spot_img

El fútbol, el poder blando del siglo XXI

Análisis

Marc Català
Marc Català
Alumno del Curso Analista Internacional y del "Curso de Experto en Análisis de Inteligencia" de LISA Institute, estudiante del grado de Relaciones Internacionales y Analista Internacional.

El fútbol es uno de los grandes motores sociales, políticos y culturales de la escena mundial. La celebración de competiciones deportivas internacionales, como el Mundial de Catar 2022, podría jugar un papel de poder blando que beneficie a países en aras de desarrollo, pero que, a su vez, alimente las tensiones nacionales. ¿Es el fútbol una herramienta política para el desarrollo de la seguridad de un país?

El pasado domingo, 18 de diciembre, finalizaba el Mundial de Fútbol de Qatar con una final entre Argentina y Francia. Como ya sabemos, tras 36 años sin haberse llevado la Copa del Mundo y por segunda vez en su historia, Argentina se proclamaba vencedora del Mundial. A pocas horas de finalizar el partido, entre 4 y 5 millones de aficionados se aglomeraron en las calles de Buenos Aires, llegando a convertirse en la mayor concentración de personas de la historia de Argentina. La masificación fue tal que los jugadores tuvieron que retirarse antes de tiempo con helicópteros.

Ante estas fotografías muchos se preguntaron por qué, en un país con problemas sociales y económicos tan arraigados, los ciudadanos salen a la calle de forma masiva solo para celebrar triunfos deportivos. A raíz de esta cuestión, y con el objetivo de tratar de responder a esta pregunta, exponemos la faceta cultural, política y económica del fútbol.

Desde sus inicios, el fútbol creció rápidamente y consiguió externalizarse desde Gran Bretaña hasta América del Sur, donde tuvo una entrada muy rápida debido al alto nivel de inmigrantes europeos durante el siglo XIX. No es casualidad que entre las primeras federaciones de fútbol consten algunos países latinoamericanos, incluso antes de grandes fundaciones como la Federación Francesa de Fútbol o la propia FIFA.

La iniciativa institucional de América Latina en el mundo del deporte es un buen indicador de por qué el fútbol tiene un arraigo tan grande en la población latinoamericana en general y, en este caso, en Argentina.

Te puede interesar: El mundial de Qatar y la geopolítica del deporte

Algo similar ocurre en Marruecos y Egipto. La influencia por proximidad con el territorio europeo y los estrechos contactos con los países del sur de Europa, donde tradicionalmente el fútbol juega un gran papel social, ha provocado que ambos países se conviertan en grandes potencias africanas en este deporte. En este sentido, en la mayoría de campeonatos continentales africanos (“CAF Champions League”) han salido como vencedores ambos países. En el caso de Egipto, con 16 títulos y 10 subtítulos.

¿Qué tiene el fútbol?

La entrada del fútbol en la vida cotidiana de las personas es tal que, a día de hoy, espectadores o no espectadores, es complicado imaginarse el mundo sin el fútbol. A lo largo del Mundial de Qatar se vio cómo los aeropuertos se llenaban de viajeros dirección Qatar o desconocidos abrazándose de alegría por un gol. Las cifras hablan por sí solas: alrededor de 3.500 millones personas siguieron el evento deportivo a nivel mundial.

Más allá de la cultura nacional, este deporte también ha tenido impactos en las Relaciones Internacionales. En este sentido, destacamos el caso de Pelé, una de las máximas figuras de este deporte, y la leyenda sobre su presencia en Nigeria. Según algunos autores, la visita del futbolista al país para disputar un partido en 1969 habría provocado que por 48 horas se frenara la guerra civil en el país africano.

Al otro lado del mundo, el fútbol provocaba, también en 1969, todo lo contrario: el inicio de una corta disputa entre Honduras y Nicaragua. El motivo principal del conflicto habría surgido por el mal trato recibido por los nicaragüenses por parte de las autoridades hondureñas. El hecho de que coincidiera precisamente con un partido entre ambas selecciones tuvo como consecuencia que a esta breve guerra se la bautizara como “Guerra del fútbol”.

