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Día Internacional del Orgullo LGTB: origen, significado y evolución

Una fecha nacida de las protestas de Stonewall en 1969 que hoy simboliza, en todo el planeta, la lucha por los derechos, la visibilidad y la dignidad de la comunidad LGTB.

El 28 de junio, y, por extensión, todo el Mes del Orgullo, se ha convertido en una de las efemérides sociales más reconocibles del calendario mundial. Pero su historia no empezó con carrozas multicolores ni patrocinios corporativos. Comenzó, literalmente, con una redada policial y con personas corrientes que decidieron decir «basta». En este recorrido repasamos cómo aquellos disturbios encendieron la mecha del movimiento moderno por la igualdad LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), cómo surgieron los primeros desfiles, qué papel juega la bandera arcoíris y cuáles son los desafíos que aún quedan por delante.

Orígenes: los disturbios de Stonewall (1969)

Durante los años sesenta, las leyes de Nueva York penalizaban la homosexualidad y permitían cerrar bares que «alimentaran conductas inmorales». El Stonewall Inn, en el número 53 de Christopher Street, era uno de los pocos refugios donde la comunidad gay, lesbiana y trans podía bailar sin ser expulsada inmediatamente. Sin embargo, durante la madrugada del 28 de junio de 1969 la policía irrumpió en el local, registró a los clientes y procedió a varias detenciones. Aquella redada no era la primera, pero sí fue la gota que colmó el vaso.

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Al salir esposadas, drag queens, personas trans, homosexuales, bisexuales y jóvenes sin recursos se negaron a bajar la cabeza. La multitud empezó a lanzar monedas, botellas y a construir barricadas improvisadas. Las protestas continuaron durante cinco noches y atrajeron la atención de los medios locales. Por primera vez, la comunidad LGTB aparecía como sujeto político y no como objeto de burla. Por ello, Stonewall articuló un nuevo lenguaje: orgullo en lugar de vergüenza, visibilidad en lugar de silencio. Sin saberlo, aquellos manifestantes habían inaugurado el Día Internacional del Orgullo LGTB.

El primer desfile de Orgullo (1970)

Un año después de los disturbios, activistas como Brenda Howard, Craig Rodwell y Martha Shelley organizaron la Christopher Street Liberation Day Parade. El 28 de junio de 1970, unas 10.000 personas marcharon desde Greenwich Village hasta Central Park. Al mismo tiempo, convocatorias simultáneas reunieron a miles de asistentes en Los Ángeles, San Francisco y Chicago. Por primera vez, la palabra «Pride» encabezaba pancartas y cánticos.

No obstante, aquellas marchas no fueron desfiles festivos, sino demostraciones de fuerza que reivindicaban la descriminalización de la homosexualidad, el fin de las detenciones arbitrarias y el derecho a amar en público. La prensa conservadora calificó los actos de «escándalo», lo que, paradójicamente, amplificó su eco. El mensaje era claro: si una comunidad oprime a sus minorías, estas saldrán a la calle.

Expansión internacional y evolución cultural

El ejemplo estadounidense cruzó el Atlántico. Londres celebró su primer desfile, en 1972; Berlín, en 1979. En España, la primera manifestación tuvo lugar en 1977, dos años después de la muerte de Franco, cuando unas 4.000 personas se reunieron en Las Ramblas para exigir la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. A partir de ahí, la celebración se extendió por París, Ámsterdam, Sídney, Ciudad de México o São Paulo.

Aunque cada país asigna fechas distintas, junio se impuso internacionalmente gracias a su vínculo con Stonewall. Así nació el Mes del Orgullo, un periodo de charlas, exposiciones y campañas educativas que culmina el 28 con una explosión de color en todo el planeta. Esta prolongación de la conmemoración favorece la pedagogía, el turismo y la visibilidad mediática.

El simbolismo del Orgullo: banderas e iconos

El artista y veterano militar Gilbert Baker diseñó la primera bandera arcoíris para la marcha de San Francisco de 1978. Cada una de sus ocho franjas originales tenía un significado: rosa (sexualidad), rojo (vida), naranja (salud), amarillo (luz del sol), verde (naturaleza), turquesa (magia), índigo (serenidad) y violeta (espíritu). Con el tiempo las franjas se redujeron a seis por motivos de producción, pero el símbolo se consolidó.

En 2018, el diseñador Daniel Quasar añadió una chevron con tonos marrón y negro, junto al celeste, blanco y rosa de la bandera trans, para visibilizar a personas racializadas y trans. Hoy existen variaciones para identidades no binarias, asexuales o intersexuales. Por ello, si bien es cierto que LGTB es la sigla original, hoy la comunidad se reconoce de manera más amplia que incluyen a diversos grupos como LGTBIQ+, etc. Pese a la variedad estética y lingüística, todas comparten un ADN común: la bandera arcoíris sigue siendo el emblema universal del Día Internacional del Orgullo LGTB.

De la protesta a la celebración masiva

  • Relación con la crisis del SIDA (1980–90) y aparición de un activismo más visible. La epidemia del VIH/SIDA golpeó con crudeza a la comunidad gay a comienzos de los ochenta. Ante la indiferencia gubernamental, varios colectivos comenzaron a manifestarse en funerales, hospitales y pasarelas de moda para exigir recursos y medicamentos. El Día Internacional del Orgullo LGTB se transformó en altavoz para denunciar la estigmatización y fomentar la prevención.
  • La entrada de políticas públicas inclusivas, corporaciones y el reto de mantener el espíritu militante. Con la aprobación de leyes antidiscriminatorias y el matrimonio igualitario en distintos países, muchas instituciones y marcas se sumaron a los desfiles. Los patrocinios aportaron financiación, escenarios y campañas virales; sin embargo, también surgieron críticas por el «pinkwashing», la práctica de exhibir banderas arcoíris sin compromisos reales. El desafío actual consiste en equilibrar la fiesta y el negocio con la reivindicación política que dio origen al movimiento.

El Orgullo hoy: diversidad y retos contemporáneos

Algunas ciudades en el mundo celebran el Orgullo bajo un fuerte despliegue policial o, a veces, en la clandestinidad. En Rusia y partes de Oriente Medio, el simple uso de la bandera arcoíris puede conllevar multas, prisión e incluso la muerte. Aun así, activistas locales organizan marchas simbólicas o campañas online que conectan con la diáspora LGTB internacional. No obstante, la lucha por el Día Internacional del Orgullo LGTB es global, pero no homogénea.

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Asimismo, mujeres lesbianas, personas trans, bisexuales o no binarias reclaman mayor protagonismo dentro de los comités organizadores. De igual modo, las personas LGTB migrantes o racializadas recuerdan que sufren discriminación múltiple. Por ello, algunos expertos creen que la interseccionalidad exige políticas que contemplen aspectos como el género, la orientación sexual, la raza o la clase. De lo contrario, el Orgullo corre el riesgo de convertirse en un escaparate alejado de sus raíces combativas.

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¿Cuál fue el origen del Día del Orgullo?

De una redada en el Stonewall Inn a un movimiento mundial, este artículo examina cómo los disturbios de 1969 encendieron la chispa de las primeras marchas por la liberación de este colectivo y sentaron las bases del Orgullo.

Para comprender el origen del Día del Orgullo es esencial situarse en la década de 1950, marcada por el macartismo y la llamada «Lavender Scare». En esa época, más de 5.000 empleados federales fueron despedidos por «conducta sexual inmoral». Además, treinta y siete estados mantenían leyes que tipificaban la homosexualidad como delito, y las «leyes de vestimenta» permitían arrestar a una persona si no llevaba un mínimo de prendas «propias de su sexo». Los bares que servían a la clientela queer sufrían redadas rutinarias, donde la policía irrumpía, confiscaba alcohol y publicaba los nombres de los detenidos en la prensa, arruinando reputaciones y carreras.

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Aun en ese contexto, germinaron focos de resistencia. En 1950 se fundó la Mattachine Society, una de las primeras organizaciones gais de Estados Unidos, que apostaba por la «asimilación respetable». Su objetivo era convencer a la sociedad de que las personas homosexuales no eran una amenaza. Más tarde, en 1955, surgieron las Daughters of Bilitis, primer grupo lésbico del país. Ambas asociaciones organizaron piquetes silenciosos delante de la Casa Blanca y editaron boletines como The Ladder, haciendo visible una realidad hasta entonces clandestina. Sin embargo, su estrategia moderada estaba lejos de imaginar la explosión que llegaría en 1969.

Los disturbios de Stonewall (28 de junio de 1969)

El Stonewall Inn, situado en Christopher Street (Greenwich Village, Nueva York), era un bar sin licencia para vender alcohol, dirigido por la mafia y tolerado a cambio de sobornos. La madrugada del 28 de junio, ocho agentes irrumpieron, cortaron la música y empezaron a identificar a los clientes. Lo que solía terminar en resignación se transformó esa noche en disturbios. Al ver cómo la policía maniataba a personas trans y drag queens, el público salió a la calle y comenzó a lanzar monedas, botellas y ladrillos. El estribillo «Gay Power!», retumbó en las fachadas de ladrillo del Village.

