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¿Por qué Siria vuelve a la Liga Árabe?

Análisis

Selena Vázquez Rodríguez
Selena Vázquez Rodríguez
Analista Internacional en prácticas en LISA News. Estudiante de 4° de carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos. Le apasionan los asuntos sociales y la seguridad internacional. También los medios de comunicación por su vocación y responsabilidad de informar de manera objetiva a toda la población.

A comienzos de abril Siria volvió a la Liga Árabe tras doce años de su suspensión. Pero, ¿qué supone la readmisión de Siria a la organización? ¿Cómo puede beneficiar a la región? Para dar respuesta a estas preguntas en este artículo analizamos los orígenes y el contexto de la Liga Árabe y su influencia en la geopolítica global.

El domingo 7 de mayo de 2023, la Liga Árabe acordó el regreso de la República Árabe de Siria a la organización. Siria fue suspendida de la organización en 2011 tras las revueltas armadas contra el gobierno de Bashar al-Assad y la consiguiente guerra civil. Esta situación hizo que muchas potencias regionales enfriasen sus relaciones con Siria. Sin embargo, tras los terremotos en el país en febrero y la normalización de relaciones entre Irán (aliado de al-Assad) y Arabia Saudí, han permitido una reconciliación de los países árabes con Damasco. 

Después de 12 años de un conflicto que aún no ha finalizado, la Liga Árabe ha decidido brindar una oportunidad al régimen de al-Assad para reincorporarse. Sin embargo, esta reincorporación estaría sujeta a algunas condiciones como el regreso de los refugiados a Siria, la reactivación de la redacción de una nueva Constitución o reactivar el Comité de la ONU. Este es un gran paso de la Liga Árabe para unir y reconciliar a todos los países árabes, tanto de Oriente Próximo como de El Magreb. Pero ¿qué supone la readmisión de Siria a la organización? ¿Cómo puede beneficiar a la región? Para dar respuesta a estas preguntas, necesitamos analizar los orígenes y el contexto de la Liga Árabe y su influencia en la geopolítica global.

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Los orígenes de la Liga Árabe

La Liga Árabe (también llamada la Liga de los Estados Árabes) es una organización internacional a nivel regional de los Estados árabes de Oriente Próximo y el Magreb. La Liga fue fundada en 1945 en El Cairo, a través del protocolo de Alejandría, por Egipto, Irak, Líbano, Arabia Saudí, Siria, Transjordania (Jordania) y Yemen del Norte. Como otras organizaciones, la Liga ha ido sumando nuevas incorporaciones, hasta el punto de estar formado por 22 Estados Miembros (desde la readmisión de Siria el pasado 7 de mayo). La sede original de la organización fue El Cairo, hasta 1979, cuando Egipto firmó un tratado de paz con Israel, y por consiguiente Egipto fue expulsado y la sede se cambió a Túnez. En 1987 los Estados Árabes decidieron reanudar las relaciones diplomáticas con Egipto y en 1989 se dio su readmisión, y con ello la recolocación de la sede.

La Liga Árabe está formada por varios organismos. Estos son Agencias árabes especializadas, Comités técnicos, el Consejo de la Liga Árabe, el Consejo Económico y Social Árabe, la Secretaría General, y las Uniones o asociaciones árabes. De todos estos órganos, los más importantes son la Secretaría General y el Consejo de la Liga Árabe.

La Secretaría General es el órgano que gestiona las operaciones de la Liga y la que está encabezada por el Secretario General. Por lo tanto, podemos concluir que este es el órgano administrativo de la organización y el órgano ejecutivo del consejo. El actual secretario general es Ahmed Aboul Gheit, un político diplomático egipcio que lleva en el cargo desde 2016. Su antecesor fue Nabil el-Araby, un abogado y diplomático egipcio que además fue juez de la Corte Internacional de Justicia y presidente del Consejo de Seguridad de la ONU en 1996.

Por otro lado, el órgano más relevante que encontramos más allá de la Secretaría General es el Consejo de la Liga Árabe. El Consejo es el órgano de autoridad supremo y está compuesto por ministros de asuntos exteriores de los Estados Miembro de la Liga Árabe, sus representantes o delegados permanentes. Se rige por el principio de igualdad, por lo tanto, 1 Estado Miembro, 1 voto.

