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¿Qué pasó en Crimea en 2014? y su impacto en la guerra de Ucrania

Análisis

David García Pesquera
David García Pesquera
Graduado en Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos. Sus principales intereses son la geopolítica, el análisis de conflictos y la seguridad internacional, especialmente en Europa del Este, Oriente Próximo y el Norte de África.

Si bien la guerra de Ucrania iniciada tras la invasión de Rusia en febrero de 2022 ha marcado uno de los grandes acontecimientos geopolíticos del siglo XXI, la situación de inestabilidad en el país se remonta a una década atrás. En concreto, se cumplen 10 años de la ocupación y posterior anexión de la península de Crimea por parte de Rusia. En este análisis, David García Pesquera, estudiante del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico profundiza sobre los hechos acontecidos en Crimea en 2014 y cómo han provocado un efecto dominó hasta la guerra actual.

Del Euromaidán a la ocupación de Crimea

Todo tiene su origen en el Euromaidán, una revolución denominada «de la dignidad» bajo las ideas del europeísmo y de acercar a la sociedad ucraniana a la Unión. El génesis de estas protestas, que tuvieron como epicentro la Plaza de la Independencia en Kiev, fue la suspensión del proceso que desarrollaría la firma del acuerdo de asociación de Ucrania con la Unión Europea. Esta decisión tomada por el entonces presidente Yanukóvich a finales de 2013 desencadenó movilizaciones masivas.

El Euromaidán comienza oficialmente el 21 de noviembre de 2013, con pequeñas concentraciones en contra de la decisión del gobierno ucraniano. Unos días más tarde, el presidente manifiesta su intención de firmar el acuerdo con la Unión Europea, pero solicita apoyo más claro dadas las advertencias recibidas por parte de Rusia. La firma no llega a producirse, por lo que las protestas van incrementando su fuerza en las calles de Kiev.

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Rusia había presionado al gobierno de Ucrania para retrasar ese acuerdo de asociación con la UE, consiguiendo así forzar el rechazo. Esto se debe al alto poder de negociación que Moscú ostenta con respecto a Kiev, dada la dependencia energética y la fuerza de los sectores prorrusos en la sociedad ucraniana, especialmente en el sur y el este, incluido en Crimea.

Las protestas del Euromaidán continuaron y cada vez eran más multitudinarias, llegando a otras ciudades del país. La tensión se incrementó y los enfrentamientos entre manifestantes y policías se cobraron la vida de 106 personas durante esas semanas, según afirma el Ministerio de Salud, de las que al menos 13 eran agentes de policía. Se reclamó el uso excesivo y desproporcionado de la fuerza por parte de las autoridades.

El Euromaidán no solamente se basó en las ideas del europeísmo, sino también en reivindicaciones ante el abandono sistemático, la corrupción y la crisis económica y social que vivía el país. Por lo tanto, había muchos elementos comunes con la Revolución Naranja de 2004. La sociedad se encontraba muy dividida. Los resultados de la encuesta realizada entre el 9 y el 20 de noviembre de ese mismo año 2013 por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev señalaban que el 54% de la población ucraniana estaba a favor de unirse a la Unión Europea y un 46% en contra.

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El 21 de febrero de 2014 el gobierno de Ucrania firma el acuerdo «Sobre la regulación de la crisis política en Ucrania», con el objetivo de reelegir al presidente antes de diciembre de 2014. Los manifestantes lo rechazan y asaltan el Palacio Presidencial, provocando la huida de Yanukóvich de Kiev. Se vuelve así a la Constitución de 2004 y se puede confirmar el 22 de febrero como el fin del Euromaidán.

En este contexto, Rusia vio una clara oportunidad para imponerse en aquellos territorios ucranianos donde su presencia es favorable socialmente, en Crimea y en los óblast de Donetsk y Lugansk. Cinco días más tarde, el 27 de febrero soldados rusos encapuchados y sin distintivos tomaron el control de todos los puntos estratégicos de la región de Crimea. Establecen dos controles fronterizos que separan la Ucrania continental de la península en Armyansk y Chongar y controlan las carreteras de acceso.

Radiografía de Crimea: ¿a favor de la ocupación?

El censo de Crimea en 2014 recoge una población de más de 2 millones de habitantes. En cuanto a su composición, son en su mayoría rusos (67,9%), mientras que los ucranianos representan el 15,6%. Por otra parte, los tártaros suponían el 12,6% de la población y otras minorías incluían armenios, judíos o bielorrusos.