Entre quienes desafiaron a la policía destacan tres figuras imprescindibles en el origen del Orgullo LGTB. Marsha P. Johnson, mujer trans afroestadounidense, arrojó la primera botella, según muchos testigos. A su lado, Sylvia Rivera, activista latina y también trans, se enfrentó a los agentes gritando «¡No nos iremos!». Stormé DeLarverie, lesbiana butch y cantante de jazz, recibió un golpe de porra. Al levantarse, preguntó a la multitud «Why don’t you guys do something?» (¿Por qué no hacéis algo?). Esa pregunta encendió la chispa.

El motín no se apagó con el amanecer. Durante las siguientes cinco noches, cientos de jóvenes LGTB regresaron a Christopher Street. Se improvisaron piquetes, se corearon lemas y se pintaron grafitis de «Drag power» en las paredes. La represión policial fue intensa, pero la prensa liberal se hizo eco y, por primera vez, presentó la revuelta no como un escándalo moral, sino como una protesta legítima. Stonewall simbolizó que la comunidad ya no aceptaría la vergüenza impuesta, y aquel fue el verdadero origen del Orgullo LGTB moderno.

Primeras marchas del Orgullo en 1970

Un año después de los disturbios de Stonewall, el Frente de Liberación Gay (GLF) y la Gay Activists Alliance organizaron la primera marcha oficial. Recorrieron 51 manzanas hasta Central Park tras una pancarta que decía «Christopher Street Liberation Day». Estaba sucediendo algo inédito, donde miles de personas caminaban a plena luz del día, mostrando rostros y nombres, exigiendo el fin de la discriminación. Durante el trayecto se coreó «Say it loud, gay is proud!» (Dilo alto, ¡lo gay es un orgullo!), consagrando la palabra «pride» como antónimo de la vergüenza socialmente impuesta.

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Aquella misma jornada, tres ciudades más se sumaron a la conmemoración del origen del Orgullo LGTB: San Francisco celebró el «Gay Freedom Day Parade», Los Ángeles convocó la «Christopher Street West Parade», y Chicago organizó su primera caminata al Lincoln Park. Sin redes sociales ni internet, la fecha se difundió por panfletos y pequeñas columnas en la prensa alternativa, demostrando la fuerza de un deseo colectivo contenido.

De marcha a símbolo global

A partir de 1971, activistas en Londres, París, Estocolmo y Toronto replicaron el modelo. La capital británica celebró su primera marcha en 1972, apenas dos años después de la descriminalización parcial de la homosexualidad en Inglaterra y Gales. Berlín Occidental se unió en 1979 con el hoy famoso CSD (Christopher Street Day). En América Latina, México organizó su primera marcha en 1978. Argentina, aun bajo dictadura, vería su debut en 1992 tras la restauración democrática. Cada país adaptó la fecha a su calendario, pero todos reconocían el mismo origen del Orgullo LGTB: los disturbios de Stonewall.

En 1999, el presidente Bill Clinton proclamó junio como «Gay and Lesbian Pride Month». En 2009, Barack Obama amplió la denominación a «LGBT Pride Month», consolidando la idea del Mes del Orgullo. Paralelamente, en 1978, el artista Gilbert Baker diseñó la bandera arcoíris con ocho franjas, cada color simbolizando un valor (sexualidad, vida, curación, luz del sol, naturaleza, magia, serenidad y espíritu). La bandera arcoíris simplificada a seis colores se convirtió en un emblema internacional, tan reconocible como la paloma de la paz o la cruz roja.

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Delincuencia albanesa en Cataluña: así operan las organizaciones criminales de los Balcanes en el país

Desde hace años, Cataluña se ha convertido en un enclave estratégico para redes criminales con proyección internacional. La delincuencia albanesa en Cataluña es cada vez más visible y estructurada. En este análisis, José Luis Gil Valero y Nerea Sanmartín Gómez, analistas criminales especializados en delincuencia organizada y profesores del Curso de Experto en Delincuencia Organizada de los Balcanes Occidentales de LISA Institute, exploran su alcance, su violencia y las claves para frenarlas.

La delincuencia organizada de los Balcanes y, más concretamente, la de habla albanesa (Albania, Kosovo, parte de Montenegro, de Macedonia del Norte, la Cameria griega, así como zonas de la Calabria italiana), se ha convertido en los últimos años en uno de los núcleos criminales más poderosos del mundo.

Liderada por numerosos clanes organizados en estructuras familiares jerárquicas y con unos estrictos códigos de conducta interna (Besa y el Kanun), esta red se ha asentado en varias zonas de nuestro país. Algunas de las regiones donde ha echado raíces son Galicia, Alicante o la Costa del Sol.

Sin embargo, ninguna de estas regiones presenta un nivel de implantación comparable al de Cataluña.

Por ello, en esta investigación queremos centrar la atención en el impacto de la delincuencia de habla albanesa en dicha región. Analizaremos el alcance de estos grupos y la amenaza que representan para la seguridad, no solo de Cataluña, sino de toda España.

Operaciones policiales contra la delincuencia albanesa en Cataluña y número de detenidos

En primer lugar, respecto a las operaciones policiales realizadas durante el periodo objeto de investigación, se han llevado a cabo un total de 25 intervenciones. Todas ellas fueron efectuadas por los Mossos d’Esquadra de Cataluña.

Gráfica 1. Número de operaciones

La distribución por años ha sido de 11 operaciones en 2023, otras 11 en 2024 y, finalmente, 3 en el primer trimestre de 2025. En 12 de las 25 operaciones, lo que constituye un 48%, se contó con la cooperación de diferentes FCSE como la Policía Nacional y la Guardia Civil. 

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Dado que estas mafias operan a nivel internacional, la cooperación policial y judicial en la lucha contra este fenómeno criminal deviene en un factor esencial. No obstante, dicha cooperación se dio únicamente en 10 de las 25 operaciones, lo que supuso un 40% de las mismas. Cabe destacar la participación de Europol, Eurojust o la policía de Albania. Las organizaciones criminales desarticuladas poseían casi en su totalidad conexiones internacionales con otros grupos criminales repartidos por el territorio europeo. Del total de las 25 operaciones, en 22 de ellas se constataron esas conexiones internacionales, un 88% de las mismas.

Si bien, estas organizaciones se encontraban mayoritariamente formadas por ciudadanos albaneses (y kosovares), muchos de ellos residían en España con visados de turista por 90 días. Otros, sin embargo, se encontraban en situación irregular.

Estas organizaciones contaban con el respaldo de ciudadanos españoles. Pero también hemos identificado a individuos de otras nacionalidades: francesa, italiana, alemana, serbia, china, marroquí, colombiana, sueca y argelina.

En segundo lugar, en cuanto al número de detenciones llevadas a cabo, así como al perfil etario de los detenidos, encontramos lo siguiente. Durante este periodo, los Mossos d’Esquadra han llevado a cabo un total de 163 detenciones de ciudadanos albaneses en Cataluña. En concreto, 57 en 2023, seguidas de 77 en 2024 y, finalmente, 29 en el primer trimestre de 2025. 

Gráfica 2. Número de detenciones

Dentro del conjunto de ciudadanos albaneses detenidos, hemos obtenido un rango de edades comprendidas entre los 19 y los 63 años. Se han identificado las edades de 24 individuos, lo que supone un 15% del total. Dentro de este grupo, identificamos a 15 sujetos de entre 20 y 30 años, un 62% del conjunto del que poseemos datos. La tendencia, por tanto, se caracteriza por grupos de edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. 

Estructura de las organizaciones criminales desarticuladas

La totalidad de las organizaciones criminales albanesas desarticuladas presentaban una estructura completamente jerárquica, basada en clanes familiares. En varias de ellas se contó con la presencia de ciudadanos nacionales o de otras nacionalidades para el desempeño de labores logísticas o de vigilancia.

El núcleo de las mismas estaba dirigido por albaneses pertenecientes a clanes familiares. En varias de estas organizaciones y debido al carácter internacional de las mismas, se presupone que forman parte de un entramado más grande, dada la diáspora de sus miembros repartidos por toda Europa, con sede en la propia Albania. 

Por lo que respecta al tamaño de estas organizaciones criminales, son en su mayoría de tamaño grande, según el criterio de Europol de más de 6 miembros. En este caso, 15 de las 25 organizaciones desarticuladas lo eran (60%), por lo que nos enfrentamos a grandes organizaciones criminales. 

