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¿Qué esperar de la II cumbre Rusia-África?

Análisis

Daniel Barrios Cavero
Daniel Barrios Cavero
Graduado en Estudios de Asia y África, especializado en Mundo Árabe e Islámico, y Máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid. Interesado en el ámbito de la Geopolítica, Seguridad Internacional, Política Exterior, Diplomacia y Derechos Humanos, con especial énfasis en la región de Oriente Medio y Norte de África. Alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute.

El 27 y 28 de julio de 2023, Rusia acoge en San Petersburgo la II cumbre Rusia-África. La cita coincide con la expansión de la influencia del Kremlin en el continente, con la llegada de los mercenarios del Grupo Wagner a República Centroafricana, Mali y Burkina Faso y el más que reciente golpe de Estado en Níger. En este análisis el alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Daniel Barrios, analiza qué debemos esperar en la segunda cumbre ruso-africana.

La II cumbre Rusia-África es parte del esfuerzo de Rusia por expandir su influencia y negocios en el continente. El próximo Foro Económico y Humanitario para la Cumbre Rusia-África, que se celebrará los días 27 y 28 de julio de 2023 en San Petersburgo, es una ocasión única que tiene como objetivo mejorar la cooperación integral e igualitaria entre Rusia y las naciones africanas en varios sectores, incluidos la política, la seguridad, la economía, la ciencia y la tecnología, y las áreas cultural y humanitaria.

Se espera que el evento involucre la firma de varios acuerdos y ha atraído la participación de 49 delegaciones africanas, con a penas aproximadamente la mitad de ellas representadas por sus jefes de Estado o de Gobierno. Los países participantes incluyen a Burkina Faso, Burundi, Camerún, República Centroafricana, Comoras, Congo, Egipto, Eritrea, Guinea-Bisáu, Libia, Mali, Mozambique, Senegal, Sudáfrica, Uganda, Zimbabue y el presidente de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat.

En el contexto de la II cumbre, el presidente ruso, Vladímir Putin, planea celebrar reuniones bilaterales con todos los líderes africanos, incluido el presidente de la Unión Africana. Asimismo, se espera que Putin hará una declaración importante, evaluando el estado actual de las relaciones internacionales y promoviendo el principio de multipolaridad e igualdad entre Estados independientes.

El Kremlin busca así fortalecer sus lazos con el continente para mejorar su estatus internacional tras las sanciones de Occidente. El enfoque de la cumbre será mejorar las relaciones entre Rusia y África, con énfasis en la asistencia rusa en el desarrollo soberano nacional de los países africanos, incluido el acceso a alimentos, fertilizantes, tecnologías modernas y recursos energéticos. También se tratarán temas como la importación de cereales rusos o el futuro del Grupo Wagner en el continente, acusado de abusos contra la población en países como la República Centroafricana y Mali.

Otro de los temas que no estaban en agenda y será tratado en la cumbre será el reciente golpe de Estado en Níger, país que no participa en la cumbre y uno de los últimos aliados que le quedaban a Francia. Fue precisamente la noche previa a la celebración de la cumbre cuando un grupo de militares anunció en la televisión gubernamental la destitución del presidente democráticamente elegido, Mohamed Bazoum, la suspensión de las instituciones, el cierre de las fronteras y un toque de queda nocturno hasta nueva orden.

Rusia ya ha llamado a las “partes del conflicto” a abstenerse del uso de la fuerza y a resolver sus asuntos mediante el diálogo y el líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, se habría reunido con representantes de Níger en el contexto de la cumbre a pesar de no haber sido invitado oficialmente. Según algunos analistas geopolíticos como Daniel Iriarte, experto en desinformación rusa y profesor del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute, en las calles de Níger comienzan a aparecer banderas rusas y pancartas pidiendo la salida de Francia y una intervención rusa.

