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La carrera por la inteligencia artificial militar

Análisis

Gabriela Andreea Gherghel
Gabriela Andreea Gherghel
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Apasionada por las Relaciones Internacionales y redactora polifacética con especial interés en la geopolítica y las interdependencias entre las principales potencias mundiales. Alumna certificada del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítica de LISA Institute.

Ya en 2019 el presidente ruso, Vladímir Putin, sostenía que «quien quiera que sea el líder en la esfera de la inteligencia artificial se convertirá en el líder del mundo». Hoy la carrera por la IA también forma parte de la competición geopolítica entre Estados Unidos y China. En este artículo la alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Gabriela Andreea Gherghel, analiza esta carrera geopolítica y sus implicaciones en el ámbito militar.

El ámbito militar y la innovación tecnológica siempre han ido de la mano. Con el enorme y potente auge de la inteligencia artificial (IA) a nivel mundial, se ha desatado una ardiente carrera tecnológico-militar entendida en términos geopolíticos. La tecnología siempre ha sido un factor determinante y condicionante a la hora de armar una estrategia militar, así como aumentar las probabilidades de vencer al enemigo en el campo de batalla. Por lo tanto, la cualificación y el desarrollo en materia de inteligencia artificial es uno de los elementos clave e imprescindibles para posicionarse como una potencia mundial. El propio presidente ruso, Vladímir Putin sostenía en 2019 que «quien quiera que sea el líder en la esfera de la IA se convertirá en el líder del mundo».

Actualmente, la inteligencia artificial se ha convertido en un factor geopolítico de primer orden. Esta tecnología disruptiva es capaz, y ya lo está demostrando, de cambiar el modus operandi de las guerras, dejando de ser solamente «híbridas» para convertirse en guerras «robotizadas y automatizadas». Así lo afirma el analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), Federico Aznar Fernández-Montesinos: «cualquier nueva tecnología cuenta potencialmente con un gran valor disruptivo en tanto que fuente de poder, posibilita el advenimiento de un nuevo paradigma. No se trata de elementos materiales, sino intangibles, de conocimientos que van a permitir la transformación del espacio social e industrial pudiendo modificar hasta los factores de producción y las relaciones sociales». 

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El panorama geopolítico actual se caracteriza por la competición geopolítica entre Estados Unidos y China en diferentes ámbitos entre los que la inteligencia artificial también juega un papel especial. Ya en el año 2020 diversos analistas internacionales hablaban sobre el duopolio entre China y Estados Unidos en este sector. Por el momento, parece ser que este enunciado cada vez va cobrando más forma y se está convirtiendo en el factor decisivo para la guerra comercial, y ahora también tecnológica, entre Washington y Pekín.

De igual manera, Pekín ya ha demostrado que la tecnología es una arma geopolítica de la que sabe sacar provecho para competir con Estados Unidos. Una prueba de ello es la llegada de la tecnología del 5G, una herramienta que mejora la conectividad y reduce el tiempo de latencia, lo que supondría que gracias a su sofisticación las empresas y usuarios preferían hacerse con ella, ya que presenta más rapidez en la red. De esta manera, China pretendía desembarcar el monopolio del internet a Estados Unidos.

Estados Unidos o China: ¿quién invierte más en Defensa?

Según un informe realizado por el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar mundial ha alcanzado un récord en 2022 con más de 2.240 mil millones de dólares destinados al departamento de Defensa. La cifra, que se traduce en una subida del 3,7%, es una consecuencia de la guerra en Ucrania y la situación en Asia Oriental, que ha avivado las intenciones expansionistas de China sobre Taiwán. Aunque Rusia ha incrementado de manera considerable con una cifra de 20.000 millones de dólares con respecto a 2021, el gasto militar ruso actual no puede compararse con China o Estados Unidos. 

Estados Unidos es el país a nivel mundial que más invierte en defensa militar con más de 877 mil millones de dólares, representando un 3,5% del total de su PIB. El segundo en el ranking es China con 292 mil millones de dólares. No obstante esta cifra solamente supone el 1,6% de su PIB, a diferencia de países como Ucrania, que se posiciona como el país con más porcentaje de PIB destinado al sector militar con un 34%, pero con mucho menos capital invertido en el sector militar.

