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Entender la geopolítica de Turquía y el camino a las elecciones

Análisis

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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

En ocasión del lanzamiento del primer episodio del Pódcast Código LISA «La geopolítica de Turquía: camino a las elecciones», Soraya Aybar, editora y analista de LISA News, entrevista a David García Pesquera, analista y colaborador de LISA News sobre una de las elecciones más importantes del país y de 2023.

Este domingo se celebran una de las elecciones más importantes del 2023. Turquía sale a votar en uno de los años más convulsos de su historia geopolítica e internacional. Pero, no se puede entender este enclave del sureste de Europa, ni sus comicios, sin analizar el perfil de su presidente Erdoğan, la presión de la comunidad kurda o su implicación en la guerra de Ucrania, entre otros puntos que también analizaremos a lo largo de esta entrevista. Para ello, está aquí con nosotros David García, compañero y analista internacional de LISA News. ¿Qué tal, David?

Buenas Soraya, ¿cómo estás? Encantado de estar aquí para tratar este tema. Turquía es un actor internacional que siempre me ha interesado mucho. Yo tuve la experiencia de vivir allí durante tres años y creo que estamos ante una semana fundamental.

Tienes razón que Turquía es un actor internacional vital y Recep Tayyip Erdogan es la principal cara del país desde hace 20 años. En todo este tiempo, él y su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo o AKP, han tomado el control de la religión, los medios de comunicación, la economía, y por supuesto, la política. Y ahora, por primera vez en 20 años, Erdoğan ve temblar su presidencia. ¿Qué está pasando? ¿Por qué está bajando su popularidad?

Desde el principio de su presidencia, Erdoğan ha sido una figura política que ha despertado filas y fobias a partes iguales. Ahora, su liderazgo podría terminar de la misma forma que empezó: marcado por un seísmo, en el verdadero sentido de la palabra. Y no sería la primera vez. Tras el terremoto de 1999 en Izmit, al noroeste del país, la popularidad del gobierno de Bülent Ecevit cayó en picado debido a la mala gestión, lo que dio pie a que en las elecciones de 2002, Erdoğan y su partido se alzaran como la mejor alternativa.

Y de cara a estas elecciones esos condicionantes más o menos se repiten, ¿no? Estamos ante un gobierno debilitado por el contexto de la invasión rusa en Ucrania, con una catástrofe humanitaria tras los terremotos a principios de febrero mal gestionada y una situación económica muy comprometida con la lira turca devaluada.

Sí, y una lira ya equivale a 0,047 euros cuando en otros tiempos 1 euro equivalía 3 liras aproximadamente. Tras el terremoto, la lira turca cayó hasta alcanzar un mínimo histórico, junto a su principal mercado bursátil, que también se desplomó. Aun así, la situación ya era complicada antes del seísmo y mucho antes de la guerra en Ucrania, pero sí la han agravado.

Erdoğan se ha enfrentado a estos contratiempos en los últimos meses, pero como hemos mencionado antes, el líder lleva 20 años en el poder. ¿Cómo ha evolucionado su perfil en todo ese tiempo?

Durante los primeros años de su mandato, sus siglas se identificaban con el islamismo moderado y democrático, de forma que podíamos hablar del AKP como un partido referente para el mundo árabe, combinando el papel del islam en la zona con la democracia liberal. Más adelante, su figura ha evolucionado hacia un autoritarismo electivo. Te doy algunos ejemplos. No sé si recuerdas cuando en 2013 hubo una serie de protestas en Estambul por la tala de árboles en la Plaza Taksim. Bueno pues, la respuesta de Erdoğan a esa movilización social fueron arduos enfrentamientos y arrestos policiales. Un año después, en 2014, el gobierno turco bloqueó varias redes sociales como Twitter y YouTube para tapar presunta información relativa a la corrupción en su familia y gobierno.

Podría decirse que Erdoğan ha ido construyendo un relato a su favor, ¿no? El líder ha ido cambiando su personaje político según como lo requerían las circunstancias. 

