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Elecciones en Estados Unidos: funcionamiento, partidos políticos y Estados «bisagra»

Análisis

Marc Vendrell
Marc Vendrell
Director Académico en las áreas de Análisis de Inteligencia y Análisis Internacional en LISA Institute. Anteriormente, Asesor Político de Proyectos Europeos y Agenda 2030 en la Administración Pública. Profesor de Ciencias Políticas y Consultor estratégico. A nivel académico es Graduado en Ciencias Políticas por la UNED, Especialidad en Geopolítica y Seguridad Humana. Máster de Análisis de Inteligencia por la Universidad de Pegaso (Italia), Posgraduado en Relaciones Internacionales y Geopolítica por la UOC, Autor del libro "La teoría de Juegos y el conflicto comercial chino-estadounidense".

Donald Trump, principal candidato republicano, y Joe Biden, líder de los demócratas, avanzan hacia la nominación para las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se celebrarán el próximo 5 de noviembre de 2024. En este artículo, el Director Académico en las áreas de Análisis de Inteligencia y Análisis Internacional de LISA Institute y Profesor del Curso de Analista Político Internacional, Marc Vendrell resume las claves para entender cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos, quienes lideran los movimientos ideológicos y qué Estados son clave para los resultados finales.

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos se celebran cada cuatro años. Estos comicios son la muestra de lo que es un sistema absolutamente bipartidista, en la que son dos partidos, el Republicano (conservador) y el Demócrata (Liberal/Progresista) los que suelen ganar las elecciones.

En los países democráticos las votaciones suelen ser cada cuatro años (España, Portugal, Alemania) o cinco años (Francia o las votaciones de la Unión Europea), y, por otra parte, se suele votar el fin de semana. ¿Por qué en Estados Unidos se vota un martes? El origen de la selección de los martes se encuentra en la Estados Unidos del siglo XIX. Por aquel entonces, Estados Unidos era un país totalmente agrario y esto era una variable a tener en cuenta. En esa época, la mayoría de la población vivía en áreas rurales y viajar a las ciudades era complicado.

Para facilitar que las personas pudieran llegar a los centros de votación, se eligió un día que permitiera el viaje antes del día de las elecciones, pero que no interfiriera con el fin de semana, que eran los días de descanso: el sábado podrían votar los cristianos pero no los judíos, que celebran su día sagrado (el shabat), y el domingo al revés, lo contrario.

Así, los martes se convirtieron en la elección más lógica en el momento, ya que permitían a los votantes viajar los lunes después de la jornada laboral y ejercer su voto el martes.

La elección del Presidente en Estados Unidos

La edad legal para votar en Estados Unidos son los 18 años, más parecido al sistema europeo que al latinoamericano, donde en algunos países es a los 16 años. Las elecciones en Estados Unidos han dado siempre problemas de credibilidad debido al sistema de votación utilizado y, tal vez, puede ser problemático en algunos sitios donde no hay actualización de los colegios electorales y las máquinas de votación. Esto provoca que en muchos Estados del país, las elecciones no se lleven a cabo de la mejor forma posible.

La elección del Presidente se gestiona a través del Colegio Electoral. La Constitución de los Estados Unidos indica que el Presidente debe ser elegido de forma indirecta por un colegio de grandes electores, pero deja en manos de los estados el procedimiento de selección de los electores presidenciales, por lo que no existe uniformidad. Es decir, al igual que en algunos países al Presidente se le elige de forma directa, en este caso el ciudadano vota a los electores en cada estado y dependiendo del número de electores que salgan elegidos, se decidirán por el candidato republicano o demócrata.

En cada Estado el vencedor se lleva todos los votos electorales que le corresponden. Sale finalmente elegido Presidente aquel candidato que obtenga la mayoría absoluta en el colegio electoral, sin que influya el resultado popular electoral obtenido en las urnas. El sistema mayoritario hace que sea frecuente que se produzca una desproporción considerable en las votaciones, es decir, un Presidente puede tener unos pocos votos más que el candidato perdedor, pero ganarle sobradamente en las elecciones.