Otro factor que impacta en cómo los ciudadanos ven el fútbol desde un punto de vista cultural, puede estar relacionado con cómo algunos de los grandes jugadores de la historia escaparon de la marginación social a través del deporte. Por poner ejemplos concretos, mencionamos a Cristiano Ronaldo o Lionel Messi.

En otra escala, que también afecta a la vertiente cultural, el fútbol resulta una vía de escape a las propias dificultades personales. De hecho, instituciones públicas como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) o el propio gobierno de Argentina han visto el efecto positivo del deporte en este sentido y han comenzado a crear iniciativas para promoverlo en lugares socialmente apartados. En el caso de Buenos Aires, recientemente se ha apostado por la inversión en infraestructura deportiva de nivel bajo (conocidos como clubes de barrio), destinando 2.300 millones de pesos argentinos y generando alrededor de 20.000 puestos de trabajo.

El lado oscuro del fútbol

Sin embargo, el fútbol —y el deporte en general— también tiene su lado oscuro. Además de una afición sana, también ha incrementado el fanatismo sobre los diferentes equipos y a través del uso de la fuerza. La Fratria-Spartak de Moscú o los Bad Blue Boys de Zagreb son algunos de los grupos ultras del mundo del fútbol en Europa que emplean distintos métodos de violencia tanto dentro, como fuera, de los eventos deportivos.

Te puede interesar: La “cifra negra” de la violencia en el deporte

A ello se suma los altos niveles de corrupción en el sector futbolístico. En Brasil, por ejemplo, la construcción de un nuevo estadio para la Copa Mundial de la FIFA 2014 reveló un escándalo de corrupción que ascendió hasta los 12 millones de dólares. Es el caso también del Moggigate, que implicó a grandes clubes de la Serie A italiana y sobre todo a la Juventus de Turín y a su entonces presidente, Luciano Moggi, en un escándalo de influencias sobre árbitros.

Te puede interesar: Corrupción y crimen organizado en el deporte

Otros ejemplos podrían ser el amaño de un partido en segunda división española entre el filial del F.C. Barcelona y el Eldense, el cual terminó en un abultado 12-0. También el más reciente escándalo del Qatargate en la adjudicación del país peninsular como sede del Mundial de Fútbol del 2022 y los sobornos han salpicado al Parlamento Europeo.

Te puede interesar: ¿Cuál es el papel de los lobbies en la Unión Europea?

Aun así, cabe destacar los episodios de vulneración de derechos humanos en nombre del deporte. En octubre de 2022, la estampida en el estadio Kanjuruhan dejó 125 muertos. Si analizamos la incidencia de estas tragedias a nivel mundial, Centroamérica y América del Sur ocupan los primeros puestos con 18 incidentes y con un 37,43% de los muertos totales (573/1531) y un 22,48% de los heridos totales
(2128/9468). Aun así, y muy por delante de las últimas ediciones, destaca la cifra de muertos por la construcción de los estadios del Mundial de Qatar. Según las investigaciones, hasta 6.500 personas han muerto a fecha de hoy.

El fútbol, promotor social

Si el fútbol mueve a miles de millones de personas, por consecuencia, también mueve billones en dinero. Si miramos al caso español, en 2020 el fútbol generó el 1,37% del PIB y contribuyó con 185.000 lugares de trabajo. ¿Se ha convertido el fútbol en un negocio? La inflación sobre los precios de los jugadores y los abultados sueldos están generando una gran brecha entre los grandes clubes profesionales y aquellos de divisiones secundarias.

