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¿Sería posible una reunificación entre Moldavia y Rumanía?

Análisis

Gabriela Andreea Gherghel
Gabriela Andreea Gherghel
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Apasionada por las Relaciones Internacionales y redactora polifacética con especial interés en la geopolítica y las interdependencias entre las principales potencias mundiales. Alumna certificada del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítica de LISA Institute.

Con la guerra de Ucrania, la geopolítica ha virado hacia el este de Europa, y en este caso, alrededor de Moldavia y Rumania. ¿Podrían las presiones regionales desembocar en la reunificación de Moldavia y Rumania? ¿Qué piensan las fuerzas políticas y la población civil?

La guerra de Ucrania ha supuesto un punto de inflexión en la geopolítica europea y ha propiciado una mayor y más observadora mirada hacia Europa del Este. Hace un año era impensable que Rusia se atreviera a atacar las fronteras de un país situado en suelo europeo, así como la idea de la unificación entre dos países en Europa. ¿Sería posible una unificación entre Rumanía y Moldavia para convertirse en uno solo? ¿Podría resurgir la Gran Rumanía de 1918?

Los lazos entre rumanos y moldavos se remontan al año 1859 tras la unión de los principados rumanos, bajo el mandato de Alejandro Ioan Cuza, siendo el gran antecesor de lo que en 1918 daría paso a la conocida como Marea Unire o Gran Unión, entre las provincias históricas dónde vivieron los dacios, los ancestros de los rumanos actuales.

La Unión entre Rumanía y Besarabia (Moldavia), desembocó en la constitución de la Gran Rumanía. Sin embargo, este Estado unificado se vio disuelto en 1940 tras la firma entre Hitler y Stalin del Pacto Ribbentrop-Molotov por el cual Rumanía debería ceder Moldavia a la Unión Soviética. Convirtiéndose Besarabia en una República Socialista Soviética dentro de la URSS y el Río Prut como frontera con Rumanía.

Meses antes de la caída de la Unión Soviética en diciembre de 1991, Moldavia logró convertirse en un país independiente de Moscú y establecer su propio gobierno y lengua nacional. Como consecuencia de esta liberación de la URSS, el idioma moldavo, que en realidad es el rumano, se impuso como lengua oficial del país en contraposición al ruso y su alfabeto cirílico. Acción que provocó una gran inestabilidad política en la región de Transnistria, rusófona y prorrusa, la cual se terminó autoproclamando República Independiente de Moldavia con capital en Tiraspol.

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La Gran Rumanía de 1918 en el siglo XXI

Otro factor común tanto el gobierno de Bucarest como el de Chisináu es que en ambos países celebraron elecciones presidenciales en 2020, y tanto el homólogo rumano, Klaus Iohannis como la moldava, Maia Sandu presentan un ideología liberal y proeuropea. Una vuelta de tuerca para Moldavia, cuyo antiguo gobierno a cargo de Igor Dodón era prorruso y había potenciado una política más oriental y enfocada a Moscú.

En las últimas semanas, estos dos países han tomado protagonismo en los medios de comunicación internacionales debido a la propuesta de ley de una diputada rumana promoviendo la unificación entre Rumanía y Moldavia. Así como el inesperado cambio en la constitución moldava para sustituir en el moldavo por el rumano como lengua oficial del país. La presidenta moldava, Maia Sandu, declaró el 16 de marzo de 2023 que la promulgación de dicha ley sobre el cambio del término lingüístico del moldavo:

“Confirma una verdad histórica e incontestable: la lengua de Estado de la República de Moldavia es el rumano. Deseo que la lengua rumana nos una a todos los que vivimos aquí y que amamos esta tierra. Nosotros, junto con más de 27 millones de personas del mundo, hablamos el idioma rumano, una de las lenguas oficiales de la Unión Europea (…). Los que nos han dicho durante décadas que nosotros, los ciudadanos de la República Moldova, hablamos la lengua “moldava” y no rumana – han seguido un único objetivo: separarnos”

Con estas palabras la presidenta moldava ha dejado clara su postura proeuropea y su estrecho acercamiento con el gobierno de Rumanía. Siguiendo los pasos que se empezaron a dar ya en 2013, cuando el Tribunal Constitucional de Moldavia dictaminó que en el texto de la Declaración de Independencia de Moldavia en 1991 se establece el rumano como el idioma oficial del país.

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En Rumanía este acto ha provocado que la senadora conservadora militante del Partido AUR —Alianza por la Unión de los Rumanos—, Diana Şoşoacă propusiera el pasado 31 de marzo un proyecto de ley para la unificación de Rumanía con Moldavia, solicitando la aprobación de esta ley con rango de urgencia.

En este gráfico se muestra que si hubiese un referéndum de unión entre Moldavia con Rumanía, el porcentaje de población moldava que estaría dispuesta a unirse a su vecina ha ido en aumento en los últimos años, en especial en 2022 como consecuencia de la guerra de Ucrania.