Países que más han invertido en Defensa en 2022. Fuente: Statista.

El pasado marzo durante la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN) el primer ministro saliente, Li Kequiang, anunció que Pekín tiene previsto aumentar en un 7,2% su gasto en Defensa siguiendo la retórica china en la que se presta especial atención a «desarrollar una nueva guía estratégica militar, dedicar más energía al entrenamiento en condiciones de combate y hacer esfuerzos bien coordinados para fortalecer el trabajo militar en todas las direcciones y dominios». 

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Estados Unidos o China: ¿quién invierte más en inteligencia artificial militar?

Dominar la tecnología también es una estrategia militar que consiste en dominar la tecnología antes que el oponente, lo que también se traduce en una gran inversión y una elevada cantidad de recursos destinados al ámbito tecnológico. En este sentido, es lógico pensar que aquellos países que más invierten en el sector militar son los más interesados en invertir de igual manera en el desarrollo tecnológico de última generación.

Como señala el analista del IEEE, David Ramírez Moran, «disponer de un sistema ofensivo más avanzado permite superar las capacidades defensivas del oponente mientras que unos sistemas defensivos adecuados suponen un freno a posibles ataques e incluso constituyen una herramienta disuasoria que pueden evitar las hostilidades. Fruto de esta carrera es que un avance en los sistemas ofensivos requiere un desarrollo paralelo que dé lugar a los sistemas defensivos con los que hacer frente a la nueva amenaza».

No obstante, también es cierto que la financiación y el impulso tecnológico en la innovación de la IA está en su mayoría potenciada por las empresas privadas más que de los propios países. En este sentido Estados Unidos es el principal mercado del mundo en cuanto a inversiones privadas en inteligencia artificial entre 2013 y 2022, según los datos del estudio «Artificial Intelligence Index Report 2023» publicado por la Universidad de Stanford con datos de NetBase Quid. Ni China ni Rusia se acercan a las cifras de desarrollo de la IA a través de la inversión privada de capital en tecnología al ser países en el que la mayoría de sus acciones provienen desde el propio Estado.

Inversión privada en inteligencia artificial (2013-2022). Fuente: Statista.

Como decimos, de la misma forma que sucede con el gasto en Defensa, la inversión privada estadounidense coloca a Estados Unidos como la gran potencia a nivel mundial en lo que respecta al desarrollo de IA. El país norteamericano alcanza una cifra de 248,9 mil millones de dólares invertidos en esta tecnología entre la década de 2013 a 2022. Asimismo, el presidente estadounidense, Joe Biden ha propuesto un aumento de gasto en Defensa en el presupuesto de 2024 en el que este sector recibiría un 5% más de inversión con respecto a 2023.

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Siguiendo esta línea, Estados Unidos también pretende invertir más de 1.800 millones de dólares destinados al desarrollo de capacidades de inteligencia artificial. Según señala la investigadora del Council of Foreign Relations (CFR), Lauren Kahn, «a lo largo de la última década, la inteligencia artificial se ha convertido en una capacidad crítica para la Defensa nacional de Estados Unidos”. No obstante, aunque muchos otros países como Reino Unido, Israel, Canadá o India también estén desarrollando proyectos sobre IA, Biden destaca que «China es el único competidor de Estados Unidos con la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, con el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo». 

Por su parte, China ha invertido alrededor de 150 mil millones de dólares en tecnología en los últimos años. Su objetivo es convertirse en el punto de referencia en innovación mundial a través de una producción valorada en 147.000 mil millones de dólares. En 2017 el presidente chino, Xi Jinping ya afirmó que «China será el mayor centro mundial de innovación en inteligencia artificial para 2030 y habrá establecido un plan de desarrollo de IA para convertirse en el líder mundial». Ya en 2017, China se mostraba en su estrategia más que dispuesta a «mejorar la competitividad nacional y proteger la seguridad nacional» a través de la inteligencia artificial e, incluso, durante la pandemia de la covid-19, el gobierno chino habría hecho uso de esta tecnología para identificar a las personas contagiadas en el país.

