Melilla, un pequeño trozo de España en África

Una fotografía de la ciudad de Melilla -en la que se reflejan desde las peliculiaridades de la frontera, vida cotidiana y cultura hasta la identidad nacional- descrita desde la ciudad autónoma española por el colaborador de LISA News, David García Pesquera.

España, pese a tener una extensión cercana al medio millón de kilómetros cuadrados, es un país ampliamente diverso, tanto territorialmente como culturalmente. Muchas veces se olvida que es un país transcontinental, ya que una pequeña parte del territorio está en África, aunque prácticamente la totalidad del país pertenece geográficamente a Europa.

Dentro de los territorios ubicados en el continente africano encontramos las Islas Canarias y las plazas de soberanía. Dentro de estas se incluyen las plazas de soberanía mayor que son las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y las plazas de soberanía menor. Estas últimas están situadas en la costa norteafricana y comprenden el peñón de Vélez de la Gomera, las islas Chafarinas, isla de Alborán, el peñón de Alhucemas y el islote Perejil.

En este artículo nos centramos en Melilla que, junto con Ceuta, pertenece a España desde hace siglos y constituye un enclave fronterizo único en el mundo. Además, estos son los únicos terroritorios de la Unión Europea en el África continental.

A pesar de que estas ciudades pertenecen a España desde hace más de 500 años, Marruecos las ha estado reivindicando como propias prácticamente desde su independencia en 1956. Las fronteras, tanto de Ceuta como de Melilla, han sido foco de crisis migratorias y disputas diplomáticas en los últimos años.

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Melilla está situada en el norte de África alrededor de Marruecos y bañada por el Mar de Alborán, mucho más al este de Ceuta y cercana a la frontera de Marruecos con Argelia. La españolidad de Melilla se remonta al año 1497, por lo tanto, en septiembre de 2022 se cumplieron 525 años de españolidad de Melilla.

La población de Melilla es de 82.810 habitantes y la superficie total de la ciudad es de tan solo 12 kilómetros cuadrados. Éstos comprenden el casco urbano y varias zonas naturales cercanas a la frontera, especialmente al norte de la ciudad. Varios datos llamativos que podemos aportar es que es la ciudad con mayor tasa de natalidad medida en nacimientos por cada 1.000 habitantes, siendo la tasa de 11,17 en datos de 2021 además de la región menos envejecida de España.

Peculiaridades de la frontera de Melilla

Dada su situación fronteriza, existen numerosas peculiaridades. Melilla es la puerta sur de Europa, la única frontera terrestre de la Unión Europea con el continente africano (además de Ceuta) y la frontera sur de Occidente. La frontera entre España y Marruecos no es la más desigual en términos de datos económicos (PIB y PIB per capita), pero sí que está entre las 20 primeras, de acuerdo con los datos expuestos por The World Factbook de la CIA.

Sin embargo, sí existen contrastes culturales y de calidad de vida a un lado y otro de la frontera de la ciudad. Las zonas marroquíes cercanas a Melilla se encuentran por debajo de la media en IDH del país, siendo un 0,639 según datos de 2018 en la región oriental y por lo tanto contrastan con la pujante costa atlántica y las grandes urbes como Casablanca, Tánger y Rabat. De esta forma, el contraste del noreste de Marruecos con la ciudad española es mayor, partiendo de una raíz basada en derechos y libertades intrínsecos que ostentas por haber nacido en el lado español.

Fue en 1998 cuando se inauguró la valla de Melilla como barrera física para separar España de Marruecos y contener la creciente inmigración irregular que comenzaba a llegar tras el fuerte desarrollo económico y social español de los años 90. Previo a esto, en 1971 se instaló una primera alambrada a modo de verja militar debido a una epidemia de cólera en Marruecos.

La frontera no deja de ser también un reclamo para la economía de la ciudad, dependiente en exceso del sector servicios y con un paro y riesgo de exclusión social por encima de la media española. Con la pandemia y el cierre de los pasos fronterizos, las autoridades marroquíes han ahogado aspectos de la economía melillense como los trabajadores especializados en sectores precarios que cruzaban a trabajar o el puerto de la ciudad, cada vez más asfixiado ante el creciente plan de desarrollo del puerto de Nador a escasos kilómetros de la frontera.

Esto, sumado a la escasez de oportunidades y oferta tanto de estudios como de proyectos dinámicos, con excesiva dependencia del sector servicios y el sector comercial, va poco a poco erosionando las perspectivas de futuro de la población más joven, especialmente la no musulmana.

