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Los desafíos de las misiones de paz de la ONU

Análisis

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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

Esta semana se han reunido el secretario General Adjunto de Operaciones de Paz de Naciones Unidas, Jean Pierra Lacroix, y la ministra de Defensa española, Margarita Robles, para tratar cuestiones relacionadas con las misiones de España en Líbano y Colombia y la «preocupante» situación en algunas zonas del Sahel.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el secretario General Adjunto de Operaciones de Paz de Naciones Unidas, Jean Pierre Lacroix, han mantenido este 31 de mayo un encuentro en el Ministerio de Defensa español en el que han destacado el compromiso de España con las misiones del Líbano y Colombia y han repasado las dificultades derivadas de la situación en ambos escenarios. Esta segunda visita de Lacroix a la ministra de Defensa pone de manifiesto la confianza depositada en la labor de España en las misiones de paz de Naciones Unidas en las que participa.

La misión UNIFIL es el instrumento de Naciones Unidas para garantizar la paz en la frontera entre Líbano e Israel, facilitar el acceso de ayuda humanitaria a la población civil, y el regreso voluntario y seguro de las personas desplazadas. Así, apoya las capacidades y modernización de las Fuerzas Armadas Libanesas y su labor al sur del río Litani, en la frontera con Israel.

España asumió este febrero, por segunda vez, el Mando de la Fuerza y la Jefatura de la Misión de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL, por sus siglas en inglés), en un momento delicado para la estabilidad y el futuro de ese país.

El general de División del Ejército de Tierra Aroldo Lázaro Sáenz ejerció el mando sobre un contingente de más de 10.000 cascos azules y 800 civiles procedentes de 46 países. Según aseguran desde el Ministerio de Defensa español, «UNIFIL continúa cumpliendo de forma impecable su difícil misión, consciente de que la solución al problema del Líbano no está exclusivamente en sus manos».

Sobre esta cuestión Robles recordó la «importancia de aprovechar al máximo, reforzando en lo posible, los mecanismos de enlace y coordinación con las partes en Líbano», donde ha resaltado «el impulso que se pretende dar durante el mandato del general Lázaro al Mecanismo Tripartito, herramienta esencial para mantener la paz y la estabilidad en el sur del Líbano», ya que se trata del único formato en el que los representantes del Líbano e Israel participan de manera conjunta, bajo la presidencia del jefe de UNIFIL.

Lacroix también aprovechó el encuentro para ensalzar la profesionalidad e intachable desempeño de las Fuerzas Armadas españolas en las Misiones de Paz de la ONU.

Las Fuerzas Armadas españolas han estado comprometidas con esta misión de paz de manera ininterrumpida desde septiembre de 2006, cuando Naciones Unidas solicitó a España, Francia e Italia una aportación militar que permitiese renovar el mandato, objetivos y estructura de UNIFIL. Desde el inicio de la misión, España se ha responsabilizado del complicado Sector Este, integrando bajo mando español a países tan diversos como El Salvador, Serbia o Brasil.

Por último, ante la situación provocada por la guerra en Ucrania ambos abordaron la necesidad de que Naciones Unidas mantenga el actual impulso a la ayuda humanitaria, asuma mayor responsabilidad y promueva misiones de verificación y paz en cuanto se logre un cese de hostilidades.

Logros de las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU

Según Naciones Unidas, estas misiones de mantenimiento de la paz ayudan a los países a superar el duro camino que separa los conflictos y la paz. Entre las «virtudes» se encuentran la legitimidad, el reparto de responsabilidades y la capacidad para desplegar tropas y fuerzas policiales por todo el mundo. Estas se integran con el personal civil de mantenimiento de la paz para abordar una serie de mandatos establecidos por el Consejo de Seguridad y por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Desde 1948, las Naciones Unidas han contribuido al cese de conflictos y al fomento de la reconciliación mediante la realización de misiones de mantenimiento de la paz satisfactorias en decenas de países, entre ellos Camboya, El Salvador, Guatemala, Mozambique, Namibia y Tayikistán.

El mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas también ha contribuido de forma real a mejorar la situación en otros lugares con misiones finalizadas recientemente o todavía en curso, como las de Sierra Leona, Burundi, Côte d’Ivoire, Timor-Leste, Liberia, Haití y Kosovo.

Estas operaciones de las Naciones Unidas, al ofrecer las garantías básicas de seguridad y responder a las crisis, han apoyado la transición política y han contribuido a afianzar las frágiles instituciones de los nuevos Estados. Han ayudado a los países a cerrar el capítulo del conflicto y abrir una vía hacia el desarrollo normal, incluso cuando persisten importantes dificultades para la consolidación de la paz.

En otros casos, sin embargo, las actividades de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (y la respuesta de la comunidad internacional en su conjunto) han sido cuestionadas y consideradas deficientes, como por ejemplo en Somalia, Rwanda y la antigua Yugoslavia a principios de la década de 1990.

Estos reveses enseñaron importantes lecciones a la comunidad internacional sobre la manera y la oportunidad de desplegar y apoyar las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, como instrumento para el restablecimiento y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.

Según la ONU existen varios factores esenciales para el éxito de una operación de mantenimiento de la paz entre los que se encuentran:

  • Guiarse por los principios del consentimiento, la imparcialidad y la no utilización de la fuerza, salvo en caso de legítima defensa y en defensa del mandato.
  • Ser percibido como legítimo y creíble, especialmente por la población local.
  • Promover la implicación en el proceso en el país anfitrión a nivel nacional y local.

Además, la ONU también destaca otros factores importantes que ayudan a alcanzar el éxito que son:

  • Compromiso auténtico de las partes hacia un proceso político que permita trabajar por la paz (debe haber una paz que mantener).
  • Mandatos claros, convincentes y viables, con los recursos humanos, logísticos y financieros correlativos.
  • Unidad de acción en el Consejo de Seguridad, con un apoyo activo a las misiones de las Naciones Unidas sobre el terreno.
  • Compromiso del país anfitrión de no obstaculizar las actividades de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y garantizar su libertad de movimiento.
  • Compromiso de apoyo de los países vecinos y los actores regionales.
  • Un enfoque integrado de las Naciones Unidas, una coordinación eficaz con otros actores sobre el terreno y una buena comunicación con las autoridades y la población del país anfitrión.
  • La máxima sensibilidad hacia la población local y el respeto de los niveles más altos de profesionalidad y buena conducta (el personal de paz debe evitar convertirse en parte del problema).

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