“Panem et circenses” decían los romanos, y parece que la narrativa no ha cambiado desde entonces. El fútbol juega una herramienta eficaz para cubrir escándalos sociales. Pero, ¿a qué se debe eso?. Si observamos las últimas imágenes de las aglomeraciones en Buenos Aires tras la victoria de Argentina en el Mundial de Catar, vemos como una auténtica marea de personas albicelestes acompañan a sus héroes al unísono.

Te puede interesar: Amir Nasr-Azadani, jugador de futbol iraní, será ejecutado tras apoyar los derechos de las mujeres

El sentimiento de pertenencia a un mismo grupo -en este caso país- que se deriva del éxito o buena actuación de una
selección deportiva, sobre todo en el fútbol, promueve que las ideologías, edades, géneros y orientaciones sexuales pasen a un segundo plano mientras duren los festejos. Un movimiento social que indirectamente facilita la tarea del cuerpo político
para la aceptación popular de nuevas medidas que, de otro modo, quizás hubiesen levantado revuelo.

Los logros deportivos también brindan una oportunidad positiva para los gobiernos cuyos países han desempeñado un buen papel en una competición como el Mundial, especialmente entre los países en desarrollo y subdesarrollados. Sí, tomamos esta competición como un escaparate, en buena forma incide directamente en el concepto de “poder blando” del país, acuñado por el profesor Joseph Nye para referirse a la capacidad de influencia de los países en materia de reputación y en contraposición de la “fuerza dura”.

Te puede interesar: El tablero de juego internacional de la UE en el siglo XXI

El caso latinoamericano

En el caso de los países en desarrollo, como Argentina, tener una actuación como la del Mundial de 2022, proporciona una ventana a nuevas inversiones. Por ejemplo, Adidas ya ha visto una explosión de ventas con la nueva camiseta de
la selección con 3 estrellas.
Un hecho que puede repercutir directamente en las capacidades estatales y promover su economía, así como en el nivel de vida de la población. Además, en el plano internacional, también implica un tímido avance para recortar distancias con las potencias occidentales en ciertas materias.

Te puede interesar: ¿Qué fue la Marea Rosa en América Latina?

En Brasil, el templo del fútbol, la política y el deporte se han entrelazado tanto que, por ejemplo, algunos de los jugadores de la “canarinha” no han dudado en mostrar apoyo públicamente a Jaïr Bolsonaro en las últimas elecciones. Por otro lado, en 2020 detuvieron a Ronaldo de Assís Moreira —también conocido como Ronaldinho— con un pasaporte falso en Paraguay después de ser acusado de formar parte de una estafa piramidal. Mientras que Irán, presuntamente sentenciaba a muerte a Amir Nasr Azadani, jugador de la selección iraní, por mostrar su apoyo a los protestantes en favor a los derechos de las mujeres.

La ayuda al desarrollo en el fútbol

En el caso de un país subdesarrollado, el “poder blando” adquiere otro interés, en el que la prioridad será dar visibilidad a un Estado que, seguramente, parte de la sociedad no sabría reconocer, atrayendo la atención y, con ello, posibles inversiones y relevancia mediática. Por ejemplo, en Sudáfrica y después de la celebración del Mundial en 2010, el Liverpool FC promovió el uso de los campos de fútbol para organizar partidos benéficos y de formación en los jóvenes de entre 5 y 17 años y a través del programa “Permanent Liverpool Academy Programmes”.

El fútbol, ¿una alternativa a la política?

Además, el fútbol también ha sido un importante factor político fuera de los estadios. Por ejemplo, en Corea. Un país separado por la guerra desde hace casi 70 años, disputó un partido amistoso entre las dos partes y gracias a la rebaja de tensiones entre Norte y Sur, los cuales llevaron a acordar una
fecha para celebrar el evento. Por desgracia, el nuevo alzamiento de la tensión oscureció a medias él partido, pues solamente pudieron ingresar en el país los jugadores y el cuerpo técnico de Corea del Sur. El partido se disputó sin público ni retransmisión.

