La violencia promovida por las pandillas estaría causando una gran inestabilidad en el país caribeño. El despliegue del contingente podría llevar “varios meses”.
El pasado lunes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el despliegue por un año de una fuerza multinacional en Haití. La medida es prorrogable y tiene como objetivo apoyar a la Policía en su lucha contra la violencia e inseguridad en el país. Esta decisión llega un año después de que el primer ministro haitiano, Ariel Henry, solicitase asistencia militar. El secretario general de la ONU, António Guterres, respaldó firmemente la petición de inmediato.
La resolución fue aprobada por 13 votos a favor y dos abstenciones, las de Rusia y China. No hubo ningún voto contrario, algo poco frecuente, especialmente dada la gran división geopolítica de los últimos años. De todos modos, fuentes del Consejo aseguran, según recoge EFE, que el despliegue no se producirá de inmediato, sino que el proceso llevará más bien “varios meses”.
El documento fue definido por Estados Unidos y Ecuador, quienes trabajaron un mes largo en el borrador del documento. Las negociaciones más difíciles fueron en materia de venta de armas, bajo solicitud de China, y limitaciones a ciertas bandas criminales conocidas, por petición de Estados Unidos.
¿Qué Estados participarán en el proyecto en Haití?
La misión será liderada por Kenia, país que aportará la mayor parte del contingente: 1.000 agentes. Jamaica, Barbados y Bahamas son algunos de los países caribeños que han mostrado su disposición a contribuir con más guardias.
Por ahora, ningún país latinoamericano ha anunciado su participación en el envío de tropas al país. De todos modos, México entrenará en su territorio a 660 agentes haitianos, de los cuales 550 cuentan con formación y 110 están en proceso. Por su parte, Brasil ha descartado enviar tropas, según recoge EFE.
Estados Unidos espera que el “lenguaje enérgico” de la resolución incite a más países a sumarse al proyecto, especialmente dentro del “mundo occidental”. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, mostró su disposición a aportar “una sólida asistencia financiera y logística” a Haití, hasta el punto de llevar el tema al Congreso y aportar unos 100 millones de dólares en el proyecto.
¿Qué está pasando en Haití?
El pasado 22 de septiembre, durante el encuentro de los líderes mundiales en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el primer ministro haitiano aseguró que era “urgente” la aprobación de una misión militar para restablecer el orden en el país.
En la actualidad, las pandillas en conflicto controlan gran parte de Puerto Príncipe, la capital y puerto principal de Haití, lo que implica el corte de líneas de suministro vitales al resto del país. Estos grupos violentos están aterrorizado a la población metropolitana, a través de oleadas de asesinatos indiscriminados, secuestros, incendios provocados y violaciones. Unas 200.000 personas han abandonado sus hogares como consecuencia de estos incidentes.
La falta de seguridad en el país ha disparado la inflación, que ya supera el 50%. Esta inestabilidad estaría poniendo en riesgo a 4,9 millones de ciudadanos, que tendrían dificultades para alimentarse.
La experiencia de la ONU y los cascos azules en Haití
La resolución del Consejo de Seguridad se produjo con el objetivo de dar legitimidad internacional a la misión. A pesar de la votación en favor de la medida y el apoyo de Guterres, desde un principio, la organización ya había descartado una misión de interposición o de cascos azules al uso, dada la experiencia previa en el país. Es decir, la fuerza multinacional que se desplegará en Haití no estará formalmente bajo control de Naciones Unidas.
En 2017, la ONU retiró su misión de interposición en Haití, el MINUSTAH. Tras 13 años y medio, las tropas desalojaron la isla por un escándalo de vertido de aguas que acabó con la vida de más de 7.000 haitianos por un brote de cólera.
La polémica dañó gravemente y durante mucho tiempo la imagen de la ONU, pues a eso se sumaban acusaciones de abusos sexuales. Por todo ello, Guterres descartó desde el principio el despliegue de una misión similar.
Artículo escrito por:
Aida Lorca Arce. Redactora de actualidad en prácticas en LISA News. Graduada en Periodismo y Relaciones Internacionales por la Universidad Francisco de Vitoria y Máster en Seguridad Internacional por la Rijksuniversiteit Groningen. Especializada en seguridad en el Ártico y geopolítica medioambiental con un alto interés en seguridad en y desde el espacio.
