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Cibersuicidio y cómo prevenir conductas de riesgo en Internet

Análisis

Nerea de Pedro Baena
Nerea de Pedro Baena
Manager de LISA Comunidad. Periodista especializada en política social, comunicación psicológica y salud mental.

Internet es un actor clave en el siglo XXI que ha hecho surgir nuevos fenómenos. En este artículo te explicamos en qué consiste el Cibersuicidio y cómo el mundo digital puede ejercer tanto como factor de riesgo como herramienta de prevención.

El concepto del suicidio es tan antiguo como la propia humanidad. A lo largo de la historia, las diferentes sociedades y sus respectivas culturas han hecho una lectura muy diferente alrededor del hecho de quitarse la vida. En pleno siglo XXI y con el auge de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las muertes por suicidio se han visto altamente influenciadas por Internet dando lugar a nuevos fenómenos como el Cibersuicidio o la autolesión online.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 700.000 personas mueren por suicidio al año en el mundo. Esto equivale a un suicidio cada 40 segundos. Este tipo de muertes son siempre multicausales y multifactoriales; es decir, solo un conjunto de situaciones de riesgo extremadamente complejas llevan a una persona a quitarse la vida.

“Los antecedentes familiares, intentos previos de suicidio, abuso de alcohol, reclusión en prisión o la exposición a violencia son algunos de los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de una tentativa suicida”, explica Juan Moisés de la Serna en su Curso de Introducción a la Prevención del Suicidio de LISA Institute. No obstante, las TIC se han ido convirtiendo en una herramienta cada vez más utilizada para consolidar conductas e ideaciones suicidas.

Internet, las dos caras de una moneda

Internet es un actor clave en la mayoría de las sociedades modernas y, en muchos casos, es un fiel reflejo de las preocupaciones y problemáticas que afectan a la población. Alrededor de un 63% de la población mundial utilizó Internet en 2021, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Diversas organizaciones alertan que en los últimos años el número de búsquedas y publicaciones relativas al suicidio ha aumentando notablemente.

No hay que entrar en la Dark Web para encontrar multitud de páginas, foros y blogs con contenido pro-suicida, pactos suicidas, imágenes de autolesiones, suicidio en vivo y todo tipo de publicaciones que alientan este tipo de conductas. Tal es así, que el término Cibersuicidio está cada vez más presente, entendiéndose éste como la influencia de Internet a la hora de cometer suicidio.

De la misma forma, la aparición de juegos y retos online que incluyen conductas peligrosas o auto lesivas, y el importante “efecto copia” que pueden provocar ciertos contenidos colgados en la red, han convertido a las TIC en un factor de riesgo dentro de las conductas auto lesivas y suicidas. Por otro lado, al igual que pueden ejercer como factor de riesgo, también pueden actuar como factor de protección y ser una importante herramienta de prevención.

En apenas medio segundo, Google es capaz de encontrar más de dos millones de resultados al teclear “me quiero suicidar”. Sin embargo, desde hace años y gracias a las iniciativas de decenas de asociaciones para la prevención del suicidio, el buscador también aporta automáticamente un número de teléfono de ayuda invitando a personas en riesgo a pedir ayuda.

En un mundo digitalizado, educar y visibilizar una realidad como las muertes por suicidio pasa por el uso de herramientas digitales ya que, como asegura Juan Moisés de la Serna, Profesor del Curso de Prevención al Suicido de LISA Institute, “a mayor cantidad o intensidad de factores de protección, menores posibilidades de atentar contra la propia vida”.

Como ya hemos mencionado, en el mismo contexto en el que Internet se convierte en un factor de riesgo, es posible convertir estas herramientas en un factor de protección, publicando información de calidad que eduque a la población y que aporte recursos a las personas en riesgo de cometer una tentativa.

Hoy en día el suicidio se posiciona como una de las principales causas de muerte no natural en el mundo y, por ello, se han desarrollado planes de prevención e investigaciones que incluyen también el estudio de los riesgos presentes en la red.

Así han surgido proyectos específicos para regular y prevenir la difusión del contenido pro-suicida en Internet. En el caso de España, destacamos el proyecto ISNISS que surge en 2019 de la mano de dos psicólogos especialistas en conductas auto lesivas y suicidas con el objetivo de estudiar, visibilizar y prevenir el Cibersuicidio.

Cibersuicidio y legislación

El suicidio es legal o, más bien, no está penado en la mayoría de países del mundo. Sin embargo, el artículo 143 del Código Penal español sí establece penas de entre dos o diez años para quien coopere o induzca al suicidio de otra persona. Otros países como Francia, Australia, Argentina o Colombia también contemplan la incitación al suicidio como un delito penado.

Resulta contradictorio que, a pesar de que la realidad virtual está cada vez más aceptada e instaurada en la legislación española e internacional ésta no reconoce este delito en contenido que induzca a quitarse la vida. Tan solo en Australia, desde 2006, es ilegal la inducción del suicidio a través de Internet.

En otros casos menos claros, como Japón o Corea, cuando se detecta un contenido peligroso para personas con intenciones suicidas las páginas web son bloqueadas. En relación con las plataformas digitales, si los usuarios de redes sociales como Instagram o Twitter denuncian que un contenido o usuario “induce al suicidio” es bloqueado.

Más que nunca urge que la ley y las actuaciones de las autoridades se adapten a la presencia y la influencia de las TIC en comportamientos y conductas que ponen en riesgo la vida de muchas personas. Evitar que las personas con ideación suicida tengan acceso a información sobre qué métodos utilizar o reciban el impulso de otras personas en situaciones similares para quitarse la vida, es una de las claves de la prevención del suicidio.

Detección temprana de conductas de riesgo en Internet

Hoy en día son muchas personas, especialmente jóvenes y adolescentes, las que comparten sus emociones y sentimientos a través de la red. Al mismo tiempo también acuden a ellas en busca de ayuda o, incluso, comunican su intención de dañarse antes de llevar a cabo el daño.

Existen múltiples señales de alerta que pueden indicar que algo está pasando al observar el comportamiento de un perfil concreto en Internet. “Sobre todo tenemos que estar atentos a los cambios bruscos en los hábitos de uso de las tecnologías: una persona que se conectaba a diario y de repente deja de conectarse, borra sus contactos, cierra sus cuentas en las redes sociales o regala sus logros en un juego. Estas pueden ser señales que nos indiquen que tenemos que estar alerta”, explica a LISA News Eva M. Carretero, psicóloga y codirectora del proyecto ISNISS para proteger, prevenir y educar sobre el suicidio.

Carretero también menciona otros signos de alerta como el cambio en el tono emocional de las publicaciones, los emoticonos utilizados o los hashtag. “Incluso los colores de las fotografías editadas pueden darnos pistas sobre el estado emocional de la otra persona”, asegura la psicóloga.

Las muertes por suicidio se han convertido, además, en una de las principales causas de muerte en jóvenes: se posicionan entre las tres primeras en la mayoría de regiones del mundo. Al mismo tiempo, Internet cada día es más utilizada por los sectores más jóvenes de la población. Identificar estas señales de alerta es una de las claves en la detección e intervención a tiempo de posibles tentativas suicidas.

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