El pasado sábado, 3 de septiembre, el Departamento de Estado de Estados Unidos dio el visto bueno a la venta de armamento militar a Taiwán por valor de 1.100 millones de dólares. China amenazó con aplicar contramedidas si no se anulaba la venta.
“Taiwán es parte inalienable del territorio chino. Estados Unidos interfiere en los asuntos internos de China y socava la soberanía y los intereses de seguridad al vender armas a la región de Taiwán. Va en contra del derecho internacional y de los principios básicos”, declaraba Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en EEUU.
El anuncio llega en un momento de altas tensiones entre Taiwán y China después de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi a principios del pasado mes de agosto. A día de hoy Estados Unidos es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto con China.
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Si la venta se realiza, será el mayor paquete de armamento militar concedido hasta ahora a Taiwán durante el mandato de Joe Biden. Se trata de cien misiles tácticos AIM-9X Block II Sidewinder y cuatro unidades de guía táctica AIM-9X Block II.
También se incluyen contenedores, repuestos, equipos de prueba y soporte, publicaciones y documentación técnica, formación de personal y equipos de formación, asistencia técnica del gobierno de Estados Unidos y representantes de contratistas, servicios de apoyo de ingeniería y logística y otros elementos relacionados de apoyo logístico.
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Según declaraciones de un portavoz del Departamento de Estado de EEUU, el armamento militar es “necesario” para mantener la capacidad defensiva de Taiwán. El gobierno estadounidense ha entregado más de 35.000 millones de dólares en armamento militar a Taipéi desde 2012.
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