La iniciativa Open Balkan nacía con la intención de integrar a los países de los Balcanes Occidentales de manera más rápida y eficiente que otros proyectos impulsados desde el exterior, pero de momento solo ha conseguido dividirlos en dos bloques.
La iniciativa Open Balkan, conocida anteriormente como “Mini-Schengen”, es un proyecto de colaboración regional en los Balcanes Occidentales que desde el 2018 está siendo dirigido y diseñado por Albania, Serbia y Macedonia del Norte, al tiempo que siguen invitando a los otros tres países de la región, Kosovo, Bosnia y Herzegovina y Montenegro, a unirse a la iniciativa pese a su actual rechazo.
Los objetivos de la iniciativa Open Balkan están pensados para ofrecer un mejor entorno comercial y favorecer el intercambio de estudiantes, así como para mejorar las posibilidades de que estos países consigan su objetivo común de integrarse en la Unión Europea.
Para ello, los países participantes en este proyecto anunciaron en 2019 su intención de crear una región sin barreras, similar a lo conseguido en el área Schengen europea, en la que puedan circular los capitales, bienes, mercancías y personas sin necesidad de control.
Además, también se ha hablado del reconocimiento mutuo de las titulaciones universitarias, una mayor colaboración en temas relacionados con la prevención de desastres, así como en cuanto a temas veterinarios y de seguridad alimentaria, mejor conectividad digital, abolición de las tarifas de roaming, etc. Todo ello enfocado a aumentar la cohesión de la región con la visión puesta en su futura integración en la Unión Europea.
Sin embargo, el hecho de que el proyecto tenga a Serbia como uno de los líderes y se solape con otras iniciativas creadas desde Bruselas o Berlín ha levantado las sospechas en los tres países que han declinado participar, así como en la Unión Europea.
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Open Balkan: ¿un proceso nuevo o una copia local del Proceso de Berlín?
Desde que Jean-Claude Juncker anunció que durante su mandato (2014-2019) no habría nuevas incorporaciones a la Unión Europea, los pasos que se han dado desde las instituciones europeas para integrar a los países de la región han sido pequeños y titubeantes.
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Los Estados Miembro de la Unión Europea tienen claro que la región balcánica pertenece a su esfera de influencia geopolítica pero, pese a esto, no saben muy bien qué hacer con ella y se han creado diferentes iniciativas y proyectos durante las últimas décadas para conseguir mantener cerca a los seis países de los Balcanes Occidentales, aunque sin dar el paso definitivo a su integración total.
Ninguno de estos proyectos ha conseguido sus objetivos por completo y, ante el problema que suponía la negativa francesa o neerlandesa a abrir negociaciones con Albania y Macedonia del Norte −postura que ha cambiado debido a la guerra de Ucrania−, tres países de la región decidieron crear un proyecto de integración regional nacido desde dentro de la propia zona sin contar con el beneplácito de la Unión Europea.
Pese a que se ha publicitado como una iniciativa innovadora para la región que podría mejorar la situación y las posibilidades de integración de los participantes en la Unión Europea, lo cierto es que sus objetivos son muy similares a lo ya propuesto anteriormente por el Proceso de Berlín.
Esta iniciativa de cooperación intergubernamental dio comienzo en 2014 bajo el liderazgo de la antigua Canciller alemana, Angela Merkel, en una reunión a la que asistieron los seis países de los Balcanes Occidentales y tan solo cuatro Estados Miembros (Alemania, Austria, Eslovenia y Croacia) en el contexto de la “fatiga de la ampliación” y la negativa europea a aumentar el número de Estados Miembros anunciada por Jean-Claude Juncker.
A pesar de que fue un proyecto pensado desde Alemania, durante los años siguientes se convirtió en una de las principales fuerzas en empujar la ampliación europea, buscando revitalizar los lazos entre los Estados Miembros participantes y los países de los Balcanes Occidentales, así como tratando de mejorar la cooperación de la región y la integración de diferentes sectores de estos países con la Unión Europea.
Ya en este proceso se señalaba que una de sus prioridades era la conectividad, enfocada principalmente a la conectividad física, digital y humana. También había diferentes planes relacionados con la economía, como el “Plan de acción multianual para una región económica en los Balcanes Occidentales (Multi-Annual Action Plan for a Regional Economic Area in the Western Balkans)”, que contaba con el apoyo de la Unión Europea y de los países de los Balcanes Occidentales.
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No fue hasta la cumbre organizada en 2020 en Sofía cuando se estableció la iniciativa del Mercado Común Regional dentro del Proceso de Berlín, con el objetivo de abolir las fronteras interiores en la región, aunque este objetivo ya había sido anunciado dentro de la iniciativa Open Balkan en 2019.
Esta propuesta busca crear un mercado en los Balcanes Occidentales con todos los aspirantes a ser miembros de la Unión Europea que esté en concordancia con las leyes y regulaciones europeas, para que así sea más sencilla su posterior integración en el mercado único de la Unión.
Open Balkan y cómo en busca de la unión llegó la división
Aunque los tres países organizadores de la iniciativa Open Balkan (Albania, Serbia y Macedonia del Norte) siguen dando pasos para llevarla adelante y continúan hablando de los beneficios que presenta para la región, al mismo tiempo han sembrado la división.
Los otros tres países de la zona (Montenegro, Bosnia y Herzegovina y Kosovo) no solo no participan en la iniciativa, sino que además se han se han mostrado muy críticos con ella. Sus críticas se basan no solamente en que se solapa con los planes del Proceso de Berlín, sino porque también puede suponer una distracción respecto al objetivo final que es pertenecer a la Unión Europea.