La vida cotidiana y cultura en Melilla

Precisamente por todo lo nombrado la ciudad de Melilla es un espacio auténtico y sin comparaciones posibles en otros países. En ella, conviven españoles de toda condición y origen. Entre sus Maties a destacar, encontramos la convivencia cultural y religiosa. Uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad es la Plaza de las Culturas, que hace referencia a las cuatro culturas presentes en la ciudad histórica y actualmente en mayor o menor medida: cristiana, musulmana, judía e hindú.

Las más numerosas son la cristiana y musulmana, con un crecimiento exponencial de los musulmanes dada la alta natalidad de su población. A diferencia de Ceuta, donde se distinguen barrios exclusivamente cristianos o en su caso ateos culturalmente cristianos de los barrios musulmanes, en Melilla la mezcla y la convivencia de todos es una realidad. En prácticamente toda la ciudad puedes encontrar población de las distintas manifestaciones culturales. Pese a ello, sí que hay zonas de mayoría musulmana que son identificables.

A su vez, se distinguen iglesias, mezquitas y sinagogas a escasos metros. La población hebrea tuvo un peso fundamental en el desarrollo de Melilla tras ser expulsados de la península, pero actualmente su número es bastante reducido pese a que la comunidad es bastante importante alcanzando alrededor de las 1.200 personas. Por su parte, la comunidad hindú es muy reducida en la actualidad y recientemente ha trasladado su templo de la Avenida Castelar a la calle Padre Lerchundi.

Es común ver tiendas y bares cerrados un viernes (cultura musulmana), un sábado (cultura judía) y en su mayoría un domingo (cultura cristiana). A su vez, el cementerio de Melilla tiene panteones representativos de las tres religiones monoteístas.

En el centro de Melilla se ven amplias calles y edificios de corte modernista, siendo la segunda ciudad con más de este estilo en España tras Barcelona. Esta imagen contrasta con los barrios desde el mercado central cuesta arriba o Cabrerizas que, vistos con perspectiva, podrían ser parte indivisible de cualquier ciudad del norte de África por la estructura y aspecto de sus calles.

Identidad nacional: uno de los grandes debates en Melilla

Uno de los grandes debates que suscita a cada una de las regiones o territorios españoles es su identidad y sentimiento de pertenencia al país. Estamos hablando de un país como España en el que existen movimientos nacionalistas e independentistas y fuertes regionalismos.

En el caso de Melilla, la identidad nacional o sentimiento de pertenencia a una nación de sus habitantes está muy influenciada por las reclamaciones que Marruecos ha hecho con respecto a su soberanía, especialmente en los últimos años. Sin embargo, España no reconoce ningún contencioso relativo a la soberanía de las ciudades autónomas.

Existen creencias desde la península u otros debates no empíricos de que parte de la población melillense no se identifica con el estatus actual de la ciudad y desea un mayor compromiso de Marruecos en la misma. Sin embargo, la población de origen bereber o rifeño española de la ciudad autónoma parece sentirse ampliamente española y rechazar una anexión a territorio marroquí. No existen movimientos promarroquíes destacables ni en Melilla ni tampoco en Ceuta, por lo tanto, la religión no es equiparable con el sentimiento nacional.

De hecho, el propio partido Coalición Por Melilla, que aboga por la representación de los musulmanes de la ciudad; es decir, de los españoles de origen rifeño o bereber de la ciudad, difiere con las exposiciones de Marruecos acerca de la soberanía de Ceuta y Melilla.

Como mencionamos al comienzo del artículo Marruecos ha venido reclamando la soberanía sobre estas y otras zonas del territorio norafricano, incluido el Sáhara Occidental. Sin embargo, cuando Marruecos presentó el caso de Ceuta y Melilla ante la ONU como territorios autónomos pendientes por descolonizar, fue desestimado. La ley internacional no las considera colonias y la Organización de Naciones Unidas (ONU) respalda que son provincias españolas. 

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Dentro de los elementos que aglutinan el fortalecimiento nacional español en las ciudades autónomas distinguimos los mitos originales, ceremonias, iconografía urbana y los lugares de memoria como parte de un pasado histórico en el cual se resaltan las victorias y la reconstrucción histórica de estas ciudades como arraigo de su soberanía española.

Los monumentos, las esculturas urbanas y la toponimia de Melilla apuestan por identificar a la ciudad con la civilización Occidental y los orígenes de la antigüedad greco-romana, parte indivisible de su patrimonio. Sin embargo, no se niega la relación y conexión de la ciudad con el norte de África, especialmente con el Rif y los pueblos bereberes, como se puede ver en la Mezquita Central de la ciudad y en los barrios colindantes.

La identidad de Melilla como ciudad española se refleja en la población que allí convive pese a los elementos externos que juegan en su contra. Es fundamental entender la españolidad de Melilla desde su historia y ubicación geográfica, con sus peculiaridades que le hacen pequeño trozo de España en África.

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