Fuente: News Maker Moldavia, 2023

Las manifestaciones pro rumanas en Moldavia han crecido en los últimos trece años, y una muestra de ello son las canciones que el país presenta a Eurovisión, en su mayoría en rumano y no en inglés como solían acostumbrar. Destaca especialmente la canción que presentó en 2022 con los hermanos Zdob y Zdub, Trenuletul, cuya letra hacía alusión a que Moldavia y Rumanía eran un único país:

“Va el tren, parece que vuela de un país a otro. Va, pero no puede entender en qué país, ¿dónde empieza?, país viejo (Rumanía), país nuevo (Moldavia), es cómo si fueran uno solo, es cómo si fueran dos. Ya sea aparte o en conjunto, es como si fueran dos, es cómo si fueran uno solo. (…) Cuando el tren ha salido de la estación es cómo si no hubiese salido de la estación, es cómo si ha salido de casa (Moldavia) hasta casa (Rumanía)”

Sin embargo, una encuesta realizada en enero de 2023 por el Instituto de Políticas Públicas de Moldavia a 1.132 nacionales, apunta que solamente el 36,2 % estaría a favor de unirse a Rumanía y dejar de ser un país independiente. Por el contrario, el 52,2% considera que Moldavia debería seguir siendo una República independiente y con gobierno propio.

Fuente: News Makers Moldavia, 2023

¿Por qué a Moldavia le interesa anexionarse a Rumanía?

Moldavia es el segundo país más pobre de Europa en 2023, solamente superado por Ucrania debido a los estragos provocados por la guerra. El PIB per cápita moldavo es de 5.240 € y el PIB anual de 13.715 millones de euros. El problema de Moldavia no es solamente económico y social sino también territorial como consecuencia de la región oriental del país, Transnistria. Además de una elevada tasa de corrupción y escasos socios comerciales con los cuales exportar sus materias primas. En cambio, Rumanía, a pesar de no ser uno de los países más ricos del bloque comunitario, aun así presenta un PIB per cápita de 15.010 € y anual de 285.855 millones de euros, unas cifras mucho más elevadas que su vecina Moldavia.

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Por otro lado, Moldavia alberga una fuerte dependencia tanto de Rusia como de Rumanía. Los datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC), muestran que Rumanía es el principal país al que se destinan las exportaciones moldavas con seguido por Rusia y Turquía. Exportando cable aislado, trigo, semillas de girasol, barras de hierro en caliente y vino. En lo que respecta a las importaciones, Rumanía sigue siendo el principal socio comercial del cual importa sobre todo petróleo refinado, gas, coches y medicamentos envasados. A Rumanía, le sigue Rusia, Ucrania y China.

Tanto la propia economía como el idioma muestran que Moldavia se encuentra dividida entre dos países de los cuales depende casi a la par. Asimismo, su fuerte dependencia energética y su alta tasa de pobreza han propiciado que Moldavia no se haya visto como un socio atractivo para la Unión Europea, aunque en 2014 se firmó el Acuerdo de Asociación por el cual se reducirían los aranceles a Moldavia y se le permitiría formar parte de la zona de libre comercio de alcance amplio y profundo (ZLCAP).

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Aunque tanto Rumanía como Moldavia comparten lengua y una historia en común, en realidad hay una diferencia significativa entre ellas, una es miembro de la Unión Europea y de la OTAN y otra no. Esto se traduce en la fuerte desprotección y vulnerabilidad de Moldavia frente a Rusia en caso de que la guerra en Ucrania se extienda hacia Transnistria, y posteriormente a Moldavia.

El principal motivo por el cual Moldavia vería favorable unirse a Rumanía y ser un único país, es el hecho de que esta anexión permitirían a los moldavos formar parte de la Unión Europea y ser miembro de la OTAN, formando así una defensa contra la posibilidad de que las tropas rusas de Transnistria decidan expandirse más allá de esta autoproclamada República Independiente. A esto también se suma que ambos países comparten el mismo idioma, el rumano, siendo los dos únicos países de Europa del Este en tener una lengua romance y un alfabeto latino.

La guerra de Ucrania iniciada el 24 de febrero de 2022 provocó que tanto Ucrania como Moldavia solicitasen su ingreso en la Unión Europea un mes después de la agresión rusa. Sin embargo, aunque la Unión Europea haya otorgado a estos dos países el estatuto de candidatos, su posible incorporación al bloque comunitario parece todavía muy lejano a pesar del gran acercamiento que ha habido entre Bruselas, Kiev y Chisináu. Los moldavos son conscientes de ello y para algunos la única oportunidad de que Moldavia entre en la Unión Europea a corto plazo sería pasando a formar parte de Rumanía, consiguiendo de este modo una garantía defensiva frente a la amenaza de que el siguiente objetivo de Putin fuese Moldavia, al no ser miembro de la OTAN.

No obstante, no se contempla una posibilidad real sobre una unificación entre Rumanía y Moldavia porque podría desencadenar en duras represalias por parte de Rusia al afectar directamente a la región de Transnistria y el tener aún más cerca de sus fronteras a la OTAN. De igual modo, el que Rumanía contara con una mayor superficie territorial supondría una reorganización de la estructura de las instituciones europeas al corresponderle más escaños en virtud de su peso geográfico y poblacional.

De igual modo, la unificación de Rumanía con Moldavia basándose en los lazos lingüísticos e históricos que unen a ambos países podrían avivar las tensas relaciones de Bucarest con Budapest por la minoría de habla magiar en la región rumana de Transilvania.

Artículo de Gabriela Andreea Gherghel editado por:

Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.

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