La fascinación con los OVNIs no es nueva en Estados Unidos, pero a finales de julio de 2023 alcanzó su apogeo tras los testimonios sobre que Estados Unidos habría estado, desde hace décadas, en posesión de tecnología alienígena. En este artículo te contamos qué ha desclasificado el Pentágono sobre los OVNIS (hoy más conocidos como Fenómenos Aéreos No Identificados o FANI) y la amenaza que supone para la seguridad nacional de Estados Unidos que no se investigue su procedencia.
El 26 de julio de 2023, se celebró en Washington D.C. una jornada que muchos clasificarían de histórica. El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes estadounidense reunió a demócratas y republicanos para indagar sobre la actividad oculta del Pentágono referentes a los Objetivos Voladores No Identificados, término conocido en la jerga popular como OVNIs.
En la vista celebrada en la subcomisión de Seguridad Nacional, Frontera y Asuntos Exteriores sobre Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI), según el testimonio de dos pilotos y un exoficial de Inteligencia geoespacial del Gobierno, David Grusch, el Gobierno de Estados Unidos habría estado, desde hacer décadas, en posesión de tecnología alienígena y alegó la existencia de ovnis de «origen no humano».
El testimonio de David Grusch no incluía pruebas tangibles y Grusch aseguraba basar la información en las entrevistas realizadas a lo largo de cuatro años a más de 40 oficiales con acreditación de confidencialidad de alto nivel. Más allá de las declaraciones del exoficial de Inteligencia, a día de hoy, de los 510 informes que el Pentágono ha conseguido investigar, 26 han sido identificados como sistemas aéreos no tripulados; 163 como globos o entidades similares a globos; y 6 atribuidas a objetos aéreos y 171 permanecen sin clasificar lo que manifiesta la necesidad de aprovechar mejor y con mayor eficacia los recursos en proyectos de investigación.
En este artículo analizamos el contenido de los informes oficiales sobre estos fenómenos aéreos, emitidos por la Oficina Nacional de Inteligencia estadounidense, y examinamos las implicaciones que, según estos documentos, su existencia puede tener en la seguridad de Estados Unidos. En un contexto donde las potencias compiten por conquistar la soberanía del espacio, las autoridades norteamericanas han focalizado su atención más allá de la posibilidad de que estos objetos tengan un origen extraterrestre, para estudiar si estas incursiones en cielo estadounidense forman parte de la estrategia militar de potencias rivales.
¿Qué son los FANI y en qué se diferencian de los OVNIs?
Según los datos del Pentágono en los últimos treinta años habrían detectado alrededor de 800 avistamientos de OVNIs alrededor del mundo, la mayoría a la altura de los aviones. Según el portavoz del Pentágono, Sean Kirkpatrick, en la gran mayoría de casos se ha podido encontrar una explicación convincente para estos eventos, entre las que se incluyen fenómenos atmosféricos naturales o detección de tecnología militar. Solo hay entre un 2 y un 5% de los casos que siguen clasificados como «anómalos» y de los que, hoy por hoy, no podemos atestiguar el origen.
El término OVNI se define como cualquier objeto que se observa en el cielo y que no pueda ser identificado ni clasificado en las categorías existentes de objetos o fenómenos conocidos. Pudiendo tener un origen terrestre o no, la tradición sociocultural, utiliza el término OVNI para referirse a supuestas o reales observaciones de naves o elementos que se cree que no son de origen humano. Los testimonios y documentaciones recopilados en las últimas décadas, junto con las recientes declaraciones del subcomité, generan un estímulo significativo en aquellos que muestran un gran entusiasmo por la posibilidad de que exista la vida alienígena.
➡️ Te puede interesar: Las 10 teorías de la conspiración más populares
Sin embargo, los OVNIs ya no son lo que eran. Hoy, las instituciones estadounidenses los califican como «Fenómeno Aéreo No Identificado» (FANI); es decir, cualquier cosa en el espacio, aire, tierra, mar o bajo el mar que no puede ser identificado, y que podría suponer una amenaza para las instalaciones u operaciones militares de Estados Unidos. De esta manera se amplía el concepto a todos los ámbitos, un paso fundamental para una clasificación más rigurosa, y se busca alejarse de teorías de la conspiración ciñéndose a datos y no a conspiraciones.
