Masha Amini murió el viernes 16 de septiembre, en una comisaría de Teherán, a causa de un infarto tras haber sido detenida por llevar mal puesto el velo islámico.
La joven, de 22 años, fue detenida el martes por la Policía de la Moral mientras paseaba con su hermano por no llevar bien puesto el velo, obligatorio en todo el país. Fue trasladada a la comisaría de Teherán para recibir una “clase de reeducación”, donde sufrió un infarto y posteriormente entró en coma. Amini fue trasladada a un hospital de la capital “sin signos vitales”, según declaró la institución médica. Finalmente, falleció el viernes en el complejo hospitalario.
La policía ha declarado que Masha Amini estaba enferma previamente y sufrió un ataque cardíaco mientras esperaba con otras mujeres detenidas. Sin embargo, la familia de la fallecida ha hablado con algunos medios de comunicación iraníes para desmentir la versión policial: “Las autoridades han dicho que mi hija era una enferma crónica. Yo personalmente niego tales afirmaciones, ya que mi hija estaba en forma y no tenía problemas de salud”, declaró el padre de Amini.
Desde el viernes, se han producido decenas de protestas a lo largo de todo el país. El sábado 17, durante el funeral de la joven en la localidad de Aychi, en la región kurda de Saqez, de donde era originaria Amini, decenas de mujeres se quitaron el velo islámico en forma de protesta. La manifestación fue disuelta por la policía con gas lacrimógeno y más de treinta personas resultaron heridas, según datos del grupo de derechos humanos kurdos Hengaw.
Otras mujeres están usando la fotografía de la joven como imagen de perfil de sus redes sociales. Durante el fin de semana el hashtag #MahsaAmini se convirtió en uno de los más importantes de la historia de Twitter en lengua persa y se difundieron vídeos en los que algunas mujeres se cortaron el cabello como protesta.
Las manifestaciones han tenido lugar en puntos de todo el país. En Sanandaj, capital del Kurdistán iraní, los asistentes se reunieron bajo el lema “¡Muerte al dictador!” o “¡Muerte a Jamenei!”. En Teherán, los manifestantes se reunieron en torno a la universidad de la capital coreando “Mujer, vida y libertad”.
También algunas organizaciones e instituciones se sumaron a las protestas en redes sociales. “Que muera una mujer tras ser detenida por cómo iba vestida es una prueba de una depravación inaceptable. Es absolutamente necesaria una investigación transparente, que los responsables de la muerte de Mahsa rindan cuentas adecuadamente y que la familia reciba una reparación”, proclamó la organización Human Rights Watch. En un intento de silenciar la polémica, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, ha ordenado abrir una investigación sobre el caso para esclarecer lo ocurrido.
Según el sistema legal islámico o sharía, las mujeres están obligadas a cubrirse completamente el pelo y a llevar ropa larga y holgada. Incumplir esta norma puede conllevar reprimendas públicas, multas y arrestos. En los últimos años cada vez más mujeres han comenzado a quitarse el velo como forma de reivindicación.