Precisamente 2015 fue un año clave para ese erdoganismo. En junio pierde la mayoría absoluta que tenía y tras un verano-otoño de atentados terroristas —como por ejemplo Suruç en julio y Ankara en octubre—, inestabilidad en la frontera con Siria y los kurdos y la crisis de los refugiados en noviembre de 2015, volvió a recuperar la amplia mayoría. Durante esos meses lo que consigue es fabricar un relato en su favor, sí. Erdoğan apuntaba que esa amenaza terrorista, por ejemplo, no podía evitarla porque él no tenía la fuerza necesaria. Algo similar ocurrió después del atentado terrorista del 13 de noviembre de 2022.   Precisamente sobre cómo Erdoğan utilizó la amenaza terrorista en beneficio propio en las elecciones hablé en un análisis en LISA News. 

¿A qué te refieres cuando hablas de Erdoganismo?

El Erdoganismo, igual que el trumpismo o el bolsonarismo, describe el estilo político y el movimiento social de una figura en particular. En este caso hablamos de Erdoğan en Turquía, pero también existe un patrón similar relacionado con el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro o el de Estados Unidos, Donald Trump. El Erdoganismo se basa en el nacionalismo turco, la defensa del islam, el control de los aparatos de poder del estado, el conservadurismo social y el populismo. Un ejemplo de esto último es el reciente anuncio de Erdoğan sobre la gratuidad de la factura del gas durante este mes antes de las elecciones.

Comentabas que en 2015 Erdoğan recuperó el poder a pesar de la complejidad de la situación, ¿qué pasó una vez volvió a la presidencia?

En 2016, una vez ya había recuperado la mayoría, el intento de golpe de estado llevó a una limpieza de todos los contrarios al erdoganismo, sobre todo en el Ejército y en la justicia. Recuerdo que por aquel entonces nos llegó un mensaje a los todos los teléfonos turcos diciendo que saliéramos a la calle a defender el país contra el golpe. Durante esa noche hubo cerca de 300 muertos y más de 6.000 detenidos.

Y si no me equivoco, a pesar del duro golpe de Erdoğan, en 2017 alcanzó la victoria en referéndum, ¿no?

Así es. En 2017, Erdoğan ganó el referéndum con un resultado muy ajustado del 51,41% sobre un total de alrededor de 50 millones de votos. Una victoria mínima tras una consulta general y una campaña muy personificada. Pese a perder en las tres principales ciudades, Turquía ha pasado a ser desde entonces una república presidencialista, con muchos más poderes para Erdoğan. Los mismos poderes que podría perder en las próximas elecciones y que absorbería el nuevo líder.

Hablas de un nuevo líder, ¿quiénes son los otros favoritos y candidatos a la presidencia?

En la política turca actual distinguimos principalmente dos bloques. Por un lado, la Alianza del Pueblo, que está compuesto por el famoso AKP de Erdoğan y por el Partido de Acción Nacionalista, el MHP. Y, por otro lado, un segundo bloque denominado como la Alianza Nacional, y que en este caso, está configurado principalmente por el Partido Republicano del Pueblo, conocido por sus siglas como el CHP.

La Alianza del Pueblo defiende ideas islamistas y nacionalistas mientras que la Alianza Nacional, con el CHP a la cabeza, ha ensanchado en los últimos años su espectro ideológico desde la izquierda hasta el centro-derecha europeísta. Defendiendo incluso posiciones seculares, lejos de las dinámicas de Erdoğan. 

¿Quién es la cara más visible de esa oposición, de la Alianza Nacional?

Kemal Kılıçdaroğlu es el principal líder de la oposición desde hace 13 años y el candidato de esa Alianza Nacional a las elecciones de este año. En los últimos meses, ha recibido el respaldo del presidente de El Buen Partido, cercano a la Alianza, y de los alcaldes de Ankara y Estambul. Tanto es así que los tres podrían convertirse en vicepresidentes si Kılıçdaroğlu gana las elecciones.

¿Y qué probabilidades hay de que las gane? ¿Qué dicen las encuestas?

Los últimos sondeos señalan un fortalecimiento de las opciones de la oposición. La encuesta de Soslayo de abril de 2023 maneja una victoria estrecha del AKP de Erdoğan en primera vuelta con el 33% de los votos frente al 30% del CHP de Kılıçdaroğlu. IYI estaría en el 12% y el HDP de los kurdos 11% entrando por poco. El resto quedarían fuera, ya que el mínimo porcentaje para entrar en la Gran Asamblea Nacional Turca es de los más altos del mundo. Las variaciones del voto en la segunda vuelta sí darían el triunfo a la oposición según esta encuesta con el 54% frente al 46% de Erdoğan.

