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Brain Computer Interface o cómo la inteligencia artificial puede leer la mente humana

Análisis

Gabriela Andreea Gherghel
Gabriela Andreea Gherghel
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Apasionada por las Relaciones Internacionales y redactora polifacética con especial interés en la geopolítica y las interdependencias entre las principales potencias mundiales. Alumna certificada del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítica de LISA Institute.

El Brain Computer Interface (BCI) o interfaz cerebro-ordenador es una de las revoluciones tecnológicas que aúna la inteligencia artificial con las capacidades neuronales del cerebro humano. En este artículo la alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Gabriela Andreea Gherghel, explica qué es el BCI, cuáles son sus antecedentes y qué dos modelos destacan en la actualidad.

La inteligencia artificial es ya parte de nuestro día a día. Algunas actividades sacadas de las películas de ciencia ficción como mover objetos con la mente o comunicarse con alguien por telepatía podrían convertirse en una realidad a través un sistema tecnológico capaz de interpretar lo que pensamos y ejecutarlo. Esto se debe al conocido como Brain Computer Interface (BCI) o interfaz cerebro-ordenador, un ámbito de investigación científica que aúna las capacidades neuronales del cerebro humano con las de la inteligencia artificial. 

El Brain Computer Interface es un sistema informático capaz de interpretar las señales neuronales que envía el cerebro al cuerpo y trasladarlo a un dispositivo externo para traducir esa intencionalidad mental en acciones tangibles, a través de unos comandos regidos por unos algoritmos. Una de las principales funcionalidades de este sistema, todavía en fase de experimentación, podría ser la solución a enfermedades condicionantes como trastornos neuromusculares, parálisis cerebral u otras afectaciones neuromotoras, restaurando las funciones perdidas o pudiendo controlar un brazo robótico con la mente. 

Aunque los dispositivos basados en la tecnología Brain Computer Interface podrían usarse sobre todo con el fin de servir como instrumento de vida asistida para personas con discapacidades, también se podrían utilizar en el día a día e incluso para operar drones con solo un estímulo mental, sin realizar ningún movimiento físico.

Cabe destacar que actualmente este tipo de tecnología puede ser de dos tipos: invasiva o no-invasiva. La invasiva se refiere a que el dispositivo en cuestión se implanta directamente en el cerebro a través de una operación. Por el contrario, la no-invasiva funciona con un dispositivo externo y que no requiere ser implementado en el cerebro, sino simplemente estar conectado a la piel, basándose en el funcionamiento de las electroencefalografías.

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Los primeros proyectos de Brain Computer Interface

El cerebro y la mente humana siempre han despertado un gran interés en la ciencia. Ya en 1929 el neurólogo y psiquiatra alemán, Hans Berger, comenzó a realizar los primeros experimentos de electroencefalografía en humanos, bajo la premisa de que la actividad cerebral podría emplearse como un canal de comunicación al reflejar la actividad cerebral. Esta idea sería la que, posteriormente, daría paso a la creación del Brain Computer Interface, aplicando el funcionamiento de la electroencefalografía en el cerebro humano mediante electrodos. 

En 2007 la compañía estadounidense Neurosky presentó Neuroboy, un juego que monitoreaba la actividad cerebral a través de un auricular vinculado por bluetooth que recogía los datos del electroencefalograma y los utilizaba para interactuar con los objetos virtuales. Posteriormente, Neurosky se ha ido asociando con diferentes empresas del sector como Mattel o Uncle Milton Industries para seguir desarrollando varios videojuegos que se controlan con la mente. 

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Por otro lado, en 2012 se comercializó el primer sistema Brain Computer Interface disponible comercialmente para uso llamado NintendiX-SPELLER, con el que se podía controlar juegos de ordenador y aplicaciones. Asimismo, en 2016 un grupo de aficionados creó un Brain Computer Interface de código abierto cuyo software de diagnóstico básico se encuentra disponible para dispositivos Android. 

Durante la última década ha habido varias investigaciones y desarrollo de prototipos capaces de «leer» la mente humana como los mencionados anteriormente y que han ido nutriendo los conocimientos tecnológicos en el campo de estudio del Brain Computer Interface. En la actualidad, los dos experimentos más populares y polémicos del BCI son el AlterEgo y Neuralink.

AlterEgo, el Brain Computer Interface no invasivo capaz de interpretar las señales neuronales 

En 2019, Arnav Kapur, un estudiante del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ganó el premio de Estudiantes de Posgrado Lemelson gracias a su AlterEgo, una interfaz computacional de nervio periférico no-invasivo. El proyecto provocó uno de los primeros dispositivos capaces de «leer» la mente. Aunque su experimento se presentó hace más de 4 años, ha vuelto a cobrar popularidad a raíz de los avances relacionados con la inteligencia artificial.

Arnav Kapur probando el dispositivo AlterEgo.

El objetivo principal de AlterEgo es comprender cómo funciona el propio cerebro humano. El cerebro tiene incorporado un sistema conversacional interno encargado de mover las cuerdas vocales para poder verbalizar los pensamientos. Este sistema está formado por las múltiples conexiones neuronales que emiten unas señales eléctricas en el cerebro y que después son procesadas y enviadas al cuerpo para que accionen esa intencionalidad deliberada de la mente.