El Consejo suele reunirse dos veces al año, en marzo y en septiembre y tiene como objetivo principal poner en práctica y cumplir los objetivos de la organización y desarrollar los programas que los implementan. Además, el Consejo se encarga de tramitar las solicitudes de ingreso y aceptar las bajas de la Liga, al igual que de recibir enmiendas a la Carta.

Los principales conflictos de la Liga Árabe

Aunque el objetivo principal de la Liga sea mantener unidos a los estados árabes para defender sus intereses comunes y su independencia, la cohesión dentro de la organización es débil, ya que solo hay un órgano ejecutivo y su actividad se limita a las reuniones de los jefes de estado. De hecho, los intereses nacionales siempre han prevalecido más que los comunes, de ahí que se hayan producido conflictos entre los Estados Miembro.

Por ejemplo, durante la Guerra Fría hubo bastantes rivalidades, puesto que algunos de los miembros apoyaban al bando soviético mientras que otros apoyaban al bando occidental. Países como Marruecos, Arabia Saudí o Jordania apoyaban al bando capitalista mientras que Estados Miembro como Irak, Yemen o Argelia apoyaban al bando socialista. También ha habido bastante rivalidad entre Irak y Egipto por el liderazgo de la organización. Guerras como la de Marruecos y Argelia en 1963, la invasión de Kuwait por parte de Irak en 1990 (que concluyó en la Guerra del Golfo) o el conflicto del Sahara Occidental rivalizan a los Estados Miembro evitando al armonía y la cohesión dentro de la Liga Árabe.

También, varios Estados Miembro han sido expulsados y luego readmitidos por sus conflictos internos o relaciones con otros países: Egipto fue suspendido de 1979 a 1989 por sus relaciones con Israel; Libia fue suspendida en 2011 por la guerra civil y las hostilidades del régimen de Gaddafi en Trípoli, y readmitida en el mismo año; y por último la expulsión de Siria en 2011 por el comienzo de la guerra civil hasta el 7 de mayo de 2023.

Además, la Liga Árabe se ha mostrado muy convincente históricamente en su posición con respecto a Israel. La Liga pretende encontrar soluciones para evitar conflictos y fomentar una paz duradera en Palestina. De hecho, cuando Egipto firmó la paz con Israel en 1979, Egipto fue expulsado de la organización. Sin embargo, desde 2002 la organización se ha mostrado más abierta de cara a reconocer al estado de Israel y de su incorporación a la Liga Árabe a cambio de que este retire a sus tropas de Jerusalén.

Pese a las buenas intenciones de la Liga, solo hay dos Estados que reconocen a Israel: Egipto y Jordania y otros tres que mantienen muy pocas relaciones con ella como Marruecos, Baréin y Omán. En 2019, la Liga condenó a Israel por querer anexar el Valle de Jordán al igual que en 2023 ha condenado la irrupción de agentes israelíes en la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén, Palestina. 

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La incorporación de Siria y el futuro de la Liga Árabe

El proyecto pan arábico de la Liga Árabe es bastante peculiar. Aunque su fundación tenía el objetivo de proteger los intereses colectivos de los Estados Miembro, son cuanto menos diferentes y podemos concluir que principalmente les unen dos cuestiones: la cercanía territorial y la religión. Aparte de eso, cada país está sumido en conflictos civiles como Yemen o Siria, que además no solo están devastando al país, sino creando conflictos regionales e internacionales.

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La injerencia de potencias externas como Estados Unidos en IrakRusia en Siria o Francia en Yemen, ponen en riesgo el objetivo de cohesión de la Liga Árabe. Sin embargo, la Liga Árabe ha mostrado estar unida a lo largo de todos estos años y ha puesto solución a algunos de los objetivos de la Carta de la Liga como proteger los derechos de los niños o desarrollar una Carta de Derechos Humanos. 

Debemos estar atentos a la readmisión de Siria en la organización, para ver qué rumbo tomará la Liga con respecto a la guerra civil en el territorio. También debemos estar atentos a los movimientos de Israel y Palestina, y la respuesta de la organización. Son muchos los conflictos internos que la Liga Árabe debe enfrentar, pero aunando las fuerzas de todos sus miembros, un futuro prometedor puede estar a su alcance.

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