Este lunes 1 de agosto hubieran entrado en vigor dos leyes kosovares aplazadas un mes por el aumento de tensión en los pasos fronterizos. Serbia y Kosovo se acusan mutuamente de intentar desestabilizar la región y la OTAN asegura que intervendrá si se pone en peligro la estabilidad en el norte de Kosovo.
Este sábado 27 de agosto, después de la reunión del Diálogo de Alto Nivel de la semana pasada en Bruselas y de los intensos esfuerzos de seguimiento en Pristina y Belgrado en los últimos días, hubo acuerdo sobre la libertad de circulación entre el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti.
En el marco del Diálogo facilitado por la UE, Serbia ha acordado abolir los documentos de entrada/salida para los titulares de identificación de Kosovo, y Kosovo acordó no introducirlos para los titulares de documentos de identidad serbios.
Kosovo-Serbios, así como todos los demás ciudadanos, podrán viajar libremente entre Kosovo y Serbia utilizando las tarjetas de identificación. La Unión Europea ha recibido garantías del Primer Ministro Kurti con este fin.
«Estoy muy contento de que hayamos encontrado una solución europea que facilite los viajes entre Kosovo y Serbia. Esto redunda en interés de todos los ciudadanos de Kosovo y Serbia. Me gustaría dar las gracias a ambos líderes por hacerlo realidad, en particular al presidente Vučić, que ha demostrado responsabilidad y liderazgo», dijo el alto representante para la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.
«Como he dicho muchas veces antes, en tiempos de guerra en Ucrania, con los desafíos a los que nos enfrentamos nosotros, como europeos, Europa no necesita ninguna tensión. Necesitamos soluciones. Necesitamos soluciones en los Balcanes Occidentales», destacó.
Sin embargo desde la UE recalcan que aún hay «problemas pendientes» y que el trabajo sobre la libertad de movimiento «no ha terminado» y será necesario seguir de cerca la situación.
Antecedentes
La principal de las medidas que iban a entrar en vigor este lunes 1 de agosto consistía en la obligación de que los serbios que viajaran a Kosovo a partir de esta fecha deberían hacerlo con una identificación temporal (válida por 90 días), en lugar de hacerlo con el pasaporte nacional que se reemplazarían por documentos emitidos por Pristina.
La segunda medida consistía en la sustición de las matriculas de los coches emitidas en Serbia para ciudades en Kosovo con mayoría de población serbia. No es la primera vez que aumentan las tensiones debido a la medida de las matriculas.
A pocas horas de que entraran en vigor ambas leyes, aumentó la tensión entre Kosovo y Serbia. Los serbios, que se oponen a estas medidas, instalaron barricadas en pasos fronterizos como en la carretera de Miltrovica (zona con mayoría serbia).
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Tras el aumento de tensiones ya mencionado, el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, anunció que pospondría un mes su implementación condicionando el posponerla a que se retiren las barricadas serbias de los pasos fronterizos.
La Policía de Kosovo también anunció que se cerraban los pasos fronterizos de Brnjak y Jarinje para el tráfico «debido al bloqueo de carreteras a sus accesos», según el comunicado policial también difundido en Twitter.
Serbia y Kosovo se acusaron mutuamente de intentar desestabilizar la región
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, declaró en un comunicado su condena a la obstrucción de las carreteras en el norte de Kosovo y las escaramuzas. «Esto tiene que ver con una tendencia de desestabilizar Kosovo y amenazas la paz y seguridad de nuestros ciudadanos y nuestro país», dijo. Además, afirmó que los actos perpetrados habían sido planificados por las autoridades de Belgrado.
El presidente serbio, Aleksandar Vučić, condenó la medida kosovar en relación a las matriculas asegurando que el objetivo era «expulsar a los serbios del norte de Kosovo».
Además, también denunció que el objetivo de Kosovo es «hacer una nueva operación Tormenta», haciendo referencia a la operación croata del año 1995 que expulsó a la mayoría de serbios del país.
