La resolución del Parlamento Europeo sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Marruecos ha marcado un hito histórico en contra de la tradicional influencia de los lobbies marroquíes. Las relaciones entre el país del norte de África y la organización regional europea podrían verse mermadas y descuidar las políticas migratorias y antiterroristas.
Tras la aprobación del Parlamento Europeo de una resolución histórica sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Marruecos y en contra de la represión a sus periodistas, a lo largo de este análisis repasaremos el historial de las relaciones entre Rabat y la Unión Europea (UE) y el poder del lobby marroquí en las instituciones europeas.
La importancia de las relaciones con Marruecos
Marruecos es un colaborador claro de la Unión Europea, con una alianza estratégica y comercial férrea. En 2021, el comercio bilateral de mercancías entre los dos actores ascendió hasta los 43.000 millones de euros. Ambas partes reconocen la importancia de cooperar económicamente para beneficio mutuo. Así lo reconoció Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea: “Si África sufre, Europa también sufrirá. Si Europa avanza, África también avanza”.
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Además, una gran parte de la UE, y especialmente España como frontera sur de Europa, requieren de una cooperación amplia en materia antiterrorista y migratoria. El partenariado incluye la implementación de nuevos mecanismos llevados a cabo por las mafias y organizaciones criminales en el tráfico de personas, lo que permite abordar hasta el 40% de la inmigración irregular. El entorno migratorio dota a Marruecos con un gran poder de negociación.
Pese a que el país del norte de África es percibido como un tercero y no como un integrante más del mercado europeo, una parte de las propuestas de cooperación bilateral se han orientado a mostrar al reino alauí como un modelo a seguir para los países del Magreb. Marruecos quiere ser un socio fiable y legítimo, y está lejos de sucumbir a una occidentalización y democratización forzosa.
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Entre los planes de colaboración en el marco UE-Marruecos, destacamos la Política Europea de Vecindad, destinada a vincular a la UE con sus vecinos más próximos en materia de integración económica, estabilidad y compromiso, y de la que Marruecos es parte esencial. A su vez, el Acuerdo Euromediterráneo de Asociación UE-Marruecos, nació con el objetivo de progresar en la liberalización económica y establece una zona de libre comercio para los productos industriales. Se firmó en febrero de 1996, pero no entró en vigor hasta marzo del 2000.
Sin embargo, las negociaciones para establecer un Deep and Comprehensive Free Trade Area (DCFTA) con Marruecos se bloquearon en 2014, tras la falta de jurisprudencia sobre si se debía incluir o no al Sahara Occidental en el acuerdo. Tras el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), en el que se sostiene que el Sahara debe ser considerado un tercer actor afectado por el acuerdo y que debe dar su consentimiento para participar en la zona de libre comercio propuesta, el organismo europeo busca retomar negociaciones para desbloquear el proyecto en cumplimiento con la sentencia.
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Precisamente, el Sahara Occidental constituye uno de los mayores puntos de choque de las relaciones entre la UE y Marruecos. La UE se ha mostrado conforme con aquello que Naciones Unidas ha ido aportando, defendiendo que el estatus del territorio debe surgir de un proceso político con base en las resoluciones existentes. Sin embargo, tras la modificación en la postura española con respecto al Sahara, en la que apoya oficialmente el plan de autonomía y soberanía propuesto por Marruecos, la portavoz de exteriores de la UE, Nabila Massrali, apuntó lo siguiente:
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“Sobre la posición de España, la Unión Europea saluda los desarrollos positivos entre los Estados miembros y Marruecos en la relación bilateral que benefician la asociación de la UE y Marruecos”. Por lo tanto, pese a las discrepancias, la UE ha primado las relaciones de cooperación y ha apoyado lo decidido por el gobierno. Además de España, otros países como Alemania o Francia han manifestado su conformidad con la postura de Marruecos respecto al pueblo saharaui.
El papel de los lobbies marroquíes en la relación con la Unión Europea
En el marco de la Unión Europea, los lobbies o grupos de presión influyen en las leyes y propuestas del organismo regional. Sus actuaciones para evitar decisiones en contra han abarcado diversos aspectos, desde entornos empresariales y medioambientales, pasando por cuestiones humanitarias o sobre el consumo.
Desde hace años, el lobby marroquí en la Unión Europea trabaja para que las actuaciones de Marruecos en materia de Derechos Humanos y democracia queden impunes. Existen ejemplos a nivel económico y político.
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Recientemente, Rabat ganó una votación sobre el acuerdo de pesca con la UE en el que se incluía el territorio del Sahara Occidental. Dicho acuerdo chocó contra la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). La justicia europea terminó por anular este acuerdo, que finalmente el Consejo de la UE recurrió.