Sin embargo, según el Centro de Seguridad y Tecnología Emergente (CSET), parece que Pekín no estaría invirtiendo en inteligencia artificial militar sino más bien en investigaciones no relacionadas con el ejército como el desarrollo de algoritmos básicos, investigación robótica y desarrollo de infraestructuras inteligentes. Por el contrario, Estados Unidos sí parece que asigna la mayor parte del presupuesto de inteligencia artificial a la Defensa.

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Sea como sea, las grandes inversiones en 2021 en inteligencia artificial militar (alrededor de 6.000 millones de dólares ese año) como porcentaje de los crecientes gastos mundiales en Defensa (2 billones de dólares en 2020) reflejaban ya entonces el floreciente idilio de la industria de defensa con esta tecnología. Para comprender el alcance y la magnitud de lo que puede suponer la inteligencia artificial en los diferentes ámbitos operativos de los países, es útil acudir al libro «Cuando los humanos transcendamos la biología», del director general de Google, Ray Kurzweil.

El especialista en inteligencia artificial expone la hipótesis de que «la IA alcanzará los niveles humanos alrededor de 2029 (lo que se conoce como singularidad), pero un poco más adelante, en 2045, habremos multiplicado la inteligencia biológica humana mil millones de veces». Algo que también se aplicará al ámbito militar, ya que a día de hoy ya existen aviones y tanques autónomos o semiautónomos dirigidos por la inteligencia artificial, aunque estos experimentos todavía siguen siendo sistemas mixtos o se encuentran en fase de prueba.

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Ejemplos de la implementación de la inteligencia artificial en el ámbito militar

En líneas generales el uso de la inteligencia artificial consiste en automatizar mediante algoritmos las decisiones y acciones que actualmente realizan los humanos y, a día de hoy, el sector militar cada vez depende más de la inteligencia artificial. Entre los ejemplos de empleo de inteligencia artificial en Defensa se puede destacar la plataforma Palantir (del estilo de CHATGPT pero utilizada para la toma de decisiones militares), los sistemas de reconocimiento facial de Clearview para identificar enemigos o los drones autónomos utilizados deliberadamente como sistemas de armas letales.

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Además, más allá del armamento la inteligencia artificial se puede utilizar para diversas tareas de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR) a nivel estratégico, operativo y táctico, así como para el razonamiento automatizado, la logística, la formación, entre otras funciones. Incluso se podría lograr que mediante la IA los aviones o submarinos no puedan ser percibidos por el bando enemigo si se tiene acceso a su algoritmo de control. En definitiva, la inteligencia artificial es una herramienta de combate potente e, igual que sucede con la tecnología de alta sofisticación, podría convertirse en un arma de doble filo, sobre todo en lo respectivo al ámbito militar. 

Ya en 2014, el Pentágono lanzó la conocida como «Third Off Strategy», un importante marco de defensa militar con la intención de provocar un cambio de paradigma en las estrategias nacionales, así como una mayor apuesta por el avance tecnológico mediante la implementación de la inteligencia artificial. Desde entonces e incluso antes, Estados Unidos ha dado grandes avances en lo que respecta a IA en el ámbito militar y estos son algunos ejemplos

  • El Sea Hunter de la Armada de Estados Unidos es el primer buque de seguimiento submarino no tripulado que cuenta con capacidad de navegar de manera autónoma sin mantener contacto con un humano por dos o tres meses. 
  • El avión estadounidense X-47B es capaz de volar de manera autónoma, controlado remotamente por un humano, sin la necesidad de contar con operadores en tierra. 
  • El programa ATLAS (Advanced Targeting and Lethality Automated System) es un programa militar que pretende incorporar la IA a los tanques de combate para identificar y atacar objetivos el triple de rápido que los sistemas actuales. 

Asimismo, el uso de la inteligencia artificial con estos fines militares también ha estado presente en la guerra de Ucrania a través del envío estadounidense al gobierno de Kiev de centenares de máquinas Phoenix Ghost, unos drones de un solo uso que cuentan con un sistema óptico y un explosivo adjunto. Los drones son parecidos a los utilizados en el conflicto de Nagorno-Karabaj, en el que se usaron vehículos aéreos no tripulados. Por otro lado, la segunda guerra civil de Libia de 2019 fue declarada por las Naciones Unidas como la primera guerra documentada en la que se ha llevado a cabo íntegramente por IA. 

