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El perfil del yihadista en España, según OIET

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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

Según el Anuario del Terrorismo Yihadista 2021 del Observatorio Internacional de Estudios sobre el Terrorismo (OIET) un tercio de los yihadistas detenidos en España en 2021 tenía menos de 25 años. Te contamos, en claves, las conclusiones del informe.

Según el Anuario del Terrorismo Yihadista 2021 del Observatorio Internacional de Estudios sobre el Terrorismo (OIET), el volumen de operaciones antiterroristas, así como del número de detenidos en España por su implicación en actividades relacionadas con el terrorismo en 2021, presentaron cifras similares a las que se vienen dando desde 2015. La única excepción se da en el año 2017, en el que se cometieron los atentados de Barcelona y Cambrils.

“Es más, si comparamos 22 operaciones registradas en 2021, que se saldaron con la detención de 39 personas, con los datos del año inmediatamente anterior, observamos que prácticamente no se han dado alteraciones en las cifras”, aseguran. 

Según los datos del informe, las 22 operaciones de encontraron repartidas por buena parte del territorio español, continuando teniendo como principales focos, Madrid y Cataluña. Por otro lado, Ceuta y Melilla, que tradicionalmente han sido consideradas como principales epicentros de la actividad yihadista en España, han mostrado “una reducción sustancial de las operaciones antiterroristas durante los últimos años tras contabilizarse únicamente siete intervenciones en el período 2018-2021”.

Además, también destacan que de las 22 operaciones frente al yihadismo realizadas en España en 2021, siete de ellas mantienen relación con actividad desarrollada en el interior de los centros penitenciarios. Es decir, en el último año, una de cada tres operaciones policiales llevadas a cabo en nuestro país implicó directamente procesos de radicalización o labores de adoctrinamiento ejercidas desde el interior de las prisiones. “Es importante destacar, como otra muestra añadida del desafío que suponen los centros penitenciarios a la hora de prevenir nuevos procesos de radicalización”, reza el informe.

Según OIET, la intensa actividad policial desarrollada a lo largo del año refleja la “buena labor que se realiza desde España en materia antiterrorista a través de los diferentes organismos e instituciones implicados”. Los dos factores que explicarían el aumento de las operaciones frente al yihadismo desde el año 2014, según el informe, estaría relacionado con el ascenso del ISIS como principal amenaza para la seguridad internacional y la reforma legislativa del año 2015 que dotó a España de nuevos mecanismos y herramientas que respaldan la intervención preventiva de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Desde OIET también han tratado de elaborar un estudio para conocer rasgos que se repiten con mayor asiduidad participando del registro y del análisis pormenorizado de distintos parámetros identificados en cada uno de los 39 detenidos en 2021.

“Todo ello sin olvidar que uno de los mayores desafíos a los que se hace frente es precisamente la inexistencia de un único perfil que sirva como modelo a la hora de identificar aquellas personas que puedan estar relacionadas con el yihadismo en nuestro país”, destacan. En este sentido, aseguran que a pesar de la inexistencia de un único patrón sí que han podido perfilar, en función de la interrelación de variables, algún rasgo idenfiticativo generalmente común.

Por un lado, destacan el descenso de edad de los detenidos respecto a años anteriores. Así lo indicaría la franja de edad más representativa en 2021 que sería la de entre 18 y 24 años, mientras que el año anterior se situaba entre los 32 y los 38. También cómo las personas más jóvenes están asociadas a la actividad de captación y radicalización con más presencia en el entorno online.

Asimismo, y si bien la nacionalidad marroquí sigue siendo la más frecuente entre las personas detenidas por actividad yihadista en nuestro país, con una coincidencia del 45% en 2021, los nacionales españoles parecen tener un rol esencial en procesos de radicalización que se están dando en las prisiones. 

Por último, en el informe destacan también la interconexión que existe entre aquellos que realizan labores yihadistas en nuestro país. Según los datos, una de cada tres personas detenidas en 2021 guardaba relación con otros arrestados por actividades terroristas.

Así, cinco de ellos también tenían un vínculo directo con combatientes terroristas extranjeros (CTE). “La peligrosidad de este tipo de perfil de terrorista lo ha convertido durante los Últimos años en la amenaza externa relacionada con yihadismo más perseguida y buscada por los responsables en materia antiterrorista”, alertan desde OIET.

Además, bien es cierto que parece ser que la amenaza que representa para España este tipo de terroristas no ha acabado materializándose en su plenitud hasta la fecha, las detenciones en 2020 de Abdel Bary, así como la célula terrorista desmantelada este año en las dos fases de la Operación Arbac, nos recuerdan que nuestro país no es ajeno al desafío que supone para Europa el retorno de combatientes terroristas extranjeros. 

Prevención del extremismo yihadista y lucha contra la radicalización

Según el anuario de OIET, la prevención del extremismo yihadista y la lucha contra su radicalización sigue siendo uno de los ámbitos que más refuerzo y colaboración necesita. En este sentido, destacan que un aspecto que puede resolverse a futuro con la incorporación de distintas esferas de la sociedad civil en estos procesos, así como plasmar muchos de los exitosos mecanismos judiciales y securitarios al ámbito de la radicalización yihadista. 

Según OIET, que los Estados y las sociedades dispongan de “mecanismos y recursos para reponerse rápidamente de un atentado terrorista es fundamental no sólo para la defensa de los ciudadanos y del Estado de Derecho, sino también para debilitar a los propios terroristas”. 

“En el caso del terrorismo yihadista no cabe, en ningún caso, confundir la denuncia del islamismo radical y su necesaria deslegitimación con la islamofobia. Son dos cuestiones completamente diferentes y mezclarlas solo coadyuva a la impunidad social y política de quienes utilizan la violencia para imponer su proyecto político islamista radical, situación de la que muchos musulmanes son también víctimas”, recalcan.

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