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Cómo analizar a los líderes de la geopolítica actual

Análisis

Ángel Gómez de Ágreda
Ángel Gómez de Ágreda
Coronel del Ejército del Aire (España). Diplomado de Estado Mayor y Máster en Terrorismo y Anti-terrorismo (UNIR). Ha sido profesor del Departamento de Estrategia y Relaciones Internacionales de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, en el CESEDEN, y jefe de la Sección de Cooperación del Estado Mayor del Mando Conjunto de Ciberdefensa. Profesor del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute.

Ángel Gómez de Ágreda, Coronel del Ejército del Aire (España) en activo, analista geopolítico y Profesor del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute ofrece, en este artículo, algunas claves para entender cómo analizar a líderes tanto políticos como empresariales.

La complicación de analizar a los líderes empieza por identificar bien quién es el líder y quién está detrás de las decisiones que se toman ya que no siempre es el que da la cara. Una vez identificado el líder podemos comenzar el análisis. Si quisiéramos analizar, por ejemplo, a Xi Jinping, podríamos empezar por leer el libro “Xi Jinping: The Governance of China” donde se encuentran todos sus discursos con el fin de analizar su trayectoria política.

También podemos tratar de entender con quién está casado y por qué o dónde pasó su juventud, muy a su pesar, pero que, al final, terminó por marcar su personalidad. Esta comprensión de la biografía de un líder es un estudio que podría pertenecer más al ámbito de la psicología y para el que hay que tener menor necesidad de comprensión global.

Más allá de haber realizado este análisis, con es lógico, esto no quiere decir que las personas puedan tener reacciones totalmente inesperadas. Tu análisis puede ser extraordinariamente bueno y la reacción que el líder en cuestión tome pueda no ser la que esperabas, entre otras cosas, porque es necesario contextualizar la presión a la que un líder está sometido cuando tiene que tomar una decisión.

Por poner un ejemplo, estoy convencido de que Putin no va a reaccionar igual estando acorralado que una posición dominante: no va a reaccionar igual con un 80% de apoyo de su población que con un 40%. De esta forma, no hay solamente que entender la personalidad del líder sino las circunstancias que rodean a la persona y, una vez más, identificar si hay alguna figura que tome decisiones detrás de esa cara visible.

En el caso de Putin podríamos analizar no quiénes son las personas de confianza (porque, efectivamente, puede ser un círculo muy muy reducido en el marco de esa “cámara de eco” que termina dándole la razón), sino a aquellos que están a su alrededor y que suponen un apoyo necesario para sus políticas. No tienen por qué estar necesariamente en Moscú y puede ser tanto personas concretas como entidades u organismos los que también pueden estar influyendo en sus decisiones políticas.

Evidentemente la política de Gazprom no puede desvincularse de la política de Rusia y hay que estar también atentos a otras potencias que, en un momento dado, puedan suponer un apoyo o un obstáculo para Putin. Una vez más, no se trata únicamente de analizar a las personas sino también a las circunstancias en las que se encuentran.

Los líderes empresariales, claves en la geopolítica

Los analistas geopolíticos de hoy no solo tienen que fijarse en los líderes políticos para realizar sus análisis: saber quiénes son los líderes detrás de las grandes empresas tecnológicas o energéticas, por ejemplo, es también clave para el analista de hoy.

El capital bursátil de algunas empresas es evidentemente mayor a la de muchos países y el gasto energético de algunas de ellas también es mayor al del gasto energético de países como Holanda. Obviamente, esto también influye en la geopolítica actual.

Mirando, por ejemplo, a las grandes energéticas y el contexto de la disputa actual sobre los precios del gas no hay que dejar de pensar en los intereses que hay detrás. Para realizar este tipo de análisis geopolíticos hay que tener tanto conocimiento empresarial como conocimiento político, sin dejar de lado la parte psicológica previamente mencionada y el contexto de las personas concretas que son las que están tomando decisiones.

Nos gusta pensar que somos seres racionales y que tomamos decisiones de forma lógica; pero, en realidad, muchas veces tomamos decisiones más con el corazón que con la cabeza. También nos gusta creer que hay “razones de Estado” detrás de todas las decisiones que se toman cuando, en realidad, hay muchas razones personales. De esta forma, el conocimiento de los propios líderes, sumando al de las circunstancias empresariales y personales de los que toman las decisiones es particularmente importante.

Es cierto que en un país como Suiza, por poner un ejemplo, es más difícil saber qué decisión van a tomar los ciudadanos suizos en el contexto de una democracia pero, evidentemente, si queremos centrarnos en Rusia sí podemos saber quién va a tomar la decisión y qué sesgos y trayectoria tiene.

Estamos acostumbrados a pensar que muchas de las decisiones que se toman tienen como objetivo beneficiar a alguien concreto cuando, muchas veces, se toman precisamente por lo contrario: perjudicar al contrario para ponerle palos sobre las ruedas y que, simplemente, sea incapaz de progresar.

También hay que pensar que un contexto de estabilidad no siempre es la situación ideal para todos. Pensemos, por ejemplo, en cómo a los vendedores de pescado sí les interesa una situación de estabilidad mientras que a los pescadores les beneficia un río revuelto para pescar los peces.

Con lo cual, para realizar un buen análisis, es necesario ser capaces de ponerse en la piel tanto del pescado, del pescador, del vendedor de pescado y del consumidor. No siempre hay que pensar desde un punto de vista lógico sino, sobre todo, desde un punto de vista empático y ser capaces de entender las situaciones tanto a nivel individual como a nivel social.

Es imposible entender las dinámicas en regiones como África y Oriente Medio sin entender, por ejemplo, las relaciones que se establecen entre las distintas tribus. Al final, son sociedades tremendamente tribales y se pueden observar dinámicas parecidas en algunos aspectos en Senegal y en Iraq.

Es tan clave entender estas relaciones para realizar un buen análisis geopolítico como las de las empresas con los Estados. Al final ambos pueden estar ganando en el contexto adecuado: las grandes tecnológicas en el ámbito económico gracias a una complicidad con los Estados y los Estados en el ámbito geopolítico por el mismo motivo.

Este artículo es un extracto de la Masterclass “Cómo contribuye la Inteligencia al análisis geopolítico” con Ángel Gómez de Ágreda y organizada por LISA Institute en el contexto del Máster Profesional de Analista de Inteligencia. Puedes verla al completo pinchando en este enlace.

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