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El Golfo Pérsico y el mar de tensiones entre potencias

Análisis

Paula Gómez Moñiz
Paula Gómez Moñiz
Estudiante de Relaciones Internacionales interesada en Geopolítica y Derechos Humanos.

La Guardia Revolucionaria de Irán ha capturado dos petroleros griegos en el Golfo Pérsico, parte de la escalada de tensiones que se viven desde 2019 y que aún persisten en la región.

El cuerpo militar de élite iraní ha informado, a través de un comunicado, que la Marina de la Guardia Revolucionaria capturó dos petroleros griegos por violaciones en las aguas del golfo: los buques “Delta Poseidon” y “Prudent Warrior”. Esta captura ha sido parte de la respuesta a la incautación de un buque petrolero iraní. Teherán avisó que se tomarían “medidas punitivas” y acusó a Estados Unidos de ser el “promotor” de la intervención.

El “Pegas”, el barco iraní afectado, fue incautado en Grecia cuando se dirigía hacia Turquía por presunta violación de las sanciones europeas impuestas contra Rusia tras la invasión de Ucrania. El buque fue trasladado al puerto de Karistos junto a la tripulación, de nacionalidad rusa.

Además, un tribunal griego de primera instancia decidió que el petróleo que transportaba sería transferido a EEUU lo que, desde Teherán, tacharon de “inaceptable” y acusaron a Grecia de “rendirse ante las presiones de Estados Unidos”.

El encargado de negocios de Suiza, como representante de Estados Unidos en Irán, fue convocado para “transmitir la preocupación y la enérgica protesta de Irán por la continua violación de las leyes internacionales y las convenciones marítimas relativas a la libre navegación y el comercio por parte de la administración estadounidense”, según dijo el director general del Departamento de Asuntos Estadounidenses del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La Unión Europea se pronunció, este domingo, pidiendo la rápida aclaración y resolución de la incautación de los petroleros. “Seguimos con gran preocupación la inaceptable incautación de dos barcos griegos por parte de Irán en el Golfo Pérsico”, declaró el servicio de acción exterior de la UE en un comunicado. Al mismo tiempo pidieron la aclaración inmediata de lo sucedido y pasos para reducir la tensión actual.

Desde el medio nacional de noticias iraní, “Nournews” se ha defendido la actuación del Gobierno iraní como una respuesta “legal y proporcionada” a la acción de griega “contra los intereses de Irán”. Además, se expone que Teherán no va a retroceder de sus marcadas “líneas rojas” en las negociaciones, sin tomar represalias ni acciones hostiles hacia la comunidad internacional.

El periodista y analista de relaciones internacionales iraní, Mohammad Ghaderi, considera que la actuación iraní ha sido acorde al ejercicio de sus derechos, y en el marco del derecho internacional contra la “piratería griega”.

El experto recalca que la incautación de los petroleros griegos es parte de la respuesta al “terrorismo económico” occidental hacia Irán y que con ello ha emitido dos mensajes a la comunidad internacional; primero hacia los países vecinos exportadores de petróleo, haciendo un llamamiento a defender sus derechos y seguridad “con autoridad”, donde “la piratería griega no debe convertirse en una herejía contra los países de la región”.

En segundo lugar, hacia “los países aparentemente poderosos y hostiles” para que tengan en cuenta que Irán no se quedará sin responder a ninguna amenaza hacia sus intereses. Con lo que termina dirigiéndose directamente a Estados Unidos y sus aliados: “poner a prueba la voluntad de Irán en este sentido es un error estratégico que les costará muy caro”, avisa.

Escalada de tensiones en el Golfo Pérsico desde 2019

El Golfo Pérsico ha sido escenario de numerosos incidentes desde mayo de 2019 en el contexto de la escalada de tensiones entre Irán y Estados Unidos desde la retirada de Washington del acuerdo nuclear el año pasado y tras las sanciones impuestas al petróleo persa. Desde que los estadounidenses tomaron estas medidas, poniendo fin incluso a la importación de petróleo de algunos Estados, los iraníes amenazan con cortar el paso por el estrecho.