Mercados criminales y uso de la violencia

Los principales mercados criminales que hemos podido apreciar durante el estudio de las operaciones policiales son los siguientes: 

El tráfico de estupefacientes. Se trata de la principal actividad de estas organizaciones criminales. Encontramos 21 de las 25 (84%) organizaciones dedicadas al tráfico de drogas. Concretamente, 19 de 21 (90%) especializadas en el tráfico de marihuana. Dentro de este cultivo, el 89% fueron plantaciones indoor frente al 11% de cultivos outdoor. En cuanto al tráfico de cocaína, este supuso tan sólo el 4% de todas las organizaciones desarticuladas dedicadas al narcotráfico. En este punto, es necesario desatacar la figura de los «jardineros» albaneses en el control de las plantaciones.

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La segunda actividad criminal más destacada es el robo a viviendas, con un total de 3 de las 25 operaciones policiales efectuadas. Esto supone un 12 % del total.

El tráfico de migrantes, con dos operaciones (8%), mantiene una relación directa con el tráfico de marihuana. Son muchos los migrantes procedentes de Albania que se encuentran en condiciones de semi esclavitud en las plantaciones. 

El tráfico de armas. Esta tipología delictiva no destaca por su volumen de operaciones, 1 de 25 (4%), pero sí lo hace por su peligrosidad, puesto que se trata de armas de guerra que venden a otras organizaciones criminales a nivel nacional e internacional.

Íntimamente ligada con la anterior se encuentra el sicariato. En las operaciones analizadas aparece una organización criminal dedicada a labores de sicariato para otras organizaciones criminales. Esta es una tendencia que resulta preocupante, dadas las características propias de los grupos de los Balcanes, concretamente, de los albaneses.

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El blanqueo de capitales, que a pesar de suponer un 8% (2 operaciones), resulta clave en el entramado criminal de las organizaciones desarticuladas debido a su alcance internacional. En este sentido, se encuentra un sistema bancario de las mafias chinas y un sistema bancario paralelo, creado por grupos albaneses para financiar y lavar los activos derivados del narcotráfico. 

Uno de los criterios establecidos por Europol en la SOCTA para evaluar el alcance y las tendencias delictivas de las organizaciones criminales es el empleo de la violencia. En nuestro caso, asimilamos este criterio a la tenencia ilícita de armas de fuego por parte de dichas organizaciones criminales. De tal forma que, de los datos analizados, en 12 de los 25 grupos desarticulados se incautaron armas (48%), siendo en muchos casos armas de guerra, casi la mitad del total. 

Gráfica 3. Tenencia ilícita de armas 

Este dato pone de manifiesto la existencia de la violencia empleada por las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico en todo el territorio nacional, especialmente en Cataluña, debido a los innumerables vuelcos y ajustes de cuentas que se producen entre organizaciones. 

Alcance de la delincuencia albanesa en Cataluña y distribución geográfica

En cuanto al alcance territorial y la posición geográfica de estas organizaciones, hemos diferenciado la distribución por provincias y comarcas. 

Imagen 1. Distribución de operaciones por provincias.

En este caso, destacan 15 en Barcelona (60%), seguidas de las 9 en Tarragona (36%), 3 en Lérida (12%) y 1 en Gerona (4%). A continuación, pondremos el foco en la distribución por comarcas dentro de cada provincia afectada. 

Imagen 2. Distribución por comarcas.

De los datos expuestos, se observa que la implantación ha sido en 18 de 41 comarcas, lo que ha supuesto un 43% de todo el territorio de la comunidad. La distribución por provincias muestra que Tarragona se encuentra a la cabeza con un 60% del territorio afectado, seguido de Barcelona con un 54%. Finalmente, Gerona y Lérida con 29% y 25%, respectivamente. 

En las gráficas de la izquierda, se puede apreciar el nivel de incidencia por provincia y comarca, destacando el Baix Pendès, Baix Camp y el Tarragonès (Tarragona) y el Barcelonès, Baix Llobregat, Valles Oriental y el Maresme (Barcelona). 

Conclusiones

La delincuencia albanesa en Cataluña se caracteriza por estar formada por organizaciones de gran tamaño (6 o más integrantes) y con una estructura jerárquica basada en lazos de sangre y familia. Estas organizaciones tienen un impacto significativo en la región, principalmente por el tráfico de drogas y el robo en viviendas.

Cabe destacar el perfil de los integrantes de estos grupos delictivos, puesto que presentan diversas nacionalidades (italiana, francesa, colombiana, china…) y un rango de edad muy amplio, comprendido entre los 20 y los 40 años.

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El uso de armas de guerra y la violencia que emplean en sus acciones, así como su capacidad para operar en diferentes provincias de Cataluña y mantener conexiones internacionales con otras organizaciones criminales en Europa y América Latina, muestran su alto nivel de peligrosidad y profesionalidad. De tal forma que, suponen una amenaza para la seguridad nacional e internacional.

La complejidad de sus acciones y sus redes globales hacen que sea esencial la cooperación y colaboración de diferentes policías y autoridades internacionales en la lucha contra este fenómeno criminal.

Cataluña, es una de las comunidades españolas más afectadas por estas organizaciones, especialmente las provincias de Tarragona y Barcelona, en zonas como Baix Pendès, Baix Camp y Tarragonès (Tarragona) y Barcelonès, Baix Llobregat, Valles Oriental y el Maresme (Barcelona), donde se han llevado a cabo numerosas operaciones policiales.


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La diplomacia de la sauna: los casos de Finlandia y Rusia

En la historia de la diplomacia, pocos espacios han sido tan insólitos como la sauna. Lejos de lo ceremonial, este lugar ha servido para construir confianza entre potencias rivales. En este artículo, Artiom Vnebraci Popa explica cómo Finlandia y Rusia lo han convertido en una herramienta informal pero eficaz para resolver tensiones.

En el mundo de la diplomacia y las relaciones comerciales, donde las rígidas normativas fijan los escenarios de negociación, existen excepciones curiosas. De las más singulares, es la práctica de la sauna como espacio diplomático entre Finlandia y la Federación Rusa. 

Finlandia es exportadora de este modelo como política exterior informal tanto vía la Sociedad Finlandesa de la Sauna (soft power) como por la inclusión de las mismas en la mayoría de sus embajadas. Pero la cercanía geológica, las frías temperaturas, las tensiones históricas y ciertos parecidos en relación al uso de las tabernas (y saunas) como espacios de socialización han acercado culturalmente a la población finlandesa y rusa más que otras naciones.

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Así, más allá de un simple disfrute cultural, esta ‘institución’ ha devenido mecanismo efectivo de promoción de la confianza informal y un activo que facilita acuerdos en contextos de formalidades que habrían sido obstáculos públicos.

La sauna más que ritual: una descentralización de jerarquías

En Finlandia, más allá de la cuestión higiénica o de turismo cultural, la importancia de la sauna radica en ser un lugar donde las jerarquías se diluyen y donde las conversaciones privadas fluyen con una honestidad que encontraría resistencia en los salones protocolarios. De esta forma, en la sauna, todo se descentraliza y los normas formales casi no sobreviven al vapor.

La Federación Rusa, por otro lado, comparte esta veneración por el baño de vapor a través de la banya (un espacio con sus propias tradiciones pero cumplidor de una función similar: purificar, relajar y congregar). 

Esta coincidencia cultural no pasó desapercibida por los diplomáticos de ambos países, quienes supieron aprovecharlo como un espacio de calma en medio de unas relaciones históricamente complejas.

Del vapor a la mesa de negociaciones

Tras la Declaración de Independencia de Finlandia en el 1917, las relaciones con su vecino ruso (y más tarde: con la Unión Soviética) estuvieron marcadas por la prudencia y relativa neutralidad. Durante la Guerra Fría, la política de «finlandización» permitió al país mantener su soberanía sin desafiar abiertamente al Kremlin. Fue en este delicado equilibrio, donde la sauna emergió como un espacio estratégico.

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La diplomacia de la sauna alcanzó su momento clave durante la Guerra Fría, cuando el presidente Urho Kekkonen transformó este ritual ancestral en una herramienta geopolítica. 

El episodio más revelador ocurrió durante una sesión de sauna compartida por el presidente finlandés y Nikita Jrushchov. Entre el vapor y conversaciones directas, el líder soviético terminó aceptando la integración de Finlandia en la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Esto habría sido un logro complicado en las frías salas de negociaciones convencionales. 

Pero el verdadero test de esta singular estrategia llegó en 1978, cuando el ministro de Defensa soviético Dmitri Ustinov llegó a Helsinki con la intención de presionar a Finlandia para que se alineara con el Pacto de Varsovia. Así, Ustinov planteó ejercicios militares conjuntos, solo para recibir una negativa diplomática, dejando claro que la amistad podía cultivarse de otras formas.