AlterEgo es un dispositivo que se coloca en la mandíbula y cuyos electrodos integrados permiten interpretar las señales neuromusculares que llegan al cráneo, incluso antes de que la persona pronuncie una palabra. Este prototipo, mediante los sensores del aparato y un programa basado en inteligencia artificial, trata de interpretar el mensaje que llega al cerebro para posteriormente contestar a la persona que lo está usando a través del sistema de audio integrado y que dicta la respuesta a la información que se le está consultando. Sería como tener un ChatGPT en nuestro propio cerebro al cual poder preguntarle y que conteste con las respuestas correctas. 

Por tanto, no es que AlterEgo cuente con un don mágico capaz de leer la mente, sino que es capaz de interpretar esas ondas cerebrales y traducirlas en un ordenador a través del sistema nervioso. Aunque por el momento, el gran invento de Arnav Kapur solamente es capaz de reconocer 100 palabras, los investigadores están tratando de desarrollar más en profundidad esta tecnología. Según científicos como Arnav Kapur, «el computing, la IA e Internet desaparecerán en nosotros como extensiones de nuestra cognición otorgándonos inimaginables habilidades y desbloqueando nuestro verdadero potencial e incluso hasta liberarnos para convertirnos en mejores seres humanos». 

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Neuralink, el «lector» de mentes de Elon Musk con la implementación de un chip en el cerebro 

Elon Musk es conocido por su interés y especial inversión en el desarrollo tecnológico como ha sido el caso de la fabricación del coche eléctrico Tesla o de ChatGPT. Además, desde el comienzo ha apostado por el Brain Computer Interface con su compañía Neuralink, cuyo objetivo es, a través de un método invasivo, implantar un chip cerebral conectando a todos los humanos a sistemas de inteligencia artificial capaces de monitorear y controlar los movimientos con la mente y convertir de igual modo los pensamientos en texto.  

Para Elon Musk con el Brain Computer Interface «podemos hacer una interfaz cerebro-máquina completa donde podemos lograr una especie de simbiosis con la inteligencia artificial», y muestra de ello son los diferentes experimentos que ha realizado con animales como es el caso de la cerda Gertrude a la que se le implementó un chip en el cerebro o el MindPong, en el que un macaco jugó a un videojuego de forma telepática a través de un chip cerebral, controlando de este modo el cursor del ordenador con la mente.

El pasado mes de junio, la compañía de Elon Musk, Neuralink consiguió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), para testar su chip cerebral y robot quirúrgico en su primer ensayo clínico en humanos. Un acontecimiento que para Musk «representa un primer paso importante que algún día permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas». De igual modo, el magnate estadounidense ya apuntaba que su intención era que en 2020, su proyecto pudiese comenzar a usar su tecnología de Brain Computer Interface invasiva en seres humanos. Sin embargo, no fue hasta finales de 2022 que Neuralink solicitó la aprobación de la FDA.

Chip implantado en el cerebro para controlar objetos con la mente.

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¿Cuál es el futuro del Brain Computer Interface?

Tanto AlterEgo como Neuralink son proyectos clave para desarrollar esta conversión del ser humano en una especie de cyborg capaz de controlar la propia realidad con la mente mediante unos algoritmos de la inteligencia artificial. El avance de estas tecnologías y proyectos es muy beneficioso sobre todo para las personas con discapacidad e incluso para conocer mejor los lugares más recónditos de la mente humana. Sin embargo, como cualquier tecnología emergente, el Brain Computer Interface también presenta un elevado riesgo. Al igual que sucedió con ChatGPT, su actual y constante sofisticación podría llegar a un límite a partir del cual ni siquiera sus propios creadores podrían o estarían preparados para actuar. 

Por otro lado, sobre todo en los Brain Computer Interface invasivos, se estaría hablando de tener un chip implantado en el cerebro, es decir, un dispositivo con un determinado software, lo que podría incluso representar una amenaza para la ciberseguridad de la red y de nuestro propio sistema mental. Asimismo, esta tecnología también podría tener aplicaciones en el ámbito militar como por ejemplo para controlar tanques o drones, lo cual podría ser mortífero si no se crease una regulación que garantizara la seguridad de las personas.

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En términos geopolíticos, una vez más, la tecnología es la principal arma internacional. Actualmente, no solo la información es poder, sino también la tecnología, convirtiéndose en la punta del iceberg de una nueva realidad que está cambiando la manera de entender la sociedad e incluso la especie humana. Según el informe del Kenneth Research, el desarrollo del Brain Computer Interface está siendo propulsado en América, Europa, Asia, Oriente Medio y África. Sin embargo, los datos apuntan que el mayor mercado se concentra en América del Norte con una inversión de más de 600.000 millones de dólares en 2020 y se estima que esa cifra supere los 1726.31 millones de dólares para 2030. El segundo puesto lo ocupa Europa con una estimación de inversión de 1618.70 millones de dólares para 2030.

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