Este mes también fue protagonista de una cadena de incidentes en el Golfo, donde cuatro petroleros fueron atacados en las aguas emiratíes del golfo de Omán. La Casa Blanca acusó directamente a Teherán de la autoría de los ataques, pero los iraníes lo negaron. Se vinculó con otro ataque desde Yemen hacia un oleoducto saudí, asociándolo a una respuesta iraní hacia el embargo americano, ya que alteraría los precios del petróleo.

El mes siguiente, cerca del estrecho de Ormuz, y durante una visita del primer ministro japonés con el fin de mediar en el conflicto, dos petroleros fueron atacados. Las acusaciones de Estados Unidos fueron directamente hacia Irán, y estos últimos culpan a los americanos de aprovechar para inculparlos bajo una estrategia de “sabotaje diplomático y maquillaje de su terrorismo económico contra Irán”.

El líder de Japón, que se vio afectado directamente, ya que uno de los buques, y el principal objetivo, pertenecía a una compañía japonesa, decidió quedarse al margen para no posicionarse ante un bando u otro.

En julio fue el turno de los británicos, que incautaron un petrolero iraní en costas gibraltareñas cuando transportaba crudo al gobierno sirio acusados de violar las sanciones de la Unión Europea.

Al igual que en el último suceso, los persas acusaron a Estados Unidos de promover la captura, y amenazaron con hacer lo mismo con un buque inglés. A pesar de intentar reforzar su poder en el golfo a través del envío de más buques, los iraníes consiguieron atrapar el buque de bandera británica “Stena Impero” y el “Mesdar” bajo la acusación de “violar las reglas marítimas internacionales”. Francia intervino en las negociaciones diplomáticas para reducir la presión de las sanciones estadounidenses hacia Irán, y con ello se liberó el “Stena Impero” en septiembre de 2019.

Sin embargo, a pesar de los acuerdos alcanzados, en el mismo mes de septiembre aumentó la tensión cuando dieciocho drones y siete misiles crucero atacaron el campo petrolífero saudita de Khurais y la refinería de Abqaiq. El reino saudí acusó a Irán por la trayectoria de las aeronaves y misiles.

Posteriormente, un petrolero iraní fue atacado en el Mar Rojo en octubre de 2019, derramando parte del cargamento frente al puerto saudí de Jeddah, pudiendo ser parte de una respuesta de Arabia Saudí.

Las tensiones crecientes por la hegemonía del Golfo han llevado a que durante los dos últimos años se vieran aumentados los ataques entre los países vecinos y las fuerzas internacionales que operan en la zona.

Las actuaciones no se hacen solo por mar, sino que se incluyen ataques aéreos como a la Base Aérea K-1 en el que murió un estadounidense, atribuido al Hezbolá iraquí, pero supuestamente instigado por Irán; a lo que respondieron los estadounidenses de la misma manera contra el grupo en Irak y Siria.

A principios de 2020, Estados Unidos realizó una operación con drones cerca del aeropuerto de Bagdad y provocando la muerte de Qasem Soleimaini, comandante de la Guardia Revolucionaria Iraní, a lo que se respondió con el lanzamiento de misiles contra la base aérea Ain al-Assad de Irak, operada conjuntamente por fuerzas estadounidenses e iraquíes.

Para terminar el año, Teherán acusó a EEUU de secuestrar un barco persa en el Mar de Omán para pasar el petróleo a un buque vietnamita. Sin embargo, Washington negó esta versión de los hechos, devolviendo las acusaciones a Irán de ser el que verdaderamente incautó al asiático sin motivos aparentes.

Irán no solo se encuentra en conflicto de intereses con Estados Unidos, sino que también tiene numerosas confrontaciones con su gran aliado en la región, Israel. En verano de 2021, la Unión Europea condenó el ataque iraní al buque israelí “Mercer Street”, mostrando la preocupación europea sobre los ataques que se suceden en la región; a pesar de la claridad de las pruebas, Teherán negó su autoría y amenazó con una respuesta ante cualquier medida punitiva o en contra de sus intereses nacionales.

Desde el aumento de tensiones en 2019 no han cesado las hostilidades. Estos son solo unos de los ejemplos de los innumerables ataques y respuestas que se han vivido durante estos dos años en la región, y que sin duda seguirán perpetuándose y afectando a cualquier país que opere en la zona y que tome bando occidental o persa.

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