La Primera Cumbre Rusia-África tuvo lugar los días 23 y 24 de octubre de 2019 en Sochi, Rusia, que se remarcó como un evento histórico en las relaciones de la Rusia moderna con África. Los participantes identificaron áreas prioritarias para la cooperación económica, con la adopción de una declaración final que describe las metas y objetivos para la futura colaboración ruso-africana. Un reflejo del estado actual de las relaciones entre el continente y Moscú es que en la cumbre de Sochi asistieron 45 jefes de Estado o de Gobierno mientras que en la de este año solo acudirán 17 presidentes. Según el Kremlin el motivo de esta ausencias de líderes se debe a las “presiones” de Occidente.

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Rusia: una presencia reforzada en África

La importación del cereal ruso es vital para millones de personas en África, y su llegada es esencial para garantizar la estabilidad de los gobiernos africanos. La cumbre es importante para Moscú, ya que busca acercarse a un continente que representa el bloque más numeroso de votantes en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Rusia ha intentado aumentar su presencia diplomática en África, posicionándose como una alternativa a los acuerdos de cooperación con países occidentales. Sin embargo, Moscú representa solo el 1% de las inversiones extranjeras directas en el continente.

Esta presencia reforzada de Rusia en África ha generado tensiones diplomáticas y políticas con países occidentales, que ven esto como una amenaza para sus intereses. Figuras como el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, el presidente de Francia y el secretario de Estado de Estados Unidos, han viajado a África para mantener reuniones con líderes africanos en un aparente pulso por la amistad del continente.

A pesar de la presión occidental, Rusia considera que la cumbre es crucial para discutir el suministro de granos y mostrar su comportamiento responsable y sus esfuerzos para apoyar los mercados mundiales. Rusia ha expresado su voluntad de suministrar grano barato o gratuito a las naciones más pobres de África para reemplazar el grano ucraniano después de anunciar su salida del acuerdo de grano del Mar Negro con Ucrania. La cumbre sirve como una oportunidad para que Rusia fortalezca los lazos con las naciones africanas y explore asociaciones mutuamente beneficiosas en varios sectores. Es importante destacar que, en los últimos años, Rusia y China han estado fortaleciendo su posición en África y ganando influencia en la región, y muchos países africanos han permanecido neutrales en la invasión rusa de Ucrania.

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Un interés mutuo: África también mira a Rusia

El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, asistirá a la cumbre acompañado por Naledi Pandor, ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación, y Khumbudzo Ntshavheni, ministra de la Presidencia responsable de la Agencia de Seguridad del Estado, junto con otros altos funcionarios. La Presidencia ha indicado que los temas a tratar en la reunión incluirán cooperación en política, seguridad y comercio.

El evento también se enfocará en unir esfuerzos para combatir el terrorismo y prevenir una carrera armamentística. Durante la cumbre, los jefes de Estado africanos que forman parte de la Misión de Paz en relación con la guerra entre Ucrania y Rusia discutirán la cuestión con el presidente ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, debido a las tensiones crecientes de Rusia con países occidentales, las expectativas de llegar a un acuerdo son remotas.

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Sudáfrica prioriza sus intereses y busca fortalecer sus lazos con Rusia a través del BRICS, un acuerdo que fomenta la cooperación económica y comercial entre sus cinco países miembros. Además, está programada una cumbre del BRICS en Johannesburgo para agosto de 2023, donde Sudáfrica espera estrechar sus vínculos con Rusia. Esta cooperación con el Kremlin preocupa a Estados Unidos, que afronta dificultades en su política exterior en África y Oriente Medio.

Por otro lado, el ministro de Exteriores de Somalia, Abshir Omar Jama, considera la cumbre como una oportunidad para estrechar los lazos políticos y económicos con Rusia. Durante una reunión con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se discutió la disposición de Rusia para suministrar material a las Fuerzas Armadas de Somalia para hacer frente a organizaciones terroristas como Al Shabab y Al Qaeda.