La religión también es un bastión fundamental en la política de Erdoğan. Alrededor del 95% de la población es musulmana y aunque oficialmente, Turquía es un Estado Islámico laico, los movimientos de Erdoğan han apartado las ideas liberales y ha justificado sus decisiones con el Islam. Por ejemplo, destacamos la salida en 2021 de Turquía del Convenio de Estambul, el tratado internacional que establece un marco legal contra la violencia machista.

Sí, poco a poco han ido abandonando la democracia islámica, esa tendencia ideológica que promulga que los principios democráticos son compatibles con el Islam. La primera demostración de ello fue cuando el gobierno de Erdoğan se enfrentó a las élites laicas que estaban a favor de prohibir el uso del velo en espacios públicos. Pero hay muchos otros casos de extremismo islámico.

Erdoğan dijo que las mujeres deben, al menos, tener tres hijos y que si no era así, no se podía considerar a ese grupo de mujeres ni medio personas. El líder entiende que una mujer que rechaza la maternidad o sus responsabilidades de cuidado del hogar, está perdiendo su libertad religiosa. 

Bueno, otro de los casos más resonados es el de la antigua iglesia bizantina de Santa Sofía en Estambul. En 2020, y tras la decisión de Erdoğan, el lugar, que hasta entonces y desde 1934 era un museo abierto al turismo, ahora se ha reconvertido y vuelve a ser una mezquita. A pesar de las críticas internacionales, incluso de la UNESCO.

Erdoğan tiene que ganarse el premio a la Personalidad Musulmana Global de alguna forma. Un periódico islámico nigeriano lleva tres años consecutivos reconociendo la labor del líder en el beneficio de la comunidad musulmana global.

Las decisiones de Erdoğan y Turquía también habla de sus intereses geopolíticos, ¿no? Desde hace varios meses, Turquía está bloqueando la expansión de la OTAN. Se está viendo con las trabas que el país, como uno de los bastiones de la Alianza Atlántica, establece sobre la entrada de Suecia, a pesar de que este último presentó la solicitud con Finlandia, que sí ha sido aceptado en la organización. ¿Qué hay detrás de este bloqueo?

Siempre se ha hablado de Turquía como un agente doble. Hacen un doble juego en la guerra de Ucrania, en Siria, en su papel de miembro de la OTAN o con los refugiados. Esto incluye a los kurdos. Turquía considera que Suecia va contra su seguridad porque allí viven militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), grupo terrorista reconocido por Turquía, la UE y EEUU, que busca la independencia del Kurdistán. La ocasional quema de un ejemplar del Corán en territorio sueco fue el argumento perfecto para cuadrar todo.

¿Por qué le molestan tanto los kurdos a Erdoğan? Desde principios del siglo XX, cualquier intento de independencia de los kurdos ha sido reprimido.

Son la principal etnia de Turquía sin contar a los turcos lógicamente, son 15 millones de personas cerca del 20% de la población con su propia lengua y cultura. Su independencia sería debilitar Turquía y perder un territorio estratégico y es algo que el nacionalismo turco no solo de Erdoğan, sino otros presidentes turcos siempre han negado.

La vecina Siria también ha tenido algo que ver en ese rifirrafe, ya no solo con los kurdos, sino con la propia Siria.

Así es. Turquía comparte 822 kilómetros de frontera con Siria y es precisamente en la zona norte donde se sitúan los kurdos. De ahí que hablemos de doble juego, porque mientras apoyan a la coalición internacional liderada por EEUU contra Al-Assad, les conviene perjudicar lo más posible a los kurdos de la zona, que son apoyados por EEUU. En el norte de Siria y en las zonas más cercanas a la frontera se han establecido zonas especiales de seguridad. Los pasos fronterizos están cerrados y solo se puede cruzar en casos muy puntuales. A ambos lados, se producen enfrentamientos entre las fuerzas turcas y militantes del PKK.