Los representantes políticos de Kosovo, Montenegro y Bosnia y Herzegovina, a excepción de los políticos serbobosnios, consideran que la iniciativa puede servir para que Serbia gane influencia en sus países, dado su mayor tamaño económico, territorial o en población. También existe el temor de que, a través de las estrechas relaciones entre Serbia y países como Rusia o China, el influjo de estos terceros estados pueda encontrar una manera de penetrar en el resto de los países de la región gracias a esta iniciativa.
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Pese a estas críticas, algunas voces dentro del Gobierno de Montenegro se han abierto a considerar la posibilidad de participar en la iniciativa. Sin embargo, aún no se han dado pasos firmes en esa dirección y la opinión sigue dividida.
Por su parte, en Bosnia y Herzegovina los líderes bosnios y croatas se muestran en contra, mientras que los líderes serbobosnios, como la recientemente elegida miembro de la presidencia por parte de la población serbobosnia, Zeljka Cvijanovic, ha hablado de la posibilidad de entrar en iniciativa Open Balkan, ya que considera ambas compatibles y una manera de mejorar el Proceso de Berlín y alcanzar metas hasta ahora no completadas.
Es por esta división de opiniones que en la última cumbre organizada en Ohrid (Macedonia del Norte) en 2022, ambos países sí participaron, pero tan solo como observadores y no como miembros.
En el caso de Kosovo, temen también la preponderancia serbia, lo que sumado a la situación de no reconocimiento entre ambos países y la no existencia de una relación recíproca, hace que el primer ministro, Albin Kurti, se niegue en todo momento a participar en esta iniciativa, pese a que ha sido invitado en reiteradas ocasiones, principalmente por Albania y su primer ministro Edi Rama.
Mientras tanto la iniciativa Open Balkan ha recibido apoyo total por parte del primer ministro albanés por los beneficios que según él supone para los albaneses y para el resto de los ciudadanos y países de la región, incluyendo aquellos que no han querido participar, como Kosovo.
Para el primer ministro albanés, únicamente a través de esta iniciativa es posible que Albania y Kosovo puedan tener fronteras abiertas por completo y que los albaneses étnicos de ambos países puedan vivir en un área común, ya que cualquier otra opción sería rechazada por Belgrado, Washington y Bruselas.
Por otro lado, para el presidente serbio Aleksandar Vučić esta iniciativa podría ser una oportunidad para normalizar sus relaciones con Kosovo sin suponer el reconocimiento total. Desde Serbia son conscientes de que al final del recorrido para entrar a la Unión Europea van a verse obligados a reconocer la independencia de Kosovo.
Esta decisión puede ser muy delicada a nivel político dentro de Serbia, por lo que crear una relación a través de la Open Balkan podría ser más sencillo y dar la impresión de entendimiento entre ambos países sin tener que llevar a cabo un verdadero reconocimiento de la independencia.
Una iniciativa Open Balkan plagada de desafíos… y críticas
La iniciativa Open Balkan también recibe críticas. Por ejemplo, el experto en los Balcanes, Edward P. Joseph, en una entrevista para el medio alemán DW consideró la iniciativa peligrosa por sus implicaciones para la región. Para él, la iniciativa no es solamente una distracción de los problemas principales en la zona, que son políticos, sino que cree que los puede empeorar.
En su opinión, la teoría que siguen los tres países fundadores de la iniciativa, que es la misma que seguía por ejemplo Alemania con Rusia, era que a través del comercio y la economía se podía conseguir la paz. Sin embargo, esta teoría queda invalidada después del ataque ruso sobre Ucrania, por lo que esta iniciativa tampoco asegura la paz en la región.
Joseph es particularmente crítico con el papel de Serbia tanto en la iniciativa como en la región, así como con su presidente. Ve las relaciones de Serbia con Rusia y China, así como sus problemas democráticos y de Estado de derecho, como un peligro para el resto de la región.
Al mismo tiempo, también considera que Serbia se va a beneficiar más que el resto de los países por su tamaño. Pese a que reconoce que esta misma situación se daba con Alemania y la Unión Europea, explica que Francia aceptó el liderazgo alemán solamente cuando Alemania llegó a ser una democracia consolidada y que no suponía un peligro para Francia, cosa que no se da ahora mismo entre Serbia y el resto de los países de la región. También cree que la Open Balkan mina el Proceso de Berlín, ya que es una iniciativa más a competir con otras iniciativas similares que ya existen.
También se ha mostrado a favor de la iniciativa un antiguo ministro de exteriores Kosovo, Enver Hoxhaj, tal y como recoge la agencia turca de noticias Anadolu. Afirma que la iniciativa no es ni siquiera una organización, sino tan solo un grupo informal de estados como el G7 u otros, por lo que considera que sería un buen paso para Kosovo comportarse de una manera constructiva y participar en la Open Balkan.
De esta manera conseguiría, tal vez, el apoyo de otros países para pasar a formar parte del Consejo de Europa o para conseguir entrar en la OTAN. Según Hoxhaj, no se puede decir no a iniciativas informales como esta. Además, recalca que la iniciativa de la Open Balkan cuenta con el apoyo total de los Estados Unidos, a quienes Kosovo considera sus mayores aliados y defensores, por delante de la Unión Europea.
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En definitiva, la iniciativa Open Balkan nacía con la intención de integrar a los países de los Balcanes Occidentales de manera más rápida y eficiente que otros proyectos impulsados desde el exterior, pero de momento solo ha conseguido dividirlos en dos bloques.
Además, pese a que sus fundadores aseguran que el objetivo final de la iniciativa es mejorar las posibilidades de entrada en la Unión Europea, tanto los tres países que no participan en la iniciativa como los detractores opinan que esto no es así y que supone una distracción. Mientras tanto, quienes ven con buenos ojo la Open Balkanconsideran que puede facilitar la cooperación entre los países en un contexto más flexible que otras iniciativas.