2023, cuando las FDI interceptaron un misil tierra-tierra en el Mar Rojo procedente de Yemen, en concreto de los rebeldes hutíes. Desde entonces, su utilización se ha reservado a ataques a larga distancia como el perpetrado por Irán, en el que se ha puesto de manifiesto su correcto funcionamiento y su elevada eficacia.
La Honda de David, el sistema de defensa israelí que compró Finlandia
La Honda de David o David’s Sling es el sistema de medio alcance. Está diseñado para interceptar y derribar misiles balísticos disparados desde una distancia que va desde los 40 a los 300 kilómetros y cohetes de mediano y largo alcance. También es capaz de neutralizar drones, aviones y misiles de crucero.
La Honda de David fue puesta en marcha por primera vez en abril de 2017 y empleada con éxito el 23 de julio de 2018 en una operación contra los misiles sirios OTR-21 Tochka que, pese a que no se dirigían hacia Israel y formaban parte del contexto de guerra civil que vive el país vecino, fueron interceptados ante la posibilidad de que cruzaran la frontera.
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Su diseño corrió a cargo de dos empresas, la empresa estatal israelí Rafael Advanced Defense Systems y la estadounidense Raytheon Company. Se desarrolló una asociación jugando en favor de las aportaciones financieras de Estados Unidos a los proyectos de defensa israelís en la que Raytheon se encargaría del aparato logístico y Rafael Advanced Defense del aparato interceptor.
El misil Stunner de este sistema está diseñado para interceptar la última generación de misiles balísticos tácticos como el Iskander ruso y el DF-15 chino. Para ello se emplea un buscador dual CCD/IR a bordo para diferenciar entre los señuelos y la ojiva real del misil y el seguimiento por parte del radar Elta EL/M-2084, un radar AESA de barrido electrónico activo.
El interceptor de múltiples etapas consiste en un propulsor de motor cohete de combustible sólido, seguido de un vehículo de ataque de carácter asimétrico con un sistema de dirección avanzada de cara a una mayor maniobrabilidad durante la etapa de interceptación. La aceleración y maniobrabilidad son proporcionadas por un motor de tres pulsos, todo ello durante la fase de aproximación terminal. El interceptor es un misil de dos etapas, con ambos sistemas de orientación y guía instalados en la punta de su morro, tratándose de un radar y un sensor electroóptico.
Países como Finlandia, tras su reciente incorporación a la OTAN, han anunciado la compra de este sistema de defensa aéreo antimisil de Israel por un valor de 316 millones de euros. Su principal objetivo es disuadir la amenaza fronteriza rusa. En general, la demostración de fuerza y resistencia de Israel a través de sus sistemas avanzados de seguridad enfoca el interés de muchos países en búsqueda de sistemas más sofisticados para repeler posibles amenazas.
La Cúpula de Hierro: defensa de corto alcance contra amenazas en Israel
Se trata de un sistema de defensa aérea móvil antimisil que neutraliza las amenazas de corto alcance. Cubre aquellos proyectiles procedentes de una distancia de entre cuatro y 70 kilómetros, por lo que su diseño se centra en los ataques lanzados desde la Franja de Gaza por parte de Hamás o el sur de Líbano a manos de Hezbolá. El tiempo de reacción para esta amenaza es extremadamente corto, llegando a alcanzar apenas 15 segundos en ciudades fronterizas como Sederot o Ascalón.
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La producción también corrió a cargo de Rafael Defense Systems, además de contar con la participación de Israel Aerospace Industries y la financiación de la administración estadounidense. Es capaz de interceptar cohetes y misiles, incluidos los de muy corto alcance, proyectiles de artillería y mortero, helicópteros, drones, aeronaves, munición de alta precisión y misiles de crucero. Su primera actuación data del 7 de abril de 2011.
Se compone de tres elementos troncales:
- Radar ELM-2084. Rastrea y detecta los cohetes en el momento de su lanzamiento y permite definir la trayectoria y el tipo de proyectil. Se envía la información al Centro de Baterías y la señal de alerta a la población a través de las alarmas antiaéreas presentes por todo Israel.
- Centro de Baterías. Fue desarrollado por MPrest Systems y se encarga de controlar todo el campo de batalla, ya que selecciona las amenazas a interceptar en función de la trayectoria calculada y sus riesgos. Cada batería gestionada desde aquí abarca un radar de 150 kilómetros cuadrados y cuenta con tres o cuatro lanzadores.
- Lanzador de misiles interceptores. Se encarga de eliminar los proyectiles. Cada lanzador cuenta con hasta 20 misiles Tamir, equipados con sensores electroópticos y aletas de dirección. Una vez se acercan al objetivo, un fusible sin contacto extremadamente preciso y resistente a sobrecargas activa una ojiva de 35 libras que neutraliza la amenaza.
La Cúpula de Hierro es el nivel más empleado de los tres que dispone Israel dentro de su escudo de defensa aérea, debido principalmente a la frecuencia con la que las hostilidades cruzadas se producen, especialmente con Hamás. Un ejemplo de ello son mayo de 2021, agosto de 2022 o los días posteriores a los ataques del 7 de octubre de 2023.
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Este entramado de seguridad que Israel ha articulado garantizaba no solamente su supervivencia, sino también la disuasión con respecto a sus enemigos. Con el ataque de Irán y la apertura de un nuevo escenario, se abre la posibilidad de un conflicto a gran escala en Oriente Próximo, en el que la verdadera fortaleza de Israel frente a sus vecinos ha pasado su primer desafío.
El escudo defensivo hebreo ha demostrado su eficacia y ha captado la atención de nuevos actores deseosos de aplicar estos métodos de defensa en sus territorios, desde Finlandia, Ucrania o incluso Alemania. La alianza de países de OTAN, Israel y actores regionales como Jordania ha demostrado una fortaleza militar y tecnológica inesperada por los iraníes, que cumplen su órdago estratégico pero no sus objetivos militares.
