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¿Hacia una tercera guerra mundial?

Análisis

Alfonso Casasola Gómez-Aguado
Alfonso Casasola Gómez-Aguado
Capitán Auditor Cuerpo Jurídico Militar. Licenciado en Derecho. Máster en Derechos Humanos, Democratización y Seguridad Humana. Master en retos para la Paz, la Seguridad y la Defensa.

Estamos en un momento de cambio geopolítico sin precedentes y el mundo no va a ser igual de aquí hasta el 2030: en esta década se va a dilucidar quién dirigirá los intereses de la humanidad para los próximos 50 o 70 años. En este artículo Alfonso Casasola, profesor del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, aborda hasta qué punto nos encontramos al borde de un gran conflicto global y qué países forman los bloques que se están alineando.

Algunos me tildarán de exagerado, pero lo que estamos viviendo es un momento histórico. Por tercera vez, nos sumergimos en una gran guerra, en el que están enfrentados dos bloques. Por un lado, los que han detentado el poder durante el último siglo y, por el otro, los aspirantes a arrebatarlo.

¿Cuáles son esos bloques? Por un lado, nos encontramos con la confluencia angloamericana-Unión Europea y sus aliados históricos y, por otro, los denominados BRICS, los países emergentes, que quieren un nuevo orden mundial, un cambio de roles, dónde se sientan escuchados y respetados. ¿Cuáles son esos países? Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, curiosamente englobando a todos los continentes, y embolsando al mayor número de personas del mundo en sus países, que además son muy jóvenes, con la excepción de Rusia, comparándolo con el viejo Occidente.

¿Qué es lo que estamos presenciando? Estamos en un momento de cambio geopolítico sin precedentes, y el mundo no va a ser igual de aquí hasta el 2030. En esta década se va a dilucidar quién dirigirá los intereses de la humanidad para los próximos 50 o 70 años. Y salvo, giro copernicano de la situación, ya no hay vuelta atrás. Todos los resortes se están poniendo a disposición del intento del gran cambio, de un cambio de timón entre los actores influyentes. 

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La primera parada ha sido Rusia; la segunda, y en mi opinión, es el conflicto Israel-Oriente Medio, (no es sólo el problema de Palestina, sino a nivel regional), y me temo que la tercera parada y última, va a ser Taiwán y el conflicto del Pacífico (Corea, Japón, China, EE. UU. y Australia). Este es el recorrido, que estamos presenciando y que, a mi juicio, presenciaremos en los próximos años. En este punto, me gustaría analizar cada una de estas etapas, que tienen como final una deflagración a nivel global, cuyo resultado es incierto.

La guerra ruso-ucraniana, o primera fase de esta Gran Guerra global, ha supuesto un desgaste a nivel emocional en Occidente importante, ya que se ha cambiado de paradigma respecto a la conciencia de una paz duradera en Europa, ya que no había una guerra en este nivel en Europa desde la segunda gran guerra, con la excepción de la guerra de los Balcanes. Quizás este sea uno de los objetivos de este conflicto: el de recordar los efectos de la guerra y que en cualquier momento puede afectar a toda Europa. De hecho, el misil que impactó en Polonia y produjo la muerte de varias personas, durante horas supuso una crisis de grandes dimensiones, al ser territorio OTAN. Posteriormente, se demostró que había sido un error, y la procedencia de este no era ruso.

Por otra parte, es un conflicto largo y duradero. Pronto hará dos años del inicio de las hostilidades por Rusia y no tiene visos de acabarse. Nos encontramos, en este frente europeo, en una situación estable, en el que siguen los ataques por las dos partes, pero no parece que Ucrania avance considerablemente, ni Rusia retroceda de forma determinante. Da la sensación de un conflicto que está enquistado, en el que se están gastando recursos y dinero a gran escala, y supone un debilitamiento continuo del bloque OTAN.