El derrocamiento del presidente ucraniano durante el Euromaidán y los cambios propuestos también causaron reacciones en Crimea, con manifestaciones tanto a favor como en contra. Así pues, la Rada Suprema o Consejo Supremo tomó el control y Rusia ocupó el territorio, algo apoyado, por una parte importante de la población prorrusa de la península, contraria a los movimientos europeístas de otras zonas del país.

La importancia estratégica de Crimea para los rusos se fundamenta en la flota pesquera del Mar Negro en Sebastopol. Es una de las grandes cuatro flotas que la Federación Rusa ostenta y la única que por sus condiciones climatológicas no sufre un invierno lo suficientemente duro para que el mar se congele. Por lo tanto, esta flota no sufre el hielo presente en el crudo invierno ruso, algo que no ocurre en San Petersburgo, que alberga la Jefatura de la Marina Rusa.

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Se trata de un punto estratégico en la apertura de Rusia hacia el mar Mediterráneo a través del Bósforo y posteriormente hacia las rutas del Mar Rojo y el Océano Índico a través del canal de Suez. Constituye un punto de dominio relevante para Rusia en su afán por articular rutas comerciales fuertes y posiciones de dominio estratégico a nivel marítimo.

El 16 de marzo de 2014 se organizó un referéndum de independencia y de unificación con la Federación de Rusia. La consulta salió adelante con el 95,5% de los votos en favor de constituir la República de Crimea al margen de Ucrania y su pertenencia a Rusia. La consulta no ha sido reconocida a nivel internacional.

El 18 de marzo el presidente Putin firma el acuerdo que confirma la anexión de Crimea a la Federación Rusa. Esta anexión tampoco ha sido reconocida por la comunidad internacional. Semanas después, el 11 de abril, fue aprobada la Constitución de la República de Crimea, donde se define como un Estado democrático y de derecho dentro de la soberanía de la Federación de Rusia. 

Evolución y guerra actual

Durante los años siguientes, el dominio de las tropas rusas en la península ha sido evidente, con la población tártara y proeuropea sometida. Paradójicamente, la ocupación y posterior anexión de Crimea ha supuesto un auge de la figura política de Putin. Durante gran parte de febrero de 2014, con el inicio de la ocupación, el presidente ruso había ido enviando silenciosamente a miles de soldados adicionales a las bases que Rusia tenía en la península de Crimea gracias al Tratado de Partición de 1997.

Además, se incorporaron numerosos voluntarios dispuestos a acometer los planes del presidente ruso. Las autoridades prorrusas colaboraron con las fuerzas del Kremlin, de forma que en poco tiempo Crimea formaba parte de Rusia a efectos de control, aunque de forma ilegal. Putin se presentaba como el salvador de las naciones del mundo ruso, que son en general las que componen el espacio postsoviético. En su discurso de 2014 tras la anexión de Crimea que argumenta de forma pacífica, resalta que no le quedaba otra que respetar la voluntad de los habitantes de Crimea, apoyándose en las mayorías rusas de la región.

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Ocurre lo mismo en la guerra actual iniciada en febrero de 2022. Lanzaron el argumento de desnazificar Ucrania y posteriormente llegó la invasión. Crimea permanece bajo dominio ruso en el contexto actual, junto con gran parte del este ucraniano que ha sido tomado por Rusia. Sin embargo, el final de la guerra es incierto y la sorprendente resistencia ucraniana abre la posibilidad a un desenlace distinto a los planes del Kremlin. Podemos destacar la existencia de grupos paramilitares como Atesh, partisanos de origen tártaro de Crimea que buscan sabotear a las tropas rusas en la zona y combatir por liberar la región de ese dominio.

En cuanto a las implicaciones actuales, la anexión de Crimea sentó un precedente para que muchas otras repúblicas autoproclamadas o enclaves sin encaje constitucional o de soberanía se manifestaran en consecuencia. Es el caso de Transnistria en Moldavia, Osetia del Sur y Abjasia en Georgia o Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán. Todo son territorios en disputa o conflicto no resuelto dentro de la esfera postsoviética donde Rusia tiene mucho que decir todavía.

Con el contexto de guerra actual, podemos afirmar que la invasión de Ucrania comenzó a fraguarse diez años atrás con los planes de Putin en Crimea, ahora salpicando a toda la Ucrania continental. Es un hecho que con el paso de los años se ha mostrado más determinante de lo que en un principio parecía, ya que marcó el principio del los atentados contra el derecho internacional que asume el presidente Putin desde entonces.

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