Y si miramos más allá de los kurdos, en el plano internacional, ¿cuáles están siendo los puntos fuertes de la política exterior de Erdoğan? Por ejemplo, entre los casos de éxito, Turquía está expandiendo su popularidad en África. En los últimos 20 años ha abierto alrededor de 44 embajadas en todo el continente y ha apoyado alrededor de 20 proyectos de construcción de grandes infraestructuras como el Aeropuerto Internacional de Dakar en Senegal. Hasta 2021, Erdoğan ha sido el líder no africano con más visitas no oficiales a África en su espalda. Esto dice mucho de los intereses geo estratégicos del país. ¿Dónde más está hincando el diente y cómo?

Sí, África es uno de los grandes objetivos estratégicos de Turquía en la actualidad. Buscan ganar influencia. siguiendo el modelo chino o el ruso con los mercenarios Wagner. Erdoğan está convencido que con sus tasas de interés bajas y a una moneda devaluada podrá inundar los mercados exteriores con productos turcos. Actualmente, Turkish Airlines vuela a un total de 61 destinos africanos y se considera que es un lugar de oportunidades de negocio que no están presentes en otros lugares como Norteamérica o Europa.

En los últimos años, las grandes potencias están virando hacia el continente africano. Es el futuro si hablamos de demográfica, economía y lo más importante, recursos naturales y materias primas. Eso sí, Turquía también aprovecha su alcance internacional con sus vecinos de la región, ¿no?

Sí, Erdoğan también tiene grandes intereses en el Cáucaso. Apoya a Azerbaiyán en su disputa con Armenia, realizando una pinza para aislar a Armenia y favorecer un corredor, En Oriente Medio, Siria e Irak son fundamentales por el asunto kurdo, ya que son territorios conflictivos, y por supuesto no podemos olvidar el este de Europa. En los Balcanes, donde el nacionalismo turco apela a la grandeza del Imperio Otomano como por supuesto en Ucrania y Rusia.

Y si nos quedamos en esto último y hacemos zoom en el este de Europa, ¿a quién respalda Turquía en el conflicto entre Rusia y Ucrania?

Como miembro de la OTAN, respaldan el apoyo a Ucrania y rechazan la invasión. Sin embargo, no han cortado radicalmente su relación con Rusia ni han sido muy duros con Putin en sus declaraciones. Hay que recordar que el Bósforo en Estambul es la principal salida al mar desde el Mar Negro que tiene Rusia. Es la única en Europa que no se congela durante el gélido invierno ruso. Turquía sigue teniendo un gran poder de negociación frente a Rusia y por supuesto que hacen uso de él.

Entiendo entonces que Turquía está haciendo equilibrismos. No se unió al bloque occidental en las sanciones financieras a Rusia, pero a su vez, ha enviado drones Bayraktar a Kiev, que son además un tremendo dolor de cabeza para la contingencia rusa.

Sí, lleva a cabo un doble juego, pero sabiendo en todo momento que le puede beneficiar. Por ejemplo, puede ser esa tercera vía que sustituya a China como eje principal en las negociaciones entre Rusia y Ucrania, como ya está haciendo con el acuerdo del cereal. Este posicionamiento tranquilo frente a Rusia puede ser una carta que jueguen en otro conflicto en el que tengan intereses opuestos a los rusos, como en Siria o en Armenia.

A pesar de que Turquía lleva años posicionándose como un actor geopolítico esencial en el panorama mundial, sí es cierto que lo de este último año ha sido brutal.

Es un país clave en las Relaciones Internacionales. Piensa que han sido uno de los grandes imperios de la historia y actualmente marcan el límite entre occidente o lo que consideramos OTAN y Oriente Medio, EEUU y Rusia y el mundo secular de las teocracias islámicas.

Ellos tienen su modo de hacer las cosas y yo personalmente considero que a nivel económico se van a recuperar de esta situación. Si hablamos desde un prisma geopolítico, se van a poder permitir este doble juego durante mucho tiempo, porque EEUU no va a arriesgar perder un aliado en una zona tan sensible y la OTAN y Turquía no va a salir de la OTAN por una alternativa cualquiera.

Escucha el primer episodio del Pódcast Código LISA «La geopolítica de Turquía: camino a las elecciones» completo aquí:

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