La sentencia del TJUE fue la primera de cinco consecutivas, de las que se han mencionado dos, que llevan a la misma conclusión: dado que Marruecos no ostenta soberanía ni mandato de administración sobre el Sáhara Occidental, y dado el estatus separado y distinto del territorio en relación con cualquier otro país en el mundo, la UE no puede incluirlo en sus acuerdos con Marruecos.
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Si hablamos de política, el escándalo del Qatargate ha tomado el protagonismo en el sector del lobby marroquí. Marruecos ha buscado mantener un perfil bajo, retomando las presiones para que, en los días previos a la votación de la resolución en favor de las libertades de los periodistas, pudieran condicionar y presionar acerca del voto del Parlamento Europeo. En concreto, la implicación de Marruecos en el escándalo es fundamental, ya que los vínculos con la UE son mayores y de gran calado en comparación con Catar.
Además, las investigaciones apuntan que los eurodiputados Pier Antonio Panzeri y Gilles Pargneaux, fotografiados en Rabat en 2017, han recibido dinero, obsequios y viajes de lujo con el objetivo de favorecer los intereses marroquíes en las votaciones políticas de la Eurocámara. Con la misma retórica, otros políticos como el belga Hugues Bayet o Abderrahim Atmoun, embajador marroquí en Polonia, también son investigados por la justicia belga por sobornos del reino alaui en el Parlamento Europeo.
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En el caso de España, las acusaciones de conexión con el lobby marroquí han salpicado a varios dirigentes políticos, entre ellos expresidentes como Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero o la exministra María Antonia Trujillo, que puso en duda la soberanía española sobre Ceuta y Melilla, afirmando que “son vestigios del pasado que interfieren en la independencia económica y política de Marruecos y en las buenas relaciones entre los dos países”.
Por lo tanto, la presión de los grupos de interés va más allá de simples apoyos estratégicos o una votación en las cámaras europeas, se basa en relaciones de amistad y favores que desembocan en propuestas y gestos políticos. Se parte desde la creación de una retórica que comienza con un discurso favorable y se desarrolla a través de la creación de ejes de opinión que satisfagan en este caso las pretensiones marroquíes. Los lobbies se centran principalmente en eurodiputados con perspectiva de convertirse en líderes de opinión y capacidad de influencia sobre su grupo político.
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Crisis en las relaciones entre Marruecos y la Unión Europea
A raíz del escándalo del Qatargate, por el que representantes europeos se habrían dejado sobornar a cambio de favores a Qatar y Marruecos, países a los que ha salpicado el escándalo, las relaciones entre Marruecos y la UE se han enfriado. Por primera vez, la Unión Europea señala abiertamente las vulneraciones de los Derechos Humanos en el país africano.
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Se ha presentado ante el Parlamento Europeo una resolución sobre los Derechos Humanos en Marruecos, poniéndose de manifiesto que no existe un respeto íntegro de los mismos. Por otra parte, también se ha señalado la situación del periodismo, que sufre represión, falta de libertad y pluralidad para informar. En concreto, se menciona a Omar Radi, Souleiman Raissouni y Taoufik Bouachrine, tres periodistas encarcelados por el régimen marroquí.
Es la primera vez que las vulneraciones del derecho a la información y la labor periodística en Marruecos se ponen en jaque, con una retórica por parte de los eurodiputados que se alejaba de dejarse amordazar por el régimen marroquí y con las instituciones europeas mirando hacia otro lado. En concreto, la resolución reclama impedir el acceso a la Eurocámara de diplomáticos marroquíes mientras se investigan los casos de posibles sobornos y compra de voluntades.
Pronósticos sobre la relación entre Marruecos y la Unión Europea
A pesar de que la resolución del Parlamento Europea contra Marruecos es histórica, surgen una serie de dudas al respecto. Una de las cuestiones más planteadas es si la impunidad de la que ha gozado Marruecos hasta ahora ha llegado a su fin y si el poder de los lobbies en su favor se va a ver limitado en los próximos tiempos. En este caos, los mecanismos de control serán fundamentales para que la compra de voluntades no interfiera en las varas de medir entre distintos países con comportamientos parecidos.
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Otra duda que se plantea es acerca de los escándalos de corrupción a nivel europeo, la resolución contra Marruecos puede verse como una excusa para despejar críticas. Es evidente que la Unión Europea necesita a un Marruecos fuerte y comprometido con la seguridad en el Mediterráneo y el Magreb. Por lo tanto, es crucial plantear si el respeto a los Derechos Humanos en el reino alauí marcará la agenda política y se situará por encima de los objetivos antiterroristas, migratorios o sobre el comercio internacional.
Editado por:
Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.