Aun con estas dificultades, lograr que dos países hermanos fuertemente enemistados disputen un partido es una hazaña que, solamente con la política, sería muy difícil de alcanzar.

Un balón de oro

En España, La Vanguardia escribió el 6 de diciembre de 2022 sobre una “doble victoria” en caso de ganar la final del torneo, tanto económica como futbolística; y El País apuntó que la posibilidad de que España ganase el Mundial podría aplazar los efectos de una recesión un año más. La tendencia vira que, cuando una selección de un país subdesarrollado o en vías de desarrollo, gana o desempeña un buen papel en el Mundial de Fútbol, su economía se vería positivamente influenciada.

Te puede interesar: Los petroestados y la maldición de los recursos

Afirmar que el crecimiento económico de dicho país se dé exclusivamente por el torneo es ignorar los infinitos factores que afectan esta tendencia. Aun así, cabe establecer una relación entre desempeño deportivo y prosperidad económica, como por ejemplo, el crecimiento del PIB tras un buen Mundial de fútbol.

Para tratar de hacer una correlación entre ambos conceptos utilizaremos datos de ambas partes. Por un lado, en materia futbolística, con los cuadros de las fases finales de los Mundiales de 2002 (Japón/Corea del Sur), 2010 (Sudáfrica), 2014 (Brasil) y 2018 (Rusia) y, por otro lado, los datos extraídos del Banco Mundial que representan la evolución del PIB de los países analizados que han prosperado en la competición.

Te puede interesar: ¿Qué reformas realizará la UE para evitar otros Qatargate?

Por lo general, se relaciona el éxito en el Mundial de Fútbol con una subida, más o menos generalizado, del PIB. En el caso de Turquía, tras alcanzar el tercer puesto en el Mundial de 2002, su economía se disparó hasta la crisis de 2008, para volver a subir poco más tarde. También es destacable la subida de Ghana tras el Mundial de 2010, ya que parecía haberse paralizado, pero reanudó su trayectoria ascendente. Aun así, y a la inversa de la tendencia, tras el Mundial de 2018, el PIB de Uruguay descendió.

La oportunidad marroquí en el Mundial de Qatar

Este año, la gran sorpresa ha sido que Marruecos. El país del Magreb se convirtió en el primer equipo africano en la historia del fútbol en alcanzar una semifinal de un Mundial. Y, aunque combatió con valentía, no pudo superar a la excampeona Francia, ni a la ex subcampeona Croacia, quedándose en un amargo, pero orgulloso cuarto lugar. Dicho lo cual, Marruecos podría verse beneficiado por haber llegado tan lejos en el torneo siguiendo la correlación positiva entre éxito y PIB.

Te puede interesar: ¿Cuál es la implicación de Marruecos en el Qatargate?

No obstante, el Reino de Marruecos se encuentra actualmente en una situación que pone en duda la prosperidad económica. En primer lugar, está sumido en una grave crisis social en materia de derechos, la cual preocupa a las Naciones Unidas, y provoca que alrededor del 70% de los marroquíes entre 18 y 29 años piense en emigrar del país, según el estudio de Yasmina Abouzzohour.

Por otro lado, el enquistado conflicto del Sáhara Occidental, que está abierto desde que se realizó la Marcha Verde sobre el territorio en 1975 y que, según el Informe Alerta! 2022 de la Escuela de Cultura de la Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha resultado ser uno de los episodios en la región con mayor intensidad en 2021.

Por último, la rivalidad histórica con su vecino Argelia es siempre un factor a tener en cuenta. La crisis diplomática por la venta de gas argelino a Marruecos a través de España ha propiciado el aumento de la tensión en la frontera, llegándose a desarrollar incluso ejercicios militares por parte del ejército nacional Popular de Argelia junto con Rusia.

Te puede interesar:

Artículos relacionados

Masterclass y eventos relacionados

Formación relacionada

spot_imgspot_img

Actualidad

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

spot_img