Este singular método diplomático demostró ser extraordinariamente efectivo. Urho Kekkonen comprendía que el ambiente íntimo de la sauna (al eliminar barreras jerárquicas y sociales), creaba las condiciones ideales para diálogos sinceros. La sauna se convirtió, así, en un espacio donde se forjaron acuerdos que hubieran sido imposibles en el rígido marco de la diplomacia tradicional.

Modelo exportable: más ejemplos

El legado de la diplomacia de la sauna no se limita a la Guerra Fría. Martti Ahtisaari (Premio Nobel de la Paz y ex presidente finlandés) supo adaptar esta tradición a negociaciones internacionales contemporáneas. Su enfoque definió el clásico giro práctico (que examina cómo los rituales cotidianos pueden influir en procesos políticos complejos). 

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En la actualidad, los diplomáticos finlandeses continúan empleando la sauna como herramienta para construir puentes. Sin embargo, esta herramienta no puede ser universal. Su peso radica en códigos culturales profundamente arraigados: la naturalidad ante la desnudez y la asociación de la sauna como espacio de honestidad. Intentar trasplantar este modelo a culturas donde el contacto interpersonal es más reservado podría generar incomodidad en lugar de acercamiento. De esta forma, lo que en Helsinki y Moscú es una práctica unificadora, en otras partes del mundo podría malinterpretarse como una transgresión de límites personales.

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¿Qué son las RSF de Sudán y qué papel juegan en el conflicto?

Sudán vive su tercera guerra civil en pocas décadas. Las Fuerzas Armadas y las milicias RSF se enfrentan en un conflicto devastador. En este artículo, el alumno ddel Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute, Francisco Javier Peña explica, explica un escenario donde el número de muertos y desplazados no deja de crecer mientras la comunidad internacional observa con preocupación.

El actual conflicto militar en Sudán enfrenta a las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) contra las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Esta nueva guerra civil se inició en abril del año 2023, debido a las diferencias entre los líderes de ambas facciones, Abdel Fattah al-Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo, también conocido como Hemedti.

Previamente, ambos militares habían colaborado en el golpe de Estado producido en el año 2019 contra Omar Hassan Ahmad al-Bashir. Este había estado al mando del país desde 1989, tras protagonizar su propio golpe de Estado.

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Al-Bashir, que participó en la guerra del Yom Kippur (1973) junto al ejército egipcio, fue acusado por la Corte Penal Internacional. Se le imputaron cargos de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad por los ataques a la población no árabe de Darfur. Abdel Fattah al-Burhan, líder de las SAF y presidente del Consejo Militar de Transición (CMT), se convirtió en líder de facto de Sudán. Fue tras el golpe de Estado contra al-Bashir.

Sin embargo, las diferencias con Mohamed Hamdan Dagalo, líder de las RSF y vicepresidente de la CMT, derivaron en un nuevo enfrentamiento militar. Los combates comenzaron en la capital, Jartum, y pronto se extendieron por todo el país. Sudán ya ha vivido previamente dos guerras civiles de larga duración: la primera de 1955 a 1972 y la segunda de 1983 a 2005. Ambas dejaron varios millones de muertos y desplazados.

La tercera guerra civil sudanesa es uno de los conflictos abiertos más preocupantes. En tan solo 2 años, refleja cifras de más de 60.000 fallecidos y más de 10 millones de desplazados. Los países que más refugiados sudaneses reciben son Chad, Egipto, Sudán del Sur, Etiopía y República Centroafricana.

¿Qué son las Fuerzas de Apoyo Rápido?

Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) son fuerzas paramilitares sudanesas lideradas por el general Mohamed Hamdan Dagalo. Los miembros de las RSF tienen origen en las milicias yanyawid y cuentan con experiencia en combate. Participaron en el conflicto de Darfur como parte del gobierno sudanés de al-Bashir y en el golpe de Estado del año 2019 contra el mismo dictador.

En menor medida, las filas de las RSF están complementadas por reclutas forzosos, incluidos niños soldado, y milicias menores de otros países africanos. Las milicias yanyawid son, a su vez, otra fuerza paramilitar conformada principalmente por miembros de Sudán, Chad y Libia. Fueron actores principales en el conflicto de la región de Darfur iniciado en el año 2003, movilizados por el gobierno sudanés contra la población de la zona.

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El conflicto contó con la intermediación de la ONU, pero no fue capaz de evitar la muerte de decenas de miles de personas. Tampoco logró frenar el desplazamiento de otros cientos de miles. Aunque oficialmente el conflicto fue finalizado en 2010, han existido episodios posteriores de represión contra la población de Darfur.

La influencia de las RSF es especialmente importante en Darfur y Jartum, dos de las ciudades más relevantes de Sudán. También tienen presencia en ciertas zonas del centro y suroeste del país. Se estima que sus fuerzas cuentan con entre 70.000 y 100.000 efectivos. Son números inferiores en comparación con las SAF.

Sin embargo, las RSF cuentan con el apoyo de los Emiratos Árabes Unidos y la influencia del Grupo Wagner. Debido a la crudeza del conflicto, Naciones Unidas ha denunciado en múltiples ocasiones los riesgos de limpieza étnica, violencia sexual y otros ataques a los derechos humanos.

Trayectoria del Consejo Militar de Transición en Sudán

Tras la expulsión de al-Bashir, los miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido formaron parte del Consejo Militar de Transición. Este órgano pretendía ser un gobierno militar provisional antes de instaurar un mandato civil. El primer presidente del CMT fue el exministro de Defensa, Awad Ibn Ouf, aunque su estancia fue breve y fue reemplazado por el general al-Burhan, líder de las SAF.

A pesar de un primer acuerdo con la oposición civil, representada por las Fuerzas de la Libertad y el Cambio (FCC), se conformó un gobierno mixto con civiles y militares. Sin embargo, el CMT dio un segundo golpe de Estado en 2021, consolidando su control del poder. Los continuos enfrentamientos con su vicepresidente, Dagalo, y la dura represión contra los manifestantes civiles derivaron en un nuevo conflicto. Uno de los principales puntos de fricción entre al-Burhan y Dagalo eran los planes para integrar a los miembros de las RSF en las SAF, lo que implicaba la pérdida de autonomía de Dagalo.

Infraestructura y aliados de las RSF

A pesar de contar con un número notablemente menor al de las Fuerzas Armadas Sudanesas, las Fuerzas de Apoyo Rápido cuentan con una importante infraestructura y una red de aliados que les permite combatir al actual gobierno sudanés. 

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Uno de los principales puntos logísticos de las RSF es la base de Al Zorg, al norte de la región de Darfur. Las RSF establecieron la base en el año 2017, lo que provocó un importante desplazamiento de la población de la zona.

En junio de 2023 las RSF consiguieron un importante avance al tomar el complejo militar de Yarmouk, en Jartum. Este avance les permitió el acceso a instalaciones de fabricación de armas y almacenes de combustible.

Los Emiratos Árabes Unidos han proporcionado a las RSF una gran cantidad de camionetas. Estas han sido modificadas por los combatientes, que les han incorporado ametralladoras pesadas y morteros. Por su parte, el Grupo Wagner suministró misiles tierra-aire, posiblemente sistemas de defensa aérea portátiles (MANPAD), y fusiles de asalto AK-47. Este apoyo incrementa considerablemente las capacidades de las RSF.

Posible evolución y consecuencias del conflicto en Sudán

La tercera guerra civil sudanesa se presenta como uno de los conflictos más inciertos actualmente. Las dos guerras civiles previas indican que la situación puede extenderse durante décadas si no existe una participación de terceros actores para frenar el enfrentamiento.

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La ONU ha denunciado en repetidas ocasiones la poca capacidad que tiene de ayudar en la zona, sobre todo a la hora de proveer de recursos básicos a los desplazados por la guerra. A las violaciones constantes de los derechos humanos se les suma el alto riesgo de hambrunas y enfermedades entre los refugiados, que además pueden aumentar la inestabilidad de los países vecinos.

Las Fuerzas Armadas Sudanesas cuentan con una mayor infraestructura en el país y con un apoyo mayoritario de la sociedad. Además, la influencia de Egipto y Arabia Saudí, tanto a nivel logístico y militar como diplomático, puede ser un factor diferencial a largo plazo. Los intereses de Rusia en el Mar Rojo pueden hacer que reduzca sus apoyos a las RSF y aumente las capacidades del gobierno sudanés si este le garantiza mejores condiciones de poder en la zona.

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Tras dos años de combate, las negociaciones de paz parecen improbables debido a los objetivos y capacidades militares de ambas facciones. Los esfuerzos de Arabia Saudí y otros actores regionales por un alto al fuego no están teniendo resultados positivos por el momento, aunque una movilización civil coordinada podría ejercer la suficiente presión para llevar a ambos generales a la búsqueda de un acuerdo.


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Los miembros de la OTAN se comprometen a gastar el 5% del PIB en defensa

La cumbre extraordinaria de La Haya, celebrada el 25 de junio, sella un pacto que eleva el listón de gasto militar y de seguridad ante la amenaza rusa y bajo la presión de Estados Unidos.