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El mejor ejemplo lo tenemos en las votaciones de 2016 Trump-Clinton, donde la candidata demócrata obtuvo más votos populares, pero Trump ganó en aquellos estados que le daban más electores, por tanto, ganó el candidato republicano, sin tener en cuenta los votos totales, sino los electores dados por cada estado.

Por otro lado, la cultura política del ciudadano medio ha ido aumentando década tras década, pero no así el apoyo y confianza en los partidos. Como está pasando en muchos países occidentales, la ciudadanía no confía en los partidos, pero, contrariamente, está cada vez más politizada. También encontramos diversas culturas dentro del país, ya que la gente latina no vota igual que la gente afrodescendiente o las mujeres igual que los hombres. Como en toda coyuntura política, la participación y la cultura de partidos en un país dependerá del contexto y el candidato. 

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Los partidos políticos en Estados Unidos

En Estados Unidos hay un claro sistema bipartidista, es decir, que el poder básicamente se va turnando entre un partido y otro.

Por un lado, está el Partido Republicano. Este tiene valores más cercanos al conservadurismo a través de la familia, la religión o la protección de las armas. Algunos de sus líderes más históricos han sido Harry S. Truman, George Bush o Donald Trump.

Por otro lado, el Partido Demócrata es más liberal o progresista, según la corriente interna del partido. Por lo general, es más abierto en temas raciales o de inmigración y con alguna corriente que se podría definir como «socialdemócrata», aunque minoritaria. Para ser más concretos, el símil del Partido Demócrata es el cómo el de un partido liberal europeo. Sus líderes más importantes de las últimas décadas han sido John F. Kennedy, Bill Clinton, Barack Obama o Joe Biden.

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Características del Partido Republicano:

  • Conservadurismo fiscal.
  • Liberalismo.
  • Anticomunismo.
  • Federalismo.
  • Nacionalismo estadounidense.
  • Conservadurismo social.

Características del Partido Demócrata:

  • Progresismo.
  • Socialdemocracia.
  • Centrismo.
  • Centro-Centro Izquierda.
  • Liberalismo.

A pesar de este bipartidismo, ambos partidos son cambiantes en su ideología y liderazgo, sobre todo por una gran influencia por parte de algunos lobbies o «grupos de presión». Esto provoca que haya una mayor divergencia entre un mismo partido durante unas elecciones y otras. Tienen cosas en común, como, por ejemplo: la elección de sus candidatos. Hasta ahora, el proceso de nominación se ha llevado a cabo mediante los siguientes procesos:

  • «Caucus». Reunión informal de los líderes y los miembros más activos del partido.
  • Convención. Los miembros del partido eligen a los delegados que se reúnen para nominar al candidato.
  • Elección primaria. Los miembros del partido votan en cada convocatoria electoral para elegir candidato. Las primarias pueden ser cerradas (candidatos registrados) o abiertas (a pie de urna)
  • Candidatos independientes. Se presentan con el aval de un número determinado de firmas.

A diferencia de los partidos políticos de países europeos, estos no tienen la figura del afiliado o militante, sino activistas y simpatizantes. Además, tienen una estructura nacional muy flexible y son bastante descentralizados.

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La importancia de los Estados en las elecciones de Estados Unidos

Muchos de los procesos electorales tienen peculiaridades. En este caso, el proceso electoral presidencial de Estados Unidos tiene una clave para poder saber quién será el ganador, y son los llamados estados «bisagra» o «swing states». Son lugares decisivos, ya que la mayoría de los otros estados siempre caen del mismo sitio, ya sea Demócrata o Republicano, en cambio, estos estados, no siempre están claramente decantados hacia un candidato u otro, lo que significa que son los estados que decidirán quién será finalmente el Presidente/a.

Además, como se ha dicho, aunque se gane por un solo voto de diferencia, el candidato ganador es el que se lo lleva todo, por tanto, ganar en estos estados te asegura la victoria, ya que todos los electores van para el ganador.

Uno de los estados «bisagra» más importantes es Florida, puesto que cuenta con 29 electores, un número elevado. De hecho, en muchas elecciones se dice que Florida es la clave principal. Por ejemplo, en las elecciones entre George W. Bush y Al-Gore, fueron pocos votos en Florida los que decidieron el ganador, que cayó por la parte de Bush, y este, conforme al sistema electoral, se llevó todos los electores. 

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