Pronto la opinión pública de los Estados miembros, empezarán a desmarcarse del problema ucraniano, y el gasto militar se irá moderando. A Rusia no parece que las sanciones les esté pasando una factura existencial y se consideran con capacidad de aguante, y resistencia durante un período indeterminado. La ayuda China, y de otros Estados, parece servirles de red

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¿Aguantaremos más tiempo con este status quo?, o ¿la OTAN deberá entrar en el conflicto de una manera decidida y acabar con este frente europeo? Esta es la gran cuestión, que antes o después deberá responder la alianza, si la situación se alarga, como así parece. ¿Habrá que buscar una solución alternativa, y permitir la anexión rusa de los territorios de Lugansk y Donetsk, si con ello, se termina el gasto militar, y se consigue una tregua estable, para cerrar este frente?

Estas cuestiones se han de resolver más pronto que tarde, ya que la segunda fase del conflicto, o el segundo frente es el de Oriente Medio, cuya virulencia es incluso mayor que la del frente europeo. El conflicto israelí no es sólo contra Hamás, y la franja de Gaza. Es una guerra por su existencia. Es de tal gravedad, que Oriente Medio no será lo mismo tras este conflicto. No hay duda de que Irán, si no directamente, sí a través de sus satélites van a entrar en el conflicto. Las consecuencias pueden ser devastadoras, ya que el eje de resistencia, en el que se incluye Irán, Siria y Líbano principalmente, pueden hacer frente común y hacer que Estados Unidos se implique directamente, adquiriendo ya proporciones bíblicas, pues Irán se vería en la tesitura de mandar tropas y afrontar una guerra abierta contra la civilización a la que no permite su existencia.

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Este frente es el más peligroso, ya que puede envolver a toda la región, y hacer que los recursos militares que se debieran utilizar fueran ingentes y la maquinaria de guerra tuviera que ponerse a todo tren a la fabricación de armas y municiones. Este sería el frente principal del conflicto, y si todo se desarrollara en un breve tiempo, todavía no habría dado tiempo a cerrar el frente europeo. Serían dos zonas de operaciones abiertas al mismo tiempo con dos enemigos temibles identificados principalmente. Por un lado, Rusia, y por otro Irán, aliados además para el cambio de ciclo y de orden geopolítico. China por su parte, a la espera y expectante, sin un solo rasguño, y los conflictos lejos de sus fronteras, a la igual que la política de Estados Unidos exterior («todas las guerras fuera de mi territorio»). 

Si este frente toma estas dimensiones, y se alarga en el tiempo, ya estaríamos inmersos en la plenitud de la tercera gran guerra, ya que los aliados occidentales entrarían también en el conflicto, al ser ya una guerra existencial y de valores democráticos y de futuro vital y económico. ¿Se utilizaría arsenal nuclear? Esta es una gran pregunta para una respuesta medida. No se puede vivir en un mundo en el que desaparece. Por ello, no serán utilizadas nunca. Quizás en puntos localizados, pero nunca volveremos a ver el desastre de Japón en la segunda guerra mundial. No le interesa a nadie. 

Por otro lado, China tendría la sartén por el mango, para dar la estocada final, y abrir el tercer frente de este gran conflicto: Taiwán. China esperará a que el bloque occidental se debilite en los dos frentes abiertos, y en el interior de sus países con la opinión pública dividida, y los partidos de ideologías afines minando el campo de los medios. Va a ser paciente y ver cómo evolucionan los acontecimientos. Si los dos frentes duran hasta el año 2025, no tengo ninguna duda, de que invadirá ese año Taiwán, ya que se verá con fuerza para poder acometer ese conflicto, y todo ello a pesar, de que la OTAN, Estados Unidos, Japón y Australia, harían frente común ante esta invasión. Tres frentes a la vez no se pueden tener abiertos con la misma intensidad. Este es la baza de China, y la aprovechará. 

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Estamos inmersos en un conflicto que puede cambiar nuestras vidas y el orden geopolítico. La fecha de 2030 no es baladí. Es la fecha que se han dado para repartirse de nuevo el mundo. Lo que no sabemos es quienes serán los actores hegemónicos, su fuerza y la cantidad de pastel que tendrán. Me da la sensación, de que vamos a volver a una especie de neocolonialismo, pero sin saber qué países lo pilotarán y quienes serán los victoriosos. Si el Occidente viejo o los BRICS jóvenes.

Un artículo de opinión de Alfonso Casasola, Profesor del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico, del Curso de Experto en la Unión Europea y del Curso de Derecho Internacional Humanitario de LISA Institute.

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