La toma de poder de la junta militar dirigida por Abdourahamane Tchiani en Níger habla, una vez más, de la pérdida de influencia de Francia en el Sahel, de cómo el fracaso militar puede transformarse en una amenaza geoestratégica a través de las reservas de uranio y de qué forma Rusia avanza mediante grupos de presión y promesas en la II Cumbre Rusia-África.
Níger tiene uno de los mayores depósitos de uranio del mundo y ocupa el quinto puesto como productor mundial de este mineral para la producción de energía nuclear. Ahora, con el golpe militar del pasado 26 de julio de 2023 en Níger, la negativa de la sociedad civil respecto a la relación del país con París amenaza con la suspensión de la exportación de uranio y oro hacia Francia. ¿Qué motivos hay detrás de la decisión desde Niamey? ¿Cuáles son las consecuencias para el país galo? ¿Francia pierde influencia en el Sahel?
La participación y dependencia de Francia sobre el uranio de Níger
Los primeros depósitos de uranio en Níger fueron descubiertos en 1957 y desde entonces grandes potencias internacionales, como Francia o China, han posado sus ojos y esfuerzos económicos en estas reservas. En los últimos años, a raíz del encarecimiento de este mineral en los mercados internacionales, el interés ha crecido exponencialmente y Níger ya es una pieza fundamental en los recursos naturales del mundo. Tras el golpe del Estado militar y la destitución forzada del expresidente, Mohamed Bazoum, Francia ahora mira con preocupación las exportaciones nigerinas de uranio donde, desde el 30 de julio de 2023, las autoridades del país africano amenazan con la suspensión del acuerdo comercial.
Francia, la segunda mayor potencia europea no es solo el principal destino de la exportaciones nigerianas, sino que además, estas están concentradas en una materia prima en especial: el uranio. Hasta el momento, Níger ha aportado un 30% de las importaciones anuales de uranio, que alumbran a un total de 14 millones de franceses. Otros de los exportadores principales para Francia son Kazajistán, Uzbekistán, Australia o Canadá.
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Orano, la compañía estatal francesa —antiguamente conocida como Areva— explota yacimientos al noroeste de Níger, concretamente en la región de Arlit, desde 1971. Desde entonces, sus operaciones han sido continuadas, pero destaca la extracción de 75.000 toneladas de uranio en Cominak, una mina subterránea, entre 1978 y 2021. Su participación asciende hasta el 59%, que se completa con la asociación de la compañía estatal nigerina, Sopamin y la española Enusa. Francia y el grupo público francés también opera en la explotación de Somaïr, con más de 2.000 toneladas al año, y en Imouraren, a 80 kilómetros de Arlit, y con una de las reservas más importantes de uranio en el mundo.
En los últimos meses, algunos sectores en Níger consideran que Francia no es un exportador justo en las transacciones comerciales con el uranio. Una parte de la sociedad civil apunta que París no les paga lo suficiente por el mineral. Detrás de la insatisfacción, grupos de presión prorrusos han convocado protestas contra París en Niamey, capital de Níger, lo que antecede a las sospechas de que Rusia podría estar detrás del levantamiento militar y el desplazamiento de Francia.
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Rusia, entre las sombras de la pérdida de influencia de Francia en Níger
Los motivos detrás de la decisión de Niamey no tiene un origen claro, pero sí a Rusia, un actor clave que juega entre las sombras y que varios medios de comunicación ya han señalado. Según la agencia Reuters, desde el golpe militar se ha producido una «avalancha de retórica antifrancesa y de desinformación» impulsada por grupos de influencia prorrusos. Las calles también hablan. Miles de manifestantes han intentado penetrar en la embajada francesa mientras que ondeaban banderas rusas y corean eslóganes contra Francia, la Unión Europea, la CEDEAO y la Unión Africana, quien mantiene relaciones diplomáticas con organismos y países europeos.
El rechazo contra Francia llega en un momento de grandes cambios geopolíticos en África y, concretamente, de Rusia en el Sahel. Algunos de los hitos más destacables que motivan la presencia de Rusia en Níger son:
- Con el fin de la Operación Barkhane en noviembre de 2022, algunas PMC —empresas militares rusas— como el Grupo Wagner, han expandido territorialmente su influencia y operaciones militares, concretamente en República Centroafricana, Mali y Burkina Faso. Rusia ha utilizado sus recursos militares para desplazar a las tropas occidentales, concretamente las de Francia, y subsanar la falta de seguridad ante el avance de los grupos terroristas de la región.
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- Otro de los motivos detrás de la intensificación de la presencia de Wagner en Rusia ha sido la propia guerra de Ucrania y concretamente, la rebelión de Yevgueni Prigozhin, líder de los mercenarios, contra el presidente ruso, Vladímir Putin. Desde entonces, Prigozhin ha insistido en la reestructuración de sus tropas y en la salida de estas de Ucrania para trasladar exclusivamente a África.
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- Con la intensificación de las manifestaciones y movimientos en contra de Francia, Níger podría convertirse en el cuarto país desde 2020 en romper relaciones con el Elíseo. Rusia ha expandido su influencia a través de operaciones militares, campañas de desinformación u otras estrategias a lo largo de la conocida como «banana» del Sahel. Ahora, Chad es el único país donde Francia sigue en pie.
Es más, en varios canales de Telegram, el líder de los Wagner ha respaldado abiertamente la asonada militar en Níger, aunque no ha sugerido tener algo que ver. «Lo que ocurrió en Níger no es otra cosa que la lucha del pueblo nigerino con los colonizadores», señaló.
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- El apoyo militar no es el único tentáculo de la influencia del Kremlin en África. En 2019, durante la I Cumbre Rusia-África, el Kremlin donó millones de dosis contra la covid-19 e insistió en las relaciones comerciales, sobre todo a través de los recursos naturales. Este año, en 2023, alrededor de 50 representantes africanos han vuelto a reunirse en la II Cumbre Rusia-África. Esta vez, Rusia ha inaugurado la sesión con promesas sobre el acuerdo del grano y más militarización.