Los 32 jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN aprobaron este miércoles 25 de junio en La Haya un compromiso para elevar su gasto anual en defensa hasta el 5% del PIB de aquí a 2035. La declaración final, de apenas una página, obliga a cada país a presentar planes anuales que tracen un camino «creíble y progresivo» hacia esa meta.

El acuerdo desglosa la cifra en un 3,5% destinado a capacidades militares básicas y un 1,5% adicional para proteger infraestructuras críticas, reforzar la ciberseguridad y apuntalar la industria de defensa.

La nueva cifra de gasto responde en gran medida a la presión ejercida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien llevaba años reclamando que los aliados «subieran al 5%» y celebró la decisión como «una victoria para todos». Washington argumenta que la carga presupuestaria recaía de forma desproporcionada sobre sus hombros y exigía un reparto más equitativo.

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El salto duplica el umbral del 2% acordado en la cumbre de Gales de 2014, objetivo que todavía no alcanzan ocho miembros, según recordó el secretario general, Mark Rutte. El comunicado justifica el aumento por las «profundas amenazas» que representa Rusia tras la invasión de Ucrania de 2022 y la persistencia del terrorismo.

España encabezó las reticencias al nuevo listón por considerarlo «poco razonable», pero finalmente firmó la declaración tras negociar cierta flexibilidad sobre su senda de gasto. Otros aliados, como Italia, Canadá o Bélgica, también aludieron a dificultades presupuestarias, aunque no bloquearon el consenso.

La OTAN reiteró además su compromiso con la defensa colectiva, al aseverar que un ataque contra uno de sus miembros «será respondido por todos», reafirmando el Artículo 5 en un momento de incertidumbre. El progreso hacia el 5% se revisará en 2029 y, de cumplirse, dotará a la Alianza de las tropas, capacidades y resiliencia que considera indispensables para la próxima década.

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¿Por qué comenzó la guerra entre Irán e Israel? Las claves para comprender el conflicto

La guerra Israel Irán estalló cuando se cruzaron varias líneas rojas al mismo tiempo. Entre ellas; una disputa histórica que se remontaba a 1979, el temor israelí a un Irán nuclear, la agitación regional provocada por el conflicto palestino y la convicción de que el otro bando solo entiende el lenguaje de la fuerza. Desde fuera puede parecer irracional que dos países se embarquen en una espiral que amenaza con incendiar Oriente Medio, pero, desde dentro, ambos sienten que combaten por su propia existencia.

La guerra entre Israel e Irán de 2025 no apareció de la nada. Es el resultado de décadas de desconfianza, choques indirectos y temores mutuos que, paso a paso, fueron minando cualquier posibilidad de entendimiento. Para comprender por qué las bombas empezaron a caer el 13 de junio (primero sobre instalaciones nucleares iraníes y, pocas horas después, sobre ciudades israelíes) conviene retroceder hasta 1979, año en que ambos países dejaron de ser aliados para convertirse en enemigos declarados. A continuación, repasamos los momentos clave que explican cómo se pasó de la sombra a la guerra abierta.

De socios estratégicos a adversarios ideológicos

Hasta finales de los años setenta, Teherán e Israel mantenían una relación cordial. Irán, entonces una monarquía gobernada por el sha Mohamed Reza Pahlaví, fue el segundo país islámico que reconoció al Estado judío en 1948 y lo veía como un socio útil frente a los regímenes árabes hostiles. Sin embargo, ese vínculo se rompió cuando la Revolución Islámica derrocó al sha en 1979 y el ayatolá Ruhollah Jomeini instauró una república teocrática que calificó a Israel de «régimen ilegítimo».

Desde entonces, la enemistad quedó inscrita en la Constitución iraní y en la retórica de su líder supremo, que comenzó a presentarse como defensor de la causa palestina frente a lo que consideraba una ocupación injusta. A ojos de los nuevos dirigentes iraníes, arremeter contra Israel ofrecía dos ventajas. En primer lugar, fortalecer su imagen ante el mundo musulmán. Y en segundo lugar, distanciarse del «imperialismo» estadounidense, aliado histórico del Estado judío.

La «guerra en la sombra»: décadas de enfrentamientos indirectos

A partir de los años ochenta, el enfrentamiento se libró principalmente a través de terceros actores (milicias chiíes en Líbano, Siria e Irak) y operaciones encubiertas. Israel sostiene que Irán financia y entrena a grupos como Hezbolá, Hamás y los hutíes, capaces de hostigar su territorio con cohetes o drones. Por su parte, Teherán denuncia que los servicios secretos israelíes han saboteado centros de investigación y asesinado a varios de sus científicos nucleares, especialmente desde 2010.

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Esa «Guerra Fría» regional aumentó con la guerra civil siria (2011) y con la disputa marítima en el golfo Pérsico, donde ambos bandos se acusaron de atacar petroleros. Sin embargo, hasta 2025 ninguno había atacado territorio del otro de forma directa y masiva.

El conflicto nuclear: ¿amenaza existencial o derecho soberano?

Para Israel, el programa atómico iraní es el factor que hace inaceptable cualquier statu quo. Las autoridades de Jerusalén afirman que un Irán con armas nucleares supondría «una amenaza existencial», porque algún día podría intentar borrar al Estado judío del mapa. En Teherán, en cambio, el enriquecimiento de uranio se presenta como un derecho soberano y un seguro ante la presión occidental.

No obstante, desde la década de 2010 aproximadamente, Israel empezó a bombardear decenas de posiciones iraníes en Siria y realizó ciberataques contra plantas como Natanz. Sin embargo, nunca antes había golpeado el corazón del territorio rival. Esa línea roja se cruzó el 13 de junio de 2025, cuando la inteligencia israelí concluyó que Teherán estaba «en la fase final» para construir una bomba.

El detonante inmediato: el ataque de Hamás y la escalada regional

El 7 de octubre de 2023, la milicia palestina Hamás lanzó una incursión sin precedentes contra el sur de Israel, causando más de mil muertos y provocando la devastadora ofensiva israelí en Gaza. El conflicto palestino volvió a situarse en el centro de la política de Medio Oriente y reavivó la rivalidad Irán-Israel:

  • Irán ensalzó la operación de Hamás y prometió apoyo «hasta la victoria».
  • Israel acusó a Teherán de haber entrenado y financiado a los combatientes.
  • Las milicias proiraníes en Líbano, Irak y Yemen empezaron a hostigar posiciones israelíes y estadounidenses.

La Operación León Creciente: el día que saltaron las chispas

La madrugada del 13 de junio de 2025, cazas y misiles israelíes alcanzaron instalaciones militares y nucleares en varias provincias iraníes: Natanz, Khondab, Khorramabad y zonas estratégicas de Teherán. El nombre en clave de la ofensiva refleja la convicción de que era necesario «desmantelar las ambiciones nucleares» del adversario.

Los bombardeos mataron a altos mandos de la Guardia Revolucionaria, entre ellos el comandante Hossein Salami, y a científicos considerables para el programa atómico. En palabras del portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Roni Kaplan, «Irán se acercaba a la fase final de su camino para confeccionar un arma nuclear».

La respuesta iraní y la entrada de Estados Unidos

Teherán reaccionó la misma noche con la Operación «Verdadera Promesa III», disparando cientos de misiles balísticos y drones contra Tel Aviv y otras ciudades israelíes. La mayoría se interceptaron. Sin embargo, los proyectiles que lograron pasar dejaron decenas de muertos y más de mil heridos. Al mismo tiempo, Irán amenazó con atacar cualquier base estadounidense que colaborara con Israel, aunque ese paso no llegó a materializarse.

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Al cabo de los días, Washington decidió unirse al esfuerzo israelí y bombardeó varios centros nucleares iraníes, asegurando que «las ambiciones nucleares de Irán han sido destruidas». Para Teherán, la participación estadounidense confirmó que la guerra entre Israel e Irán no es un asunto bilateral, sino un pulso geopolítico más amplio.

¿Por qué ahora? Las cinco claves de la escalada

Estas son las razones principales que, combinadas, provocaron el conflicto directo entre Israel e Irán en 2025:

  • Cambio de prioridades en Jerusalén. Tras casi dos años de combates en Gaza y la degradación de Hamás y Hezbolá, los estrategas israelíes se sintieron con margen militar y diplomático para golpear a Irán directamente.
  • Umbral nuclear. Fuentes de inteligencia occidentales indicaban que Irán estaba a meses de tener suficiente uranio enriquecido para un arma. Para Israel, actuar antes de ese punto era cuestión de «supervivencia».
  • Apuesta por la disuasión regional. El Gobierno de Benjamin Netanyahu quería enviar un mensaje a otros adversarios (Siria, Líbano, Yemen) y a las potencias que negocian con Teherán de que ningún acuerdo diplomático frenaría un programa nuclear encubierto.
  • Presión interna y legitimidad. Tanto en Irán como en Israel, los líderes enfrentan divisiones internas. La confrontación externa suele reforzar la cohesión nacional y distraer las críticas nacionales.
  • Estados Unidos como factor multiplicador. El temor a que la crisis se descontrole y afecte al mercado petrolero hizo que Washington interviniera rápidamente. Su apoyo militar inclinó la balanza e impidió que la contraofensiva iraní fuera mayor.