Según Vučić, el país nunca ha estado en una situación tan «compleja» y «difícil» con su vecino aseguró antes de llamar a la calma y asegurar que si Kosovo no quiere paz, «Serbia ganará».
La OTAN dijo que intervendrá si se pone en peligro la estabilidad en la región
23 años después del fin de la guerra de Kosovo, el territorio no ha logrado alcanzar la «paz» y está pendiente aún de reconocimiento oficial por numerosos países, a pesar de haber declarado su independencia en 2008. Kosovo y Servia llevan desde 2011 negociaciones poco fructíferas para normalizar las relaciones.
A raíz del conflicto Kosovo se convirtió en territorio autónomo bajo la tutela de la ONU. En el país también actúa la Fuerza de la OTAN para Kosovo (KFOR). Esta es una fuerza militar multinacional que entró en el país en 1999, dos días después de que se aprobara la resolución 1244 en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con el objetivo de «mantener el orden y la seguridad».
La Fuerza de la OTAN para Kosovo aseguró este domingo en un comunicado que la situación general de seguridad en el norte de Kosovo es «tensa». «La misión está vigilando de cerca y está preparada para intervenir si la estabilidad se pone en peligro, de acuerdo con su mandato, que proviene de la resolución 1244 de 1999», aseguran en el comunicado.
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Además, también aseguraron que la OTAN continúa apoyando el proceso de normalización entre Pristina y Belgrado a través del diálogo facilitado por la Unión Europea e instan a las partes a continuar las negociaciones fundamentales para la «paz y seguridad regional».
«No habrá perspectivas reales de un futuro mejor en los Balcanes si no sersi no se respetan plenamente los derechos humanos y los valores democráticos del Estado de Derecho, las reformas internas y las relaciones de buena vecindad. El diálogo constructivo es clave para la estabilidad regional», dijeron.
«La KFOR tomará todas las medidas necesarias para mantener un entorno seguro en Kosovo en todo momento, de acuerdo con su mandato de la ONU», concluyeron.
¿Quién apoya a quién?
Si bien la Unión Europea facilita el dialogo y negociaciones entre Serbia y Kosovo, cinco países de la Unión Europea (entre los que se encuentra España) no reconocen la declaración de independencia de Kosovo en 2008. Tampoco lo reconocen países del bloque conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India y China).
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El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se reunió este pasado fin de semana con el presidente serbio, Aleksandar Vucic, trasladando nuevamente su apoyo a Serbia. «Nos une el convencimiento de la necesidad de garantizar el Derecho internacional y la integridad soberana de los Estados. Apoyamos a Serbia en todo lo que tiene que ver con Kosovo», dijo Sánchez.
Además, el presidente español apoyó a Serbia para convertirse en un miembro de pleno derecho de la Unión Europea. Precisamente el pasado 26 de julio, se anunciaba que Kosovo solicitaría la adhesión a la UE a finales de este año.
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Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso denunció las medidas «discriminatorias» de Kosovo y llamó a Pristina, Estados Unidos y a la Unión Europea a parar las «provocaciones».
La ministra kosovar de Asuntos Exteriores, Donika Gërvalla-Schwarz, comparó la situación de Ucrania con Rusia con la de Kosovo y Serbia declarando que Vučić se «radicaliza cada vez más» y que debe decidir entre «fascismo o Europa».
Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea sí reconocen a Kosovo. La semana pasada el secretario de Estado estadounidense, Antony J. Blinken, se reunió con el presidente kosovano Vjosa Osmani y el primer ministro Albin Kurti en Washington.
El Secretario Blinken hizo hincapié en la asociación «duradera» entre los Estados Unidos y Kosovo y agradeció a los líderes su firme apoyo a Ucrania y su «generosa» acogida de afganos. También se profundizaron asociaciones en el sector de la energía.