Fue en junio de 2021 cuando la Agencia Nacional de Inteligencia desclasificaba el informe «Preliminary Assessment: Unidentified Aerial Phenomena» en el que los OVNIs pasaban a llamarse por primera vez FANI. Según este mismo informe un alto número de estos Fenómenos Aéreos No Identificados (FANI) parecían poseer una tecnología muy avanzada al poder «permanecer inmóviles en el aire, volar contra el viento, maniobrar de forma brusca, o desplazarse a gran velocidad, sin medios de propulsión perceptibles». La posibilidad de que se trate de nueva tecnología en algunos casos, también es descrita por Luis Elizondo, antiguo director del programa Advanced Aerospace Threat Identification Program (AATIP), quien en 2021, mencionó durante una entrevista con el Washington Post que esta podría estar adelantada incluso entre 50 y 1.000 años.
A estas desclasificaciones se suma un conjunto de tres grabaciones de avistamientos por pilotos, en 2004 y 2015, que fueron expuestas por el Departamento de Defensa en 2020. Estas grabaciones, aunque nunca fueron catalogadas como evidencias de elementos extraterrestres, sino más bien como «incursiones militares en el espacio aéreo», se publicaron para confirmar la veracidad de las imágenes. Su intrigante contenido capturó la atención de las redes sociales durante el período de 2007 a 2017, cuando fueron filtradas al público.
➡️ Te puede interesar: Código LISA – Las mayores filtraciones de Inteligencia de la historia
Un ejemplo de la amenaza que suponen los FANI puede ser el del globo espía de origen chino que fue detectado en Estados Unidos en febrero de 2023 los recientes informes de militares estadounidenses que alertan de un aumento de encuentros con objetos aéreos extraños en EEUU. Los pilotos de cazas señalan avistamientos de lo que categorizan como drones, aunque muchos son en realidad objetos volantes no identificados, así como sistemas aéreos no tripulados (UAS) que han conseguido entrar con asombrosa facilidad y en gran número en estas zonas militares restringidas.
➡️ Te puede interesar: ¿Qué sabemos sobre los globos espía y OVNIs?
Los principales proyectos de investigación OVNI y FANI desclasificados
La historia de Estados Unidos evidencia el compromiso norteamericano en explorar qué es lo yace más allá de las fronteras terrestres. Sin embargo, esto se une en su objetivo de determinar si los avistamientos de OVNIs son una potencial amenaza para su seguridad nacional. Durante la Guerra Fría, época asociada a una creciente preocupación por la seguridad nacional, las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos pusieron en marcha el Proyecto Libro Azul, que se desarrolló desde marzo de 1952 hasta diciembre de 1969. En él se investigaron más 12.500 avistamientos de OVNIs, aunque ninguno de los registros fue vinculado a fenómenos inexplicables relacionados con actividad extraterrestre.
➡️ Te puede interesar: Más allá de la CIA, las agencias de Inteligencia de Estados Unidos
Sin embargo, existen indicios previos de actividad con la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Un archivo desclasificado por el FBI de Dallas plasmó ciertas sospechas sobre la existencia del Programa Majestic 12, proyecto focalizado en la localización y recuperación de aeronaves extraterrestres. Aunque el archivo en cuestión señala la posibilidad de que dicha información pueda ser un engaño, diversas teorías de la conspiración se apoyan en el supuesto decreto clasificado que aprobó el presidente Truman.
Por otro lado, en enero de 2021, la CIA publicó una serie de registros históricos sobre OVNIs que revelan más intentos por parte del gobierno en explicar estos fenómenos en los años posteriores al Proyecto Libro Azul. Por ejemplo destaca la existencia del Programa AATIP (Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales) un proyecto clasificado del Pentágono desde 2007 al 2012 para investigar objetos no identificados.