¿Salida diplomática o guerra prolongada?

El futuro dependerá de tres variables:

  1. La capacidad iraní de reconstruir su programa nuclear. Si los daños son irreparables, Teherán podría negociar; si no, la tentación de otra ofensiva israelí persistirá.
  2. La presión internacional. Rusia y China piden moderación, mientras la UE busca reactivar el acuerdo nuclear de 2015. Sin garantías técnicas, Israel rechaza cualquier propuesta.
  3. La política interna. Un cambio de liderazgo en cualquiera de los dos países podría abrir espacio para la diplomacia, pero de momento ambos gobiernos gozan de respaldo popular frente al enemigo externo.

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Las 10 ventajas para definir el Entorno Operativo Futuro para las Fuerzas Armadas

En un mundo marcado por la incertidumbre y el cambio acelerado, definir el Entorno Operativo Futuro se vuelve crucial para que las Fuerzas Armadas anticipen amenazas, fortalezcan su resiliencia y garanticen su eficacia en escenarios complejos, multidominio y en constante transformación tecnológica, geopolítica y doctrinal.

Los Tiempos Posnormales y el futuro de la seguridad y la defensa

El entorno internacional actual y futuro se caracteriza por un nivel de complejidad, incertidumbre y cambio acelerado que supera los marcos de análisis tradicionales. En este contexto emergen los denominados Tiempos Posnormales, concepto desarrollado por el prospectivista Ziauddin Sardar, que describe escenarios caracterizados por la velocidad de aparición, su amplio alcance, su fuerte escalabilidad y la simultaneidad con la que ocurren.

Cuando dichas características se combinan con los siguientes tres elementos fundamentales, se potencia la ignorancia y la incertidumbre acerca del futuro:

  • Caos: múltiples fuerzas actuando simultáneamente de forma no lineal, dificultando la previsión de resultados.
  • Contradicción: la coexistencia de tendencias opuestas o paradójicas en el mismo entorno.
  • Complejidad: interrelaciones crecientes entre factores políticos, tecnológicos, económicos, sociales y medioambientales.

Como señala Sardar (2010), “los Tiempos Posnormales son interludios de transición en los que las ideas, instituciones y sistemas existentes dejan de ser útiles, y lo nuevo todavía no ha surgido plenamente”.

En este marco, las Fuerzas Armadas requieren metodologías de análisis prospectivos avanzados que les permitan anticiparse y adaptarse a escenarios altamente dinámicos. Definir el Entorno Operativo Futuro se convierte así en una práctica esencial para garantizar su relevancia, eficacia y resiliencia.

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A continuación, se listan las 10 principales ventajas de definir el Entorno Operativo Futuro con metodología de prospectiva estratégica:

1. Anticipación estratégica frente a amenazas emergentes

    Definir el Entorno Operativo Futuro permite identificar amenazas emergentes —como la guerra cognitiva, los ciberataques masivos o las armas hipersónicas— antes de que se materialicen. Esta anticipación estratégica facilita la preparación doctrinal y la innovación tecnológica.

    Ejemplo: El Departamento de Defensa de Estados Unidos creó el programa Joint All-Domain Command & Control (JADC2) para anticipar los desafíos de la guerra multidominio y adaptar doctrinas y capacidades, integrando dominios cibernético, espacial, aéreo, terrestre y marítimo (Departamento de Defensa de EE. UU., 2024).

    2. Reducción de la incertidumbre operacional

    Como afirma Jordi Serra del Pino, Director académico del Área de Estrategia y Prospectiva de LISA Institute: “El futuro menos probable es aquel en que nada cambia”.

    El Entorno Operativo Futuro ayuda a reducir la incertidumbre en la toma de decisiones estratégicas y operacionales. El análisis prospectivo identifica variables críticas —políticas, económicas, tecnológicas, sociales, medioambientales— que pueden alterar los teatros de operaciones.

    Ejemplo: El Global Strategic Trends Programme del Ministerio de Defensa del Reino Unido proporciona visiones prospectivas sobre el contexto global a 30 años, reduciendo incertidumbres en la planificación (UK MOD, Global Strategic Trends 2022).

    3. Diseño de capacidades pertinentes y sostenibles

    La prospectiva permite diseñar capacidades militares pertinentes, evitando inversiones en sistemas obsoletos o inadecuados. Así se asegura la sostenibilidad estratégica a largo plazo.

    Ejemplo: La Cellule d’Études Prospectives del Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia integra prospectiva en el diseño del caza de sexta generación europeo (SCAF), alineando capacidades con amenazas previstas (Ministère des Armées, 2023).

    4. Fortalecimiento de la resiliencia institucional

    Definir el Entorno Operativo Futuro fortalece la resiliencia institucional, permitiendo una preparación robusta ante disrupciones inesperadas o escenarios de crisis.

    Ejemplo: El programa Zukunftsfähige Bundeswehr 2031 de la Bundeswehr alemana fortalece su resiliencia ante ciberataques, conflictos híbridos y otras disrupciones (Bundesministerium der Verteidigung, 2023).

    5. Mejor planificación del talento humano

    El análisis prospectivo permite anticipar las competencias que serán necesarias en el futuro, facilitando políticas eficaces de captación, formación y actualización.

    Ejemplo: Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) integran prospectiva tecnológica en sus programas de formación, enfocándose en inteligencia artificial, robótica y ciberseguridad (IDF Annual Report, 2024).

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    6. Desarrollo industrial y tecnológico nacional

    La prospectiva impulsa el desarrollo industrial y tecnológico, alineando la I+D+i con los futuros desafíos estratégicos.

    Ejemplo: La Defense Innovation Unit (DIU) del Departamento de Defensa de EE. UU. prioriza inversiones en IA, robótica avanzada, tecnologías cuánticas y ciberdefensa según los escenarios de Entorno Operativo Futuro (US National Defense Strategy, 2022).

    7. Integración efectiva en redes aliadas y regionales

    Definir un Entorno Operativo Futuro compartido fortalece la interoperabilidad y la eficacia en operaciones multinacionales y coaliciones.

    Ejemplo: La OTAN, mediante su Framework for Future Operating Environment, armoniza doctrinas prospectivas entre sus aliados, fortaleciendo su cohesión operativa (NATO Allied Command Transformation, 2024).

    8. Refuerzo del rol de las Fuerzas Armadas en la soberanía nacional

    Un Entorno Operativo Futuro claro permite a las Fuerzas Armadas proteger con mayor eficacia los intereses estratégicos y la soberanía nacional en todos los dominios.

    Ejemplo: La Armada Española, a través de su Plan de Capacidades Navales 2035, ha incorporado prospectiva para reforzar su rol en la defensa de la soberanía marítima y en los espacios estratégicos (Ministerio de Defensa de España, 2023).

    9. Mejor orientación del gasto público y la inversión en defensa

    El análisis prospectivo optimiza la asignación del gasto en defensa, priorizando inversiones estratégicas frente a sistemas obsoletos o que serán irrelevantes o poco útiles ante escenarios futuros.

    Ejemplo: La Integrated Review Refresh 2023 del Reino Unido ha reorientado su gasto en defensa hacia capacidades cibernéticas y espaciales, basándose en análisis prospectivos (UK Integrated Review Refresh 2023).

    10. Refuerzo de la confianza institucional y pública

      La fundamentación prospectiva refuerza la confianza en las decisiones estratégicas, tanto en el ámbito gubernamental como entre la ciudadanía.

      Ejemplo: El enfoque prospectivo del Bundesministerium der Verteidigung ha contribuido a fortalecer el respaldo político y ciudadano al proceso de modernización de la Bundeswehr (Bundestag Defence Committee, 2024).

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      Conclusión

      El acelerado ritmo de cambio tecnológico, geopolítico y doctrinal propio de los Tiempos Posnormales exige a las Fuerzas Armadas una evolución profunda en su forma de anticipar, planificar y operar. La definición del Entorno Operativo Futuro emerge como un pilar esencial para construir fuerzas más eficaces, resilientes y pertinentes.

      No obstante, para aprovechar plenamente el potencial de la prospectiva estratégica, es imprescindible una capacitación adecuada en metodologías prospectivas avanzadas y en análisis del Entorno Operativo Futuro.