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Rusia también se ha comprometido a adiestrar a las fuerzas policiales somalíes y a proporcionar formación a jóvenes somalíes en universidades rusas. Lavrov destacó que los empresarios rusos están interesados en colaborar con socios somalíes en los campos de energía y minería. Además, Rusia brinda ayuda humanitaria a Somalia a través de organizaciones internacionales y programas como el Programa Mundial de Alimentos.

¿Qué esperar de la II Cumbre Rusia-África?

Rusia pretende utilizar la Cumbre Rusia-África para fortalecer sus lazos políticos y económicos con el continente africano. Entre sus objetivos a corto plazo se encuentra la articulación de nuevos mecanismos de comercio e inversión para aumentar su presencia real en la región. Además, busca impulsar la cooperación regional y diversificar sus intercambios comerciales en África, reduciendo su dependencia de unos pocos países, como Argelia, Egipto, Marruecos y Sudáfrica, donde concentra el 70% de su comercio en el continente.

La cumbre también representa una oportunidad para Rusia de eludir y reducir el impacto de las sanciones occidentales, especialmente en cuanto a mecanismos de pago y divisas alternativas. La entrada en vigor del Acuerdo de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA) en 2021 ha fortalecido la imagen de Rusia como potencia comercial, permitiéndole aprovechar el mercado en constante crecimiento en África y reexportar productos finalizados en el continente de regreso a Rusia o a otros países de la Unión Económica Euroasiática (EAEU).

Además de sus intereses económicos, Rusia busca presentarse como un actor de presencia e importancia global en África y expandir su influencia en materia de soft power. La cooperación regional y los marcos de asociación y cooperación internacionales, como el grupo de los BRICS, también son elementos importantes en su estrategia.

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La “desdolarización” es otro de los objetivos clave para Rusia, con el fin de facilitar los intercambios comerciales con los países africanos a través de pagos en monedas nacionales. Esto permitiría debilitar al dólar como moneda de referencia mundial y reducir la dependencia de Rusia de los sistemas financieros occidentales, especialmente debido a las sanciones impuestas tras su agresión contra Ucrania.

Rusia espera alcanzar acuerdos en varios países africanos donde muestra especial interés, además de reforzar sus relaciones con aliados consolidados. Su enfoque se centra en expandir su influencia, especialmente en el ámbito militar, aprovechando la debilidad y fragilidad de algunos gobiernos y sistemas democráticos en la región.

Sudán es un país clave para Rusia, y la evolución del conflicto allí tendrá un impacto en sus intereses, incluida la red de extracción y contrabando de oro, y la posible reactivación de una base naval rusa en el mar Rojo. La estabilidad de Chad también preocupa, ya que el conflicto en Sudán puede afectar su territorio, y la presencia de mercenarios de Wagner podría amenazar al gobierno chadiano.

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Costa de Marfil podría ser otro objetivo para Rusia, buscando firmar acuerdos bilaterales económicos y militares, especialmente debido a la expansión del terrorismo en el Golfo de Guinea. Kenia también destaca como un potencial socio estratégico para Moscú en el ámbito económico.

Desde el inicio de la década de los 2000, Rusia ha mostrado un creciente interés en África, buscando revitalizar relaciones poscoloniales y profundizar su cooperación con socios tradicionales y aliados de Occidente en el continente. Su objetivo es redefinir el actual orden mundial y establecer un sistema “multipolar” que proteja la soberanía de las naciones y se oponga a la supuesta injerencia neocolonial de Occidente, que Rusia denuncia como fundamento de sus campañas de influencia en África.

De este modo, Rusia busca reforzar su presencia en el flanco sur de la OTAN y expandir su influencia más allá de sus áreas tradicionales de control en Asia Central y los Balcanes, aprovechando la incertidumbre geopolítica y la revitalización de la política de bloques.

En este nuevo escenario internacional, África juega un papel fundamental, y esta II cumbre Rusia-África se considera un punto de inflexión para profundizar la cooperación entre ambas partes. La influencia rusa en África se definirá en esta cumbre y tendrá implicaciones en el futuro de Occidente y otras potencias mundiales en el continente.

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