Seguramente el proyecto más reciente sea el de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA). A comienzos de 2023 creó en el primer panel científico independiente para el estudio de los OVNIs con el fin de establecer si existe vida inteligente en otros planetas. Es decir, con el objetivo de centrarse en aquellos casos cuyo origen sigue siendo un misterio. El pasado mayo este grupo de expertos realizó la primera comparecencia pública para hablar de sus hallazgos preliminares sobre la cuestión. Ahora, según ha anunciado el administrador de la agencia, Bill Nelson, los expertos están en la fase final de deliberaciones y se preparan para publicar el informe final en agosto.
Sean cuales sean los resultados parece que la presión pública para que el Gobierno de Estados Unidos desvele lo que conoce sobre la posible vida extraterrestre ha provocado que las Cámaras del Capitolio están camino de aprobar legislación para exigir mayor transparencia de cualquier descubrimiento sobre OVNIs o que el Pentágono centralizara sus investigaciones, además del panel de expertos de la NASA ya mencionado.
¿Por qué se han desclasificado ahora los archivos del Pentágono relacionados con FANI?
A partir de 2010 y como consecuencia de los permanentes enfrentamientos y los intereses militares y políticos de las grandes potencias actuales, se fragua una creciente preocupación por la seguridad nacional, que centra parte de su atención en los OVNIs. Principalmente existen dos causas:
- El aumento de notificaciones de Fenómenos Aéreos No Identificados (FANI). Estos datos se reflejan en las declaraciones del Reporte Anual de 2022 de la Oficina Nacional de Inteligencia. En él se cuenta que hubo un total de 144 informes en 17 años de evaluación preliminar hasta marzo de 2021. A partir de la fecha, hubo un crecimiento considerable de los reportes con 247 informes adicionales, además de 119 que fueron informados después del período de tiempo de la evaluación preliminar, elevando la cifra a un total de 510 informes sobre los FANI hasta la fecha.
- El desconocimiento del espacio aéreo y las incógnitas que existen en la naturaleza y las intenciones de los FANI. Dichos objetos suponen, ya no un peligro para la seguridad del vuelo de aeronaves, sino que además pueden llevar a cabo actividades de recopilación de información militar por parte de gobiernos extranjeros, como Rusia o China, o una entidad no gubernamental. Estados Unidos, para este contexto ocupa la categoría Foreign Adversary Systems.
➡️ Te puede interesar: Masterclass | Inteligencia de Imágenes (IMINT): Cómo analizar un objetivo militar con imágenes aéreas
En la nomenclatura existen otras cuatro potenciales explicaciones a los OVNIs: objetos aéreos como pájaros, globos o deshechos aéreos, fenómenos atmosféricos naturales, programas de desarrollo de la industria de Estados Unidos y «otros» o aquellos que permanecen sin identificar. Por el momento, de los 510 informes que el Pentágono ha conseguido investigar, 26 han sido identificados como sistemas aéreos no tripulados; 163 como globos o entidades similares a globos; y 6 atribuidas a objetos aéreos. A pesar de todo, 171 informes permanecen hoy sin clasificar, manifestando la necesidad de aprovechar mejor y con mayor eficacia los recursos en proyectos de investigación.
Sea como sea, el Departamento de Defensa parece tener interés por descubrir qué hay detrás de estos controvertidos testimonios. En repetidas ocasiones, diversas autoridades han auditado frente al Departamento de Defensa de Estados Unidos sobre la actividad FANI y, especialmente, si implicarían problemas en la seguridad nacional. El Secretario de Prensa, Kirby, se sometió a varias entrevistas donde no solo afirmó estar al tanto del creciente número de incidentes con los OVNIs, sino que “independientemente de la explicación” el fenómeno podría potencialmente implicar problemas de seguridad, ya que muchos de estos fenómenos se han avistado en campos de entrenamiento y en entornos militares.
➡️ Te puede interesar: La carrera por la inteligencia artificial militar
¿Cuáles son las limitaciones en las investigaciones sobre los FANI?
En un pasado, existieron problemas estructurales que limitaron la capacidad de extracción de conclusiones firmes sobre los FANI por dos razones: la reducida cantidad de informes de calidad sumada a que estos estaban ligados a los «estigmas socioculturales» y desacuerdos entre analistas y testimonios. La comunidad de seguridad nacional de Washington ha vivido un cambio extraordinario desde que en 2020, los legisladores aprobasen la legislación que exigía al Pentágono y a la comunidad de inteligencia elaborar el informe sobre los FANI.