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Volviendo a Ucrania, la tecnología basada en la IA suministrada por la industria europea es una de las principales bazas de Kiev contra Rusia. Los vehículos aéreos no tripulados (suministrados por Estados Unidos, Noruega, Luxemburgo y el Reino Unido) y los drones submarinos autónomos (proporcionados por Holanda) tienen la misión de prevenir los ataques rusos. Los vehículos terrestres no tripulados (cortesía de Alemania) y los centros móviles de inteligencia autónoma mejoran la inteligencia geoespacial, así como el procesamiento de datos sobre el terreno. Las soluciones de vigilancia acústica a través de inteligencia artificial también pueden detectar misiles entrantes.

Regulación del uso de la inteligencia artificial en el ámbito militar

Desde el punto de vista del derecho internacional la inteligencia artificial militar no destacaría. Es decir, un dron controlado por inteligencia artificial no se consideraría diferente a un misil con un sistema de guía «normal» y si hablamos, por ejemplo, de crímenes de guerra, las personas seguirán siendo responsables aunque la decisión la «haya tomado» un dron. En la Unión Europea también se está debatiendo la necesidad de regular la inteligencia artificial en el marco militar, ya que la actual Ley de IA de la UE no las considera específicamente aunque sí debe tenerse en cuenta en los casos de doble uso (civil y militar).

Los Departamentos de Defensa de Canadá, Australia, EEUU y Reino Unido ya han establecido directrices para el uso responsable de la inteligencia artificial. La OTAN también adoptó su propia Estrategia de IA en 2021, junto con una Junta de Revisión de Datos e Inteligencia Artificial (DARB) dedicada a garantizar el desarrollo legal y responsable de la inteligencia artificial mediante una norma de certificación.

Además, en febrero de 2023 más de 60 países, entre ellos EEUU y China, firmaron un acuerdo para un «uso responsable» de la inteligencia artificial en el ámbito militar en la ciudad holandesa de La Haya. Esta ha sido la primera Cumbre Mundial sobre Inteligencia Artificial Responsable en el Dominio Militar (REAIM) en la que se han abordado las oportunidades, desafíos y aplicaciones de la inteligencia artificial en materia militar. El evento fue organizado conjuntamente por Países Bajos y la República de Corea decidiendo que La Haya sería el lugar idóneo para que tuviese lugar al ser la ciudad internacional de la paz y la justicia. 

La REAIM acogió a 2.000 personas entre las que se encontraban más de 60 Estados que terminaron firmando un acuerdo no vinculante bajo el nombre de «Llamado a la Acción sobre el uso Responsable de la Inteligencia Artificial en el Ámbito Militar», con la intención de posteriormente crear un segundo tratado vinculante en el que se llegue acuerdo a una regulación mundial de la inteligencia artificial en el ámbito militar.

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Una acción necesaria que se expresa claramente en las declaraciones del Ministro de Defensa holandés y anfitrión de la cumbre, Kajsa Ollongren; «La IA es de crucial importancia para las fuerzas armadas del futuro. Con los marcos y la legislación adecuados, el uso de la inteligencia artificial hará que nuestros procesos operativos y logísticos sean más simples y eficientes. La IA también nos permite tomar decisiones más rápidas y mejor informadas. De esta manera, no solo protegemos a nuestras propias tropas, sino que también podemos limitar el daño y las bajas en la mayor medida posible. Con el fin de garantizar que utilizamos la IA de manera responsable, seguiremos trabajando estrechamente con nuestros socios dentro de las alianzas existentes, como la UE y la OTAN, pero también con ONGs, grupos de reflexión, instituciones educativas y de conocimiento y empresas. Al hacerlo, estaremos invirtiendo en nuestra libertad».

Estados Unidos también ha presentado una Declaración Política para avanzar con el compromiso de los Estados con la Inteligencia Artificial responsable y Corea del Sur también ha anunciado que planea organizar una segunda Cumbre. 

Aunque la inteligencia artificial trae consigo grandes beneficios, también puede resultar ser una amenaza y, por ende, es importante contar con una regulación de la misma. El mismo concepto de la toma de decisiones por parte de los mandos ya está cambiando, lo que provocaría que las decisiones tomadas por la maquinaria a través de la inteligencia artificial se tomen mucho más rápido, acelerando el curso de los conflictos armados, así como también su letalidad.

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