      Recursos para desarrollar tus capacidades en Prospectiva y Estrategia

      En este ámbito, LISA Institute constituye una referencia internacional, con programas formativos de excelencia en prospectiva, análisis estratégico, inteligencia y defensa. Concretamente, su Máster de Analista Estratégico y Prospectivo, con doble titulación universitaria, se ha erigido como referencia internacional para la adquisición de competencias en esta materia.

      Además, su unidad especializada LISA Analysis Unit ofrece acompañamiento experto y personalizado a empresas, instituciones, ministerios de defensa y fuerzas armadas para la implementación de capacidades de prospectiva alineadas con los estándares de referencia internacional.

      Invertir en el desarrollo de competencias prospectivas hoy es garantizar que las Fuerzas Armadas estén preparadas para dominar los escenarios de seguridad del siglo XXI.

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      Daniel Villegas participa en el Panel de Disrupción Digital Militar en el Seminario de Prospectiva Estratégica de la Armada de Colombia

      Entre el 17 y el 19 de junio de 2025 se celebró en Bogotá, el Seminario Internacional de Prospectiva Estratégica y Señales de Futuro, un congreso de alto nivel promovido por la Academia Naval de Estudios Estratégicos (ANEES) de la Armada de Colombia. El objetivo del evento fue identificar y anticipar tendencias tecnológicas y geopolíticas que transformarán el entorno marítimo y la seguridad nacional a 2050.

      El seminario reunió a líderes internacionales, altos mandos militares, académicos y expertos de organizaciones como OTAN, ONU, UE, RAND Europe, LISA Institute, UNIDIR y universidades de prestigio. En este contexto, el día 18 de junio tuvo lugar el panel Disrupción Digital y Poder Militar: el futuro ya está en juego, en el que participaron, junto a:

      • Daniel Villegas, Director general de LISA Institute.
      • Michael A. Stewart, Director de la Oficina de Capacidades Disruptivas de la Armada de EE. UU.
      • Jacob Parakilas, Analista en RAND Europe.
      • Vicealmirante (r) Manuel Martínez Ruiz, Consejo Asesor del Clúster de la Industria de Defensa – CID, España.
      • Moderado por Dr. Oscar Palma, Universidad del Rosario.

      Principales aportaciones

      Daniel Villegas, con su experiencia como consultor en ciberseguridad, inteligencia y estrategia para organismos internacionales, y coautor del Framework for Strategic Environment Analysis para la OTAN, centró su intervención en tres grandes ejes:

      La ciberguerra como nueva dimensión del conflicto moderno

      Villegas definió la ciberguerra como el empleo deliberado de acciones ofensivas y defensivas en el ciberespacio, llevadas a cabo por actores estatales o no estatales, con algunos de los siguientes objetivos:

      1. Comprometer, degradar o destruir infraestructuras críticas.
      2. Interrumpir sistemas de mando, control, comunicaciones e inteligencia (C4ISR).
      3. Desestabilizar al adversario a nivel político, militar, económico o social.
      4. Obtener ventajas estratégicas sin necesidad de un conflicto armado abierto.

      Apoyándose en ejemplos reales (Estonia 2007, Stuxnet en Irán 2010, Ucrania desde 2014, Operaciones en el Indo-Pacífico desde 2020), alertó sobre los crecientes riesgos para infraestructuras navales, energéticas y de telecomunicaciones.

      Entre sus recomendaciones para prevenirla:

      • Fortalecimiento de la ciberresiliencia, a través de un mejor diseño de redes OT/IT militares, primando el security by design, security by default y el principio de necesidad de saber.
      • Aislamiento físico y digital de sistemas de armas, SCADA y C4ISR, implementando arquitecturas Zero Trust.
      • Vigilancia continua para detección temprana, con sistemas EDR y XDR adaptativos y apoyados en IA.
      • Disponer de capacidades ofensivo-defensivas de ciberdefensa, especialmente para detectar, contrarrestar y disuadir ciberataques.
      • Potenciación de la ciberinteligencia estratégica, monitorizando amenazas tanto regionales como globales, implementando soluciones ágiles a incidentes y modus operandi que hayan afectado tanto a sistemas propios como ajenos.
      • Cooperación internacional mediante la participación activa en redes de alerta temprana, tanto civiles, gubernamentales como militares (UE, EEUU, OTAN, etc.)
      • Creación de doctrinas de ciberdefensa integradas.
      • Potenciación de la formación a nivel básico (todas las fuerzas armadas y proveedores clave), nivel avanzado (personal militar con funciones y acceso a tecnología de cualquier tipo), nivel Experto (unidades especializadas en el dominio del ciberespacio).

      Riesgos y amenazas relacionadas con tecnologías emergentes

      Teniendo en cuenta el contexto de dominio marítimo, al ser un Seminario organizado por la Armada de Colombia, Villegas abordó los altos riesgos de intrusión, disrupción o ciberataque en tecnologías como:

      • IA aplicada a vigilancia marítima.
      • Vehículos no tripulados tanto aéreos, como por superficie o submarinos (UAV, USV, UUV).
      • Redes de sensores autónomos.
      • Sistemas C4ISR navales.

      Según sus datos:

      • Los actores hostiles más activos son potencias cibernéticas regionales y globales, redes criminales transnacionales, grupos híbridos y ciberterrorismo.
      • Las amenazas incluyen ciberataques a drones, manipulación de IA, ransomware en redes OT, intrusión en sistemas de control naval y generación de falsos positivos en sensores autónomos.

      Entre sus medidas propuestas:

      1. Security by Design y Security by Default en todos los sistemas, propios y de proveedores clave.
      2. Aislamiento físico y lógico de redes OT/IT.
      3. Plataformas de SOC 24×7 con SIEM y XDR.
      4. Fortalecimiento de capacidades de ciberinteligencia.
      5. Criptografía avanzada y (futura) post-cuántica.

      Priorización tecnológica para Colombia

      Finalmente, Daniel Villegas recomendó a la Armada de Colombia priorizar y potenciar las siguientes tecnológicas en los próximos años:

      • IA para vigilancia y análisis de inteligencia (alta relación coste-beneficio).
      • Robótica naval (UAVs, USVs, UUVs) para vigilancia ampliada.
      • Fortalecimiento de la ciberseguridad en redes críticas, tanto propias como de proveedores clave.
      • Redes de sensores autónomos para vigilancia persistente.
      • Exploración de capacidades en criptografía cuántica a medio-largo plazo.

      Además, subrayó la necesidad de integrar C4ISR avanzado y capacidades de ciberprotección para garantizar el control de la zona de interés y proteger infraestructuras críticas frente a amenazas híbridas.

      Conclusión: soberanía y resiliencia en la era digital

      El panel evidenció que la disrupción digital ya está configurando nuevas formas de poder militar, donde la resiliencia cibernética es tan estratégica como la potencia de fuego o la superioridad naval.

      Las aportaciones de Daniel Villegas resultaron especialmente valoradas por su enfoque pragmático, basado en casos reales y en estándares internacionales, contribuyendo a reforzar la capacidad anticipatoria y de adaptación de la Armada de Colombia frente a los desafíos del siglo XXI.

      En palabras del propio Villegas:

      “El entorno operativo marítimo será cada vez más híbrido y cibernético. La ciberresiliencia y la inteligencia estratégica son esenciales para proteger la soberanía y autonomía estratégica de cualquier Estado”.

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      ¿Puede Asia evitar la decadencia demográfica que asfixia a Europa?

      Europa vive una crisis demográfica sin precedentes: baja natalidad, envejecimiento y un modelo social en tensión. Mientras el continente duda, Asia ensaya reformas culturales y estructurales con visión de futuro. En este artículo, el alumno del Máster Profesional de Analista Estratégico y Prospectivo, Miguel Cuesta Hoces, analiza si Europa puede inspirarse en estos modelos sin renunciar a su identidad.

      La crisis demográfica en Europa es más visible y estructural que nunca. La caída sostenida de la natalidad, el envejecimiento poblacional y el estancamiento del modelo de bienestar cuestionan los pilares del pacto social europeo. Ya no hablamos de un problema puntual, sino de un cambio de ciclo.

      No todas las regiones del mundo se enfrentan a este reto al mismo tiempo. Mientras Europa lidia con sus consecuencias, otras, como el Sudeste Asiático, aún conservan una ventana de oportunidad demográfica. La juventud aún es mayoría en muchos de estos países, y sus gobiernos ensayan fórmulas para aprovecharla antes de que desaparezca.

      Este artículo no pretende idealizar modelos externos, sino analizar cómo distintas regiones están respondiendo al desafío y qué elementos podrían inspirar a Europa sin que renuncie a sus valores fundamentales.

      Europa y Asia: dos respuestas opuestas ante una pirámide demográfica invertida

      Aunque el descenso de la natalidad afecta a todo el continente, las causas y consecuencias varían. En Europa del Este, la emigración juvenil es masiva. En el Norte, el debate gira en torno al envejecimiento activo. La tasa de fertilidad media de la UE se sitúa en 1,5 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de reemplazo (2,1). En países como España e Italia, esta cifra baja a 1,2.