En mayo de 2022, el Secretario de Prensa del Pentágono, John. F Kirby, declaró de forma abierta el compromiso con la transparencia hacia el pueblo estadounidense y los miembros del Congreso, para asegurar un «mejor proceso en la identificación de estos fenómenos y el análisis de la información de forma más proactiva y coordinada». Para ello, en julio de 2022, se creó la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO, por sus siglas en inglés) para formular y aplicar un sólido proceso analítico en los informes de forma multinstitucional. Los esfuerzos coordinados entre el Departamento de Defensa, la Comunidad de Inteligencia y otras agencias gubernamentales para recopilar y notificar incidentes de PAU han dado lugar a un aumento de los conjuntos de datos FANI, que abarcan especialmente múltiples áreas en seguridad.
A su vez, esto ha impulsado iniciativas de cambio en los procesos de análisis de estos programas. Ya que los informes de OVNIs se elaboran a partir de sesgos en la memoria del observador durante el evento y de sensores que pueden fallar por errores del operador y el equipo, el Departamento de Inteligencia de Objetos No Identificados (ODNI) y la AARO reconocen que solamente un número reducido de incidentes OVNI podrían ser atribuibles a anomalías extraterrestres.
➡️ Te puede interesar: Curso de Sesgos Cognitivos y Esquemas mentales
FANI: ¿Vida extraterrestre o vigilancia extranjera?
Tanto para los legisladores, los servicios de Inteligencia y el personal militar involucrado en el tema, según los documentos oficiales, la principal preocupación no radica en la presencia de vida extraterrestre visitando la Tierra, sino más bien en la posibilidad de que un país extranjero, como Rusia o China, haya desarrollado tecnología de vanguardia desconocida por la nación norteamericana. La presencia de adversarios en el espacio aéreo de Estados Unidos puede suponer, según el Informe de 2022 FANI, un posible peligro para los vuelos y una amenaza para la recopilación de datos sensibles por parte de estas entidades.
➡️ Te puede interesar: Masterclass | Geopolítica de la Tecnología en el nuevo orden internacional
Sin embargo, en el año 2022, el Departamento de Defensa no llegó a establecer conclusiones definitivas acerca de la naturaleza de todos estos fenómenos o su significado, debido a la persistencia de elementos sin clasificar. Hasta ese mismo año, los informes que han salido a la luz no presentan evidencias que respalden la hipótesis de que los avistamientos estén relacionados con vida extraterrestre o vigilancia extranjera.
Las carencias que presentan los sistemas de recopilación de datos y análisis de los avistamientos, limita al Departamento de Defensa y la Comunidad de Inteligencia estadounidenses en un contexto donde no se puede confirmar con seguridad qué son los 171 fenómenos que permanecen sin clasificar. A pesar de ello, autoridades y documentos desclasificados destacan las anomalías tecnológicas que algunos objetos han presentado junto con su avistamiento.
➡️ Te puede interesar: Masterclass | Técnicas y Métodos Avanzados de Análisis de Inteligencia
Por supuesto, Estados Unidos no es un caso aislado con estos fenómenos a pesar de sus evidentes esfuerzos financieros y logísticos por darles una respuesta. Por ejemplo, en 2016, el Ministerio de Defensa español desclasificó de más de 80 informes de avistamientos civiles ocurridos entre 1962 y 1995. El primer avistamiento registrado ocurrió en San Javier (Murcia) en 1962, mientras que el último fue registrado en Morón de la Frontera (Sevilla) en 1995. A partir de esa fecha, el Ministerio de Defensa no ha hecho públicos más informes sobre avistamientos.
En cualquier caso, sin importar donde nos encontremos, se deben considerar todas las opciones disponibles y es esencial la mejora en la investigación de fenómenos anómalos para poder determinar con rigidez si es tecnología desplegada aeroespacial, especialmente de otra nación adversaria, o a qué nos enfrentamos.