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      Este desequilibrio no solo amenaza la sostenibilidad de las pensiones: rompe el contrato intergeneracional. Las generaciones jóvenes no son suficientemente numerosas ni productivas para sostener a los mayores. Además, las respuestas políticas han sido tímidas y fragmentarias. El debate se ha tecnificado, despojándolo de su dimensión colectiva y emocional.

      El envejecimiento genera tensiones en múltiples frentes: en el sistema de salud, donde se priorizan enfermedades asociadas a la vejez; en el mercado de la vivienda, bloqueado por generaciones mayores; y en las instituciones, cada vez más condicionadas por el peso electoral de los más longevos. Según Eurostat, Francia ya dedica más del 14 % de su PIB a pensiones.

      A todo esto se suma la precariedad juvenil, el retraso en la emancipación y la imposibilidad de formar familias. En muchas economías europeas, los ingresos medios de los jóvenes son ya inferiores a las pensiones de sus mayores. Esto alimenta una sensación de injusticia estructural que mina la cohesión social.

      Migración, familia y bloqueo cultural

      Frente al envejecimiento, muchos proponen la migración como solución. Pero los datos son claros: los migrantes adoptan con rapidez los patrones demográficos del país receptor, reduciendo su natalidad. Esto permite aliviar el problema, pero no revertir su raíz estructural.

      Además, esta estrategia plantea dilemas éticos y estratégicos. Al atraer población joven desde países más frágiles, Europa contribuye a vaciar regiones que también necesitan sostener su futuro. Es una solución que resuelve el presente de unos a costa del mañana de otros.

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      Peor aún, los migrantes de hoy serán los pensionistas de mañana. Sin políticas de integración sólidas, la migración no resuelve el desequilibrio, sino que lo traslada en el tiempo, generando nuevas tensiones sociales y fiscales.

      Todo esto se agrava por un bloqueo cultural profundo. Europa ha perdido en parte la capacidad de imaginar un futuro común, sin el cual no hay reproducción simbólica ni biológica. Sin narrativa colectiva, solo queda el miedo o la apatía.

      Y sin reconstrucción de los lazos sociales, cualquier política pública está condenada al fracaso. La corresponsabilidad debe ir más allá del Estado: necesitamos un nuevo pacto entre generaciones y comunidades, sustentado en un cambio cultural que revalorice lo común y devuelva sentido a la continuidad.

      Asia y el Sudeste Asiático: juventud y reformas en marcha

      Mientras Europa envejece, el Sudeste Asiático aún conserva una ventaja demográfica tangible. En países como Filipinas o Camboya, más del 50 % de la población tiene menos de 25 años. Otros, como Vietnam o Indonesia, se encuentran en una fase intermedia, mientras que Tailandia o Singapur ya transitan hacia el envejecimiento.

      La clave no está solo en tener una población joven, sino en cómo integrarla en un modelo sostenible. Y ahí, la política juega un rol esencial. Muchos países asiáticos han adoptado estrategias pragmáticas y adaptadas a sus contextos. Invierten en educación técnica, promueven la inclusión rural, reforman las pensiones y extienden la edad de jubilación con flexibilidad.

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      En países más desarrollados como Singapur, la solidaridad intergeneracional se convierte en política de Estado: se incentiva a los mayores a trasladarse a viviendas más pequeñas y se ayuda a los jóvenes a acceder a hogares familiares, facilitando así la natalidad. Esta visión revaloriza la familia sin caer en modelos obsoletos.

      Cambio cultural, no solo económico

      La principal diferencia con Europa es cultural. En muchas partes de Asia, la familia sigue siendo el eje central, y el Estado actúa como respaldo, no como único proveedor. Este enfoque subsidiario permite mantener estructuras comunitarias que amortiguan el coste del envejecimiento.

      Además, se ha comprendido que el empoderamiento femenino no es un lujo, sino una necesidad. A mayor igualdad, mayor disposición a tener hijos. Países como Corea del Sur, que han fracasado en reformar su modelo laboral y familiar, son el ejemplo contrario: allí, la natalidad ha colapsado.

      Aunque persisten obstáculos estructurales —como la economía informal, la desigualdad de género o la corrupción—, muchos países asiáticos están actuando con mayor agilidad que Europa. Reconocen que el tiempo apremia y que la ventana demográfica se cerrará pronto.

      Reformas sostenibles: lo que Asia puede enseñar sin que Europa traicione su modelo

      Europa no puede ni debe imitar modelos asiáticos, pero sí puede inspirarse en enfoques concretos que han demostrado eficacia. La clave no está en copiar estructuras ajenas, sino en reconocer los límites propios y detectar qué reformas pueden fortalecer el modelo europeo sin traicionar sus fundamentos.

      En Asia, varios países han implementado sistemas mixtos de pensiones que combinan una pensión pública básica garantizada con planes de ahorro obligatorio o voluntario. Por ejemplo, en Singapur, el Central Provident Fund obliga a trabajadores y empleadores a aportar un porcentaje de sus salarios a cuentas individuales, que se usan para pensiones, salud y vivienda.

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      Esto asegura una base mínima pública, pero fomenta la responsabilidad individual y el ahorro a largo plazo. Europa podría adaptar este modelo, como ya hacen países como Estonia, con su sistema de tres pilares, o Francia, que promueve el ahorro previsional mediante incentivos fiscales, canalizando recursos hacia fondos de inversión socialmente responsables.

      Además, existen en Europa prácticas avanzadas que pueden extenderse o mejorar. En Alemania, se han introducido modalidades de jubilación parcial, que permiten a los mayores reducir su jornada laboral y continuar activos sin perder beneficios. En Suecia, el trabajo de cuidados familiares se reconoce y compensa dentro del cálculo de pensiones, protegiendo a quienes interrumpen su carrera, especialmente a mujeres. Por otro lado, en Bélgica se premian las carreras prolongadas con bonificaciones fiscales, incentivando la permanencia laboral.

      En cuanto a los cuidados de personas mayores, Asia ofrece modelos que valoran la permanencia en el hogar con apoyo comunitario. Por otra parte, países como Vietnam y Indonesia, los mayores suelen ser cuidados por redes familiares ampliadas, con servicios públicos que ofrecen centros de día y asistencia flexible. En lugar de institucionalizar masivamente, se promueven soluciones mixtas que combinan apoyo estatal y comunitario, lo que podría descongestionar el gasto público europeo, evitar el aislamiento social y fortalecer la cohesión intergeneracional.

      Un cambio cultural para sostener el futuro europeo

      Europa no debe imitar los aspectos regresivos del modelo asiático, como la informalidad económica o los roles familiares rígidos, sino apoyarse en sus propias fortalezas: derechos consolidados, menor desigualdad de género y una economía formalizada. Su verdadero desafío es cultural: reconstruir un relato común que reconecte a generaciones y sostenga cualquier reforma estructural.

      Asia muestra ejemplos de revalorización de la familia y la corresponsabilidad. En países como Vietnam o Tailandia, se promueve la participación activa de las personas mayores en la comunidad, a través de empleo parcial, programas educativos o labores de cuidado. El envejecimiento no se percibe como una carga, sino como una etapa valiosa en la que las personas pueden seguir aportando al conjunto social.

      En Corea del Sur, aunque la natalidad ha caído por falta de conciliación, se han lanzado campañas para redistribuir el trabajo doméstico y flexibilizar los permisos de paternidad. Sin embargo, el principal obstáculo no es solo institucional, sino cultural: persiste una mentalidad fuertemente interiorizada que asocia la maternidad con la renuncia profesional femenina, y la paternidad con la ausencia en los cuidados. Cambiar los roles implica también cambiar cómo se entienden y se asumen, no solo cómo se regulan.

      Estas iniciativas pueden inspirar a Europa en la creación de políticas de conciliación realistas, una redistribución efectiva del trabajo doméstico y el fomento de la corresponsabilidad entre géneros como condición estructural, no solo aspiracional.

      En resumen, Europa no debe renunciar a su identidad, sino actualizarla. La combinación de derechos sociales sólidos con una gestión ágil y culturalmente consciente es la mejor fórmula para enfrentar el invierno demográfico. Y para ello, es imprescindible actuar con visión y urgencia.

      Entre el estancamiento y la reinvención

      Europa se enfrenta a un invierno demográfico real, pero no irreversible. Sus fortalezas —estabilidad institucional, protección social, respeto a los derechos— le otorgan margen de maniobra. El reto es utilizarlo con inteligencia.

      Las experiencias del Sudeste Asiático muestran que no hay tiempo que perder. Reformas estructurales y culturales deben ir de la mano. Si Europa logra reimaginar un futuro compartido, volverá a ser fértil: en ideas, en innovación y, tal vez, también en nacimientos.


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